lunes, 20 de marzo de 2017

CASTILLO DE ESPEJO, DE ALCALAT O DE PAY ARIAS

Vista desde el oeste

Hacía muchos años que no habíamos visitado Espejo, siempre lo pasamos de largo, o hacemos una corta parada para acopiar colesterol y vuelta a partir. Espejo lo vemos desde cualquier sitio de nuestra sierra. Si vamos para Málaga lo tenemos a la vista durante la subida a Montilla, porque luego lo tapan otras sierras con cotas de más de seiscientos m. El Castillo de Espejo está en la cota de los 450 m. Ni que decir tiene que camino de Granada por la N-432 lo tenemos casi siempre a la vista, hasta que bajamos a Castro.

Paso de ronda de la fachada sur

Fachada Sur

Los aficionados a la bicicleta nos sabía mal la cuesta de Espejo, dirección este. A pesar de que se podía parar en la fuente de la Tejadilla para reponer líquidos y descansar algo. Lo cierto es que está en una situación geográfica inmejorable para la estrategia de su tiempo, cuando la zona era territorio de frontera con el reino nazarí. Parece que está asentado sobre restos romanos y como es natural árabes después, y fue Pay Arias de Castro quien lo reformó e impulsó. Este personaje fue Alcalde de los Reales Alcázares de Córdoba, portero mayor de Andalucía, títulos que entre otros ostentó este cabeza de estirpe de nobles. 

 Esquina noreste

Vista desde el suroeste

El principal motivo de su construcción fue defender los intereses particulares, propiedad del susodicho Pay de Arias, dominar la ruta del río Guadajoz, en una zona de frontera. A lo largo del tiempo se trasformó en señorío y pueblo. Parece que los habitantes de Espejo tuvieron una serie de privilegios otorgados por Fernando IV, cuando en Belmonte, el 14 de noviembre de 1303 reconoció el señorío jurisdiccionalmente. La agricultura y la ganadería, con exención de impuestos para la pesca y caza, fue uno de los privilegios de la población, Así como la bula del Papa Clemente (no es el del Palmar) que permitía a los habitantes que los diezmos predales en una legua a la redonda les favorecieran, por un periodo de veinte años.

 La torre del Homenaje desde el suroeste

Otra vista desde el mismo lugar

Estos beneficios obtenidos por Pay Arias, cuando estuvo de embajador de Fernando IV con el Papa, le ocasionaron conflictos con el Cabildo y Obispado de Córdoba. Aquí el problema era económico principalmente como puede verse. El fundador familiar murió, como es lógico, y su biznieta  Juana Martínez de Argote heredera, le dejó las propiedades a su sobrino Juan Martínez de Argote, Señor de Lucena, y II Alcaide de los Donceles, que como debía hasta de.. vendió el castillo y la villa en pública almoneda (subasta de bienes generalmente a bajo precio), con vasallos incluidos (el valor de los ciudadanos era evidente).

Torre de la parroquia y torreón de la muralla

 Esquina norte

El Maestre de Calatrava, Pedro Muñiz lo compró para su nieta María Alfonso de Argote, hija de Juan Martínez de Argote, así se consolidó nuevamente la estirpe en Espejo.  Por mayorazgo, Doña María recibió de Enrique II las villas de Lucena y Espejo, con todas sus prebendas adicionales, incluidos como no, los vasallos. Estamos en 1377. La VIII Señora de Espejo contrajo matrimonio con don Martín Fernández de Córdoba, II Señor de Chillón, III Alcaide de los Donceles, nieto paterno del rico hombre de Aguilar. La gran Casa de Castro, conquistadora de Córdoba y fundadora de Espejo, entronca con la Casa de Aguilar o Casa de Córdoba.

Ventana y torre suroeste en la fachada sur

Ventana y torre sureste en la fachada sur

A mediados del siglo XVII, la XVII Señora de Espejo, señora Fernández de Córdoba Sandoval y Rojas, VII Marquesa de Comares, IV Duquesa de Lerma, VIII Duquesa de Segorbe, IX de Cardona, contrae matrimonio con don Juan Francisco de la Cerda y Enríquez de Rivera, VIII Duque de Medinaceli. De esta unión continúa ininterrumpidamente hasta nuestros días la descendencia legítima y directa de los señores de Espejo. Casi el colorín colorado, salvo que parece que, en la actualidad la Duquesa de Osuna, en su número XVI, doña Ángela María Téllez-Girón y Duquesa de Estrada Fernández de Córdoba, es la propietaria.

Una vista desde el oeste (Foto Conchi Carnago)

Desde el suroeste (Foto Conchi Carnago)

El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, hace una descripción sobre el Castillo al que denomina también de Alcalat o de Pay Arias, que es muchísimo mejor que la que pueda hacer este modesto articulista, por lo cual la transcribo.

Descripción:

"Su planta es casi cuadrada y está flanqueada por cuatro torres esquineras unidas por el paseo de ronda que conserva el adarve almenado con merlones cúbicos de mampuesto y ladrillo terminados en pirámides. Las torres están también almenadas; las del este y el oeste son macizas y las del norte y el sur poseen habitáculos en su interior. A superior altura del conjunto arquitectónico, sobresale la Torre del Homenaje, de planta rectangular con gruesos mensulones de un antiguo matacán. A la cúspide de esta torre se asciende por una estrecha y empinada escalera de piedra en caracol que data sin duda desde su construcción. A diversos niveles de su ascensión se abren dos amplias cámaras cuyo destino se ignora. 

El campo de Ategua (Foto Conchi Carnago)

Calle en el sector oeste y torre parroquial (Foto Conchi Carnago)

El acceso al castillo se realiza por una rampa lateral que termina en una cancela que comunica con un jardín cerrado. La plaza de armas se ha convertido en un patio porticado rodeado de galerías. Frente al bloque principal del castillo, en el extremo opuesto del albacar, también utilizado como patio de armas, aparece una torre albarrana de menor altura y asimismo almenada, conocida como Torre del Caballero. Dicha torre fue concebida probablemente como lugar de vigía y una defensa exterior más por el flanco sur, donde la roca, como afirma Ramírez de Arellano debió ser bastante escarpada y de difícil acceso. 

Fachada principal (Foto libro Castillos de Córdoba)

Rampa de entrada al patio principal

En la actualidad, la fachada que da entrada a la fortaleza está profusamente decorada con ventanas geminadas de elegante traza, aunque poco coherente con el estilo arquitectónico militar del conjunto. Sobre el dintel de la puerta de acceso al interior del edificio aparece en azulejos la imagen del Sagrado Corazón, sin duda en el lugar que en principio debió estar ocupado por el escudo de armas en piedra, acorde con el contexto de la edificación. Exenta del núcleo principal, emerge la torre Caballero, concebida como una defensa más. El conjunto está rodeado de una sólida muralla que comunica con la iglesia parroquial de posterior fecha. El castillo se encuentra en perfecto estado de conservación y mantenimiento. Las modificaciones que ha experimentado el castillo son muchas, por dentro y por fuera, quedando el esquema original muy modificado para adaptarlo a habitación señorial."

Escudo en la cancela de entrada

 Plano de planta (Libro Castillos de Córdoba)

Evidentemente si se ha hecho acopio de colesterol antes y se quiere eliminar, aconsejo subir andando, aunque se puede subir en coche, por empinadas y estrechas calles y luego bajar por similares, por las que da vértigo. Nos ha causado una notable impresión la Villa de Espejo, ya que hacía años que no la habíamos visitado, como digo en un principio. Para evitar que esté cerrado el Castillo y no lo puedan ver cuando visiten la Villa, en la fotografía siguiente está el programa de horarios y teléfonos.

Horario de visitas y precios

Fotos del autor, de Conchi Carnago y del libro Castillos de Córdoba.
Bibliografía del Libro Castillos de Córdoba de Mercedes Valverde y del IAPH.

2 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, ahí le has dado. Magnífico trabajo. Espejo siempre ha sido un sitio clave para el dominio de la Campiña. La última gran desgracia fue cuando se estabilizó el frente en la guerra incivil del 36. Hasta allí, llegó el General Miaja en su intento de entrar en Córdoba. Entraban uno y otros dándole matarile a todo lo que se meneaba, en unas de estas tomas alternativas, el General Miaja, subió a las gentes en caminos y los envió, para salvar sus vidas a la Mancha que no había frente de guerra; una de estas familias fue la de mi madre. Bueno, a lo que vamos, la guardesa del castillo era amiga de mi madre y lo he estado en el muchas veces.
Cuando has hablado de los aficionados al ciclismo creía que ibas a contar la prueba de la subida al castillo, en ella, por primera vez vi a Antonio Gómez del Moral y a los Galera, no sé si como participantes o como curiosos, de eso no me acuerdo. El colesterol, se recargaba en Casa Lorenzo, primo hermano de mi madre, este estaba y está, en una zona que los del pueblo lo conocen como “El Cafetín”
Muchas gracias por llevarme a los tiempos de mi infancia. Un abrazo, salud y República.
P/E: En tiempos de la guerra por la toma de Granada el Señorío de Espejo llegaba hasta Montefrio. ¡Ah! El castillo es de la “Casa de Osuna”
Ahora la del loro. Contaba mi madre que una amiga entró en el castillo y en el patio dentro de una jaula habías un loro. Cuando se marchaba, el loro dijo “Te vas, pues adiós” la chiquilla no paró de correr hasta su casa.

Paco Muñoz dijo...

Lo sabía Patxi, te tendría que llegar allí. Muchas gracias.
No pudimos entrar porque no era hora. Si recuerdo una persona que vivía en la casa donde estaba el taller donde yo trabajé, que era oriundo de allí y era republicano hasta el tuétano, a pesar de los pesares. Yo tenía 12 años y hablaba mucho con él, la tradición de izquierdas de Espejo ha llegado hasta casi nuestros días. Luego tu familia eran unos refugiados como esos que desplazan las guerras miserables, y la culpa de los criminales que las empiezan. Galera el granadino y los Egabrenses Del Moral, buenos especímenes del ciclismo.
El viernes me regaló mi hijo un libro del último equipo tricolor del Tour, el del 36 que les pilló la guerra de los fascistas en Francia.: Cañardó, Berrendero, Molina, Esquerra y Álvarez. Luego los putearon bien.
En casa Lorenzo nos tomamos el chorizo, nos atendió una Señora con el pelo blando delgada de unos cincuenta o por ahí. Un trozo que ya lo quisiera alguno en esas condiciones. Si de la casa de Osuna, el que le mandaba fotografías a su padre cuando estaba de embajador en Moscú, con armiños y todo lujo, diciéndole al padre -Papa mira como estoy. Y el padre le enviaba otra en pelotas, diciéndole -Mira como me estas dejando niño.
Y muy gracioso lo del loro.
Salud y República.