miércoles, 1 de enero de 2020

LAS UVAS, MI TÍO PEPE, LA RADIO FIN DE UNA ÉPOCA, EL MUNDO EN SUMA.

El Big Ben del Parlamento de Londres

Yo me tomaba las uvas cuando tenía unos pocos de menos años que ahora, y menos achaques, con las señales del Big Ben el reloj del Parlamento británico antes de que aquí fueran las doce. La sintonía previa del reloj eran dos letras V de la victoria; tin, tin, tin, tiiin, tin,tin tin tiiin. Tres puntos y una raya repetidas. La emisora de la BBC, me ofrecía a pesar de su extranjerismo, un aire de más libertad que las de aquí que aún daban el parte, avisado con el sonido de atención de un cornetín militar, del que luego aprendimos su lenguaje en la mili. 

Mi tío Pepe a la derecha en la campaña de África

Con mi tío Pepe, militar defenestrado por el régimen fascista, por dudar en el primer momento del golpe, que estaba destinado en Sevilla, y no incorporarse al primer toque, pero como todas las personas que conozco de la Memoria Histórica no anhelaba venganza. Malvivía reparando aparatos de radio, con la maleta de comprobación de válvulas de radio de Maymó. 

Las uvas

A pesar de que le falto el canto de un duro para pasar por el paredón, ya le habían dado sus útiles personales a su mujer, y gracias a que el barbero de la mezquita, mi abuelo Rafael tenía mano con el obispo Pérez Muñoz, al que le recortaba de vez en cuando la tonsura, consiguió de éste una carta que llevaron en mano al miserable de Queipo de Llano directamente, documento que hizo que le devolvieron sus útiles personales. 

Un aparato de los años 1950

Se incorporó al golpe, participó con su unidad en alguna acción militar de finales del conflicto, e inmediatamente después de terminar fue expulsado del ejército con sus compañeros que se libraron del fusilamiento por dudar en la incorporación inmediata al golpe fascista. Con él hablaba más de tecnología que de política, tenía auto condena al silencio. Hay que reconocer también que yo tenía ocho o diez años. 

Un joven radioaficionado

Con él aprendí telegrafía, vamos me la enseñó. Me hice un manipulador de Morse y practicaba pensando que podía salir a las ondas, luego escuchaba a los radioaficionados en las bandas de onda corta. Me defendía bastante bien y era una alegría descifrar los pitidos, puntos y rayas sonoras. Escuchábamos un perfecto castellano de las emisoras de Radio Pekín, Radio Tirana, Radio Moscú. 

La criminal guerra de Vietnam

Radio París que tenía un locutor que se llamaba como Paco el de la Luisa, Francisco Díaz Roncero. Sin olvidarnos de Radio España Independiente. Hablaban cosas de España que no se escuchaban ni leían aquí. Era otro mundo, estábamos al orden del día en política internacional. Un día escuchamos de primera mano el asesinato de John F. Kennedy y antes habíamos seguido la crisis de los misiles de Cuba.  

La entrada en la Habana 

Mi tío Pepe había estado más cerca de la muerte en Sevilla,  que en todas las penalidades sufridas en la campaña de África. Pero va de nochevieja, que inevitablemente estaba unida a su persona. Por lo tanto en esas noches viejas de mi niñez, yo llevaba una hora de adelanto al fascismo de este país. No eran muy así que digamos, la fiesta de la nochevieja, era más la Navidad; de candelas en el callejón de la Casa de Ídem; de tímidos amores; de solidaridad vecinal, nada se tenía pero nada era tuyo plenamente; de buena gente en suma. Pero la radio, la onda corta nos tenía al día, nos tuvo a lo largo de muchos años.

La detención y posterior asesinato de Lumumba

Escuchamos los años posteriores a la guerra de Corea, 1953; el comienzo de la guerra de Vietnam, había que seguir vendiendo armamento; el bip, bip, del Sputnik I, 1957; La entrada esperanzadora de Fidel y los suyos en la Habana, 1959, y la huida de seboso Batista; el asesinato en 1961 de Patricio Lumunba, en el Congo esquilmado por el miserable de Leopoldo de Bélgica; la crisis de los misiles en Cuba en 1962; y el asesinato de John F. Kennedy en 1963. 

Parte de mi instalación de radio

Y el sistema de antenas

Muchos acontecimientos mundiales que escuchados en esas emisoras eran distintos que los que escuchabas en las radios nacionales. Por eso mi amor por la radioafición ha continuado hasta nuestros días, en los que por diversos motivos personales procedo a dar por terminada mi actividad de más medio siglo, como operador y de casi setenta años como escuchante, con el desmontaje previsto de mi instalación de radio en casa. El fin de una época de radio. El 2019 se ha ido, bienvenido el 2020, aunque le pese a mucha gente.

Fotos de Internet y personales
Bibliografía del recuerdo.

4 comentarios :

Canario dijo...

Feliz 2020 Paco y familia!

Paco Muñoz dijo...

Paco muchas gracias por estar siempre ahí. Feliz 2020 para ti y los tuyos igualmente pese a quien le pese. Un abrazo.

Bubo dijo...

Feliz Año nuevo.

Yo este año ni uvas. Y es que la víspera ha sido movidita.

Paco Muñoz dijo...

Lo siento Bubo. Un abrazo