sábado, 24 de noviembre de 2018

LA PENSIÓN DE LOS ARTISTAS, DE ANTONIO SERRANO

Cartel

Un teatro Góngora lleno total, recibió y aplaudió a rabiar a La Pensión de los Artistas, una obra de Antonio Serrano, dirigida e interpretada por nuestros paisanos, Juan Carlos Villanueva, Marisol Membrillo y Alberto de Paz, son los nombres que destacan pero luego están la producción Fernando Ortiz, el a lalimón del Espacio Escénico de M.A. Ramos con J.C. Villanueva, Rocío Rosas, Lola Pedraza, la asesoría coreográfica de Inmaculada Aguilar y muchos nombres más de colaboradores y el texto de Antonio Serrano.

El escenario, aún no estaba prohibidas las fotos

Un teatro Góngora que si en el siglo XXI es un teatro moderno, pensamos como podría serlo cuando se construyó en las primeras décadas del XX. En el entresuelo había unos palcos, arriba, en los que vi con mis padres Gigante, posiblemente por el 56 o 57. Como era larga se llevó mi madre la fiambrera con los filetes empanados y la tortilla, aquella proyección fue como ver la película en tu comedor. Muchas veces más, de pequeño, me llevó mi padre al Cine Góngora y otras disfrutamos de la tranquilidad que daban las proyecciones en la terraza de verano, con sus irrepetibles hamacas y subida en ascensor, ojo donde no se podían comer pipas.

El aplauso final, estaba levantada la prohibición de las fotos

De los actores de la obra que decir, yo particularmente me siento muy orgulloso de que la mayoría de este elenco sean cordobeses, creo que salvo el autor todos los demás. Marisol Membrillo, a la que saco más de veinte años, la recuerdo desde sus comienzos, en el Procono, TVE municipal y en casi todos los eventos de la ciudad, luego sus fabulosas interpretaciones en pantalla grande y series televisivas. Mi tía Rafaela era la más guapa de las hermanas de mi madre, pues cuando veíamos a Marisol Membrillo en cualquier trabajo siempre decíamos, ahí está la tita Rafaela de joven. El parecido es asombroso, por esa razón además de por su arte, existe una afectividad especial. Y he de reconocer que no conocía su capacidad para la canción que me ha hecho verla en otros registros.

Marisol Membrillo

Por otro lado, la categoría de Juan Carlos Villanueva es evidente, su currículo extraordinario, pero diré una sola cosa, siempre que pienso por alguna razón en Luis de Góngora, no puedo evitar ponerle la cara de Juan Carlos Villanueva. Es el problema de identificación cuando suban al cielo de la fama y en el fichero de entrada tengan que comprobar cuál es la cara del personaje auténtico. Ha tocado muchos palos del arte, interpretación, zarzuela, opera, etc. y en todos ha resaltado. Enhorabuena por este montaje y su dirección.

Juan Carlos Villanueva

Alberto de Paz, más de treinta años tocando el piano, y tuvo que conocerse por sus habilidades en Go Talent, un efímero programa televisivo, un Reality Show. Con esta obra ha entrado en el capítulo de la interpretación, además de demostrar una vez más su talento musical, su increíble memoria. En la obra es el apoyo musical de la actriz principal. Y las bonitas canciones que los mayores hemos conocido. En cuanto a la crítica, digo con esto como con la música, la pintura o cualquier arte, o te gusta o no te gusta, sin entrar en disquisiciones barrocas de quienes tienen que ganarse la vida criticando la obra de otros. A mi personalmente me ha gustado y mucho. 

Alberto de Paz

Antonio Serrano, el autor, escribe también la Sipnosis:

“La Pensión de los Artistas es un acercamiento a la España de los años 50 realizado desde la ternura y el amor hacia una sociedad aún bloqueada por su pasado más reciente.

Tras la barbarie de cualquier guerra, parece que sólo quedan los nombres de los héroes, lideres o dirigentes (vencedores los más, u vencidos, los menos) que, de una manera o de otra, pasarán a ser conocidos y engrosar las páginas de la historia. Pero, sin embargo, hay un abanico de proezas en sus biografías, que sobreviven al horror en un sitio o en otro, con sus vidas maltrechas, tronchadas para siempre, y de los que el tiempo se encarga de borrar toda huella. Son seres humildes, llenos de esperanza, de sueños, de amor, de ilusiones, de alegrías a los que el viento áspero de "su guerra”, los ha destrozado para siempre pero continúan latiendo sin rencor y sin odio, quizá sin haber comprendido del todo, qué y porqué ocurrió todo lo sucedido, nostálgicos de un mundo más amable y humano.

Antonio Serrano, el autor

Y a estos seres anónimos, aparentemente débiles pero llenos de frágil fortaleza, hay que darles vida, hacerlos de carne y hueso, rescatarlos del olvido para que, con todos sus derechos, formen parte también de nuestra memoria común y de nuestra Historia.

Tal es el caso de nuestra protagonista, Dora, que regenta una sencilla pensión de pueblo, y que intenta ser feliz a toda costa a pesar de haber tenido que renunciar a muchas cosas por haber nacido en un país determinado y en unos tiempos turbios. Puede que las circunstancias le hayan robado parte de su proyecto existencial, pero no guarda rencor al pasado; lejos de todo odio, hay en ella un deseo firme de seleccionar los recuerdos para quedarse solo con los positivos; la sombra de su madre, una afamada artista; su añorada vida en la capital en compañía de músicos y actores; su innegable vocación de cantante profesional a la que por fin renunció… 

El reparto

A medias, rebelde y resignada, su existencia es sencilla, sosegada y, hasta cierto punto, satisfecha. Sabe que entre ella y el mundo que le rodea hay importantes disparidades e incluso radicales diferencias, pero la música y la radio, sus dos contactos con el exterior, le sirven como el refugio que ya nadie le podrá robar. Seguro que todos hemos conocido a otras Doras a las que hay que resucitar para quererlas y admirarlas, aunque solo sea para oír de sus labios algunas de sus canciones y para aprender de ellas la alegría de vivir. Esa es quizá la gran razón de este monólogo con música en directo.
Antonio Serrano”

Fotos malísimas saltándome la prohibición y otras oficiales de los protagonistas
Textos del programa de mano citados

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