lunes, 28 de septiembre de 2020

MIGUEL MARÍA DE ARJONA Y CUBAS

Cuadro de Manuel María de arjona y Cubas

Tengo la suerte de tener una voluminosa biblioteca, que hace mucho tiempo no consulto, Internet ha cambiado mucho en los hábitos normales de la gente. La comodidad de la consulta en facilidad y funcionalidad, hacen que la consulta de libros haya quedado un poco en desuso, es verdad que el olor del papel y las tintas ejercían una cierta adicción. Hoy recordaba tener en algún rincón el “Informe Hite”, de la autora Shere Hite, estudio sobre la sexualidad femenina, que leí cuando aún “las nieves del tiempo (no) platearon mi cien” como en el Volver de Gardel. Pero he aquí que al sacar el libro, se vino también “Los 100 mejores poetas de la lírica castellana” de Rafael Morales. Me acordé de otro amigo de igual nombre y apellido, historiador, extraordinario fotógrafo y mejor comunista. Pero todo ellos son pensamientos asociados a las cosas cotidianas que nos pasan en un momento. Se abrió el libro de los 100 poetas y mira por donde lo hizo por la página 414 que estaba dedicada a Manuel María Arjona, este poeta sevillano de Osuna, que fue quien fomentó la creación de la “Real Academia de Córdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes” y su primer director, era canónigo penitenciario del Cabildo cordobés y un hombre que sufrió cárcel por afrancesado. 

Retrato de M.M. de Arjona (de Asencio-Rojas BNE)

Manuel María Arjona
Nació en Osuna (Sevilla) en 1771. Estudió Filosofía y Derecho civil y canónico en Osuna y Sevilla. Fundó algunas academias literarias, entre ellas la llamada del Sil¿, de su ciudad natal, y otra en Sevilla, con Blanco, Lista, Reinoso, etc. Consagrado a la carrera eclesiástica, en 1797 era doctoral de la Real Capilla de San Fernando, y en 1801 obtuvo por oposición la plaza de canónigo penitenciario de la catedral de Córdoba. En 1808 se hallaba en Madrid, donde le sorprendió la invasión napoleónica; intentó ponerse a salvo y marchó a Córdoba, pero ya en tierras andaluzas, las tropas de Dupont se apoderaron de él y terminó por contemporizar con los invasores, lo que le ocasionó algunas represalias entre 1812 y 1814, año este último en que, terminada la guerra, fue encarcelado, y tuvo que justificar su actitud fluctuante por medio de la publicación de un manifiesto. Ya rehabilitado, regresó a Madrid a finales de 1818, pero el ministro de Gracia y Justicia le desterró a Córdoba y luego a Sevilla, ciudad en que se hallaba al jurarse la Constitución de 1820, año en que murió en Madrid, al que había regresado poco tiempo antes.

Arjona tuvo una profunda formación humanística y cultivó la poesía didáctica y filosófica, así como la bucólica al modo de Meléndez Valdés. Prevalecen en su poesía los motivos paganos, aunque no le falten composiciones religiosas. Alguna vez se aproxima a las odas al modo de Herrera, como en su poema A la decadencia de la gloria de Sevilla, y a las de Quintana, por ejemplo, en España restaurada en Cádiz. Predominan en su obra poética la falta de emoción humana, un tono intelectual y cierta grandilocuencia, pero no está carente de un cuidado rigor formal en cuanto al aspecto expresivo. Inventó algunas estructuras estróficas, como, por ejemplo, la de su poema La diosa del bosque, que, es a nuestro juicio, el mejor que nos ha legado, y en el que podemos hallar algún leve indicio de carácter romántico.

EL AUTOR A SÍ MISMO

Cansada nunca de tu vano intento, 
corres, barquilla, el piélago espumoso, 
y tu piloto sufre, temeroso,
del Aquilón el ímpetu violento.

Neptuno te presenta, fraudulento, 
mansas las iras de su reino endoso, 
¡cuitada! porque dejes tu reposo,
y luego llores del instable viento.

Al mar no vuelvas, mísera barquilla;
acógete, por fin, escarmentada,
al ocio dulce de la quieta orilla.

Que si a nave real, de horror cargada, 
Neptuno la orgullosa frente humilla, 
¡ay!, tú serás por burla destrozada.


LA DIOSA DEL BOSQUE
i0h, si bajo estos árboles frondosos 
se mostrase la célica hermosura
que vi algún día en inmortal dulzura 
este bosque bañar!

Del cielo tu benéfico descenso 
sin duda ha sido, lúcida belleza;
deja, pues, diosa, que mi ingrato incienso 
arda sobre tu altar.

Que no es amor mi tímido alborozo, 
y me acobarda el rígido escarmiento, 
que, ¡oh, Piritoo!, condenó su intento 
y tu intento, Ixión.

Lejos de mí sacrílega osadía; 
bástame que con plácido semblante 
aceptes, diosa, a mis anhelos pía, 
mi ardiente adoración.

Mi adoración y el cántico de gloria 
que de mí el Pindo atónito ya espera; 
baja tú a oírme de la sacra esfera, 
¡oh, radiante deidad!

Y tu mirar más nítido y suave 
he de cantar que fúlgido lucero;
y el limpio encanto que infundirle sabe
tu dulce majestad.

De pureza jactándose Natura,
te ha formado del cándido rocío
que sobre el nardo al apuntar de estío 
la aurora derramó.

Y excelsamente lánguida retrata 
el rosicler pacífico de Mayo
tu alma; Favonio su frescura grata, 
a tu hablar trasladó.

¡Oh, imagen perfectísima del orden 
que liga en lazos fáciles el mundo, 
sólo en los brazos de la paz fecundo, 
sólo amable en la paz!

En vano con espléndido aparato 
finge el arte solícito grandezas;
Natura vence con sencillo ornato 
tan altivo disfraz.

Monarcas que los pérsicos tesoros 
ostentáis con magnífica porfía, 
copiad el brillo de un sereno día 
sobre el azul del mar.

O copie estudio de émula hermosura 
de mi deidad el mágico descuido; 
antes veremos la estrellada altura 
los hombres escalar.

Tú, mi verso, en magnánimo ardimiento 
ya las alas del céfiro recibe,
y al pecho ilustre en que tu numen vive 
vuela, vuela, veloz.

Y en los erguidos álamos ufana
pende siempre esta citara, aunque nueva; 
que ya a sus ecos hermosura humana 
no ha de ensalzar mi voz.”

Fotografía De Asensio-Rojas-.Biblioteca Nacional de España – 
Bibliografía citada.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

LA PUERTA DE GALLEGOS

Puerta Gallegos 1864

Cuando eramos "plantilla" en una página cordobesa que se llamaba Calleja de las Flores, siempre salían muchos temas de la ciudad que eran muy productivos. Se debatía sobre esta o aquella fuente desconocida, actuaciones municipales, arqueología, y muchos temas importantes para la ciudad, y aunque creyéramos que no tenían incidencia en la resolución de determinadas cuestiones, la tenían. Pero el tiempo inexorablemente es el juez de todas las cosas, y sentencia algunas. Se cerró, e intentó un mantenimiento con una segunda parte que se llamó La Colleja pero ya se sabe lo de las segundas partes, además de la falta de colectividad. Pelillos a la mar, aunque no puedo dejar de sentir nostalgia por una página y personas de las que aprendí mucho.

Plano 1811

Alrededores Puerta Gallegos

Hoy vamos a dar un paseo por la Puerta de Gallegos. Mis recuerdos más lejanos pueden ser: el Bar Barril, un poco más adelante hacia Aladreros el puesto de pan del Horno de Enrique Fernández de la calle Tejón y Marín, que regentaba mi tía política Maruja, la mujer de mi tío Fernando Carreras el barbero. El puesto de flores de la madre de Cagalejos y la bulla de la gente los domingos por la tarde mirando los resultados del fútbol que permitieran a alguno, salir de la miseria en la que estábamos muchos, con el acierto de una quiniela. En la pared del Barril ponían los resultados y cada vez que había alguna alteración salía el camarero o el responsable y lo cambiaba en la pizarra.

Puerta en Feria desde el Jardín

Salida diligencias a Sevilla, cada hora

Luego con mi padre había estado muchas veces viendo los charlatanes, que vendían cualquier cosa, y que la gente, los incautos, compraban. Había, decía mi padre que los conocía unos “ganchos”, personajes a los que le había ido muy bien el crecepelo, el elixir, o el peine carey y volvía para llevarse unos cuantos más, y así calentar a los indecisos. También me decía mi padre -que entonces era el que más sabía de todo-, que me fijara, porque en esas bullas actuaban los carteristas, delicados amigos de lo ajeno que podían abrir el bolso de la señora o sustraer la cartera de un curioso sin que estos se enteraran. En alguna ocasión me señaló como trabajaban estos profesionales y vi alguno en plena faena, siempre con la advertencia de la “ley del silencio”.

Feria de mayo 1952

El Barril y la quiniela

Frente, ya en el jardín de la Victoria, el clásico fotógrafo de al minuto, militares sin graduación rondando criadas con cofia, el puesto de flores de la madre de Cagalejos, una cafetería en el acerado de la Victoria y en Aladreros una plaza de mercado. Luego estaban los que decían daban nombre a la calle, gallegos que se dedicaban a dar portes con sus manos, una gruesa soga y sus espaldas. Eran los mozos de cuerda que podías verlos con un baúl a cuestas, detrás de quien lo contrataba llevándole el bulto a su casa. También hubo una parada de carrillos bateas, que más adelante fue también de triciclos.

El Bar Victoria

Puerta Gallegos de Ripoll

Sin embargo D. Teodomiro Ramírez de Arellano dice respecto al nombre de la puerta que viene de más antiguo de esa contratación de transportistas venidos de la esquina noroeste de España. Y como es lógico la puerta está desde la ciudad republicana primero y luego augusta, visigoda y árabe después, para terminar en cristiana. Dice también que pudiera ser por alguien que se llamara Gallegos, por ser “Puerta de” en  lugar “de los”, pero como todo son elucubraciones. En 1755 se reedifico después del terremoto famoso y definitivamente en el año 1865, se compró la casa número 1 de la Plaza de Aladreros de 64 m2, piso bajo y principal, por el justiprecio de 12.450,90 reales que equivalía a 3.112,73 pesetas o a los actuales 18,63 euros. 

Puerta y puente sobre el Arroyo del Moro

Vía romana hacia el oeste desde la Puerta

En 28 de marzo de 1865 se formaliza la escritura. Los materiales reciclados se subastan y se consigue un precio de 1.511.50 reales. Se trasladó el fielato a la Trinidad mientras se derribaba la puerta. El 24 de mayo vuelve el fielato a la derribada puerta, pero le salen unas grietas al lienzo de la muralla y se prevé repararlo después de la feria. El 13  de julio se aprueba el presupuesto y su reparación cuesta 3.586,40 reales. Hay protestas de algunos cordobitas de aquel tiempo, unos por una cosa y otros por la contraria, pero se repara. A la vista de cómo está ahora hay que suponer la de vicisitudes que sufriría después, para llegar a nuestros días. Hay un trabajo en 3D del malogrado José Carlos Gómez Magán, en la web Entrete-nido, sobre la puerta que merece la pena ver y del que he extraído algunas imágenes. Y a continuación lo que D. Teodomiro escribe de la Puerta en su Paseo por San Nicolás de la Villa.

Panorámica Puerta Gallegos 3D (Entrete-nido)

Puerta Gallegos (Entrete-nido)

“Desemboca la calle de la Concepción en la plazuela de la puerta de Gallegos, llamada así por estar la que dá paso al campo; nada de particular ofrece al curioso, aparte de una decoración de piedra negra que ha quedado entre las casas números 2 y 4, y es el respaldo de una fuente que habia en aquel sitio: su construcción data de 1604, cercana á la puerta, donde estuvo hasta 1755 que la mudaron á la parte interior; en 1813 la trajeron á la esquina de la calle de la Concepción, y por último, en 1871 la han llevado á la plazuela de los Aladreros; de modo que esta fuente parece condenada á andar siempre de paseo. Junto á la puerta hubo una calleja que se cerró al público en 1801.

Puerta de Gallegos (Entrete-nido)

Rótulo en la muralla (Entrete-nido)

La Puerta de Gallegos: hé aquí un nombre que ha dado lugar á diferentes opiniones, todas fundadas en congeturas; mientras varios autores y nosotros, le damos el mismo é idéntico origen que á las de Martos, Baeza y Plasencia, creyendo que por este sitio entró en Córdoba la legión gallega que acompañaba á Fernando III, otros lo achacan á ser el punto donde se situaban los gallegos que se venían á Córdoba á dedicarse al traslado de bultos de un punto á otro, sin ver que aquel título viene de mucho mas antiguo, y por último, hay quien defiende que es el apellido del que la abrió, siendo esta la causa de decirse de Gallegos y no de los Gallegos; mas esto es un absurdo porque la puerta, según Roa, existia en tiempo de los Romanos, aun cuando no anota el nombre. 

Al fondo la fuente (Entrete-nido)

Alrededores Puerta Gallegos feria (Entrete-nido)

Los Árabes la construyeron de nuevo con sillares de piedra franca almohadillados, y dos colosales columnas á los lados, dándole una forma muy gallarda; los capiteles de estas eran romanos, lo cual hace sospechar fueron restos de otra portada anterior: después de la conquista le hicieron nueva la parte superior, colocándole en el centro las armas de Castilla, y á los lados, en los frentes de unas acroteras que tenia la decoración, le pusieron los escudos de Córdoba: en el terremoto de l.° de Noviembre de 1755 quedó notablemente quebrantada, y entonces la reedificaron cambiando su antigua y bonita arquitectura por la raquítica forma que le hemos conocido hasta 1864, que la derribaron por completo para dar ensanche á una salida de la población donde tanta gente afluye, particularmente por feria.

Plaza Aladreros (Entrete-nido)

Fuente interior (Entrete-nido)

A la derecha, saliendo, hubo hasta 1821, que lo derribaron, un magnífico torreón cuyos cimientos aun existen; se asemejaba algo al de la Malmuerta, aunque de menos espesor y mas esbelto, estando, como él, unido á la muralla por un arco que le servia de paso á la parte alta; es uno de los muchos monumentos que se han derribado en Córdoba en daño de las artes y la historia. A la izquierda existe aun un humilladero ó capillita, donde se venera una imagen de Jesús preso, costeada en el siglo XVIII por los hortelanos del pago de la Victoria, quienes pidieron su conservación cuando derribaron la puerta. Nosotros le hemos conocido una gran ventana con puertas que abrían para fuera cuando en Semana Santa y feria lo adornaban con flores y luces: hoy sigue siempre alumbrado por la devoción de dichos hortelanos y muchos vecinos de las casas cercanas á la puerta de Gallegos.”


NOTA: A los textos se les ha respetado la gramática original.

Fotografías de Internet y Blog Entrete-nido

Bibliografía de Teodomiro Ramírez de Arellano Paseos por Córdoba (Biblioteca Central)

martes, 8 de septiembre de 2020

SOBRE EL CAMPO DE LA VERDAD

El Campo de la Verdad desde el sur (Google)

El otro día una querida amiga, viuda de una de las mejores personas que he conocido y querido, mi amigo Joaquín Ruiz, me preguntó sobre el Campo de la Verdad, halagándome en demasía por estimar yo que me preguntaba pensando que soy un erudito de todo. Quiero aclarar que nada más lejos de eso, sólo soy un curioso que busca en fuentes diversas para luego publicar, sin que esas fuentes sean sinónimos de verdad, porque opino que la historia es en ocasiones un cuento, o muchas veces lo es. Siempre nos llega adulterada por los vencedores que son los que la escriben, o por personas que se dejan llevar por apreciaciones suyas y que están más o menos lejos de la realidad. En una palabra, que hay muchas versiones de la historia y que nosotros elegimos la que más nos conviene o nos gusta. Para esta utilizo textos de D. Teodomiro Ramírez de Arellano, algunos con bastantes imprecisiones y novelescos, teniendo en cuenta que lo novelesco se nutre de la imaginación del autor la mayoría de las veces.

Un espejo del puente romano

Dice D. Teodomiro en su Paseo por el Barrio del Espíritu Santo:
“En el trascurso de nuestros paseos nos hemos ocupado detenidamente de la muerte que mandó hacer el Rey D. Pedro en varios caballeros cordobeses y la indignación que en todos ellos había producido tan infame é injustificado proceder; ya saben nuestros lectores que en la plaza del Salvador fueron decapitados Pedro de Cabrera y Fernando Alfonso de Gahete, que en una noche hizo matar aquel cruel Rey á diez y seis caballeros cordobeses, y por último las órdenes que dio al Maestre D. Martin de Córdoba para la muerte de otros amigos y deudos suyos, con la demolición de sus casas, que se llevó á cabo en las de los Menas [Mesías], Hoces, Argotes y otros, no cumpliéndose la primera parte de la orden porque el Maestre avisó á los sentenciados á morir, lo que le valió una gran persecución, que no logró entibiar su acrisolada lealtad, hasta que murió en Sevilla después de haber defendido en Carmona á las hijas de D. Pedro. En 1367 tornó D. Enrique de Francia con poderosas fuerzas, y entrando en Castilla, fué proclamado en Burgos como legítimo Rey, declarándose á su favor toda la nobleza, y mas decidida que toda, la de Córdoba, arrastrando á el pueblo que, como ella, habia presenciado y no olvidado los infames atropellos de que esta ciudad fuera víctima.

Barrio viejo del Campo de la Verdad (Google)

La decidida actitud de los cordobeses provocó, como era de esperar, mucho mas las iras de Don Pedro, y temerosos de que intentase en ellos nuevos y sangrientos castigos, llamaron en su ayuda al Maestre de Santiago, D. Gonzalo Mecía, D. Juan Alfonso de Guzman, después primer Conde de Niebla, D. Alvaro Pérez de Guzman, Alguacil mayor de Sevilla y D. Pedro Ponce de León, que fugitivos se encontraban en Llerena con el Maestre cordobés, amante de su patria, á la que no titubeó en socorrer, entrando en ella con quinientos caballos dispuestos como todos los vecinos de la ciudad á morir primero que dejar á D. Pedro entrar á ejercer nuevas crueldades. Este, á su vez, no perdonaba medio, por bajo que fuese, por saciar su corage, y después de juntar mil quinientos caballos y seis mil infantes, pidió mas socorros al Rey moro de Granada, prometiéndole el dominio de Córdoba, con cuya oferta vino él en persona con siete mil caballos y ochenta mil infantes, de los cuales doce mil eran ballesteros.

Aérea desde el norte (Google)

Aun cuando todos los cordobeses, sin esclusion de edades ni sexos, contribuyeron cada cual como pudo á la defensa de la ciudad, es oportuno anotar quienes fueron los caballeros que estuvieron á la cabeza de aquellos valientes, y á quienes nombran en el privilegio de franqueza que en premio á su valor concedió A Córdoba D. Enrique, en Burgos, á 6 de Noviembre de 1367: estos fueron D. Alonso Fernandez de Córdoba, Señor de Montemayor; su primo D. Gonzalo, Señor de Cañete; Diego Fernandez de Córdoba, Señor de Chillon; Lope Gutierrez de Córdoba, Martin Alonso, Diego Alfonso de Montemayor, Diego Gutiérrez de los Rios, Alfonso Tellez de Saavedra, Garci Fernandez de Córdoba, Gimeno de Góngora, Garci Méndez de Sotomayor, Garci Lopez, Pedro Lopez, Pedro Gonzalez de Frias, Bartolomé de Bocanegra, Fernando Armijo de Sousa, Juan Sanchez de Frias, Pedro Alfonso de Rueda, Suero García de Sotomayor, Fernando Perez de Harana y Juan Gutiérrez de Montoya.

Y desde el oeste (Google)

Salió el Rey D. Pedro de Sevilla, y reuniéndose con el de Granada, llegaron á las cercanías de Córdoba, acampando sus ejércitos en los Visos, desde donde habían de intimar la rendición á los bravos defensores de esta ciudad; mas, anticipándose estos mandaron varios emisarios á conferenciar con Don Pedro, haciéndole presente, que si prometía entrar solamente con los cristianos que tenía á sus órdenes y respetar las vidas y haciendas de todos los cordobeses, franca tenía la entrada; pero que si no empeñaba su palabra, resistirían cuanto su valor y sus fuerzas permitieran: oida esta proposición prorumpió D. Pedro en desaforados gritos, insultando á los emisarios y diciéndoles que ni un acto de perdón habian de ver cuando, muy pronto, los hubiera vencido. Tal era la confianza que aquel cruel Monarca tenía en su ejército, y tal el deseo de castigar horriblemente á los que habían abrazado la causa de su hermano D. Enrique.

En construcción, es la calle de "las Tiendas"

Apenas habían regresado los emisarios á la ciudad, cuando un general árabe llamado Abenfulos, después Rey de Marruecos, seguido de parte del ejército de Granada, sitió y ganó el castillo del puente ó Carrahola, y pasando adelante hacia las murallas del barrio llamado Alcázar viejo, les combatió tan reciamente, que abrió en ellas seis portillos y puso sus pendones sobre las almenas: entretanto oíase el plañidero son de todas las campanas, y las iglesias se veian llenas de sacerdotes, mujeres, niños y ancianos que, contristados, rogaban por el triunfo de sus defensores: un rasgo heroico de las damas cordobesas, á quienes siguieron gran parte de las demás del pueblo, contribuyó en gran manera al éxito de la defensa; soltáronse los cabellos, vistieron humildes tráges, y saliendo por las calles, suplicaban á todos los hombres que corrieran á morir á manos de los sitiadores antes de verlas entregadas con sus hijos en manos de los enemigos de su religión y su patria: todos entonces encomendaron su dirección, al Adelantado mayor de la Frontera D. Alonso Fernandez de Córdoba, de quien algunos por envidia ú otras causas hicieron desconfiar, diciendo estar de acuerdo con D. Pedro, á quien entregaría la ciudad; 

Chozos en la Carretera de Granada

esta calumnia llegó hasta su madre D.ª Aldonza López de Haro, y dice la tradición que cuando pasaba armado por la hoy calle de Torrijos ó Palacio, le salió aquella al encuentro diciéndole á grandes voces, que se murmuraba su intento de entregarlos al Rey, y que tuviese entendido que en el linage de los Haros jamás hubo traidor alguno; D. Alonso se bajó del caballo, y después de besarle la mano con el mayor cariño, contestóle: — Señora, al campo vamos y allí se verá la verdad; — otros afirman que D.ª Aldonza dijo: —Por la leche que mamaste de mis pechos, que no entregues la ciudad, — y que habiendo ocurrido esta escena frente al postigo llamado de la Leche, le quedó entonces este nombre; pero el origen es otro, como en su lugar diremos, y por consiguiente carece de fundamento esta creencia.

El Estadio San Eulogio

D. Alonso siguió su marcha, y poniéndose al frente de todos los defensores de Córdoba, acudió primero á el Alcázar viejo, de donde, ayudados hasta por las mujeres con picas y palos, arrojaron á los moros de las murallas, quitándoles sus pendones y arrollándolos hasta mas allá del puente, quedando muchos tendidos en todo aquel largo trayecto, donde dicen que los piconeros de San Lorenzo con sus hoces y hachas cortaron á muchos las cabezas: esta acometida fué tan recia, que hasta logróse recuperar el castillo de la Carrahola que, como hemos dicho, habían ganado. Ya en el puente volvióse D. Alonso á sus valerosos amigos y les dijo que desde allí se volvieran los que no quisieran seguirle, porque no les restaba mas remedio que vencer ó morir: todos lo siguieron y él, para quitar toda esperanza, mandó volar dos arcos del puente, quedando incomunicados con la ciudad. Si grande había sido la lucha, mayor aun lo fué desde este momento, pues arremetiendo en el campo contra las huestes de los reyes aliados, los llevaron acosados hasta gran distancia, causando en ellos grandísimos estragos: D. Alonso y los suyos se volvieron á Córdoba, repasando el rio hacia el murallon de San Julián, por el vado que desde entonces se llama del Adalid. Cuenta la tradición, que la noticia de tan horrible derrota llegó al Rey moro cuando estaba cenando en una casita donde se hospedaba, y que al oir aquel relato, esclamó en estremo conmovido: — ¡Amarga cena me han dado!— de donde viene el nombre del cortijo que todos conocemos con este título, á dos kilómetros de distancia de esta ciudad.

Pedro I el cruel pintado por un pintor pelota

Los sitiadores arrollados, pero no convencidos de la inutilidad de sus esfuerzos, acamparon antes de llegar á los Visos, en tanto que los sitiados remediaron los daños causados en las murallas del Alcázar viejo, reforzaron la defensa del puente y se entregaron á mil muestras de júbilo por la victoria alcanzada en aquel dia. Al siguiente se presentaron los enemigos á vista de la ciudad, á la que no se atrevieron á atacar temerosos de un nuevo descalabro. Algunos dias permanecieron amenazando á los cordobeses, hasta que, convencidos de su impotencia, marchóse D. Pedro á Sevilla, en tanto que el Granadino se corrió hacia Jaén, cuya ciudad conquistó, haciendo grandísimos estragos en otras muchas comarcas. Desde entonces el Campo de la Verdad lleva este título, recordando á Córdoba una de sus mayores glorias. El Obispo D. Andrés Pérez Navarro, en unión del Cabildo, concedieron á Don Alonso Fernandez de Córdoba el patronato de la capilla de San Pedro para su entierro y el de sus descendientes, y el Pontifico en sus bulas le llamó El Restaurador de la cristiandad en España.

Pedro I el Cruel pintado por uno menos pelota

Durante el fragor de la batalla las cuatro campanas mayores de la Catedral estuvieron tocando rogativa y en el dia siguiente y noche doblaron por los que tan gloriosamente murieron en ella: entonces fué cuando el Obispo Navarro ofreció que aquellas campanas y particularmente la segunda denominada hoy de la Cepa, doblaría también á todos los descendientes de los que con tanta decisión y acierto habían dirijido el triunfo de las armas cordobesas; oferta que el Cabildo Eclesiástico confirmó en Noviembre del mismo año, 1368, si bien los espresados descendientes habían de serlo por línea recta ó de varón; pero en 29 de Diciembre de 1504 lo reformó, concediéndolo también para los descendientes por hembra. El doble de Cepa continua recordando á los cordobeses la memorable batalla del Campo de la Verdad, y para obtenerlo se necesita que tres individuos, con derecho reconocido, lo pidan al Sr. Dean de la Santa Iglesia Catedral, prestando juramento de que les consta ser el finado de los descendientes de aquellos valerosos hijos de Córdoba: algunas familias, deseosas de que espresado privilegio tenga mas lucimiento, al par de obtener el permiso para el doble de Cepa, hacen una esposicion al Sr. Provisor pidiendo que las demás iglesias acompañen con sus campanas á las de la Catedral; pero otros se contentan solo con lo primero, cuyos derechos son de poca importancia. “

Alonso Fernández de Córdoba en el Postigo de la Leche

Aclarar que el texto está sacado del que tiene publicado en su Web la Biblioteca Central. Que es muy importante la publicación para conocer cosas de nuestra ciudad porque con el buscador se puede preguntar por lo que nos interese o tengamos duda. Añadir que aunque parece que tiene faltas de ortografía no son tales porque se ha respetado la ortografía que era la que existía en el siglo XIX, que es la fecha en la que el autor publicó su trabajo en dos tomos. [Entre corchetes subsanación de las erratas corregidas en la edición original de 1877]  [Entre corchetes y tamaño menor de letra, comentarios añadidos en la edición actual de la RMBCO]

Fotografías del autor, de Google y de Internet
Bibliografía Paseos por Córdoba T.Ramírez de Arellano

lunes, 7 de septiembre de 2020

EL GRAN CAPITÁN HABITANTE DE LA CASA DEL ÁGUILA Y DE LA ENCOMIENDA

Dibujo de la portada de la Casa del Águila

De casualidad ha caído en mis manos un trabajo de Rafael Castejón, “La Casa del Gran Capitán” publicado en un Boletín de la Real Academia de 1928, el autor al final dice: “El carácter de este artículo, simplemente enumerador, sin erudiciones técnicas, reservadas a los arqueólogos, nos evita mayores digresiones, vedadas, por otra parte a nuestra ignorancia.” Está meridianamente claro su intención de no inmiscuirse en el trabajo de los eruditos. Por mi parte lo mismo. Dicho esto trata de aproximarse a la que supone fue la casa de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que a pesar de que la poderosa familia tuvo varias, él la sitúa en base a determinadas referencias en la llamada Casa del Águila, que anduvo por el huerto del mismo nombre en el barrio del Trascastillo, que ya señaló en otra época Pío Baroja en su "Feria de los Discretos".

Plano de la zona de los Huertos de Vidrio y del Águila

Laberinto de callejuelas en el que vivían en él: “muchas mujeres de mala conducta, ocasionadas a toda clase de escándalos", como decía don Teodomiro Ramírez de Arellano. O el dibujo de aquellas vivencias del famoso escritor vasco: "Casas de la Morería, / Trascastillo y Murallón, / ninfas, dueñas y tarascas, / baratilleras de amor". Las tarascas eran mujeres agresivas, desaseadas y con una notable falta de vergüenza. Pero claro eso era algunos, bastantes años después de que viviese allí, si vivió, Gonzalo. Ambrosio de Morales decía: “Vivían estos señores (los padres del Gran Capitán) en aquellos tiempos en las principales casas que poseen en Córdoba, cerca de San Hipólito, en el barrio que llaman Trascastillo, y en ellas nació D. Gonzalo...” aunque después sitúen otros historiadores su nacimiento en Montilla.

Mitad del patio de la Casa de Águila

En resumidas cuentas Rafael Castejón no habla del nacimiento sino de que vivió en esa casa, en la del Águila, aunque sigue citando a Morales: “Tuvo cuando pequeño alguna desunión con su hermano (D. Alonso de Aguilar): salióse de su casa, y aunque presto volvieron a su amistad, no volvió a ella, y así oí referir a viejos de casi cien años; vivió en las Casas de Calatrava...”. Ahora nos traslada a las casas de la Encomienda de Calatrava, situadas en lo que hoy son las Tendillas, antes plaza de Cánovas, que las partió la calle Paraíso (Duque de Hornachuelos), y que hacían esquina con Jesús y María, dejando a un lado lo que luego fue el Hotel Suizo, para que nos hagamos una idea de la extensión de las mismas. 

La otra mitad

Pero nos volvemos a San Hipólito y al barrio del Trascastillo, y en un plano de 1851 vemos como ya había caído por la piqueta el Convento de San Martín, convertido en Paseo Central, que luego ocupó parte el Gran Teatro y el paseo del Gran Capitán posterior, a lo mejor de aquello le viene el nombre. La Plaza de la Moneda y dos grandes solares, otra de las enormes operaciones urbanísticas de la ciudad, darle salida a los solares de los Huertos del Vidrio y del Águila, y transformar unas propiedades en un barrio marginal en una zona noble de la ciudad, donde las poderosas familias se construían sus palacios, Gelo, Marques de Mérito, etc.

Detalle del intradós

“Opina don Teodomiro Ramírez de Arellano que la casa de los Marqueses de Comares, sita en el solar que luego fue Convento de San Martín, estaba frente a la iglesia de San Nicolás, y que se dice que su interior era magnífico y toda ella rodeada de vistosas almenas. Al otro lado de la plaza de la Moneda, y dando nombre a las respectivas callejas, estarían el huerto del Vidrio, antigua casa solariega de uno de los mayorazgos de los Duques de Frías, con portada del siglo xv muy buena, y el huerto del Águila, mayorazgo de los Duques de Medinaceli. Recuerda que Doña Leonor de Córdoba, hija del leal Don Martín, dice en sus memorias inéditas que entre ambas casas se abrió un arco para comunicarlas. Y termina suponiendo que en cualquiera de dichas tres casas pudo haber nacido el Gran Capitán, si bien lo más probable es que se criase en las de más allá de San Hipólito”.

Intradós mudéjar

Pero continúa diciendo Rafael Castejón en su artículo que: “Ramírez de las Casas Deza, emplazando frente a la iglesia de San Nicolás, en lo que fue después Convento de San Martín, Ja casa de los Fernández de Córdoba señores de Chillón, Lucena y Espejo, después Marqueses de Comares; y en lo que se conoció, durante el siglo pasado, como solares vacíos y figuran en los primeros planos de Córdoba con los nombres de Huerto del Vidrio y Huerto del Águila, las casas de los Fernández de Córdoba señores de Montemayor y después Condes de Alcaudete, y las casas de los Fernández de Córdoba señores de la casa de Aguilar, respectivamente”.

Albanega del arco

Señala el insigne veterinario que parece que por mor de los hados, la estatua ecuestre del Gran Capitán, ha seguido la ruta de casas habitadas por el titular D. Gonzalo Fernández de Córdoba, primero estuvo enfrente a los antiguos solares de la huertas, en el cruce de lo que fue el Paseo del Gran Capitán con Tejares, al borde de la ciudad amurallada, cuyos sillares hubo que desmontar para el paso del alcantarillado, y luego en las de la Encomienda de Calatrava, donde finalmente quedó emplazado el militar de las famosas "cuentas". Una casualidad o un todo justificado, a saber por lo inescrutable del destino. Cita que en las obras del alcantarillado hubo unas notas que el arquitecto municipal hizo de lo encontrado en el subsuelo, notas desaparecidas, que demuestran que se sabía lo que había en la zona de la época romana.

Casas de la Encomienda de Calatrava, dcha, calle Jesús y María

Describe el Sr. Castejón la Casa del Águila derribada en 1856, sus patios, y hace un detenido y pormenorizado recorrido por una serie de capiteles que tenía su patio. Del mismo modo dice que en lo que hoy es la calle Conde de Robledo (antiguo Huerto del Águila), en algunos sitio pone del Robledo (más lógico), se encontró un ara con inscripción que se depositó en el Museo. Un capitel en la Casa del Marques del Boil, en Gran Capitán con una inscripción de Abderramán. En la del Marqués de Comares una fuentecita mudéjar de los siglos XIV o XV que también está en el Museo. También se detiene en hablar del expolio de material de Medina Azahara y Azahira para ser utilizado en otras construcciones, por ejemplo de las iglesias fernandinas. Eso era lo normal y se hace y seguirá haciendo aunque ahora la norma es más estricta.

Gonzalo Fernández de Córdoba (Mateo Inurria)

No se garantiza nada de lo expuesto pero queda dicho, puede que Gonzalo Fernández de Córdoba, viviera en la Casa del Águila y después en la de la Encomienda, cuando no estaba guerreando o en su tierna infancia, acompañando entonces el emplazamiento de su famosa estatua ecuestre por las cercanías de ambas viviendas. Estamos hablando del siglo XV, dos siglos después de la Conquista de Córdoba. Nació el Gran Capitán en 1464 y murió en 1504, parece que con cuarenta años, en ese mismo año murió Isabel I, pero con 53. Le llevaba la reina 13 años, lo digo por la novelada historia televisiva de platónico amor, de ambos protagonistas. Pero esas son licencias de los guionistas para dar más brillo a las historias, y que aumente eso de lo que viven, que es el share.

Fotografías del artículo citado
Bibliografía del articulo del BRAC de 1928

viernes, 4 de septiembre de 2020

UN SKYLINE AL NORESTE

Desde el lugar de trabajo

Antes de que los tímidos rayos del amanecer delimiten el SkyLine del fondo, en dirección noreste, ya estoy sentado en el portátil, aprovechando los escasos 28 Mb del wifi del teléfono. Luego a medida que ya amanece, lo que eran eucaliptus y otras especies “sin luz de luna en sus copas”, por eso parecen aún más altos de los veintitantos metros, casi treinta, que tiene algunos, se iluminan con esos saludables rayos para su función clorofílica. Debo señalar que sólo me alumbran unos leds, cinco, enganchados a un conector USB del ordenador y la luz de la pantalla. Volviendo al fondo, es una especie de collado entre una altura de 561 m. de la que no conozco su nombre, y el cerro de la Ermita de San Onofre de 679 m. que ha tallado supongo el Arroyo de la Mimbre, que viene de las Casas y la Humbría de la ídem.. 


Rincón de trabajo


 El horizonte noreste

Esas alturas en número de cinco culminan con el Cerro de Pedrique de 708 m. que custodia por el norte el monasterio de Pedrique, que fue filial del las Ermitas de Córdoba, o Desierto de Belén. Que ya pertenece a los dominios del Ayuntamiento de Pozoblanco. Buscando unas fotografías de la Ermita de San Onofre, en ruinas, me he encontrado un Wikiloc de Julio Guijarro, un luchador e investigador de nuestro pasado cercano, al que tuve la suerte de conocer personalmente en un trabajo que estaban haciendo en el Cementerio de la Salud y posteriormente en una especie de conferencia, más bien de reunión explicativa de su trabajo, que acabó con las esperanzas de que gobernara la izquierda en Andalucía, conociendo el paño encontrarme un recorrido de este admirado amigo, y saber que ha andado por estos caminos. Habrá que apuntar ese lugar para visitarlo.


 San Onofre

Capilla de San Onofre (Aurelio Teno)

Aurelio Teno, que vivió en Pedrique, realizó la capilla de San Onofre, que significa “el que es siempre bueno”. Este Sr. tenía que ser pues un ‘santo varón’. Nace en Etiopía (320) y muere en Siria (400), muy venerado por las iglesias copta y católica, se fue a vivir al desierto como anacoreta y no usaba ropas de pieles de animales, se tapaba con su larga barba -y seguro que con el pelo, como me han apuntado esta mañana- una especie de Lady Godiva del siglo IV, y podrían adoptarlo los ecologistas como patrón. Pero la estancia en la zona se acaba pronto, y la semana que viene será algo más complicada que esta que ha sido placentera. Tenemos intervención quirúrgica, bueno pluralizo por costumbre, pero quien la tendrá será Conchi que será la que la sufra y esperemos se desarrolle todo normalmente, si puede llamarse normalidad a ello, después de cinco o seis meses de agresivo tratamiento quimioterápico, que se las trae, y eso que se plantó y se ahorro unas sesiones.

El mastín que no es plantilla

Tímido chorrito en La Lastrilla hoy

De vez en cuando, en la lejanía, con la facilidad de propagación del sonido en estos espacios serranos, suenan los vehículos a motor (cuyo ruido a algunos les sonará a Mozart) que enfilan la nueva Cuesta de la Matanza, delimitada por una hilera de pinos, que también forman parte del horizonte pero en una línea más baja. También se añade al coro de sonidos, el mastín del antiguo balneario, compañero de un dálmata silencioso y suelto -el mastín está amarrado-, cuyo ladrido de barítono ronco, suena de vez en cuando si alguien  osa pasar por la carretera antigua N-432. Algunas noches pienso que le ladra a algún marrano jabalí que baja buscando en un contenedor de basura, por considerar que personas andorreen por allí a las tres o cuatro de la madrugada, salvo que le ladre a todo. Estimo que muchas veces ladran por miedo. 

Fotografías del autor y de Internet
Bibliografia de Wikipedia

jueves, 3 de septiembre de 2020

EL ACUEDUCTO DE LA FUENTE LA BOCA DEL INFIERNO

Vuelo de 1977 que señala el trazado y la alberca

En la entrada de la Fuente la Boca del Infierno publicaba lo que dice la Web Conoce tus Fuentes del acueducto que sale de ella: “De ella sale una especie de acueducto que nos puede servir de referencia, por esto seguramente irían las aguas canalizadas hasta los pabellones próximos de aguas agrias (balneario). Hoy el agua se vierte al arroyo nada más salir de la mina. La mina consiste en una estrechez de la roca, de la cual sale el agua rica en hierro, un pequeño muro sirve de freno al agua antes de salir de la mina y una tubería actual canaliza algo de sus agua hacia no sabemos dónde”

Vuelo de 1956 el marcador es donde está la alberca

Boca de la Fuente

Esta mañana hemos seguido el acueducto que parte de la fuente Boca del Infierno en Villaharta, y va desde la fuente hasta una alberca que recoge el agua a 156 m. A unos treinta y tantos metros cruza el acueducto el arroyo del Cañuelo por un puente derruido hacia su margen derecho. No hemos encontrado trazo posterior a la alberca, lo que nos hace suponer que no tenía otra finalidad el mismo que llevar las aguas a la alberca. Es lo mismo que hace la tubería de PVC. Luego mirando las fotografías de los distintos vuelos se puede observar que en el más antiguo, el de la USAF de 1956, no hay ni rastro del acueducto ni siquiera de la alberca, más divisable en este tipo de vuelo de fotografía analógica.

Alberca

Trazado entre el matorral

Puente sobre el Arroyo del Cañuelo

Es tiempo de una gran sequía y sin embargo la tubería (no lo he aforado) arroja un chorro constante de 2 cm de diámetro lo que supone un caudal para la temporada seca bastante adecuado, y lo importante es que no se corta. Como curiosidad me he preguntado que el rebaño de ovejas que pastan en la finca beben agua ferruginosa, pues era lo que estaban haciendo en unas bañeras viejas llenas con esa agua, me imagino que si el Arroyo del Cañuelo corriese la beberían del arroyo, e igualmente riegan el pequeño huerto con esa agua. Pero lo que no creo es que fuesen “las aguas canalizadas hasta los pabellones próximos de aguas agrias (balneario)”.

Fotografías del autor y de la Web de http://javier.jimenezshaw.com/
Bibliografía citada