domingo, 31 de octubre de 2021

SOBRE PICONEROS… Y PICONERAS

Brasero (Fotografía facilitada por Paco Guerra)

“Desde aquí a Piquín, hay mucho jaral, si no viene el guarda, habrá un buen jornal”

Los versos de Ramón Medina lo dicen claro, los piconeros, ojo y piconeras que luego hablaremos de algunas, dependían de la magnanimidad de los terratenientes y su guardia de corps, a pesar de que eran los que junto con el ganado, mantenían la sierra a salvo de grandes incendios -ya lo mencionamos en otro lugar-. En una palabra eran los cuidadores de los grandes espacios forestales, con la limpieza sistemática, diaria, porque diario era su problema de comer y dar de comer a los suyos. Y sin embargo eran perseguidos y en ocasiones apaleados y confiscado el fruto de su trabajo, pues ya sabemos los métodos, de algunas autoridades. Al final con el producto de ese oficio, facilitaban energía para calentar las mesas camillas, o las cocinas.
 
Los Piconeros Cordobeses, de José Cruz

Me pidió José Manuel León, periodista radiofónico, que habláramos de los piconeros, en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser en Radio Córdoba, pero estimo que hay una obra específica sobre estos profesionales de la energía, “Los Piconeros cordobeses”, de José Cruz Gutierrez, muy completa y entrañable, que va ya por la tercera edición y lo que procedería entonces es hablar de esa obra, en concreto, que es la que recopila anécdotas y la historia de estas personas con notable acierto, pero he estimado que podemos hablar de ellos, pero más que sobre ellos intrínsecamente, sobre lo que les rodeaba, que es mucho. Y vamos a dar un rodeo sobre los piconeros de Córdoba y las piconeras porque también, aunque no se nombren mucho, había mujeres en la profesión. Y son muchos los recuerdos que atesoramos, de esa época, algunos, de encendidos precisos del brasero, de carbón en las cocinas, que luego fue tornándose en petróleo, gas, etc.
 
La abuela atizando el brasero debajo de la mesa camilla

Es cierto que existía un riesgo de fuego en las casas, si la ropa de la mesa se introducía en el brasero, o intoxicación si no extirpaban el trozo sin haber combustionado adecuadamente, el llamado “tufo” ya que era un asesino silencioso, sin apenas síntomas que avisaran. Yo me atufé una vez de pequeño, pues en el taller donde trabajaba, a los diez años, en un brasero de picón que tenía en una lata de atún de dos kilos, daba humo un tufo y me empezó a doler la cabeza. Parece que los mecanismos de alerta temprana evitaron daños mayores. Pero no ocurría siempre por la vigilancia de los que tenían a su cargo el brasero y la paleta del mismo. Una curiosidad, el brasero ha sido testigo en muchos lugares de manipulaciones eróticas de los novios al pelar la pava en la mesa de camilla, aprovechando el dormitar real o fingido de la suegra vigilante, eso ahora no ocurre porque los novios utilizan otros métodos mucho más cómodos. 
 
La chiquita piconera

La tarima, la paleta, el brasero -inmortalizado con un incipiente seno y piernas enseñando las ligas de la Chiquita Piconera, por Julio Romero de Torres- las enjugaderas de alambre, que servían para en primer lugar que no se metiesen los pies en el brasero y en otro para secar ropa. Y otra cuestión; se echaba en el brasero alhucema (lavándula o espliego), para hacer desahumerios. Mi madre decía que desinfectaba el ambiente, la verdad es que camuflaba otros olores, también quemaba cascaras de naranjas. Y se aprovechaba para secar y aromatizar la muda de ropa cuando te lavaban de pequeño en el barreño de cinc, a la vez que te cambiaban, una ropa perfumada de alhucema o lavanda y templada, y al mismo tiempo, como si de un conjuro se trataba, recitaban una especie de oración de la que perdí la letra que me facilitó, Rocío, una amiga.
 
La plaza del Salvador antes de edificar el Ayuntamiento.

Pero vamos de piconeros, aunque lo importante es dar la vuelta a lo que ya conocemos y hablar de lo que rodeaba a ese oficio que no se haya mencionado mucho. Otra curiosidad: En la plaza del Salvador, en una terraza de la casa de los Duques de Hornachuelos, en la calle del Arco real (actual Maria Cristina) estaba instalado un San Rafael que antes estuvo en la Albaida y en 1873 se lo trajo el Duque nieto, luego estuvo en la hacienda en 1850. Después estuvo en el ayuntamiento y doscientos años más tarde acabó en los Padres de Gracia delante de la fuente. Ricardo de Montis en el año 1929 decía: “Dos faroles alumbraban, durante la noche, a nuestro ínclito Custodio, y servían de faro a los cazadores que se perdían en las fragosidades de Sierra Morena, por divisarse aquellas luces, desde enorme distancia. La gente llamaba a los faroles los ojos del Conde.”
 
Detalle del San Rafael en la Plaza del Salvador

Dos piconeras, pues para muestra… 

María Fernández Carmona “Mariquita”: Una piconera cordobesa, su padre no quiere que trabaje en el monte. Se casa con “Papelillos” Rafael García Benavente, y ejerce el oficio. En la guerra incivil, su marido fue detenido por “rojo” un terrible delito entonces. Ella ejerció todos los esfuerzos posibles y con la ayuda de su patrón, salvó a su marido de morir fusilado. Después no volvió a salir al monte.

Josefa Alonso Prieto “La Vinagra”: Otra piconera. Según José Cruz Gutiérrez era piconeras “hasta las gachas”. Hermana del piconero apodado “Juan Demonio”, se casó con Antonio Gutiérrez, el “Gordo Vinagre”, de quien hereda el mote. Se quedó viuda muy joven, y había que dar de comer a sus hijos. Ejerció el oficio hasta muy mayor 60 años, en esa época una mujer era mayor con esa edad, ahora no -yo me acuesto, es un decir, con una señora de setenta y algo-. Quedó ciega por cataratas a los 80 y murió desgraciadamente a los 97.
   
Tanto María, como Josefa, tienen una calle en las casitas alrededor al Jardín de los Poetas, y ya que pasamos por allí decir que si miramos el jardín desde una altura considerable podemos observar que el talento de Juan Serrano su diseñador, lo diseñó con forma de guitarra flamenca. Otros que tienen calle allí también son: Domingo Baños “Domingón”; Francisco Jimenez “Curreles”; Manuel Soro “Tinte”; y Alfonso Prieto “El Chiqui”.
 
Detalle de la forma del Jardín de los Poetas.

Por regla general las mujeres eran viudas que necesitaban trabajar para alimentar a sus hijos. Ramírez de Arellano decía que las piconeras desde la Edad Media, eran citadas como mujeres fuertes, independientes y valientes, y citan el hecho guerrero en el que parece participaron en el siglo XIV en la defensa de la ciudad contra Pedro I El Cruel. Del que quedó constancia como Batalla de los Piconeros hecho que tiene una calle en la ciudad. Creo o estimo que como muestra vale con estas dos mujeres, pero había muchas, y ya no solo por trabajar en el campo, sino por ser las mujeres de los piconeros.
 
Grabado de la Batalla de los Piconeros

No quiero dejar pasar un verso de José María Alvariño, tipógrafo de La Voz de Córdoba, -“asesinado vilmente por las hordas fascistas del golpe de estado o revolución fascista de 1936”, copio la lápida que había en el trascoro de la Catedral y la adaptó en este caso diciendo verdades no falacias-. José María Alvariño era amigo de Lorca, y su estilo poético se asemejaba mucho al del poeta granadino, luego era nuestro Lorca local. Se editó un libro de sus poemas que se llama “Canciones Morenas” y hay un poema que se llama “Romance sencillo de la Piconerita”, y que cuenta la historia de amor con la mujer de un piconero que dice:"/Triste está la piconera, / no sé por qué se casó. / La piconerita guapa / no sabe lo que es amor.../ Su marido va a la sierra, / le hace de encina el carbón/ y si viene, en la taberna/ bebe vino alalimón.  / Y no se arregla la cara / sabe que así me gustó / sin peinar rizos flotantes / y maquillada en tizón/."
 
"Canciones Morenas" de José María Alvariño

Luego estaban los piconeros clásicos, los cantados en coplas el "Pilindo" y el "Manano", el “Retor” y otros muchos, las anécdotas a saber, alguna verdad y otras inventadas. El juego de los toreros famosos con ellos, -porque los menos famosos no tenían tiempo para las “gracias”, lo destinaban a sobrevivir- los abusos “graciosos”. Anécdotas que luego hemos visto más cercanas en el tiempo, te mato el borrico y te regalo una bicicleta, se decía de un torero famoso. El chocolate caliente; la capa de regalo; las becerradas; los viajes a la Villa y corte; entradas de toros a los guardias civiles… y un montón de etcéteras que el sentir popular les colocaba en su haber. Decían que los barrios dónde vivían eran San Lorenzo y Santa Marina principalmente, de acuerdo eran cercanos a la sierra, al campo, pero también los había en otros muchos barrios. 
 
Fotografía del que dicen el último piconero

Por ejemplo un amigo, Pepe Paso, a raíz del anterior programa me dijo que su tío José Gordillo era del Cerro del Campo de la Verdad, y vendía el picón allí por la calle con un carro tirado por una mula. Luego se mudó a Santiago. Y hay una fotografía del que dicen fue el último, en la que se ve con un borrico en el San Rafael del Puente Romano. Y luego estaban las piconerías por los barrios, un portal negro con unas personas negras que lo único blanco eran sus dientes y los ojos. Que fueron reciclándose cuando salieron los infiernillos de petróleo. Lo cierto es que fue una profesión infame como las profesiones de abajo, que contribuyeron con su trabajo a que los demás tuviesen más confort en sus vidas, pero llegaron los árabes con su petróleo y se acabaron los piconeros.
 

Fotografías de autores citados
Bibliografía de los libros Piconeros cordobeses y Canciones Morenas y este Blog.

lunes, 18 de octubre de 2021

EREMITORIO DEL PADRE CRISTOBAL DE SANTA CATALINA EN EL DESIERTO DEL BAÑUELO

 
Eremitorio Padre Cristóbal (Foto web Eremitorio)

El día 16 de octubre habíamos estado en Valdejetas, uno de los mejores castañares de Córdoba, por lo menos conocidos por mí. Siempre, cuando con mi amigo Juan Martínez “Juani”, íbamos en bicicleta por lo que entonces eran los caminos vecinales de la sierra, del Lagar de la Cruz a Trassierra, nos llamaba la atención en la zona de Piedrahita los castañares que había. Muchos años después, muchísimos, cuando le alquilamos la finca  a Daniel Jiménez, nos maravillamos por los extensos castañares de su finca. 

Los Santos Inocentes (15/7/2015)

Finca del Desierto del Bañuelo

La visita a Valdejetas ya la habíamos realizado años atrás, 25 de julio de 2015, cuando nos hicimos una foto, tres matrimonios, menos el fotografo, que parecíamos los personajes de los Santos Inocentes de Delibes, en la película del mismo nombre, y admirado su bien cuidado castañar.  El sábado 16 como comento arriba, estuvimos en Valdejetas, siempre hermoso, pero las cuestas nos pasaron factura, concretamente a Conchi, creo que forzamos la maquinaria más de la cuenta.

El Padre Cristóbal (foto web Eremitorio)

Patio del Eremitorio y Capilla V. de Villaviciosa(Foto C. Carnago)

Pozo y lavadero (Foto C. Carnago)

Ese día y como consecuencia de la vuelta, tuvo la gentileza de bajarnos a la carretera desde su finca, José Sotomayor en su coche -cuestión que agradecimos bastante porque Conchi estaba agotada-, nos habló de que los castañares que se secaban, por una poda inadecuada, y nos imaginamos que la falta de agua también será causa. Nos dijo que había que hacerla en un determinado número de años, treinta y algo, si se hacía a destiempo se secaban. Nos comentó que esos castañares estaban sembrados para la utilización de varetas para el vareo de la aceituna, por eso de la configuración circular de la base, y no pudimos hablar más pues el recorrido desde su cancela a la carretera no dio para más. Observar también que en los castañares de Piedrahita hay muchos secos, y en los que estuvimos el domingo 17 del Desierto del Bañuelo, ocurría lo mismo. 



Subida a la Ermita

El domingo decidimos ir a ver los castañares de la subida a la Ermita del Padre Cristóbal de Santa Catalina (1632/1690, 52 años), el emeritense fundador del hospital de Jesús Nazareno y de la Orden que los sustenta, en el Desierto del Bañuelo y Eremitorio del mismo nombre. Lo primero fue aparcar en la entrada del camino de Sandúa, para tratar de entrar al camino de la Ermita, pero un candado nos cerraba el paso, la otra vez entramos por la cerca que tenía un hueco por donde pasamos. Decidimos ir al Eremitorio y pedir las llaves pues tenía conocimiento de que a otras personas se la habían dejado. Vuelta al coche y entrada al Desierto del Bañuelo. Llamamos a la campanilla y nos atendió una amable religiosa, más o menos de nuestra quinta. Nos enseñó la capilla de la Virgen de Villaviciosa, y nos dio las llaves. Luego supimos que es la Hna. Leonor y que en este mes había cumplido las bodas de oro en su congregación.  



Subida a la Ermita (Foto C. Carnago)

Salimos por la puerta que da al camino de Sandúa, que estaba abierta, vamos sin candado, una vez escuchadas las explicaciones de la Hna. Leonor sobre apertura y cierre de las puertas. Ahora con todas las bendiciones íbamos a poder incluso entrar en la restaurada Ermita del Padre Cristóbal, porque de la original no quedaban sino ínfimos restos. En ese lugar vivió el eremita 6 años en el siglo XVII. Para conocer más sobre la historia del lugar recomiendo entrar en la página web. El camino a la subida de la Ermita es precioso, un bosque en galería en gran parte del mismo, mucho pinar y menos castaños de la última vez, estaban secos bastantes. El suelo tapizado de los erizos protectores y las doradas y otoñales hojas. Dos caballos uno bayo y otro blanco pastaban cómodamente la incipiente hierba fruto de las últimas y escasas aguas, ni se inmutaron a nuestro paso.

Caballos en el camino

Contraluz (Foto C. Carnago)

Castañas (Foto C. Carnago)

Mensajes de amor y paz pintados en las grandes rocas del camino nos dan la bienvenida. La cuesta se las trae. La Ermita está en la cima del cerro de 524 m.s.n.m. que al sur tiene los terrenos de la antigua aldea del Bañuelo, hoy cortijo que ha cerrado el paso el camino 27 de los Lagares simplemente por capricho de su actual propietario, para no perder la costumbre. Al suroeste los del lagar de San Llorente (desaparecido) engullido por una parcelación. Y al noreste los terrenos del Soldado, la Torrecilla y Melgarejo. Rompe el bucólico paisaje, una cutre cerca de plástico verde de una parcela que linda con la Ermita. Accedemos a la misma y comprobamos la estructura del eremitorio. Estimamos que no a imagen y semejanza, de la primitiva del eremita, porque está no estaba en pie, luego esta es como se suponen son las Ermitas de los anacoretas.

Acebo (Foto C. Carnago)

Las primeras setas (Foto C. Carnago)

Un castaño (Foto C. Carnago)

Una habitación con un poyo con un esparto que servía de cama, un gran rosario de cuentas como pelotas de golf, colgado de una pared, tres piedras doradas, decoradas con motivos religiosos en una repisa frontal; una cocina de campo con dos utensilios; cayado, túnica, cruz de madera y sombrero de paja; algunos instrumentos de suplicio para mortificarse, en otra pared. Una mesa con un crucifijo y un libro de oraciones, y hornacinas en la pared con un exiguo ajuar de cocina. Unos troncos cortados a modo de sillas. Un ventanuco junto a la fachada de la puerta. Un cielo raso de varas, y unas vigas de madera soportan el tejado, del que destaca la chimenea del hogar. Unos escasos seis metros cuadrados de planta, a ojo por ciento. Pero si no fuese por un pesado perro de la parcela adyacente, que está sudando la camiseta las veinticuatros horas –no será plantilla-, éste sería el lugar ideal para escuchar el silencio.  

Los textos 

Más textos en las rocas

La Ermita

Unas cuantas fotografías y a dejar la Ermita como estaba cuando llegamos, todo cerrado. Ahora la bajada es más cómoda aunque sean otros músculos los usados. Mi fascitis plantar había desaparecido casi del todo. No pienso que fuese un milagro del Padre Cristóbal si se me permite la broma, no dudo de la bondad personal del mismo y su vida ejemplar, y su muerte, sucedida por involucrarse en la epidemia de cólera que azotó la Córdoba del siglo XVII. Los obispos no mueren en las epidemias, por lo menos de los primeros, sin embargo los curas y frailes comprometidos con su creencia, sí. Una leyenda para mi seguro, pues el hielo, el naxoprofeno, y la pomada incluidos los estiramientos habrán hecho algo, supongo. En lo que sigue a continuación, para los creyentes seguro existirá una mano divina:

Más textos

El rosario y el esparto

La cocina

“En una ocasión, mientras ora en su ermita, oye un fuerte griterío. Creyendo que es una reyerta entre los trabajadores de la viña, se acerca al lugar. Los hombres le explican su empeño por matar una culebra que ha salido de entre las piedras y parece peligrosa. El Padre Cristóbal les pide que no hagan daño al animal y lo dejen vivir. Conseguido tal permiso con sus palabras, la culebra sale asustada de su escondrijo y, cuando el P. Cristóbal se dirige de nuevo a su ermita, allá le sigue detrás. Desde aquel momento, el animal se refugia de noche en su ermita, y durante el día la vigila delante de la puerta. Por aquellos pagos todos la conocen como “la culebra del P. Cristóbal”.”



Las piedras decoradas

Buenos estas cosas son así, cuando hacía unos trabajos el año 2016, sobre Antonio del Castillo en el Hospital de Jesús Nazareno hable con una amable señora: Independientemente de no ser creyente, le comenté a la señora: -Este hombre debió ser una buena persona. Le dije. -Es que es santo. -me contestó la señora: -La santidad es un título que dan los hombres, como el Nobel, y no tiene para mi valor, le he dicho como el Nobel porque le han dado el de la Paz a asesinos en masa. Me quedo con el título de buena persona que lo dan los de abajo. -le dije yo. Nos pusimos de acuerdo. Me encendió la luz de la cueva para que entrara, y al apagarla siempre se quedaba encendida, nunca la podía apagar por mucho que actuara en el juego de llaves que había en la pared, porque era la del sol que entraba por un pequeño ventanillo. Me regaló, en un proselitismo sano y sincero un boletín informativo que le prometí leer y que he leído, además de dos besos. Lo dicho, buenas personas."

Silicio, sombrero, cruz y cayado

Jarra y plato

La cama de esparto

Creo que con lo expuesto no proceden más comentarios, las personas son buenas o malas independientemente de que crean o no en este o en aquel dios. Saramago lo decía: “No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la Historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen los unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona”. Pues el Padre Cristóbal en el lado de los creyentes era una buena persona, seguro. Si ahora existen muchas injusticias y jueces parciales, en el siglo XVII sería un verdadero drama. Yo me considero del montón con muchos defectos, subsanables algunos, eso sí, pero muchos defectos. 

La mesa y los libros de oración

El hábito 

El techo

Continúo: “Ermitaño en el castañar del Bañuelo, de sus bajadas a Córdoba conoce las miserias del pueblo, y -para no perder la costumbre- el mirar para otro lado de los poderes públicos y la nobleza, le hace decidirse a fundar el Hospital, seis camas tenía en el siglo XVII. Cenotafio porque los restos están un arca en la que fue su celda. He de significar la amabilidad con la que me han atendido la personas que estaban en la iglesia, dos veces estuve y todo fueron facilidades, hasta me permitió una señora entrar en la cueva de sus oraciones.” Pues igual la religiosa que nos atendió y nos dio las llaves, otra buena persona que dedica su vida -hizo este mes cincuenta años de dedicación-, a colaborar con los demás en lo que considera es útil. Nos comentó la Hna. Leonor que la causa de secarse sus castaños, los del Desierto del Bañuelo, le habían dicho que era culpa de los pinos que habían invadido su hábitat, comiéndoles el territorio. 

Puerta y ventanillo (Foto C. Carnago)

El pequeño jardín (Foto C. Carnago)

Las campanas del Eremitorio daban el segundo aviso de la misa dominical, a celebrar en la recoleta capilla de la Virgen de Villaviciosa, muy de la sierra. Mi abuela Antonia era de Villaviciosa y se llamaba así de segundo apellido, Jurado Villaviciosa, Antonia Bernarda. Luego sé de esta imagen por el sacristán de San Juan de Letrán, de Córdoba, Miguel Serrano (hay otro San Juan de Letrán en Roma), después parece se llevaron la imagen a San Lorenzo, cuando desapareció la parroquia e hicieron pisos. La Hermandad está datada en 1490, año arriba año abajo. Luego no es de ayer es de anteayer o más. Nosotros nos despedimos y partimos para otro lugar donde se celebra el Ángelus al mediodía. La casa de la familia Ramírez/Armesto. Y así se acabó la mañana de un domingo recoleto.

Fotografías de autores citados, de C. Carnago y del autor
Bibliografía de la Web del Eremitorio y este Blog.

sábado, 16 de octubre de 2021

ARROYO NAVAS DE MOLERO

Trazado del arroyo en rojo y afluentes

El arroyo Navas de Molero es quizás el más importante de la zona de Peñas Blancas/Villaharta, nace en teoría cerca del Cerro del Parralejo de 691 m.s.n.m., teniendo en cuenta la dificultad de determinar cuál es la cabecera del arroyo o cauce principal, pero estimamos es esta. Luego baja y se embalsa en la finca Huerto de Cepas, este embalse (no está comprobado documentalmente pero en una fotografía aérea se le ve un enorme socavón en su presa) parece fue presuntamente el causante en la década primera del siglo actual de una riada, con la inundación de viviendas y la consiguiente destrucción de un puente sobre el mismo arroyo, que soportaba un camino desde la urbanización de Fuente Agria al entronque con la Cañada Real Soriana y paso inferior de la N-432. Puente que sigue destruido pasado casi diez años y que ninguna administración se preocupa, empezando por la más cercana el ayuntamiento de Espiel.

Detalle socavón balsa citada

Hay que estimar que no solo la balsa citada sería la causante de la inundación o riada, pues la limpieza de los cauces de los arroyos no se hace nunca, y los accidentes son una suma de razones. Y están los obstáculos que se le ponen a su paso. Un cauce limpio asumirá el aumento de nivel con más elegancia que un cauce sucio atorado y con obstáculos, como por ejemplo el primer puente debajo de la N-432a, el túnel debajo del bloque Acacias I y II de la urbanización de Fuente Agria (yo no acabo de entender cómo se permitió ese túnel en lugar de desviar el arroyo, como se ve en algunos planos) que el arrastre de troncos ramaje y material lo atrancaría sin duda. Hubo cuatro importantes embalsamientos, en el paso bajo la N-432a; el túnel citado bajo el bloque; el puente que al atorarse fue destruido; y  detrás de San Elías, que hay otro tubo para pasar debajo de la nueva N-432. Decir que gracias a un nuevo vecino de la urbanización de Fuente Agria, la zona del arroyo cercana al bloque y el túnel debajo del mismo han quedado totalmente limpios, no se puede decir lo mismo entre la urbanización y el tubo de San Elías.

Áreas en rojo que sufrieron la inundación

La fuente de San Elías que ha estado dando servicio durante muchos años, figura en toda la señalética y referencias a las fuentes, está hasta la mitad de su planta baja llena de fango, y los alrededores inaccesibles llenos de zarzas. Y a nadie se le mueve el alma por el patrimonio, primero el propietario que lo tendrá sin duda pues no hay metro de terreno que no esté registrado en el libro correspondiente con dueño, y segundo la administración responsable. El primer día que la visité me lleve la tijeras de podar pero era empresa imposible acceder con unas simples tijeras un vejestorio como yo. Otra asignatura pendiente que llamaría a la visita a los turistas de fuentes y balnearios de antaño. Un patrimonio que se deja caer en la ruina. He oído decir que cuando se hizo el camino la empresa constructora reformó la casilla de la fuente de San Elías y así figura en algunas fotografías. No he podido entrar nunca.

Entrada arroyo debajo del bloque

Túnel debajo del bloque

En la fotografía aérea pueden verse los accidentes naturales y artificiales y en rojo las zonas en las que se embalsó el agua. Sigo buscando fotos y referencias en las hemerotecas, algunos amigos me han dicho tenerlas pero nunca me llegaron, parece que la historia reciente, se la ha tragado la riada del arroyo Navas de Molero. Ahora los datos: tiene el arroyo Navas de Molero una longitud estimada de 7.990 m. que serían más pero el pantano de puente Nuevo ocupó parte de su cauce (como podremos ver en la fotografía final), y las cautelas del primer párrafo en cuanto a su cabecera. Utilizando el plano Raster del IGN (son mejores los topográficos del siglo XIX, por lo menos arrastran menos errores toponímicos) le he contado un total de 21 afluentes, principales y secundarios, he desechado vertientes que el plano no considera. 

Destrozado puente en cercanías de San Elías

Como podrá verse la superficie de su influencia es notable, los montes de la Sierra del Parralejo, el aporte de la Solana de la Mimbre, La Florida y Villaharta, la Solana y valle de Peñas Blancas, para desembocar en la Umbría del collado de las Tres Encinas. Arroyos como los: de las Navas, Cañuelo, Mimbre, Florida, Lapa, del Pozo, Doña María, Ronquillo y los tributarios de estos (me dejaré alguno seguro) son sus aportes. Y nunca es más fiel a su cauce que cuando desemboca en el Guadiato, ahora pantano de Puente Nuevo que nota la sequía generalizada.

Fuente de San Elías y camino suprimido

Estado actual fuente de San Elías

Tiene el arroyo pasado el cruce con la N-432 y el entronque con la A-3176, en el recorrido con la zona de Santa Elisa, un puente de dos ojos, en uso aún sin pretiles, camino de la desaparecida fuente de la Lastra, que aguanta, luego pasa debajo de la carretera de Puente Nuevo, y después otro puente que desviaba del camino de la Alhondiguilla a las fuentes del Santo y Los Angelitos. Este puente tuvo que ser importante por los restos que quedan de los soportes a ambos lados, tenía un solo ojo, y hay que considerar que las obras fueron de una envergadura considerable teniendo en cuenta el tablero y su uso. Hay que vadear el arroyo (cuando no es época de lluvias o sea nunca) pues está en la más absoluta ruina. Por esta zona del valle de Peñas Blancas tiene un cauce profundo y escarpado. Regó toda la magnificencia del ruinoso y abandonado balneario de Santa Elisa/Peñas Blancas y la infraestructura hidráulica balnearia que lo rodeaba.

Superposición vuelo 1956 y Raster del IGN

Una fotografía del vuelo de 1956 de los americanos, nos permite ver con la superposición del plano Raster del IGN, el trozo del arroyo Navas de Molero que ha inundado una cola del pantano Puente Nuevo. En rojo el río Guadiato, en azul el cauce del arroyo Navas de Molero, en amarillo el antiguo trazado del ferrocarril y la estación de la Alhondiguilla y la carretera correspondiente, y en verde el actual trazado del ferrocarril, que con el cierre de la central de Puente Nuevo ha quedado también en desuso. El progreso cambia el territorio, la mayoría de las veces para bien, pero con el paso del tiempo se descubre que estas cuestiones (en este caso la central térmica) han sido pan para hoy y hambre para mañana.

Fotografías del autor y planos de http://javier.jimenezshaw.com/
Bibliografía de los planos mencionados.