jueves, 8 de septiembre de 2022

HOSPITAL DE CIEGOS

Hotel Alfaros ubicación del Hospital

En la instructiva página de Facebook “Corduba”, cuyos administradores son Alfonso y Sandra Gómez y entre sus varios Moderadores destaco a Manu Rodríguez, leí el otro día sobre un hospital desaparecido de los muchos que había en Córdoba hasta que se aglutinaron todos en el de Agudos hasta el nacimiento de los de la Seguridad Social que conocemos. Como llamó mi atención le pregunté al Alfonso autor del artículo -que lo aderezaba con unos documentos de la BNE- sobre el trabajo, porque mi memoria no lo situaba. Investigué más y vi que D. Teodomiro lo recoge en sus Paseos, concretamente en el del barrio de San Miguel. Repasé también un excelente trabajo, “Monografía Histórico-Médica de los Hospitales de Córdoba” de Germán Saldaña, publicado en varios Boletines de la RAC. Y en todos los sitios estaba el Hospital de Ciegos. Luego busqué lo publicado en el Blog sobre hospitales y vi con asombro que lo tenía preparado para publicar y no lo hice, aunque lo más peligroso es que no me acordaba.

Catastral de la ubicación del desaparecido hospital

Data su fundación en el siglo XV, 1487 precisamente. Y estaba situado en la calle Carnicerías, actual Alfaros, en el número 20. Hay que tener en cuenta que los hospitales no eran como los actuales, muchos tenían cuatro o cinco camas o menos. En la recopilación el autor cita unos 65 incluyendo los de la Cruz Roja y el Militar. Teniendo en cuenta que el trabajo lo realiza en el año 1934. Alfaros veinte ya no existe, si comprobamos en el mapa catastral vemos que la construcción del hotel Alfaros agrega las fincas números 18, 20, 22 y 24 en una sola, y numera las cuatro fincas como el número 20, por lo tanto no podemos precisar cómo era la finca donde se ubicaba el Hospital. Además este Hospital no tiene fotografías como otros que, aunque también desaparecidos la fachada se ha mantenido en pie en el tiempo. Creo que lo ideal es transcribir las paginas 243 a 246 del trabajo citado porque estimo es mejor para conocer el mencionado establecimiento sanitario que estuvo en córdoba tres siglos.


"Hospital de Ciegos
“Las memorias de este hospital y de la cofradía en él fundada suben hasta el año 1487: en el cual, Isabel la Católica que, a la sazón se hallaba en Córdoba haciendo los preparativos para la guerra de Granada, concedió, a petición de los propios interesados, un notabilísimo privilegio a este Hospital de Ciegos que alcanzó también al de Sevilla: del cual será interesante transcribir algunas cláusulas.
«Sepades que por parte de los ciegos que viven y moran en la dha ciudad de Córdoba y en la ciudad de Sevilla me es fecha relación diciendo que ellos eran fatigados por vos los sobre dhos con buestros repartimientos y derramas como en los dar huéspedes, los cuales ellos debían no ser obligados a contribuirlo e pagar por ser pobres ciegos y sus sostenimientos heran de las limosnas de las buenas gentes obieran traído ante ciertos jueces pleitos los cuales dieron sentencia en que declararon no ser obligados ellos con ningunos serbicios personales de contribuciones ni otras ciertas cosas según que más largamente en la sentencia sobre ello dada se contiene, las cuales pasaron y son pasadas en cosas juzgadas en que aora algunas personas han tratado de se las quebrantar, así en los dhos repartimientos, como en los dar y echar huéspedes, en lo qual si así pasare, que ellos recibieran mucho agrabio y daño, y me suplicaron e pidieron por merced zerca dello con remedio de Justizia, la qual veyesemos como la mi merced fuese. Yo hubelo por bien; porque os mando a todos, e a cada uno de vos en vuestros lugares y jurisdiziones que veyades las dhas Sentenzias que en favor de los dhos Ciegos fueron dadas, que pasaron y son pasadas en cosas juzgadas, las guardeis y cumplais y hagais guardar y cumplir como en ella se contiene en todo y por todo según y en la forma y manera que en ella se contiene, y en guardándolas, y cumpliéndolas, contra el tenor y forma de ellas, no les echedes los dhos huéspedes, ni les repartades en repartimientos algunos de que los dos Ciegos son libres y exemptos en virtud de la dha Sentenzia y contra el tenor y forma de ella, no bayades ni pasades, ni consintades ir ni pasar por alguna maonera en tiempo alguno, y los unos y los otros fagades ni faltan en leal por alguna manera, so pena de la mi merzed y de diez mil mrs. para la mi Cámara».


No parece que los corregidores fueron muy dóciles en cumplir tales mandamientos, pues no obstante la sanción severa que pone la Reina a los contraventores de su disposición, en el año 1494, encontramos una sentencia eclesiástica en favor de Alfonso, hijo del ciego Pero García, eximiéndole del pago del derecho de arbitrios de alcabala y de sisa, por vender cosas de la hacienda de su padre. Y para ello afirmase el Juez Eclesiástico en la disposición de la Reina que eximía a los ciegos y a los que traficaran con sus bienes de toda clase de contribuciones y arbitrios municipales.


Por lo que toca a la situación del hospital parece que primitivamente ocupó el lugar en que hoy está el convento de los Carmelitas, pues consta que tales casas las vendió la cofradía para edificar el Convento del Carmen. A continuación se edificó en lo que hoy es casa número 20 de la calle de Alfaros, antes Carnicerías, donde continuó hasta su extinción.
El 14 de Octubre de 1525 fueron aprobadas las Constituciones de la cofradía, en las cuales hay la siguiente notable cláusula:
“Por tanto nos los cofrades de las susodichas cofradías, así los ciegos como los vistosos por quitarnos de diferencias que se esperaban entre nosotros haver sobre los Espitales. El uno que fué antiguamente de la Encarnación del hixo de Dios, que es zerca de las Carnicerías del Salbador de esta Ciudad de Córdoba, y después entraron en él los vistosos y los dhos ziegos le repetían a él o al otro Ospital que se dise de la Coronada, que es en la calle de los Cidros desta dha Cibdad, por tanto por nos quitar de enojos y embarazos todos unánimes ó concordes, pues que somos unos en la fé de Nuestro Señor Jesuchristo: acordamos con lizenzia e abtoridad que para facer o zelebrar esta Regla e Ordenanzas, e Capítulos della pedimos al Ilustre y muy magnífico señor don Frey Juan de Toledo, Obispo de Córdoba de junternos. y que todas las dhas cofradías desuso nombradas, fuesen una, e unidas e una, e todos fuésemos unos hermanos en Jesuchristo, e guardásemos las reglas e ordenanzas siguientes”.
Consta pues, por lo expuesto en esta cláusula, que hubo dos hospitales y dos cofradías con idénticos o parecidos fines, formadas a lo que parece las segundas, por ciegos una y otra por no ciegos o vistosos, como dice el original; los cuales finalmente se unieron en el mismo hospital de la calle de las Carnicerías. Al fusionarse ambas cofradías acordóse que para evitar confusiones, el hospital de la calle de Alfaros volviera a tomar el nombre de la Encarnación que fue su nombre primitivo y que poco antes había cambiado por el de la Concepción. Como no tenían ermita ni capilla donde poder ejercitar sus cultos, pidieron a los Superiores Eclesiásticos les concediera la ermita que estaba extramuros de Córdoba entre la de San Sebastián y la de San Lázaro y cuyo título y advocación era de la Vera Cruz.


Antes del año 1532 hablase llevado a cabo una fusión de diversos hospitales, entre los que se contaba el Hospital de Ciegos; por lo cual, éste, con otros muchos, fueron anexionados al de los Santos Mártires Acisclo y Victoria, con la particularidad de que dicha anexión se hizo sin licencia de la autoridad competente; razón por la cual, y en vista de que no se cumplían con ella los fines impuestos a los diversos hospitales, y el de los Mártires, lejos de aumentar, iba en decadencia, don Cristóbal de Ojeda, Canónigo y Visitador de los hospitales, en nombre y con la autoridad de D. Frey Juan de Toledo, Obispo de Córdoba, dió un decreto en 14 de Marzo de 1532, ordenando que la dicha fusión desapareciera y fuera puesto cada uno de los hospitales anexionados en posesión de los bienes propios que aún se conservaran. Así se cumplió en efecto, como consta por lo que a esto se refiere, de un acta de posesión de las casas y tiendas que de antiguo le pertenecían. 


Para el sostenimiento del pequeño hospital salían los ciegos en rosario pública y solemnemente dos o tres noches en semana, a pedir limosnas, que recogían en abundancia, mientras duró el entusiasmo de la dicha cofradía. A ellas se unían algunas pequeñas industrias manuales, en las que entretenían sus ocios los asilados, y cuyos productos, como consta del privilegio de Isabel la Católica y de la sentencia del Juez Eclesiástico, podían vender, sin pagar contribuciones ni alcabalas de ninguna especie.
La administración de él dependía única y exclusivamente de la cofradía, la cual ordenaba por sus Constituciones que para el mejor gobierno del hospital acudiese cada año un maestro albañil a examinar el estado del edificio y efectuar los reparos que fueran necesarios. Disposición muy prudentemente tomada por la naturaleza de los asilados, los cuales, por ser ciegos, no podían advertir las necesidades de reparo que ofreciera su casa. Manda asimismo al Hermano Mayor que juntamente con el Prioste visite mensualmente a los enfermos asilados para informarse de la quietud y tranquilidad que debe haber en la casa, con poder bastante para requerir públicamente a los revoltosos y aún para expulsarlos si no se enmendaren.


Nada se habla en los diversos documentos de asistencia facultativa propia y peculiar de la Casa, por lo cual es de creer que en caso de enfermedad, fueran los asilados asistidos conforme a las normas seguidas por tantos hospitales que estaban en el mismo caso que el hospital que historiamos.
Favorecido por muchos privilegios de la Reina Doña Juana y del Emperador su hijo, y de Don Felipe II, continuó su vida este hospital, que fue paulatinamente decayendo hasta su total extinción en el siglo XVIII.”

Fotografías de Google. Documentos de la pagina citada
Bibliografía del trabajo citado de German Saldaña

2 comentarios :

MariÁngeles Ortiz dijo...

Me ha encantado !!!!

¿Entonces ese hospital lindaría posiblemente con la calleja que se encontró en la casona que ahora es hotel de la calle Santa Marta?

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Mari Ángeles. No lo creo estaría en el actual Hotel Alfaros y la calleja está mucho más abajo. Hay que tener en cuenta lo del los hospitales que era una casa y en ocasiones pequeña, la camas podrían ser cuatro cinco o menos. Saludos.