lunes, 6 de junio de 2011

MONUMENTOS FUNERARIOS DE LA PUERTA DE GALLEGOS

Vista del mausoleo norte y parte de la calzada.

Desde siempre, los cordobeses enterraron a sus muertos fuera de la ciudad, era lo habitual, aunque no se pueden precisar el sitio o los sitios, por lo pequeños que eran los primeros asentamientos de población y la falta de datos. En la ocupación romana, en el periodo augusteo, cuando se abandona la Colina de los Quemados, y después cuando las ciudades se monumentalizan, se levantan las tumbas extramuros, cuya monumentalidad va pareja a la importancia del o de los inquilinos a perpetuidad. 

Una representación virtual de como podría haber sido

Normalmente estas construcciones estaban a la orilla de las vías principales, en las salidas de las poblaciones, posiblemente haciendo un ejercicio de vanidad, para que los visitantes pudieran ver la importancia de algunos, se hablara de ellos hasta después de muertos y leer sus epitafios, cuyos textos eran en ocasiones, puras declaraciones de amor y poseía. 

Vistas aéreas, de la excavación y una vez terminada la reconstrucción.

Luego, ya en los siglos posteriores, con el cristianismo, se abandonaron los métodos de cremación, se pone de moda la inhumación y se busca la protección celestial enterrando a los muertos junto a los lugares sagrados. La cercanía con lo sagrado, tenía una relación directa con el estatus social de los fallecidos, y la aportación económica realizada a la congregación de turno. 

La calzada dirección ciudad entre los dos monumentos funerarios.

Cuando la modernidad y el progreso llegaron con la invasión francesa, se volvieron a sacar los cementerios a extramuros, por razones obvias de higiene y salud pública. Luego volvieron a las iglesias, con el retraso que trajo de nuevo ese oscuro personaje que se llamó  Fernando VII y, al final, se optó por lo lógico que los romanos ya habían pensado hace veintiún siglos, incluso la cremación se ha puesto de moda. Sólo algunos privilegiados han seguido enterrándose en las catedrales, pero las cercanías con lo celestial, no le habrán impedido convertirse en productos químicos, lo que pasa es que no abonaran a nadie .

La calzada dirección Hispalis.

Como la época de la construcción de los monumentos funerarios, era en los siglos primeros de la llamada era cristiana, cuando la modernidad venía de Roma, diremos que, en Corduba, existen tres monumentos funerarios de notable importancia. El primero junto a la Puerta de Sevilla (esta no fue su ubicación primitiva porque procede del camino Viejo de Almodóvar). El segundo en el sótano del Palacio de la Merced, posiblemente modelo similar a las tumbas de la Necrópolis de Carmona con acceso por una escalera, y el tercero similar al segundo, en la calle de La Bodega 10, en una cochera.

Las tres tumbas citadas; la de la Puerta Sevilla, 
la del Convento de la Merced y la de la calle de la Bodega, 10

Junto a los citados, están los que justifican esta entrada, en el Paseo de la Victoria (el nombre del paseo siempre me tuvo de pequeño confundido, pensaba que era una alegoría a la victoria de los sediciosos por la guerra civil, y eso me hacía odiarlo, hasta que de mayor supe que se refería a la Virgen cristiana de la Victoria), frente a la Puerta Gallegos, y fueron descubiertos con motivo de las catas arqueológicas para el aparcamiento.

Muro posiblemente de una construcción posterior.

El aparcamiento subterráneo, al final, se construyó en el lecho del arroyo. El lugar, si nos trasladamos a la Córdoba de entonces, estaba nada más cruzar el Arroyo del Moro, cuyo cauce servía de foso a la muralla oeste de la ciudad, en tiempos que suponemos seguía su cauce primitivo -sin precisar si la ciudad lo había desplazado ya alguna vez- después, el arroyo, ha sufrido muchos desplazamientos, siempre ha estorbado. Ahora creo que discurre entubado por la Avenida Parque.

Base circular del monumento.

Estos monumentos funerarios, están magistralmente descritos, en la Guía Arqueológica de Córdoba, de la Editorial Plurabelle, Págs. 98 y 99, por los autores, José Ramón Carrillo, Juan Fco. Murillo y Dolores Ruiz. En el artículo citado, hablan de su tipología constructiva que referencian de procedencia itálica, entre varias cosas. 

Únicos restos de la pared primitiva.

De que su ubicación era la prolongación del decumanus maximus, extramuros, a ambos lados de la vía Corduba–Hispalis, cuyo trozo se conserva, por la margen derecha del Betis. Datados en época de Tiberio, circulares, de doce metros de diámetro. Parece que el que está completo, se conservó mejor por estimar que era un enterramiento familiar, mientras el otro el que está más al sur se supone colectivo.

Restos de la cornisa superior

En este tiempo, como en el nuestro, destacan los nuevos ricos de las familias locales, los ordo equester, que utilizan horteradas arquitectónicas, para demostrar su poder adquisitivo y prestigio, que si bien no lo tenían por cuna, si por los sestercios. Ejemplos contemporáneos nuestros tenemos muchos, y algunos bastante destacados –no hace falta decir nombres-, otros, son el quiero y no puedo “parcelístico” catálogo de una enorme falta de gusto, de estética y un atentado a las más elementales normas arquitectónicas. Un simple paseo por La Campiñuela lo atestigua, por citar una parcelación de construcciones horteras. Por lo tanto, muy pocas cosas han cambiado con el paso de los siglos.

Ana, en un momento de la explicación del centro de interpretación.

Es desde luego emocionante observar, desde abajo, a pie de calle, la calzada por donde circulaban, hace más de dos mil años, nuestros paisanos. Parece que la proliferación de este tipo de enterramientos, fue por la similitud, guardando las distancias, con el mausoleo del emperador Augusto. En la construcción fue utilizada la llamada piedra de mina, el opus caementicium, además del revestimiento de mármol, elementos que fueron innovaciones del momento.

Un panel informativo

En el monumento del sur, está instalada la exposición permanente Funus Cordobensium, muy documentada e interesante. No obstante, si se quiere profundizar en el tema existe la monografía “Funus Crodubensium. Costumbres funerarias de la Córdoba romana”, que nos introduce ampliamente en el mundo del funerario de entonces. La visita que hicimos a los monumentos estuvo perfectamente explicada por Doña Ana, arqueóloga de la GMU, dentro del interesante programa divulgativo, “Arqueología somos todos”, del convenio GMU-UCO.  

Grada interior de uno de los monumentos, el del sur


Fotografías: del Autor y de la Guía Arqueológica de Córdoba.
Vídeo: del Autor.
Bibliografía: Guía Arqueológica de Córdoba.

11 comentarios :

Vértice dijo...

Como siempre, excelente trabajo bien documentado.
Un saludo.

Paco Muñoz dijo...

Un saludo Emilio y muchas gracias.

Diego Cardador dijo...

Buenas Paco, genial trabajo, como siempre.

Precisamente lo que más me gusta pensar cuando lo visito, es que uno mis pasos a los de los romanos de hace 2000 años.

¿Hay horario de visitas por dentro? ¿O es porque era una visita guiada?

Gracias, un saludo!

Paco Muñoz dijo...

A mi me pasa lo mismo Diego. No hay horario porque son visitas guiadas, parece que está en proyecto pero de momento no.

harazem dijo...

Paco, creo haber leído en algún sitio que el hecho de que los romanos ubicaran sus cementerios en los caminos está en relación con su concepto de "otra vida". Mientras para los cristianos esa otra vida ocurre en un supuesto lugar paradisiaco, aunque parece que el único placer que te dejan es la contemplación eterna del Jefazo, para los paganos la otra vida sólo existía en la memoria de los vivos. Así, cuanta más gente viera la tumba más se perpetuaría la memoria del fiambre. Por eso las más caras estaban lo más cerca de las ciudades y del camino. Me imagino que hoy día a nosotros nos tocarían las de las últimas filas.

Un abrazo, Paco, y como siempre felicitarte por tus posts. Hace unos días un par de conocidos me aseguraron que sólo entran en internet para leer cosas de Córdoba y por supuesto tu blog es el primero que enlazan.

Paco Muñoz dijo...

En primer lugar muchas gracias Manuel. Y es interesante lo que dices, yo cuando hablo con un cristiano (de los que se pueden hablar con ello, es decir que no es fundamentalistas, y que hay muchos afortunadamente), siempre le digo que para mí el infierno sería decir:
-Ya hace años que debía haberse muerto ese HP.
Y la gloria:
-Que buena persona era y habiendo HPs porque le tocará antes a las buenas personas.
Al primero lo sitúo en el infierno cristiano (que dicho sea de paso es mejor que la gloria, con aquellos de los días de playa y cuba libre, y fiestas continuas) y al segundo en la gloria (que no compran ni un Pik-up,para cuatro beatas) y como es lógico estamos perpetuando a ambos en la memoria.
Ah, y dale las gracias a tus amigos por honran esta casa. Un abrazo.

Rafael Arjona dijo...

A mí, Paco, también me pasó lo mismo con el nombrencito del paseo. No sé si hoy la gente más joven seguirá creyendo que se trata de la conmemoración de la funesta victoria. Ahora, más que a Nuestra Señora de la Victoria, yo, a pesar de la alergia que me producen todas las divinidades, prefiero imputar el nombre del paseo a la diosa Victoria, cuyo altar hizo levantar Augusto en el Senado romano. Es seguro que su imagen estaría también en Córdoba, pues fue diosa venerada en todo el imperio.

Paco Muñoz dijo...

No lo sabía Rafael, aunque lo mismo que los cristianos santos, los romanos tenían dioses para todo.
Saludos.

José Manuel Fuerte dijo...

A ver, Paco; yo ya me he jartao de decirte lo mucho que me gusta lo que escribes y publicas en tu blog, así que ya no te lo voy a decir más: me lo prometo.

Resulta que yo tenía planes para hacer este fin de semana (el único momento que me lo permite el reloj de las tendillas este que llevo encima mía) pero no he podido hacerlo porque ya, a estas horas, he leído esta entrada tuya tres veces, y no me canso (¡cagontó!) Ese texto, esas fotos, esos vídeos,... ¡enga ya, hombre! Así no puede uno hacer planes. Ya se me ha pasao el tiempo y no he hecho ná, por tu culpa.

Ahora que "jase caló"; ¿por qué no te vas a la playa un ratito y nos dejas tranquilos hacer nuestras cosas? Es que me paso tó'l rato viendo tu blog. Hazme el favor, hombre.

¡Joer! Voy a leerla de nuevo. Ahora vuelvo.

Paco Muñoz dijo...

Que buena persona eres José Manuel. Lo que me he reído. Muchas gracias. Pero lo siento tengo una serie preparada y hace un rato hemos acabado la última. Calahorra, Puente Romano,Sabat Califal,Baños del Hotel Conquistador, Baños de Santa María (que son un tablao flamenco además), tabernae y calle en el Gimnasio de Santa Victoria, Portillo y Muralla en el Restaurante Garum. Todo ello explicado por una jovencisima profesional Belén Vazquéz. Pero ayer, fue: bajos de la corredera, Domus romana, Templo de Claudio Marcelo, dentro, alguna curiosidad en San Pablo, Sala Capitular de Orive, y tabernas en el aparcamiento de la Herradura, tambien explicado por otra igual profesional Maribel Gutierrez. Que te parece. Y días atrás, Me quedaron las murallas republicanas, pinturas en la calle Concepción, Batisterio y Tumba en Diputación, Casa romana en Santa Rosa, Tumba en la calle de la Bodega, nos la enseño Ana...
Ese es el trabajo para el mes.

José Manuel Fuerte dijo...

Bueno, pues ya dormiré otro día, o quizás el mes que viene.

Anda, métele.