lunes, 24 de junio de 2013

BÚSQUEDA DE LAS FUENTES DE AGUAS CORDOBESAS: EL ARROYO DEL RODADERO DE LOS LOBOS.

Arriba el Rodadero de los Lobos, subiendo por el Barranco de Idem.

Cualquier salida a hacer trabajos de campo con los intrépidos amigos Pancho Gamero y Ángel Martos, es siempre una verdadera aventura. Cuando uno piensa se le viene a la memoria, por haber sido un lector de Julio Verne, cualquiera de sus interesantes y geográficos recorridos. Mi afición por la geografía seguro me viene por el francés, que dicen no salió nunca de su país, más o menos como Estrabón, que es la fuente por excelencia de la antigüedad, que tampoco viajo mucho. Si tengo que buscar una similitud me quedaría con el "Soberbio Orinoco", y la búsqueda de su fuentes, aunque exagere, del que hace poco leí que a un catalán, un tal Félix Cardona, le corresponde el honor de haberlas descubierto, y sin embargo no figura en los anales de los descubridores de esa enorme arteria americana. Un caso parecido a Tesla.

Una roca en el camino

Pues bien, la similitud la relaciono con la búsqueda por estos amigos del origen de las aguas de nuestra ciudad. Un origen que se ha perdido en la noche de los tiempos, del que existen muy pocas fuentes y nunca mejor dicho pues son estas las que buscan. Las distintas cabeceras de los veneros o prospecciones en su momento para alimentar a esta ciudad de agua, a sus habitantes, desde que fue capital de la Bética y luego del Califato, y que se ganó el título, merecido, de ciudad mejor alimentada del líquido elemento. En el árbol genealógico de las fuentes cordobesas siempre existe un paisano romano o árabe.

Aérea del fin del camino cómodo

Conducciones romanas aún están en servicio dos mil años después, a pesar de que la piqueta, la inoperancia, la torpeza y la desidia por algo que es importante, pero tónica común, ha destruido todo lo que podía ser destruido, y sigue haciéndolo. Hace poco por una cadenas de despropósitos, torpeza de empresas, falta de responsabilidad de quien tiene la misión de velar por ello, y muchas cosas más, se quedó sin caudal el estanque del Alcázar, ese que el gobierno quiere ahora privatizar su gestión, como todo lo que tenga algún interés mercantil. Sería muy largo de explicar pero ha sido una de las muchas barrabasadas que, en pro de la ganancia rápida o el citado mercantilismo, se han hecho en esta ciudad. Pero eso requeriría un tratado de incompetencia profesional.

Explanada y rocas por donde corrió el jabalí horizontalmente y puentecillo donde se subió D. Tancredo

La realidad es que buscando el origen de unas aguas de la ciudad, y conociendo unas prospecciones árabes, decidieron los expertos, Pancho y Ángel, buscar en el cauce del arroyo del Rodadero de los Lobos, que otros autores llaman del Barranco de la Albaida, etc. El ánimo principal era analizar las aguas para comparar la conductividad de las mismas que parece ser el adn de estas, y así de esta forma, conocer si son el origen de otras en la ciudad. Con ese objetivo, después de múltiples visionados de fotografías aéreas, planos, etc. y establecido un plan, una mañana saltamos la valla, porque eso es otra, no puedes circular por la sierra sin saltar una valla, e iniciamos el recorrido previsto.

Represa en el arroyo y zarzal

Primeramente inspeccionamos, es un decir el plural -pues yo soy acompañante afortunado-, debía haber dicho inspeccionaron, un depósito previo a las instalaciones comerciales, en una loma, depósito que vimos por un error en tomar el camino equivocado, así como tapas de registro en el camino (luego asociamos que las conducciones primitivas estaban en línea con ese depósito). Rectificamos la ruta y nos incorporamos al camino de verdad. Decir que en todo momento utilizamos los medios que la tecnología pone a nuestra disposición para fijar los puntos por GPS, y luego poder seguir los recorridos en las fotografías vía satélite. No estamos tan atrasados tecnológicamente como pueda parecer .

Arriba, cada vez más cerca el Rodadero y el borde de las canteras

Siguiendo el curso, arroyo arriba nos aproximamos al Rodadero de los Lobos, prácticamente lo teníamos encima, muy pocos metros nos separaban de él, pero unos metros de notable desnivel, casi verticales. Ahí se acababa la senda que habían utilizado para la conducción moderna, de la utilización de los pozos antiguos. En ese lugar precioso por más señas, habíamos divisado en las fotos una formación plana en el arroyo, que pensamos era el techo de una alcubilla.

Saliente de las canteras

Pancho, el más joven de los tres, aunque Ángel no se le queda atrás a pesar de ser de mi quinta, decidió bajar por el zarzal y comprobó que lo que pensábamos era una alcubilla era una roca natural. En el rincón del arroyo, cuando empezaba a tomar más caída, habían construido una pequeña represa, posiblemente para o bien almacenar en periodos de sequía o frenar la velocidad del arroyo que, por aquello del desnivel tendría más.

Camino, el Castillo Blanco y la vega

Luego decidieron hacer camino al andar, y subir por el roquedal que el arroyo a lo largo del tiempo se había encargado de limar y adaptar a su medida. Dejaron a la derecha el zarzal que protege el cauce, y yo más torpe y mermado físicamente, quedé en el pequeño terreno despejado, donde estaba el muro de la represa y dos pretiles de un pequeño puente. El contacto con ellos lo tenía, y a la vez los situaba, por sus voces, que cada vez se alejaban más, hasta casi voltear la siguiente vertiente. Lo cierto es que a pesar del esfuerzo no encontraron los pozos árabes, teniendo en cuenta que el informador había dicho que debido a la peligrosidad de estos, estaban tapados y protegidos.

Interior del aljibe

Iniciaron la vuelta al lugar donde estaba yo, pero se desviaron de la ruta de subida y describieron, buscando un camino adecuado un trazado horizontal hacia el oeste, dirigiéndolos yo desde abajo con la referencia de mi voz. Cuál no fue mi sorpresa cuando Ángel gritó repetidas veces: 

–¡¡Ahí va!! 

A lo que siguió un temblar del suelo como si pasara un tanque y un ruido enorme de bufidos. Un jabalí que seguro superaba las doce arrobas, corría rocas abajo, soplando y haciendo el mismo ruido que el 7º de Caballería, el de los "buenos" cuando venían a asesinar pieles rojas a toque de trompeta.

Pancho fotografiando el interior del aljibe

El animal se vino hacia donde yo estaba, y a mi me pareció más grande todavía de lo que era. Una enorme masa gris oscura casi negra, con unos blancos colmillos retorcidos como algunos. Nos miramos. Yo salté encima del pretil y esperé el ataque como D. Tancredo en la plaza. Nada más lejos de la realidad, el jabalí tenía más miedo que yo y cambió su trayectoria, increíble la rapidez en hacerlo por su envergadura, por la velocidad que traía rocas abajo, y tomó una nueva ruta, pasando delante de mi horizontalmente e introduciéndose en el espeso zarzal de la represa y allí quedó.

Pancho y Ángel campo a través

Luego los compañeros, que no lo habían visto, sólo oído, pero por aquello de que ojos que no ven corazón que no siente, no se les quedó el cuerpo de D. Tancredo como a mí, subido en el puentecillo, además de las sensaciones que pueden aflojar el esfínter. Afortunadamente todo quedó en anécdota y la pena es que mi reacción e instinto de supervivencia, me impidió utilizar la cámara que estaba usando para amenizar la espera fotografiando la naturaleza. Lástima.

Aérea de la ruina de la cabaña de pastores

Después la vuelta y por casualidad debajo de otro zarzal Ángel descubrió un aljibe, semidestruido, que fotografiamos. Algo es algo. Luego Ángel bajó campo a través buscando algún otro, porque suponían debía haber más de uno, y Pancho buscó por otro lado. Yo seguí el camino por ser más cómodo y nos encontramos en el tercio inferior del arroyo que sonaba entre cañas y adelfas, seguro que alimentado por filtraciones, ya que en tramos anteriores estaba seco. No sin antes haber descubierto las ruinas de una casa en una pequeña loma, en un lugar que controlaba el pequeño valle, casa que debía haber sido seguramente de pastoreo. Una conducción de tubería de hierro nos seguía arriba de la ladera, vigilante como los indios vigilaban discretos a los que pasaban por el desfiladero, una veces se veía y otras no.

Restos de la cabaña

Después ya con un calor agobiante llegamos a la cerca y de nuevo en la carretera, para coger los vehículos que estaban delante de la puerta del Castillo Blanco. No se encontraron los pozos, solo un aljibe, pero si se investigó el Arroyo del Rodadero de los Lobos hasta casi el Rodadero. Habrá que esperar tiempos más secos en otoño que permita encontrar esas fuentes del Orinoco cordobés.

El tubo de hierro por la ladera

 
Fotografías y vídeo del autor
Bibliografía sobre el terreno

miércoles, 19 de junio de 2013

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA "PELE" DE PEPE DÍAZ TIENDA

Cartel

Pepe Díaz Tienda es mi amigo. Pepe en los primeros años de la década de los noventa del siglo XX, era Policía Local y todo su afán era entrar en la plantilla de la TVM, para poder realizar su deseo de dedicarse al arte audiovisual, le costó algo y algunos pusimos todo lo que estaba en nuestra mano para que eso fuese así. 

Juan Moreno Maya, "El Pele"

Pepe Díaz es un artista. La última vez que hablé con él, nos vimos en el Paseo de la Victoria y me comentó un problema de salud que tenía que me dejó preocupado.  De eso hace algún tiempo y afortunadamente parece haberlo superado, cosa de que nos alegramos muchos. Nació por el 1960.

El patio de Orive

Ha realizado muchas exposiciones y obtenido muchos premios en ellas. Esta se la ha dedicado al Pele, a Juan Moreno Maya, ese monstruo del flamenco, un magistral interprete de las seguiriyas, un quejío flamenco puro, sin aditamentos. 25 momentos íntimos del artista ha captado Pepe Díaz. Sin retoques, al natural.

Con Vicente amigo

La exposición se inauguró el día 16 de junio y estará hasta el 17 de julio, su ubicación en el patio principal del Palacio de los Villalones (Orive). Un hermoso marco para una extraordinaria colección de obras, sencillas, como los momentos que ha captado, pero grandes a la vez, por el artista y el contenido de las fotografías.

Con Queco

El blanco y negro siempre da a las fotografías un empaque especial. En este caso realza la calidad humana de los momentos, y evita que el color nos distraiga de su esencia. Claro en todo es cuestión de gustos.

El Pele con su familia

Pepe Díaz Tienda (foto Madero Cubero -Cordopolis)

Referencias periodísticas:

Fotografías y vídeo del autor, una de Madero Cubero de Cordópolis.

jueves, 13 de junio de 2013

DOLMEN DE LA SIERREZUELA (POSADAS)

Dolmen de Posadas

Ya hace calor, y ello es normal, lo anormal son las temperaturas que hemos tenido. A pesar de que el Parque Periurbano de la Sierrezuela o la Serrezuela, depende quien lo diga, es un oasis, incluso con la tala, supongo que controlada, de muchos pinos. 

Panel informativo del Parque

El monumento megalítico está prácticamente en la cota máxima del parque. Una vez allí te puedes hacer una idea que esa zona sería una isla prácticamente en la época del Dolmen. Uno se puede imaginar el mar de Tetis, e incluso la vega del Guadalbaida o Arroyo Blanco en la vertiente norte del parque inundado por el citado mar prehistórico.

Senda circular del Parque

Lo más llamativo y ya lo dije en la entrada de las canteras, es la poblada colonia de palmitos, que solo la recuerdo en esa cantidad en Almería. Posiblemente me equivoque pero es muy llamativa y numerosa. Me han llamado la atención las lágrimas de los pinos recién cortados, una savia cristalina.

Lágrimas de pino

Desde el aparcamiento de Centro de Visitantes y Servicios, habrá unos mil y pico metros hasta el dolmen. He de decir que me ha parecido abandonado el lugar. Somos un pueblo que después de la fotografía del ritual, no nos volvemos a acordar de nuestro patrimonio, o por lo menos eso me parece a mí. Aunque no debo generalizar y que paguen justos por pecadores.

Fuente del aparcamiento

Un monumento de esa categoría creo que merece un tratamiento mejor y un cuido más esmerado. De todas formas si ha resistido miles de años, no va a poder con él una época de desatino, como la que nos ha tocado vivir. Pasarán los responsables de la gestión del patrimonio y seguirá por otros pocos miles de años.

Colonia de palmitos

"Un dolmen no es otra cosa que una tumba, un enterramiento humano. El dolmen de la Sierrezuela corresponde al periodo Calcolítico y tiene una antigüedad al menos de 4 000 años Los huesos encontrados en él debieron ser de personalidades importantes en algún sentido jefe, sacerdote, etc. Se les solían enterrar con útiles o adornos de uso corriente (aguar funerario)

Señalización de los restos, todavía 700 mts.

El dolmen de la Sierrezuela está constituido con grandes piedras más o menos planas (lajas) que se hincan verticalmente en la tierra hasta una profundidad de 1,70 metros seguida de otras que forman una hilera de unos 8 metros de longitud; casi paralela a la anterior se forma otra pared de idéntica forma y con el mismo material. 

Recinto del Dolmen

Excavado el espacio entre ambas paredes queda una galería cuya anchura era varia de 1,50 a 1,80 metros. Ambos extremos se cierran también con sendas lajas. Era habitual cerrar la galería por arriba con piedras del mayor tamaño posible y cubrir todo con tierra y vegetación. Queda así una galería subterránea donde depositar los cuerpos de los difuntos.

Panel informativo del Dolmen

Este dolmen fue excavado en 1991 y en el mismo se encontraron cráneos de humanos adultos y varios huesos largos, puntas de flecha de sílex, así como diversos útiles de piedra y restos de cerámica.

Dolmen dirección este/oeste

La presencia de dólmenes en la zona norte de la provincia de Córdoba era ya conocida y estudiada, en cambio no era así en el Valle de! Guadalquivir. La importancia de este dolmen es esa, la confirmación de que esa cultura también existió en el Valle.

Cabecera oeste del Dolmen

Recientemente se descubrieron unas cuevas, de dos kilómetros de longitud, que podrían datar del Paleolítico. También existen indicios de minería de cobre y plomo argentífero desde época romana."

Detalle de las lajas laterales

No he encontrado documentación de la excavación, cosa que lamento, ni sé donde están depositadas las piezas encontradas en el dolmen. Merece visitar el parque y ambos monumentos el Dolmen y las Canteras Hondas. Son un complemento. Un cómodo y sombreado circuito de cuatro kilómetros lo circunda. 

Al fondo el castillo de Almodóvar y el Guadalquivir

Troncos recién cortados, se les ve el DNI.


Fotografías y vídeos del autor
Bibliografía de la Web del Ayuntamiento e información del Parque.

UTOPÍAS (EDITORIAL EL PÁRAMO)

La plasticidad de la Utopía

Ayer 12 de junio con un lleno insospechado, con el público en el suelo, en los pasillos e incluso en el escenario y de pie, lo que significa que la ciudadanía desea cambiar y sobre todo tener un referente, tuvo lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras la presentación del libro de la Editorial Páramo "Utopías". Un libro en el que comparten firma: 

Portada del libro

"Historiadores como JOSEP FONTANA; figuras políticas  como JULIO ANGUITA y FEDERICO MAYOR ZARAGOZA; periodistas, ALFONSO ARMADA, Alfonso Bauluz, Fernando Berlín, Pablo Bujalance, el periodista deportivo JOSÉ DOMINGO CASTAÑO, Teodoro León Gross, Ignacio Rodrigo, el fotoperiodista de guerra GERVASIO SÁNCHEZ, el fundador del portal alternativo Rebelión PASCUAL SERRANO, RAFAEL TORRES; agitadores sociales y blogueros como Antonio Barbará Molina, Marina Flox, FABIO GÁNDARA del Movimiento 15M y cara visible de Democracia Real Ya, 

Manuel González Mestre

CARLOS IGNACIO TAIBO, ESTHER VIVAS); los escritores JUAN BONILLA, LUIS GARCÍA MONTERO y el reciente ganador del premio planeta LORENZO SILVA; profesores y educadores, Álvaro J. García, Antonio de Miguel Antón, Antonio Marfil, Jesús Martín Ostios, Eduardo Martín, Arcadi Oliveres, Sergio Ruiz Mateo, Miguel Ángel Santos Guerra, Fernando Wulff;  economistas, ÁNGELS MARTÍNEZ CASTELLS; arquitectos, Salvador Moreno Peralta, empresarios, Salvador Palma; y psicólogos, Paloma Palma."

La mesa del acto: Jesús Quintero, Julio Anguita y Luís García Montero

"34 autores escriben sobre la Utopía, el término con el que el pensador Tomás Moro buscaba relatar la organización de una sociedad ideal. Este libro nace como una idea de cambio y de indignación ante la situación que padecemos, como una desobediencia civil y como una necesidad de lucha. Un libro coordinado por Jesús Martín Ostios (director de la Revista Utopía). El 10% de la venta de este libro se donará a la ONG ALDEAS INFANTILES."

Jesús Quintero

Una pareja de categoría, seria, consecuente con su ideología y su trayectoria política, como es la de Julio Anguita y Luís García Montero, contrastó con la que para mi opinión desentonó, por no encajar en el marco, del periodista protagonista chistoso, Jesús Quintero. La profundidad de las aseveraciones y los mensajes de los dos primeros, chocó en multitud de ocasiones con la chabacanería y el chiste fácil y además antiguo del comunicador. Pero "ca uno es ca uno". 

Julio Anguita

El debate solo tuvo una pregunta y como lo importante es aprender a pensar, como dijo Julio Anguita, y sumar los yo para convertirlos en nosotros, no tienen sentido entresacar frases del acto, que puede incluso desvirtuar lo expresado, por la dificultad de expresar en el papel los matices que son muy importantes, incluso los silencios. 

Luís García Montero

Una hora veintitrés minutos y veintiséis segundos que supieron a poco y que están grabados para que todo el que quiera pueda escucharlos y hacerse su propia idea de lo expresado allí, y sobre todo formar su propia opinión, que es lo verdaderamente importante. Al final un vídeo del maestro Saramago puso el cierre al interesante acto.

El maestro Saramago

Valorar también a la artista que simbolizaba la utopía que, estáticamente aguantó encima de la mesa del estrado aportando una nota de belleza y plasticidad al acontecimiento. Hacer notar que el desbordamiento de la asistencia al acto, y el calor contrastaba con el agobiante pañuelo de Quintero que, como las gafas de Martirio o el bastón de Gala, son las señas de identidad del mismo. 

Al final del acto

Y sobre todo quitarse el sombrero por el esfuerzo de Editorial Páramo que como siempre, apuesta en tiempos en los que la cultura está denostada y sentenciada por las clases poderosas, desde un mecenazgo romántico que creo es absolutamente necesario, y que la única forma de reconocerlo es adquirir sus obras.

El lleno a rebosar (foto Sánchez Moreno)


Fotografías (malas), y audio del autor. Una de Sánchez Moreno.
Bibliografía de la Editorial

martes, 11 de junio de 2013

VEREDA DE TRASSIERRA

Descansadero de la Gitana

El diez de junio ha tocado la subida hasta el cruce de Trasssierra, por la vereda del mismo nombre, desde el descansadero de la Huerta de la Gitana.  Antes he dejado atrás la Casilla del Aire. A la derecha arriba, en la sierra, vemos la atalaya de la torre de la Siete Esquinas. La Huerta de las Ventanas o Peñamelaria. No quiero olvidar el Rodadero de los Lobos, ahora que sabe uno la composición de la gran mancha de su despeñadero y el lugar de las canteras.

Primeras rampas de la vereda

Pasado el descansadero de la Huerta de la Gitana, lugar que me trae el recuerdo de la finca de los padres de mi madrina, Mari Rosa, D. Francisco, del que llevo el nombre y Casimira, su esposa. El sendero se empina. A la izquierda hay un enorme eucaliptal, regado por el arroyo de la Gitana, que no deja de amenizar el recorrido con el agradable sonido de su aguas, ya que el de los Nogales lo dejé al principio con su bonito puente de madera. En esto de los arroyos hay que tener cuidado, en la cabecera se llaman de una forma, luego cuando tributan en otros cambian nuevamente su nombre y después son fieles a su cauce, que es cuando desembocan, en este caso con el Guadalquivir.

A la izquierda el arroyo y eucaliptal

Las primeras rampas son pronunciadas. Mi sistema circulatorio, a pesar de que la temperatura es agradable en las primeras horas de la mañana, se altera. Como uno se escucha algo, pienso relajar la subida e incluso pararme. Hecho de menos el pulsómetro, pero el recuerdo de ese punto muerto que suponía la famosas pájaras ciclistas, me dicen que lo mejor es continuar dosificando pero no rendirse a las primeras de cambio. La sensatez de todas formas, me hace ver que no está uno para hazañas y que éstas, a determinadas edades, pasan factura.

Vista de la calzada

Continúo. Se regulariza el sistema circulatorio y a la vez se suaviza el desnivel, pero la realidad es que hay que subir hasta el Cruce, que es el límite de hoy. Como dijimos anteriormente en todo momento el arroyo de la Gitana ameniza el recorrido, la espesura de sus zarzas impiden verlo, pero sé que está ahí. Llega un momento que el sendero de corta, un poste de conducción de electricidad está emplazado en ese lugar. Trato de bajar por el arroyo, demasiado empinado y mucha espesura. Esto está muy cambiado. Ya no lo recuerdo de cuando subí la última vez hace muchos años, bastantes.

Otra vista de la calzada

Trato incluso de buscar otra ruta, que me obliga a agacharme buscando la salida. Pero no, el tráfico que tiene este sendero no puede tener esta difícil salida que le estoy buscando yo. Vuelvo unos pasos y compruebo que un arroyo permite el paso por su cauce. La vegetación lo cubre en galería. Este es el camino. Si fue antes el sendero estos pasados aguaceros, lo han convertido ahora en arroyo. La piedra suelta y al agua molesta la subida. Escarbaduras de los jabalíes a cada momento, e incluso el olor a estos en el ambiente, y al final nuevamente el sendero.

Fuente de los perros

En todo momento nos deja ver el camino su empedrado, posiblemente romano en su principio, luego árabe y después cristiano, como todas las cosas en esta ciudad. No creo que el empedrado sea romano porque no es la técnica de las vías romanas ese tipo de empedrado, pero sí posiblemente de la herencia posterior.  En algunos sitios está visible ampliamente, en otros la colmatación de la tierra posiblemente con las aguas, ha dejado a la luz trozos amplios de empedrado. Ameniza el recorrido algún panel informativo de las especies.

Abrevadero

Arriba se que está lo que llamamos el Balcón del Mundo, con su fuente seca, alivio cuando subía en bicicleta, y el convento, creo que la casa de San José. Intuyo que de este lugar es la salida de aguas que bajan buscando el arroyo de la Gitana. Luego el abrevadero, la Fuente de los Perros y la carretera. El ruido de los automóviles rompe el encanto del sonido del agua.

Desde arriba se abre el valle

Me preocupa la sequedad del campo en cuanto los cuarenta grados sean la constante diaria, se convertirá en yesca. Luego la vuelta más cómoda según se mire, porque hay que bajar sujetando los casi cien kilos y la piedra está suelta en muchos lugares, sobre todo en el trozo de galería en el que está mezclada con el agua del pequeño cauce. Una torcedura de un tobillo daría al traste con la "expedición".

Alcancil

Adelfa

Un trozo de la Vereda de Trassierra precioso, "camino milenario", quizás el más abrupto, por el desnivel, que te hace pensar lo que sería en su momento con los carruajes de la época. La vegetación observada variada: jara, acebuches, lentisco, algarrobos, eucaliptus, arrayán, adelfa, mirto y zarzamora. Podemos los cordobeses estar contentos con nuestra serranía y los lugares que atesora, a poca distancia de la ciudad tenemos una verdadera maravilla.


Pedir perdón finalmente a todos esos esforzados compañeros senderistas, cuasi "profesionales", de las muchas asociaciones que tenemos en Córdoba, a los que admiro, por su preocupación por el mantenimiento de los caminos pecuarios, por las posibles imprecisiones de esta entrada.

La carretera y al fondo el cruce






Fotografías y vídeos del autor
Bibliografía relacionada.