domingo, 16 de mayo de 2021

JULIO ANGUITA PRIMER ANIVERSARIO DE SU MARCHA

Cartel conmemorativo

Si en la Wikipedia haces una consulta y escribes Julio Anguita, te devuelve la palabra Maestro. En realidad quien lo puso en esa enciclopedia Universal que es la Wikipedia sabía lo que hacía, Julio Anguita fue toda su vida un maestro, de aquellos que en la II República se encargaban de que el pueblo aprendiera a no ser engañado por los caciques y los poderosos, un maestro del pueblo, pero sobre todo fue un maestro en la política. Los que hemos tenido la suerte de, tímidamente, estar alguna que otra vez a su lado, compartir recorrido en manifestaciones, en sesiones de Prometeo, en aquello que se intentó mover por la III República, en la lucha contra Maastricht, en el debate contra la mal llamada Constitución de la Unión Europea, en el Centro Cívico Somos Mayoría y en el plano corto, podemos sentirnos, sin ser plenos de su núcleo cercano de amigos, unos afortunados. 


Convocatoria por Andalucía germen de IU (Foto Pilar López)

Pero ya hace un año que no está entre nosotros y sus pensamientos, que siempre han sido primero ridiculizados, luego aceptados por la pléyade de paniaguados, los mismos que ahora, que no han sido capaces cuando el tiempo le daba la razón asumir su error o tendenciosidad. Cuando hemos visto el daño personal y familiar a Pablo Iglesias y desde luego político, recordamos que con Julio era muy parecido, con la diferencia que respetaban los plumillas a su vida familiar e íntima, ahora se ha perdido ese renglón o renglones del código ético de mucho miserable. Luego estaba la inquina personal que le tenía a Julio Anguita el colombiano (segunda nacionalidad) que le temía, que se consideraba inferior políticamente. La categoría humana y política la vemos, la gente normalmente no, Julio le quedó su pensión y al otro le quedó una fortuna que aún no ha revisado alguien de dónde ha venido.

Julio Anguita

Cuando Convocatoria por Andalucía subía como la espuma, cuando era un peligro para el sistema, un traidor llamado Curiel y otros -la historia se repite siempre-, colaboraron con el laboratorio socialista para que se fuese a Madrid. Al final los traidores siempre acababan en el pesebre mayor a vivir del cuento. Se descabezó el movimiento andaluz, y vuelta a empezar. Luego las mentiras -ahora se llama “fake news”-, de la pinza y otras barbaridades que caló en el vulgo. Y él con su piñón fijo de aquel que sabe lo que debe ser, con su defensa de la Constitución que desnudaba a los del Régimen del 78, y que los dejaba inermes, pero la gente, que no podía alegar lo que reconocían de otros, porque su honradez era a prueba de bombas, sin embargo votaban a los ladrones y corruptos, posiblemente por ese problema genético que tiene un pueblo inculto políticamente, que no tonto porque siempre van a  sus intereses personales.

Siempre la pedagogía irreprochable

El encuentro en Córdoba y las lágrimas de Pablo Iglesias

Trato de recordar muchas anécdotas; como cuando me dio el ordenador de su hijo, asesinado en Irak, para desbloquearlo. O como cuando después de haber pasado yo una pancreatitis que me tuvo más allá que acá, nos encontramos una mañana por la calle Nueva y me dijo: -Niño, cómo estás, ponte bueno pronto que hacen falta muchas manos contra el fascismo, que se ha destapado ya y son muchos. Y es verdad aún no estaban en los gobiernos, estaban agazapados, muertos de miedo y alguno de vergüenza, antes de haber perdido todo viso de normalidad. Julio me imagino que tendría defectos personales, todos los tenemos, pero en el plano político era muy especial. Generaba respeto en la mayoría y mucho odio en otros, que no eran capaces de rebatir sus tesis, porque estas eran el abc de la política, eran la cimentación del debate, de las ideas. Tengo un amigo que lo idealizaba y cuando no siguió sus tesis pasó del amor al odio en un tris.

En la Cuesta de Moyano en Madrid, la manifestación que reventó Cifuentes, 
al fondo nos observa Pio Baroja

Marchas por la Dignidad Centro Cívico Somos Mayoría

Tuvo la suerte de encontrar una buena persona de compañera, Agustina, que se preocupaba por él y sus problemas médicos que muchas veces abandonaba. Siempre que nos veíamos, en manifestaciones o encuentros fortuitos, le preguntaba cómo iba, y siempre con su natural forma de ser me decía, que más o menos estaba controlado. Luego hemos vivido de primera mano su dolor y compartido. Fueron muchos los sustos, los miedos a perderlo hace tiempo, cuando su corazón dijo hay que cuidarme y tener otro ritmo, muchas veces dio señales de alarma que se controlaron. Pero siempre hay una última, y ya hace un año. Ayer me llamó uno pensando que yo podría tener acceso a invitaciones para asistir a su homenaje en el Gran Teatro, y me dijo: -Es el mejor político que ha tenido este país, y cuando colgué le dije a Conchi, has oído, el mejor, pero este votaba al Psoe. Como siempre. Lo trataban de separar de su PCE al que siempre le fue fiel.

En otro momento 

Hoy ya ha trascurrido un año de su marcha pero su espíritu está presente en muchos de nosotros, su legado está ahí, y cada día que pasa sus vaticinios políticos son hechos reales, pero cuando los hacía era un visionario, era vilipendiado y únicamente no podían tocar la cimentación de su persona, ni achacarle nada no honrado. En cierta ocasión un “erudito” de chichinabo con el que compartí mesa por culpa de otras personas, dejó caer un chisme en mi presencia, y dije dirigiéndome a los culpables de que yo estuviese sentado con ese individuo: -No voy a consentir que en mi presencia se hablen chismes y mentiras de Julio Anguita, si este sr. pretende seguir con esas calumnias yo me marcho ahora mismo. El tal dijo el “me lo han dicho” y yo le contesté: -¡Pues es mentira!. Otra vez un catedrático del Opus, dejó caer otra calumnia en mi presencia y la frase fue similar: -Sr. Fulano eso que dice es una mentira y en mi presencia no las admito, así que aplíquese el cuento. Pero no era lo normal esta gente en su ambiente intoxicaban lo que podían, que era mucho.

En la Moncloa, lo recibió Aznar y nunca uno que presuntamente tuvo un calerin

El anecdotario es muy amplio pero lo es más la pedagogía, el espíritu de trabajo, el debate constante, el enseñar a pensar, el dar ejemplo. Esperemos que la tierra le haya sido leve y nos espere mucho tiempo. Le deseo a su mujer y familia, fuerza para soportar la pérdida que el tiempo, fabulosa medicina de a pie, no cura pero alivia, y sobre todo el saber que Julio Anguita ha sido un político incorruptible, honrado y cabal, y un comunista ejemplar extremo que el tenía a gala. Y los cordobeses podemos sentirnos orgullosos, y los que lo hemos tratado, los que de una forma en mayor o menor cercanía hemos estado cerca del mito, sabemos que era humano. Ánimo Agustina es el tributo que hay que pagar por haber compartido tu vida con el personaje, aunque tú lo hayas hecho con la persona.





Fotografías de Internet del autor y de Pilar López
Bibliografía de Wikipedia y la memoria

No hay comentarios :