jueves, 27 de enero de 2011

HOSPITALES EN CÓRDOBA EN 1752, SEGÚN EL CATASTRO DE ENSENADA.

Hospital de San Sebastián (foto:Artencordoba.com)

En una anterior entrada hablamos de la sanidad cordobesa en 1853, fecha en la que se editó el diccionario enciclopédico-geográfico de Madoz, donde figuraban los datos que recopilamos entonces. Estos son del Catastro de Ensenada. Los datos de la antigüedad siempre están en libros, documentos o en la memoria oral de las personas, no podemos inventarlos so pena que lo que pretendamos sea ficción. Una cosa es la fiabilidad de esos datos y otra la interpretación que cada uno haga de ellos.

Hay que añadir que los hospitales en Córdoba no eran lo que conocemos en la actualidad. Un hospital podría ser una habitación con cuatro camas para atender un determinado segmento de la población, exclusivo, creado por una pía señora o pío señor, normalmente para expiar alguna autoculpa. Mucho pío parece, pero normalmente era así. La inquietud de los gobernantes era mínima, era la caridad el elemento dominante.


En la noche de los tiempos los hospitales diferían de los actuales, su nombre procede del latín “hospidium”  que significa hospedaje. No existía la cultura de la hospitalización, normalmente el enfermo era atendido en su casa, y todo era por dinero, lo que evidentemente casaba perfectamente con el poderoso.  Eran establecimientos de atención a pobres y necesitados sin medios e inclusive sin apoyo familiar. La literatura los ha descrito como; “mansiones de penas” y “sima de la miseria”, eran lugares de sufrimientos y a los que se iba seguramente, la mayoría de las veces para morir

Veinte es en total la cantidad reseñada. Un siglo después sólo cuatro, y siguen aproximadamente los mismos en la actualidad, ciento cincuenta y ocho años después, sin contar las clínicas privadas, que desde luego no tienen la posibilidad de estancia, antes si la tenían. Ciudad Sanitaria, el General, San Juan de Dios, y la Cruz Roja, ah, Los Morales, si se puede llamar a este último aún hospital, y una casa de locos casi sin clientela, afortunadamente, por la política seguida de instalar a los enfermos en pisos tutelados.

La treintava pregunta del Catastro de Ensenada obtuvo la siguiente respuesta:

30ª. Si hay Hospitales, de qué calidad, qué Renta tienen, y de qué se mantienen.

A la trigésima digeron que en esta Ciudad hai veinte y un hospitales:

—el uno, con el título de San Juan de Dios, al que le consideran de renta anual veinte mil reales, que se distribuyen en la curación de enfermos que padecen fiebres continuas o intermitentes, a excepción de accidentes contagiosos;

—otro con el de San Antonio Abad, que le consideran de renta anual tres mil y quinientos reales, que se deven distribuir en la curación de enfermos de malfuegos de San Antón;

—otro, con el título de San Bartholomé, al que le consideran de útil anual once mil reales, que están destinados para la curación de mugeres pobres que padecen fiebres, a excepción de los contagiosos en los quatro meses desde primero de junio hasta fin de septiembre de cada año;

—otro con el título de Jesús Nazareno, que le consideran de renta en cada un año cinco mil y quinientos reales, los que, con las demás limosnas que adquiere, se distribuyen en la manutención de mugeres pobres ympedidas;

—otro del Santo Jesucrispto de la Misericordia, donde se curan enfermos eticomensécticos, el que no han podido adquirir noticia goce renta alguna, y sí que se sobstiene con la limosna que le contribuye la piedad cristiana;

—otro con el título de San Sebastián, al que le consideran de renta anual treinta y dos mil doscientos y cinquenta reales, para la curación y manutención de enfermos de llagas gálicas y combalecencia de uncionados;

—otro con el título de Hospital General, al que le consideran de útil anual sesenta y quatro mil y setecientos reales, para la curación y manutención de pobres enfermos de fiebres y eridas;

—otro que se nomina de Antón Cabrera, al que le consideran de renta anual doce mil y quinientos reales, que se aplican a la curación y manutención de enfermos de humos gálicos en los meses de abril o mayo;

—otro con el título de San Francisco, de combalecientes, al que le consideran de renta anual veinte y cinco mil quinientos y cinquenta reales, que se convierten en mantener los enfermos combalencientes del Hospital General;

—otro con el título de San Jacinto, donde se mantienen pobres incurables, y le consideran de renta anual cinco mil y quinientos reales, con los que, y otras muchas limosnas, se sobstiene el gran número de pobres que hai en él;

—otro con el título de la Caridad de Nuestro Señor Jesucrispto, que le consideran de renta anual diez y nueve mil reales de vellón, que se distribuyen en la curación y manutención de pobres enfermos de heridas y fiebres, a excepción de los accidentes contagiosos;

—otro con el título de San Christóbal y Santa María Magdalena, que oy llaman del Amparo, y está destinado para recogimiento y manutención de mugeres públicas, al que le consideran de renta anual mil y ochocientos reales;

—otro que llaman de Peregrinos, en que se recogen y dan cama a los que transitan por esta Ciudad en romería a los santuarios de España y fuera de ella, al que le consideran de renta anual mil y doscientos reales;

—otro que llaman de los Locos, que tienen noticia se erigió para curación de enfermos pobres vergonzantes, hospedar peregrinos y también para recogimiento y curación de dementes, y que se halla dotado con copiosas rentas y oy no está en uso, y ignoran a qué cantidad ascienden, por percivirlas y administrarlas indistintamente con otras el marqués de Cullera, conde de Santa Cruz de los Manueles y de la Corzana, vecino de la Ciudad de Ecija, como patrono de dicho Hospital;

—otro con el título de San Andrés, al que le consideran de renta anual seis mil reales, que se distribuyen en la manutención de pobres ancianos, aunque tienen noticia ser para incurables;

—otro con el título de Santa María de los Huérfanos, que llaman de los Ríos, al que le consideran de renta anual diez y siete mil reales, que se convierten en alimentar los parientes pobres de D. Lope Gutiérrez de los Ríos, su fundador;

—otro con el título de Nuestra Señora de la Encarnación, que llaman de los Ciegos, al que le consideran de renta anual quatrocientos reales, que tienen noticia se convierten en el culto de dicha ymagen y sufragios por las ánimas de los ciegos de esta Ciudad, con obligación de hospedar a los forasteros que vienen a ella también privados de la vista;

—otro con el título de San Joseph, que están informados se erigió para recogimiento de niños perdidos, lo que no está en uso, ni de presente disfrutan renta alguna;

—otro con el título de San Bartholomé, que se instituyó para havitación de quatro mugeres pobres, que de presente permanecen, y que no les consta permanezca renta alguna, y sí que está al cuydado y dirección de la Cofradía del Santísimo y San Bartholomé de la Parrochial de Santo Domingo de Silos la conservación del citado fin;

—otro con el título de Nuestra Señora de Consolación, al que le regulan de renta anual dos mil reales, que tienen noticia se distribuyen en sufragios por las ánimas de los hermanos de la Cofradía fundada en dicho hospital que dejaron la expresada renta, y en caso de sobrar alguna cantidad, se reparte en limosnas a viudas pobres de cofrades de la misma Cofradía;

—otro con el título de San Bartholomé, que oy llaman del Padre Posadas, el que de último estado está dado para hospedería de los pobres del convento de Scala Coeli y el que no goza de renta alguna.

Asimismo dijeron que en las diez y nueve jurisdicciones despobladas no hai cosa alguna conducente a esta pregunta.”



Esta fue la relación que se le dio al Catastro de Ensenada. Salvo pequeña duda en alguno, sabemos la antigua ubicación de casi todos, pero en realidad lo interesante es el número, su fin concreto y su renta, lo demás obligaría a una detalla descripción de cada uno de ellos, que conllevaría una gran extensión de la entrada.

Bibliografía: Catastro de Ensenada.
Fotografías: artencordoba.com y la red.

4 comentarios :

J. Eduardo V. G. dijo...

Ya entonces cada uno se especializaba en determinada enfermedad, buen trabajo Paco, no dejas "piedra" en Córdoba sin mirar.
Saludos.

Paco Muñoz dijo...

Pero a la vez José Eduardo para salvar el alma, pobres, mujeres "descarriadas", fuego de San Antón, males gálicos, etc. A las mujeres descarriadas le cobraban un impuesto, Isa la Católica,les impedían salir de sus casas, pero estaban al servicio de la ruta más importante de la ciudad, comercio, mesones, sexo y luego el perdón en Santa María, la primitiva catedral en la Mezquita.

Como siempre nada nuevo, pero aquí hay donde buscar , y bastante documentación que leer y copiar, pero en tu feudo tiene mucho más mérito.

Un abrazo.

Diego Cardador dijo...

A mí lo que me hace gracia es como el segundón de Los Ríos fundó el hospital de Santa María de los Huérfanos solo para sus familiares pobres... ¿y el resto de pobres cordobeses qué?

Lo más gracioso vino después cuando no había manera de que nadie se hiciese cargo del hospital porque todo el mundo pedía alojamiento, diciendo que eran de la familia de Los Ríos (mentira) y porque los sucesores iban quitando poco a poco las rentas para su mantenimiento y quedándoselas.

Paco Muñoz dijo...

Por eso te digo Diego (sin querer el juego de palabras) que eran unos hospitales muy "sui generis". Para sus familiares, había que tener cara. Yo creo que lo que buscaban era la "salvación de su alma", para justificar lo que sea malamente hecho. El Marques de Comillas que fue un sinvergüenza, no más ni menos que otros, traficó con esclavos, le dijeron que construyese la Universidad Pontificia, y se salvaría de ir al infierno, así lo hizo. La pena es que lo del infierno es una gran mentira, sino a pesar de la Universidad, estaría ardiendo el "nota".