miércoles, 29 de septiembre de 2010

CATÁLOGO DE OBRAS DE D. FRANCISCO AZORÍN IZQUIERDO.


Repasando una entrada mía que no considero completa, sobre D. Francisco Azorín Izquierdo, y el extraordinario trabajo que en el Blog Calleja de la Flores, publicó Saqunda denunciando injusticias arquitectónicas de esta ciudad, en el que volví a releer algún proyecto de establecer un catálogo de diversas obras de este republicano de pro, socialista, esperantista, arquitecto, masón - que curiosamente tenía como sobrenombre el de “Franco”, me imagino que se referiría a la sinceridad, no al general-. En los comentarios de este artículo citado de Saqunda, hay uno de Manuel Harazem que dice: “hicieras una pequeña lista con las obras que se conserven del arquitecto socialista”. Aquello se me quedó porque tenía pensada esta entrada, y además porque estuve la otra mañana con mi amigo Julián Palomino, nieto del concejal socialista Juan Palomino Olalla -asesinado en agosto del 36, por el criminal Zurdo-, que era un buen amigo del arquitecto y participó con él cuando diseñó la Casa del Pueblo en la Plaza de la Alhóndiga. Eso me hozo volver a recordar aquella auto promesa que me hice de que tenía que hacer el mencionado listado y dedicárselo a mi amigo Harazem. Por todo ello, hoy cogí la cámara y visité la lista de obras conocidas que, buscando aquí y allí, he podido relacionar.

No sé si empezar por el norte o por el sur para hacer el recorrido, o por el más cercano a mi casa. Iniciaré la ruta por cercanía para hacerla de un tirón. 


Almagra, 8

Primero visitaré la casa que fue de Pérez Barquero, en Almagra 8. Este inmueble está cerrado y esperemos que la ruina no lo invada. Es un bonito edificio, con el estilo característico de D. Francisco Azorin, con dos balcones acristalados, en un balcón corrido, en la primera planta, y unos tímidos arcos regionalistas en la segunda. Tiene una significativa puerta. 


Plaza de Abades, 4

Este que es conocido de todos, no puede negar su estilo regionalista, con ese tinte oriental que se era la moda en ese tiempo. En algún sitio he leído que se llamó casa de Cabrera. Ha tenido un remozamiento hace unos años,  ahora tiene en su planta baja un bar. Y es muy significativo los diferentes tipos de azulejos con los que adorna las ventanas, con motivos geométricos. También las ventanas de la planta superior con arcos de herradura flanqueados con dos columnas.


Plaza de la Alhóndiga, s/n

Luego me dirigí a la Plaza de la Alhóndiga, que fue casa del Pueblo del socialismo cordobés, en el participó el abuelo de mi a migo Julián, D. Juan Palomino Olalla con D. Francisco. En unos de los arcos de la puerta figura el nombre del arquitecto, y la fecha de su construcción 1917. Parece mentira que sea de esa fecha con ese diseño tan actual. Ha tenido una intervención arqueológica que puede verse en la Web Arqueo Córdoba.


Grupo Escolar Rey Heredia

Cruzar el puente y al Grupo Escolar Rey Heredia, con su escudo republicano en la puerta, frente a la Ermita de San José, olvido posiblemente de los próceres del régimen que está allí desde su implantación sin que nadie se diera cuenta. Este es el denunciado por el artículo citada de Saqunda y que ahora tiene el nombre de creador del Catecismo del Régimen, Fray Albino. 1918.


Torrijos, 8

De allí a una zona que fue de mi juegos de niño, cuando el turismo no era un gran invento. En sus bajos se inició el comercio de “Souvenirs” en esta ciudad por el Sr. Adarve. Me estoy refiriendo a Torrijos 8, entre la casa de la familia Baquerizo, que luego fue el Mesón del Conde y actualmente Bandolero, y la entrada de Maternidad por Torrijos, que ahora es tablao Flamenco. Creo recordar que esta casa fue propiedad de Manuel Baquerizo, aunque esto no está comprobado. El estilo regionalista de esta inmueble es significativo. 1916.


Diario de Córdoba, 5

Luego bajé hasta Diario de Córdoba, para ver el edificio con ese templete llamativo sobre las escaleras de Fernando Colón. Templete en el que subí hace unos años –bastantes- para instalar una antena de TV al hermano de Fidela de Santa Ana, que precisamente era un inquilino de esa casa. Es uno de los dos edificios de D. Francisco Azorín, de los que conozco su interior,  este su cubierta también.


Cruz Conde 24

De ahí a Cruz Conde 24. Lo que en su tiempo fue el bar López de la Manzanara y estanco que lo sigue siendo, esquina Manuel de Sandoval. Un feo semáforo anuncia una autoescuela en su planta primera, así como otro enorme cartel con promesas incumplidas referidas al pelo. En la baja una administración de loterías y un bar así como otro tipo de comercios. Este edificio hace esquina y tiene tres plantas siendo la fecha de su construcción el año 1925.


Reyes Católicos, 17

Luego a Reyes Católicos, 17. Este edificio lo conocía en la década de los cincuenta. Mi madre adquiría allí los productos para la peluquería en un distribuidor que allí había en una de us plantas altas en una vivienda. Recuerdo haber subido muchas veces las escaleras del mismo, la referencia cuando íbamos a él era:

–Vamos a por saquitos. 

Los saquitos eran un reactivo que se ponía en el pelo con los bigudíes para luego mojarlos y hacer la permanente. Me imagino que sería un producto tipo cal o parecido que reaccionaba al mojarlo. Los pisos eran muy grandes. Luego tuvo una remodelación en los noventa, que no tiene nada que ver con lo anterior, sólo queda la fachada. De corte modernista. 

Hubo otros dos edificios en nuestra ciudad que fueron demolidos: el llamado Peláez Deza en la calle Concepción, y el de Colinet en la calle san Álvaro, e ignoro si habrá alguno más en Córdoba, en Madrid  construyó el Mausoleo de Pablo Iglesias y la Casa del Pueblo y en México el monumento a Lázaro Cárdenas.

Se podría hablar mucho más de este arquitecto, esperantista, masón, socialista, escritor… comprometido con su tiempo, que tuvo que exiliarse en México huyendo de la barbarie, pero hoy está limitada la entrada en el blog a la lista de edificios que nos dejó en la ciudad.

En el libro Los Origenes del Socialismo en Córdoba 1985-193, Manuel Ángel García Parody lo define así: "Era un hombre que no tuvo una labor pasiva en el Consistorio, que fue el auténtico portavos de la minoría.... Que apenas falto a su compromiso con las urnas... Un hombre, en definitiva, que dificilmente podía permanecer impasible ante la desidia y la ineficacia en que había caído en Córdoba la institución municipal." 








Fotos y vídeos del autor

domingo, 26 de septiembre de 2010

FUENTE DE LA PLAZA DE LA IGLESIA (San José y Espíritu Santo)

Fuente de la Plaza de la Iglesia del Campo de la Verdad

Como consecuencia del acto de despedida a mi amigo Joaquín, y para hacer hora, paseamos por la plaza de la Iglesia, la antigua Rinconada, calle Jesús, que era una de las entradas a las sillas del Cine Benavente (el que entrabas con un piojo y salías con veinte), la otra entrada la tenía por la calle primera, y al gallinero se accedía por el Santo Cristo. Todo el terreno del cine ahora, es una bonita urbanización, así como la parte donde estaba la pantalla, que es otro bloque con un patio central.

Visitamos también la Ermita de San José y el amenazado Grupo escolar Rey Heredia, del republicano Azorín, que conserva majestuoso el escudo de la II República, con su corona almenada, y que posiblemente se le pasó por alto a los dirigentes del antiguo régimen, bien por desconocimiento, o por cualquier otra causa, pero que ha supervivido y vivirá hasta que la democracia derribe el edificio. Ejemplo de arquitectura escolar y obra del famoso arquitecto, con trabajos en su haber como; el edificio de esquina Fernando Colón con Diario de Córdoba, y otro en la calle Torrijos, entre otros. 

Lado izquierdo de la fuente.

Como había tiempo fotografiamos la fuente. Yo la recordaba cuando había cuatro casas y esa plaza era de tierra, comienzo del camino viejo de Castro o de la Madrileña, y unas novísimas casitas del Campo de la Verdad, y camino también de una zona del río Guadalquivir en el que se bañaba la gente de esa orilla, que le llamaban los “légamos” –limo, lodo del río no tan fértil desde luego como el que da vida en el Nilo a sus orillas-, escurridísimo, que había que ser un artista del equilibrio para no caer y volver a caer, hasta llegar a fondo limpio. En terrenos cercanos a lo que fue la Ermita de San Julián. Yo, que soy de secano, me bañé un día allí con unos amigos, y me costó la misma vida poder salir de pie, de todas formas no he sido muy habilidoso en esos menesteres, quizás por la precaución de aquello de “Santiago Santa Ana pez o rana”, o por torpe. Cuando tu madre te decía:

-¡Cómo te ahogues, por aquí no vengas! o ¡Cómo te ahogues, te vas a enterar después!

Sigamos con la fuente. La Fuente tiene una columna que sirvió de pedestal en su día, a una cruz de hierro forjado (se me ocurre que pudiera ser la que está a la entrada de la iglesia de San José, en su lado izquierdo), tiene la columna dos caños, uno a cada lado, que dejan caer su agua en unos pequeños pilones de medio círculo, y estos a su vez tienen un canalillo que los hace desaguar en una pileta que sirvió de abrevadero del ganado, tallada de una sola pieza.

Parte trasera de la fuente

Parece que su construcción data del siglo XIX, concretamente durante uno de los mandatos de Juan Rodríguez Sánchez como Alcalde de la ciudad. Como consecuencia de las reclamaciones de los vecinos, de que no tenían agua, aumentó el caudal de la más cercana, y derivó con cañería de plomo, que recorrió todo el Puente Romano, el servicio a esta fuente, que parece fue la primera de este lado del río. Por lo que la podemos datar, salvó opiniones más autorizadas, en el año 1874. Su estado de conservación es muy bueno.

Hablando la otra noche, con un oriundo de la calle Martín López, D. Rafael Guijo y Lola, su esposa, me comentaron que, la fuente está ahora en su emplazamiento original, que ellos recuerdan cuando la trasladaron al centro de la plaza, y que con la construcción del Puente del Arenal la han vuelto a llevar a su primitivo emplazamiento. Cuando hablamos de la calle de Rafael -Lola vivía en espaldas del Santo Cristo-, comentamos un suceso acaecido a un Sr. que trabajaba en Sevillana, que vivía en esa calle también y se llamaba Pedregosa, y que tuvo la desgracia, por un fallo posiblemente humano, de morir electrocutado en la calle. Aquello fue un hecho muy comentado en este pueblo. Tenía dos hijas guapísimas sobre todo Rafi.

Fotografías del autor
Bibliografía de Cordobapedia

viernes, 24 de septiembre de 2010

SOBRE EL TRIUNFO DE LOS PADRES DE GRACIA


En la entrada sobre la Fuente de los Padres de Gracia hablábamos del Triunfo a San Rafael que está delante de la fuente. Estimábamos que no estaba bien detallado de donde procedía y desmontábamos la opinión que procedía del  antiguo estadio de Fútbol del Arcángel. Ayer hablando con un amigo, experto en la materia, me dirigió a mirar sendas citas de D. Teodomiro Ramírez de Arellano y de Ricardo de Montis que transcribo. Esas son la pistas más fiables sobre la procedencia del citado Triunfo.

Este Triunfo estuvo instalado en la Puerta principal de la Hacienda de la Albaida, y se lo trajo el abuelo del actual Duque (1873), por lo que podemos datarlo en la Hacienda en 1850, a una terraza de la Casa de los Duques de Hornachuelos en la calle del Arco Real, fachada a San Salvador. Estuvo luego en el Ayuntamiento y doscientos años después de su primer traslado, se emplazó en la plaza de los Padres de Gracia en la década de los setenta.(1)

Imagen de San Rafael en su columna.

A continuación exponemos literalmente las dos citas, una de D. Teodomiro Ramírez de Arellano y otra de D. Ricardo de Montis, sobre la vicisitudes del mencionado Triunfo, en sus tres paseos. Hacienda de la Albaida, casa de los Condes, Padres de Gracia.

                                                            El triunfo desde otro lado

En Paseos por Córdoba (1873), dice D. Teodomiro:

“En la parte que mira a la hoy calle de Alfaros existe un terrado con antepecho de cantería, y en el centro una escultura representando a San Rafael, con dos faroles a los lados, que se divisan desde muy lejos de la población. Esta imagen estuvo sobre la puerta principal de la hacienda de la Albaida o Castillo Blanco, que tal significa esta palabra, de donde se la trajo al abuelo del actual señor duque, siguiendo sus sucesores la devoción de encenderle las luces que todas las noches lo alumbran.”

Plaza de San Salvador cuando se inicia la construcción del Ayuntamiento, 
a la izquierda arriba el San Rafael llamado los Ojos del Conde.

Ricardo de Montis en el año 1929 decía:

“En la parte de la plaza que hay frente a la ya citada calle de Carnicerías, destacábase, a gran altura, cerca de las nubes, al parecer, una escultura de San Rafael, que aún se conserva, situada en una terraza de la casa solariega de los Condes de Hornachuelos, hoy perteneciente a las Casas Consistoriales.

Dos faroles alumbraban, durante la noche, a nuestro ínclito Custodio, y servían de faro a los cazadores que se perdían en las fragosidades de Sierra Morena, por divisarse aquellas luces, desde enorme distancia. La gente llamaba a los faroles los ojos del Conde.”

Detalle de la fotografía anterior. El San Rafael en el antepecho 
del Palacio de los Duques de Hornachuelos


Fotografías del autor.
Bibliografias de T.Ramirez de Arellano y R. de Montis
(1) Según aportación de Vértice.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

22 DE SEPTIEMBRE, "DÍA MUNDIAL SIN COCHES"


 Colaborando con el Día Mundial sin Coches
Colaborando con el Día Mundial sin Coches.

Hoy es el Día Mundial sin coche, es otro de esos días señalados para llenar el calendario de celebraciones sin sustancia. De otro día dedicado que, si seguimos así, a este paso vamos a tener que aumentar las fechas del almanaque. Justo es decir que la iniciativa es buena, en el ánimo de concienciar a la ciudadanía, en muchas cuestiones, pero que no lo arregla ni el marido (ya fallecido) de mi tía abuela Carmen, que es lo mismo que “Moyano el Latonero”.

Cierto día, se dejó caer por esta ciudad un individuo, que recaló en casa de unos familiares, pensando que venía a una casa en la que lo acogerían con el calor familiar correspondiente, pero sumado a ser una molestia, el individuo no trabajaba, procedía de la bohemia, por lo que era una verdadera carga para los familiares, cosa que no se tapaban de recordárselo. El se arrepintió de haber venido a esta ciudad y haber dejado una vida cómoda donde no le iba tan mal.

Por aquello del destino, de golpe le cayó una mediana fortuna de una herencia. Como era lógico, inmediatamente abandonó la casa de los familiares, que vieron el cielo abierto, y se marchó a hospedarse en una fonda de cierta categoría, Cambió su vestuario, del que destacaba su inmensa colección de corbatas, y al igual que en todas las épocas, lo primero que hizo fue comprarse un coche. Un tílburi.

 Tílburi en museo.
Tílburi en museo.

Dice la Wikipedia: “El tílburi es un carruaje de dos ruedas y dos asientos que puede llevar capota, aunque lo normal es que no lo haga. El sistema de suspensión consta de unas varas que se unen por detrás por un travesaño y con la caja por dos muelles normales a los del eje, unidos entre sí por dos piezas gemelas. Lleva guardabarros de cuero. Tiene ruedas de gran diámetro, de modo que la caja parece que va embutida en ellas, y esto, unido al poco peso del carruaje, lo hace poco estable y fácil de volcar.”

Pensaba manchar de barro y agua de los charcos a todo aquel que consideraba lo había tratado mal. Llegó la hora del estreno, se sentó ufano en él y dio brida al caballo. Como muchos usuarios de los vehículos actuales de motor, el síndrome de la velocidad también lo tenían los conductores de los de tracción animal. Fustigó bruscamente al animal, le soltó riendas y voló por las calles de Córdoba.

 Tílburi de Gustavo Dallara
Tílburi de Gustavo Dallara.

De momento, el primer día lo frenó un escaparate de la calle del Arco Real. El segundo día arrolló a una señora que vendía arropías en San Nicolás, la siguiente tropelía fue arrollar a un muchacho, otra a un carrillo cargado de loza, y así sucesivamente. Llegó por sus méritos a convertirse en un peligro y los ciudadanos cuando lo veían corrían apresurados a meterse en portales o cambiar de calle. Los municipales no daban abasto, y consiguió una buena colección de denuncias. Él decía que estaba siendo perseguido por envidias y ese era el motivo de las denuncias, nunca reconocía ser un peligro público. Llamaban a su coche el coche terrible.

Le salió una oportunidad de dirigir un periódico satírico, “La Cotorra”, cuya dirección no tenía sueldo, sin embargo aumentó, para sumar a las del coche, las denuncias, procesos, etc. por el periódico. Consiguió, con dinero por supuesto, hacer una campaña que le permitiera “ejercer su derecho a seguir atropellando a la gente”, ¡vamos el colmo! Claro aquello no dejaba de ser una estupidez y los resultados fueron peores, al final no tuvo más remedio que vender el coche, y más de un periódico de la competencia celebró, que hubiese salido de las calles de la ciudad el “temible y peligroso” vehículo del director de “La Cotorra”, cuando la realidad es que el peligro lo era él. También dejo la dirección del periódico obligado por los gastos que le ocasionaba el mismo.

 Otro Tílburi
Otro Tílburi.

Quiso volver a la tranquilidad que tenía antes de haber sido rico. Montó una pequeña industria que le daba para vivir sin tener que gastar de su fortuna. Pero cuando su rehabilitación era un hecho, la tisis, el mal del siglo, se cebó en él. Ahora enfermo frecuentaba un café de la Avenida del Gran Capitán, donde pasaba el día con sus cafés, copas de brandy y cigarrillos. A la mesa donde se sentaba habitualmente, el gracejo popular le decía el “baratillo”, siempre colocaba delicadamente en ella; sus guantes, el paquete de cigarrillos, los fósforos, las llaves de su casa, pañuelo, cartera, pluma y todo cuanto portaba. Un buen día no ocupó el habitual velador, y fue señal inequívoca de que el “terrible conductor” había pasado a conducir por otros lares, en los que las calles son de una sola dirección y nunca se vuelve, ahora sí no te puede multar nadie, que se sepa.

Basado en un artículo de R. Montis de 1929.
Imágenes de la red.

lunes, 20 de septiembre de 2010

LA TORRE DE LA MALMUERTA


Vista de la torre
Vista de la torre

La torre de la Malmuerta es una torre ochavada maciza hasta su mitad, que se ubica en el lado norte de la muralla de Córdoba, en una esquina antes de que la misma, haciendo un ángulo recto, tome la dirección noreste camino del Colodro. Albarrana por su separación de la muralla por un arco, que a su vez es el que contiene la escalera de subida a la misma, y que podría destruirse en caso de asedio para dejarla aislada de la muralla (el nombre siempre me recuerda a eso que se sufre en silencio). El barrio que había delante de la torre era el Barrio del Matadero, que recogen los planos antiguos de la ciudad, y la misma hacía sombra al amanecer a la Plaza del Moreno. Una plaza que sólo conserva ahora su nombre y que tenía una pequeña cruz en uno de sus lados.

 Una Perspectiva
Una Perspectiva

Mucho tiempo tuvo la circulación rodada por el interior de su arco, que por su estrechez obligaba a que ésta fuera alternativa. En los periodos que no regulaba la circulación el municipal de turno, es decir antes de que entrara el relevo de la mañana, lo hacía D. Fernando Muñoz, un aficionado que no había podido entrar en el cuerpo por la talla, y que se situaba en la gradilla de la carretera debajo del arco desde donde visualizaba ambas entradas. He tratado de recordar y creo que nunca tuvo semaforización. Son mis recuerdos muy de niño, los pilones de los jardines de la Merced y la torre de la Malmuerta, en nuestro discurrir Ollerías (antiguo Obispo Pérez Muñoz), camino del Hospital Militar en la Fuensantilla, o cuando mi madre iba a pagar a un Sra., de un militar (por supuesto) las cuentas tipo ditero.

 Desde el jardín de Badem Powell
Desde el jardín de Badem Powell

El origen del nombre de la torre se pierde en el tiempo entre multitud de leyendas y cuentos que el pueblo llano ha intentado crear en sus ratos libres.

Como en todo lo que rodea a esos tiempos, de dragones, de encantamientos y de caballeros andantes, existía la leyenda de que, si algún caballero pasa corriendo por debajo del arco a caballo, y pudiera leer la inscripción que hay en el arco de la torre, con las reales armas encima, en ese galope, alcanzará tal estado de felicidad, que la torre se desmoronará ante él y verá entonces el tesoro inmenso que guarda, del que se convertirá en propietario. Bueno pues ahora, ni que se pare con una escalera y la apoye en la pared, y coja una lupa, podrá leer lo que dice la inscripción.

 Placa de construcción de la torre
Placa de construcción de la torre

El texto dice:

“En el nombre de Dios: porque los buenos fechos de los Reyes no se olviden, esta Torre mandó facer el muy poderoso Rey Don Henrique, é comenzó el cimiento el Doctor Pedro Sanchez, Corregidor de esta Cibdad, é comenzóse á sentar en el año de nvestro Señor Jesv Christo deM.CCCCVI años. é sendo Obispo Don Fernando Deza, é oficiales por el Rey Diego Fernandez, Mariscal, Alguacil Mayor, el Doctor Luis Sanchez, Corregidor, é regidores Fernando Díaz de Cabrera, é Ruy Gutierrez.... é Ruy Fernandez de Castillejo, é Alfonso... de Albolafía, é Fernan Gomez, é acabóse en el año M.CCCCVIII años.”

 El arco y la subida a la torre
El arco y la subida a la torre

Otra leyenda es la del caballero de la familia de los Villaseca, mató a su mujer (violencia de género medieval), porque le había faltado a sus deberes como esposa y sobre todo porque él la consideraba culpable, habiéndose equivocado. Le rogó al Rey el perdón y éste, como siempre ocurría con la nobleza, lo perdonó aplicándole la pena, de construir la torre en memoria de su mujer que había sido “malmuerta” (la pobre como casi siempre, también era inocente). Tardó toda su vida, es decir muchos años, pero claro en la placa dice que se tardó en construir dos o tres años, de 1406 a 1408, con dinero de la ciudad, y eso sí por orden de D. Enrique, que a su vez había dictado un privilegio en 1405 (se halla en el Archivo municipal) para que los dineros provenientes de multas a garitos y tramposo en el juego, financiaran la construcción. La historia del descendiente de Villaseca se encarga la placa de cargársela de golpe.

Almenas
Almenas

Al respecto de la placa del arco, Don Teodomiro Ramírez de Arellano describe a los personajes que cita el texto:

“Pedro Sánchez fue el primer corregidor de Córdoba, a donde vino por disposición del rey don Enrique, con facultades muy amplias para deponer los alcaldes mayores, regidores y oficiales de esta ciudad. Puso en primer lugar para el gobierno de la misma a Fernando Díaz de Cabrera, con Alfonso Martínez del Alcázar, señor de Albolafia, Fernando Gómez, hijo del contador mayor de Castilla, Antonio Gómez de Córdoba, progenitor de los Cárdenas, Juan Fernández de Castillejo y Alonso Ruiz de las Infantas.

El primero, o sea, Fernando Díaz, era tío del rey don Enrique III, quien lo puso con los demás caballeros en el Regimiento de Córdoba, porque le fue necesario remediar el gobierno de la misma, privando de él a otros porque no administraban bien la justicia que el pueblo reclamaba. Se casó con doña Mayor Venegas, hija de don Egas Venegas, señor de Luque, y doña Beatriz de Tolosan, que fueron los fundadores del convento de las Dueñas (1370). El don Fernando fundó el mayorazgo de los Torres Cabrera, elevado después a título de Castilla, siendo éste el origen del condado de Torres Cabrera, que posee el ilustrado señor don Ricardo Martel y Fernández de Córdoba, quien vive en la misma casa en que habitó el ilustre cordobés de que veníamos hablando.”

 Vista desde la Merced, con San Cayetano al fondo y vista de la puerta del Compás
Vista desde la Merced, con San Cayetano al fondo y vista de la puerta del Compás

Sirvió de prisión a ciertos nobles. Fue observatorio astronómico de Gonzalo A. Serrano en el S. XVIII, Polvorín, que se quitó gracias a la presión popular. Lugar de fumigación de ropas de las epidemias, una especie de autoclave gigante. La antigua Comisión de Monumentos propuso varias utilidades para ella.

 Torre y taberna La Verdad
Torre y taberna La Verdad

En el franquismo, por su tamaño, fue escaparate de parafernalias funerarias de finales de noviembre, de guardias nocturnas bajo los luceros, de coronas de muerto y brazos en alto haciendo el saludo del Fascio. Soporte publicitario de una enorme cruz, que ha dejado su huella en forma de humedad perenne en su pared este. Fue la camuflada vergüenza de miles de personas muertas, y remedo del Valle de Cuelgamuros en provinciano.

 Principios del siglo XX
Principios del siglo XX

En la entrada por el Campo de la Merced tenía una gasolinera de columna, delante de lo que hoy la Taberna de Pepe Acedo. Cruz Conde la quiso utilizar para “exaltación de los cordobeses que tomaron parte en la epopeya colombina”, pero no cuajó. Fue sede de los Boys Scouts, por esa razón el jardín de Ollerías, que llega casi hasta el Colodro, se dedicó a Badem Powell su fundador. En 1988 su urbanizó el entorno desviando la circulación por el exterior.

 Símbolos del pasado
Símbolos del pasado

También fue sede de la Federación Cordobesa de Ajedrez, bajo cuyo control y por conocer a su presidente entré en la sala superior, sala acorde con el ochavado exterior y que tenía una escalera para subir a la terraza. Creo que lo más contemporáneo en cuanto a su utilización fue de la Asociación de Vecinos de su mismo nombre. Ahora casi siempre la he visto cerrada.

Su conservación actual es buena, a pesar de tener la edad que tenía Noé cuando construyó el arca, seiscientos cuatro años.

FOTOGRAFIAS DEL ARCHIVO MUNICIPAL







Fotografías del autor y AMC
Bibliografía de T. Ramírez de Arellano.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

EL RELOJ DE SOL DEL PASAJE DE LA ESTRELLA

Reloj de Sol del Pasaje de la Estrella

Hoy vamos a conocer uno de los sitios más bonitos de la ciudad, que fue en su momento el Palacio del Marqués de Guadalcázar y que vimos de pasada en una entrada que se vino a llamar Fotos de Córdoba, de pasada porque sólo nos referíamos a una foto antigua que dejaba ver la fachada del Palacio, que después tuvo otros usos.

 Reloj de Sol del Pasaje de la Estrella Calle Alfaros, al fondo el Palacio del Marqués de Guadalcázar.

En esa entrada Fotos de Córdoba, hacía Eladio Osuna, un comentario -que siempre son lo mejor de las entradas, lo digo y lo repito siempre, la entrada es el estimulo y los comentarios el magma de los recuerdos-, hace referencia al Palacio y a una anécdota que el llama ”El certificado de Adhesión al Movimiento”, comentario que es un dibujo cómico irónico, -no lo sería tanto en ese momento para él- del Palacio y del funcionario con “bigotito de hormigas” como dice Harazen, cuando era la sede de Falange, en los años gloriosos de la dictadura del General.

 Reja del Palacio Reja del Palacio en Reyes Católicos

Sobre el Palacio también se dijo en otro comentario de esa referida entrada lo siguiente:

“En el palacio del Marqués estuvo la sede de Falange, y estuvo en pie hasta los sesenta aproximadamente. Luego, inmediatamente antes de la descomposición de la dictadura, se configuró una especie de fundación, y se edificaron esas viviendas actuales. Ignoramos como pasó al Estado la propiedad del palacio. Como curiosidad lo único que se salvó de la piqueta, en una época –todas lo son- similar a esta, en la que cayeron muchos palacios, fue la reja, que está ubicada hoy donde está el reloj de sol de la Diputación, entrando por Reyes Católicos. El portón del fondo es la entrada de carruajes. Las casas del Marqués ocupaban hasta la calle Marroquíes, que estaba el huerto, ahí se edificaron una serie de casitas adosadas con la segregación de la parte trasera, y se encontró una galería de agua de la época romana, que se comunicó en su momento –conversación con quién las construyó- a Emacsa (¿?).”

 Reja del Palacio Reloj desde el callejon del Conde de Priego

En realidad a nosotros sólo nos interesa referirnos a un precioso reloj solar, o de sol, que tiene en su fachada de mediodía, a la que han tenido que construirle un resalte para suplir la diferencia en grados que tiene la fachada principal, y que el reloj esté perfectamente orientado al mediodía, en uno de los bloques de preciosas viviendas, que digo preciosas, privilegiadas viviendas, en el centro de la ciudad, con unos paseos peatonales interiores que da gusto verlos. Como es solar y fue realizada la fotografía el mes pasado a las ocho y treinta de la mañana, podemos ver como marca dos horas menos, es decir las seis y media.

 Pasaje Pasaje

El reloj de azulejos preciosamente decorados, representa una cesta de frutas, a modo de bodegón, con dos racimos de uvas negras, de la que parten tres ramas que sujetan ocho hombres-pájaro, bueno lo de hombres es un “poner”, porque tendríamos que debatir lo de siempre, el sexo de los ángeles, lo que si son es músicos-alados, que cada uno toca un instrumento, uno hasta una batería, que parecen darle una serenata o concierto a una virgen con un niño en brazos, de manto de cielo estrellado, que la sujeta una nueva rama central, y que está coronada por un triángulo en el que figura lo que parece el halo del sol.

 Reloj de Sol Reloj de Sol y ciprés

Es un rincón precioso de esta ciudad que, aunque pone propiedad privada, se puede entrar al Pasaje de la Estrella e imaginar la calidad de vida que deben tener los ciudadanos que tuvieron acceso a esas viviendas. En una de las fotografías se puede ver el dorso del monumento a Manolete, ya en la Plaza del Conde de Priego.


 Con el monumento a Manolete al fondo Con el monumento a Manolete al fondo

Fotos del autor
Blanco y negro del AMC

¡RADARCAN FUNCIONA!

RadarcanAhuyentador de cucarachas Radarcan

El veinticuatro de julio hablaba de los Visitantes nocturnos y nuevas tecnologías. Es posible que lo hiciera con algo de ironía, tratando de protegerme previamente si era un error su adquisición, y en un tono que pudiera haber parecido de burla. Hoy, setenta y tantos días después, tengo que reconocer y decir que el artilugio, que se llama Radarcan, y adquirí en un comercio de confianza, Electrónica Caballero, seguro que de todos conocido, funciona a las mil maravillas.

Salvo el animal despistado, o con problemas en su trompa de eustaquio o sus antenas, que citamos en la entrada relacionada de julio, no se ha visto una cucaracha más en mis lares. Antes rara era la semana que no había cacería, o que no tuviéramos que contaminar el medio ambiente con productos químicos agresivos.

He de reconocer públicamente el funcionamiento del ahuyentador, y que su importe ha estado bien invertido y suficientemente amortizado. Se podría hablar de características técnicas, que no vienen al caso, y si no se está al tanto de las cuestiones electrónicas no se entenderían, también del ínfimo consumo eléctrico de un minúsculo generador de ultrafrecuencia, las veinticuatro horas encendido.

Con todo lo expuesto podría configurar un detallado informe, pero lo mejor y lo que nos interesa son los excelentes resultados que he tenido con el Radarcan (en la anterior entrada no facilité su nombre). Creo que con esta aclaración, que considero de justicia, saldo cualquier deuda que pudiera haber surgido de ironías sobre un producto antes de haberlo probado."Caesar caesaris, deus dei"

¡Y lo bien que he quedado en mi casa con el aparatito!

martes, 14 de septiembre de 2010

PUENTE Y PUERTA DE LOS SACOS (I)


Puente de los Sacos Puente de los Sacos

Una de las grandes desconocidas en el panorama de las puertas de la muralla de Córdoba, es la Puerta de los Sacos, actualmente desaparecida. De ella sólo nos queda su supuesto emplazamiento original señalado por el puente del arroyo que permitiría el acceso a la Huerta del Alcázar.

 Otra vista del Puente de los Sacos Otra vista del Puente de los Sacos

José Manuel Escobar Camacho, en su trabajo, "El Recinto amurallado de la Córdoba Bajomedieval", dice de esta puerta:

“B) Puerta de los Sacos: Situada en la esquina meridional de la huerta del alcázar entre dos torres cuadradas unidas por un arco, se encontraba en el siglo XVII en mal estado de conservación, por lo que la puerta según nos informa Vaca de Alfaro recogiendo a su vez lo que dice el P, Martín de Roa en su Principado, llevaba ya bastantes años cerrada. Ha cambiado de sitio varias veces en el transcurso de los siglos modernos al restaurarse el ángulo donde se encontraba primitivamente y la muralla de la huerta del alcázar. Por ubicarse un molino cerca de esta zona de la muralla, era la puerta por la que se entraba la harina molida al alcázar, de donde tomó este topónimo en la Baja Edad Media, a partir de la construcción en la segunda mitad del siglo XIV de este lienzo de muralla que cercaba la huerta del alcázar.”

 Arco de la Avenida del Alcázar Arco de la Avenida del Alcázar

Hay que tener en cuenta que esa zona baja era la cota normal, que con la construcción del Puente Nuevo o de San Rafael –yo lo sigo llamando Nuevo-, recreció la avenida del Corregidor como puede verse en una fotografía de la construcciónde las murallas. Si no es por el arco para la avenida del Alcázar, esa zona de la muralla hubiese quedado enterrada para los restos. Ese paseo con foso que parte de la Puerta de Sevilla, pasa por la puerta de acceso a la Huerta del Alcázar y luego continúa por el citado arco de debajo de la citada avenida del Alcázar y va a parar delante del torreón que fue casa, delante de la antigua cárcel.

 Obras en la Barbacana y acceso a la Huerta del Alcázar (década de los cincuenta del siglo XX). Obras en la Barbacana y acceso a la Huerta del Alcázar (década de los cincuenta del siglo XX).

Puerta de los Sacos, insertada en la muralla y que es la de acceso 
a la Huerta del Alcázar, donde está la caballería de la Policía Municipal

Ha quedado un bonito paseo, bien arreglado donde desemboca el agua de los jardines del Alcázar en una fuente. Ese paseo a primeros del siglo veinte era asentamiento de personas, que eran las primeras que sufrían los embates de las subidas de nivel del río, las riadas. Delante de la casa torreón, hay construido un acceso esquinado con una rampa que sube a los jardines. La Comisión de Monumentos denunció el relleno de ese paseo en la década de los cincuenta del siglo XX, que dejó la muralla a la mitad de su altura. El relleno se justificó como protección de las avenidas del río.

 Paseo de la Muralla principios del siglo XX Paseo de la Muralla principios del siglo XX.


 Paseo de la Muralla principios del siglo XXI. Paseo de la Muralla principios del siglo XXI.

Todo ello forma parte del arreglo de la Puerta de Sevilla, la barbacana y las murallas, que se acometió en los años cincuenta. Conllevó la desaparición del Barrio del Maimón y parte del atentado sufrido por la Colina de los Quemados, con determinadas construcciones y la creación de una barriada, delante del Instituto, parece que para suplir el citado barrio destruido. En los planos de Córdoba ya se situaban restos de murallas en la Colina de los Quemados a la altura de la Huerta del Maimón en lo que es hoy el Instituto Séneca.

 Fuente del Paseo de la Muralla. Fuente del Paseo de la Muralla.

A su vez, la expropiación de los terrenos para el Parque, significaron la creación de la barriada del Parque de Cruz Conde, y los terrenos sanitarios al oeste del Parque, y sin duda la especulación de los terrenos citados. Eso fue otra gran cuchillada que se le dio a esa zona, que al decir de los expertos es la biblioteca arqueológica de la ciudad. En sus estratos está reflejada toda la historia de Córdoba, desde tiempos ancestrales, que posiblemente nos lleven a contemporáneos de Atapuerca.

 Puerta de subida a la Avenida del Alcázar. Puerta de subida a la Avenida del Alcázar.


 Rampa de subida a la Avenida del Alcázar. Rampa de subida a la Avenida del Alcázar.

Diversos planos de la Ciudad que nos determinan el emplazamiento de la Puerta y el puente de los Sacos.


 Plano de las Puertas de Córdoba. Plano de las Puertas de Córdoba.


 Dibujo de Wyngaerde Puerta de los sacos, 1657. Dibujo de Wyngaerde Puerta de los sacos, 1657.


 Plano de 1811. Plano de 1811.


 Plano de 1851. Plano de 1851.

Fotos del autor y del AMC.
Bibliografía la citada en el texto.