MUSEO DEL TÍTERE DE CÁDIZ

 

Hemos utilizado el bus para movernos durante toda nuestra estancia en la Tacita de Plata. Ya habíamos adquirido en anterior viaje una tarjeta del bus, se puede usar también la tarjeta de Consorcio de Transportes de la Junta de Andalucía  que poseemos. 

Puertas de Tierra

Con las ayudas al transporte es más positiva la local porque además de ser más barata permite el trasbordo. Cádiz tiene un excelente servicio de autobús urbano, sin olvidar el interurbano que también funciona muy bien. La frecuencia es óptima y no tienes que esperar apenas. 

“Hay 5 líneas de autobuses urbanos en Cádiz, identificadas con los números 1, 2, 3, 5 y 7. No, no es un error, las líneas 4 y 6 no existen. Como ya te hemos dicho, estos autobuses dan servicio a todos los rincones de la ciudad. La línea más frecuente y la que tiene más usuarios es la número 1, que recorre toda la Avenida principal de Cádiz. 

Es ideal para moverse hacia las playas de la parte nueva, si necesitas ir al Hospital Puerta del Mar, o si quieres ir al Casco Histórico desde Extramuros. La número 2, es un recorrido muy completo, que bordea el Casco Antiguo por la costa, permitiendo disfrutar de la Playa de La Caleta, la Alameda Apodaca o El Campo del Sur. Muy recomendable para hacer una visita panorámica a Cádiz. 

El autobús número 3 te será de utilidad si el lunes quieres ir al Piojito (mercadillo semanal), ya que tiene numerosas paradas a lo largo de los diferentes puestos. La línea 5 es la que deberás tomar si quieres ir al Corte Inglés. Es bastante frecuente y tiene hasta 3 paradas en las inmediaciones del Centro Comercial. 

El número 7, por último, es el servicio menos frecuente, sobre todo en invierno, ya que es una línea creada especialmente para el verano, ya que da servicio a través de la zona de playas y el Campo del Sur, conectando la Playa Victoria con la de la Caleta, en un recorrido donde podrás disfrutar de las maravillosas vistas de la costa de Cádiz.”

Salvo la 7 todas las demás tienen cabecera en la Plaza de España. Cuando estábamos alojados en la Cortadura, la línea más utilizada era la 1, quizás la más larga, pero ahora la 2 ha sido la más usada al alojarnos en el Barrio de la Viña. Por lo tanto para la visita de hoy desde la parada de Sagasta en el malecón, que asemeja Cádiz a la Habana,

-"Con más salero" como escribió el rancio poeta (¿cómo puede ser un facha tan original?)-, nos bajamos en la parada de Puertas de Tierra -ese baluarte que contiene la antepenúltima torre del Telégrafo óptico, la penúltima en el istmo, y la última en el Real Observatorio de San Fernando-. 

Cruzando al lado norte del baluarte, en las antiguas dependencias del Parque de Bomberos -hoy está ubicado en la Avd. de Astilleros, en las cercanías del puente de la Constitución-, se sitúa el Museo del Títere, en la puerta sur está el Museo Litográfico que estaba cerrado. 

Las bóvedas del baluarte están llenas de sueños para los niños y recuerdos para los mayores. A nosotros lo primero que se nos vino a la memoria fue el valiente Chacolí de los Jardines de los Patos de Córdoba, al que avisábamos a voces cuando aparecía la malvada bruja por una esquina del escenario.

Yo me acordaba también de un teatro ambulante que actuaba en mi Barrio de la Judería o Mezquita. No recuerdo bien si era Barriga Verde el personaje del teatro que con dos palos sujetaba el escenario que dejaba caer en la pared de Juana la Jeringuera, esquina de la calle Torrijos, deleitando a la chiquillería, para luego pasarle el platillo a los adultos, plegar los palos y el escenario y seguir malviviendo el polifacético artista. 

Inolvidables los personajes que te permitían soñar y sobre todo la solidaridad que se tenía con los protagonistas, sobre todo con el bueno, y la alegría que nos daba cuando con aquellos dos palos, que sonaban mucho, le pegaba a la mala o al malo. Esas experiencias me hicieron construir una marioneta de hilos, pero al no tener oficio era difícil darle la vida que daban a los títeres los artistas.

Allí estaban todos los títeres; brujas, damas y caballeros, y los de las sombras chinescas, delante de una fuente de luz movidos con unas varillas. Maravillosos y hermosos los recuerdos que te evocaban. Retroceder setenta años merece la pena, aunque sólo sea un rato, recordar es volver a vivir un poco. Y ojo, todos los arcos pequeños que unen las bóvedas de cañón del baluarte, tienen el aviso de: “Agachate y vuelte a agachar que los bajitos pueden pasar”.

Y sobre el Museo del Títere lo mejor es ver que refleja su web: “Inmerso en un lugar privilegiado y símbolo de la ciudad de Cádiz como son las Puertas de Tierra, y respetando el aspecto y distribución del edificio original, se encuentra el Museo del Títere: 

un espacio cuyo objetivo principal es exponer, documentar y preservar la memoria de la actividad de titiriteros, empresas, artesanos y creadores de España y del resto del mundo. El Museo del Títere cuenta con 1.500 metros de superficie expositiva y cuenta con 18 bóvedas recuperadas, repartidas entre el primer piso y la planta baja de este atractivo lugar arquitectónico. 

La entrada al Museo se realiza por el patio de la antigua estación de bomberos, que se encuentra a un costado de la torre Puertas de Tierra. Los sistemas se han adaptado para uso museístico a través de diversas actuaciones, como: la adecuación del espacio exterior, la recuperación y puesta en valor de la antigua conexión del cuartel y la plaza, la renovación de los interiores y la recuperación de los sistemas de ventilación originales. 

El museo concentra sus contenidos a través de la exposición permanente de "Marionetas del Mundo", con piezas de la colección comprada por el Ayuntamiento de Cádiz en Ismael Peña en 2008. Esta colección está formada por más de 500 piezas entre las que hay unas 350 internacionales “marionetas.”

Fotografías del autor, de C.Carnago, Google y Web

Bliografía de las distintas web consultadas