sábado, 20 de junio de 2015

LA TORRE DE VIGILANCIA FORESTAL DE VILLARES ALTOS

Torre de vigilancia forestal

Hace un par de meses quise ir a la torre de vigilancia forestal de Villares Altos. Pensé que el sitio más corto era por el Campo de Golf. Estuve viendo jugar un hoyo a dos jugadores (nunca comprendo porque llevan un solo guante), e inmediatamente después un empleado reparó el green, con una celeridad, destreza y profesionalidad que me llamó la atención. Le consulté sobre la posibilidad de acceder a la torre y me dijo que era complicado porque los guardas de Villares Altos siempre ponían pegas.

Recorrido

Lo dejé estar porque no me parecía descabellado lo que me decía, nosotros sufrimos en cierta ocasión los malos modos de un vigilante por el camino paralelo al arroyo del Moral, bajando hasta la balsa del Guadalnuño y la zahúrda que está al lado, de lo que queda del cortijo El Chaparral, de allí es donde sale el agua de riego del campo, al que la suben a sus depósitos por una tubería y motores. Nos dijo el guarda ordinario que le estábamos espantando los marranos. 

Pista

Es posible, lo que nos parece incomprensible a los neófitos seguro es una complicación para los cazadores. hay que reconocer que esas fincas su fin lucrativo final son las monterías, y en estos eventos corre bastante bien el dinero en la gente que no se ha visto afectada por la crisis. O que se han hecho nuevos ricos con las desgracias y expolio de los demás, que los hay, como determinan fielmente las estadísticas. 

Llegada a la torre

Pues este sábado que no iba a salir, pero que cuando da la hora me resulta complicado quedarme en casa, decidí subir por la Vereda de la Pasada del Pino (Barranco de los Picapedreros), hasta donde se bifurca y baja para el Guadalnuño, y seguir la pista del cortafuegos hasta la torre de vigilancia de Villares Altos. Como "es mejor pedir perdón que permiso", según dijo el padre Ángel de la parroquia de San Antón de Madrid, eso hice yo, prepararme para la disculpa.

La torre

No ha sido necesario, ni un alma, en todo el recorrido. Sólo una pareja de palomas torcaces levantó el vuelo aún en la vereda pecuaria de la Pasada del Pino. La diferencia entre uno y otro piso es que el de la vereda es residuo del granito y el otro tierra normal. A partir de ahí en lugar de bajar el precioso Barranco del Chaparral, circundé los hoyos cinco y cuatro del campo, por este orden y me aproximé a la torre.

Perspectiva de la escalera

Atrás quedaba la majestuosa ladera noreste de Pedro López, yo estimo que más fácil de subirlo por ahí. La mole impresionante de los riscos del Guadalnuño, y la cicatriz de la empresa del consejero de puerta giratoria y defensor de los "demócratas" venezolanos, afiliado al IBEX35, Sr. González, que va desde Villafranca a Badajoz. En el valle, si puede llamársele así, hay una estación de control del gasoducto. 

La plataforma

Por el hueco que hace el Guadalnuño por el norte, se ven los terrenos de Campo Bajo, parte de los Riscos de Vera, y la Solana del Chaparral. Ahora un pequeño desvío entre jara pringosa y blanca, me lleva directamente al emplazamiento de la torre vigía. Desde allí el horizonte se agranda, la torre del Parque de los Villares a la vista, y como no podía ser de otra manera, Torreárboles, el techo serrano del término municipal.  

Pedro López desde allí, cara noreste

Ahora pasó por el gasoducto y desde allí se divisa abajo la estación de control. Arriba a la derecha la torre que existe al lado de los depósitos de agua del Campo de Golf. Un horizonte maravilloso en dirección oeste y norte. El desvío y la torre en su explanada. Veintitrés escalones de madera tiene la escalera, que está en su cara sur. Arriba una pequeña reja con un candado para que no se acceda a la plataforma, y un panel solar. La cara oeste tiene una antena de radio.

Los Riscos del Guadalnuño

La plataforma es de aproximadamente cuatro por cuatro metros, y la caseta que soporta de dos por dos. Todo está construido en madera y de una apariencia bastante solida, como puede verse en las fotografías. En el día de hoy no estaba ocupada aún por el vigilante. Subí un poco la escalera, pero bajarla sería peor por lo empinada que es, no seguí, primero por ir solo y segundo porque luego arriba el acceder a la plataforma era un acto circense a bastantes metros del suelo, estimo que a siete, y sin red.

Estación del Gasoducto

Y ahora el retorno, porque los agradables días de la semana pasada, se acabaron. Y a las nueve de la mañana los rigores del adelantado verano son inaguantables. Por lo que hay que recogerse pronto y sólo utilizar las horas del amanecer. Así que la vuelta, que es más cómoda, con la tranquilidad y satisfacción de que no había tenido que hacerme el tonto ni pedirle perdón a nadie, mejor es así. Nuevamente en la vía pecuaria.

Torre de los depósitos del campo de Golf

Hay una zona en la cota de los quinientos metros que, a pesar de la sequedad estival de sus alrededores, aún permanece verde cuando los alrededores son dorados y es como un oasis con un amplio fresnedal en él, que nos llamó la atención el otro día. Es teóricamente el nacimiento del arroyo de los Picapedreros, una especia de nava serrana en esa cota. Puede que viertan en ella, el agua de riego de los hoyos citados antes, y a lo mejor el seis (no sé a ciencia cierta si se recupera de alguna manera el agua del campo), o que en ese lugar haya una surgencia subterránea.

Fresnedal citado

Capricho cumplido, subida a la torre de vigilancia de Villares Altos.




Fotografías y vídeos del autor

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