sábado, 13 de julio de 2019

EL CÁLIZ DEL INCA, EXPOSICIÓN EN LA MEZQUITA CATEDRAL

Portada del folleto

Una muestra de la orfebrería religiosa cordobesa de los siglos XVI al XVIII -aunque en uno de los cálices figura del XV y en otro lugar del XVI, seguro que es uno de esos gatos inevitables a la hora de titular la muestra-, 16 cálices configuran la exposición, figurando en primer lugar o en un lugar prominente, el del Inca Garcilaso de la Vega, de Juan Bautista de Herrera de 1620. Es una obviedad decir que, las obras de arte de la platería cordobesa -en este caso-, no hubieran podido existir sin la presencia de la Iglesia Católica, principal cliente de este gremio. Y no es menos obviedad la contradicción de la austeridad pregonada supuestamente por el cristianismo y la ostentación exagerada de los encargos religiosos, pero eso no se puede cambiar y se queda en una simple reflexión personal.

Una vista de la Exposición

Otra vista de la Exposición

Quién ha trabajado en los primeros años de su vida laboral en la orfebrería, con uno de los mejores orfebres cordobeses del siglo XX, Francisco Díaz Roncero, para nosotros, para mi familia, como “Paco el de la Luisa”, vecino de mis padres y con categoría muy cercana a la familiar, por la gran amistad con ellos, sabe de su arte. Otras personas muy queridas por mí formaban parte de esa plantilla de su taller, todos esos artistas que no firmaban la obra, pero eran parte de la misma, la mayoría "cinceles de oro" de ese arte. Pepe Luque, Pepín Martínez, Juani Martínez, Julio Galisteo, etc.. Unos fallecidos y otros vivos. Por eso, cuando ves que el Cáliz del Inca lo firma Juan Bautista de Herrera, piensas en la plantilla que debía de tener y que son en teoría, que digo en teoría en la práctica, anónimos, pero indispensables para la construcción de la obra.

Obras del Renacimiento

Obras del Gótico

A pesar de que San Pablo en su primera Epístola a los Corintios, citaba la importancia del cáliz en la Eucaristía, como símbolo de la comunión con Dios, como cita el folleto, yo personalmente ya he expuesto mi criterio personal de que Dios presuntamente, no hubiera querido ese lujo, pero no se puede cambiar el ego de los clientes, y que si se pudiera esas obras de arte no existirían. Todo figura entrelazado y una cosa trae a la otra, y en el fondo como no es cambiable, mejor que se quede como está. Cuando conoces como se crean esas obras de arte, desde el entalle, la fundición, el cincelado, sacado de fuego, engastado, pulido, dorados, etc. y como se manipulan estos objetos que después, por mor de su uso son sagrados, te llama enormemente la atención.

Obras del Barroco

Obras del Rococó

De un plano disco de latón o plata, el entallador le da forma y lo hace vaso con su esfuerzo en el torno ayudado de madera. Los adornos o bien fundidos, antes modelados, o cincelados de otra pieza plana, primero repujados, luego recortados y perfilados y soldados su lugar correspondiente, van dando forma para que después de dorados, la parte que vaya de ese color, acabe el engastador de ponerle las piedras preciosas si las lleva o los esmaltes. Es una labor precisa de muchas manos de artistas cada uno en su disciplina. Es cierto que la casa la hacen los albañiles pero la ha diseñado un arquitecto, pero no lo es menos que ambos son artífices de ella en su grado correspondiente.

El Cáliz del Inca Garcilaso de la Vega

Libro dónde figura reflejado el Cáliz

Lo cierto es que merece la pena ver esas obras de arte, yo procuro siempre verlas desde el punto de vista profesional de creación, no religioso, observando cómo está explicada la evolución de los estilos (modas) a lo largo de los siglos a que pertenecen. Eso da que pensar que estos estilos configuran a su vez la arquitectura, la pintura, la música y sobre todo el pensamiento de los creadores y en suma de la humanidad paralelamente. Bienvenidas sean todas las muestras artísticas porque todas son enriquecedoras, y aunque cada uno arrima el ascua a su sardina -es normal y lógico-, he de reconocer que no observo tendenciosidad de ésta en su tratamiento. Se complementa con una maqueta de la Mezquita Catedral de Córdoba creada por los alumnos de la Escuela de Platería cedida por el Parque Joyero. 

Francisco Díaz Luque y Francisco Díaz Roncero

El Cáliz del Inca tiene una historia, y parece que en la huida de las tropas francesas a primeros del XIX, desapareció, luego apareció en Londres, Oficina Internacional de Objetos Históricos Perdidos, se subastó y nuevamente se perdió su pista. Se encontró de nuevo en Londres y el Estado lo adquirió en el comercio londinense a principios de siglo XXI por un equivalente a 17.000 euros actuales. La compra no fue publicitada y se depositó en el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid, ahora estará por segunda vez en siglos, de forma temporal en el lugar que ocupó antaño en la Mezquita Catedral.  

Una curiosidad

Los créditos de la exposición

Las firmas, en este caso punzones de los plateros cordobeses: Juan Bautista de Herrera, Sebastián de Córdoba, Diego de Alfaro, Rodrigo de León, Gonzalo Díaz y Fernando de Córdoba, Diego Fernández Rubio, Pedro Fernández, Pedro Sánchez de Luque, Damián de Castro y Manuel Repiso. Seguro que muchos de ellos son más conocidos por tener calle en el nomenclátor de la ciudad que por su obra, otro ejemplo por que lo no están de más estas muestras artísticas, para conocer la obra de nuestros paisanos.

Fotos del autor (muy malas lo reconozco) y una de la Hermandad de la Expiración
Bibliografía del folleto, textos expositivos y prensa local.

No hay comentarios :