lunes, 24 de septiembre de 2012

PROMESAS DE AMOR ETERNO, SUJETAS CON CANDADOS

Un amor eterno grande y otro algo menos

Toda la vida los enamorados han dejado su marca al pasar por los sitios. Todos quieren perpetuar el momento, congelarlo en el tiempo para recordarlo infinitamente, Luego la vida es la que es. Recuerdo camino de la Torre de la Vela, en la Alhambra de Granada, en un pasillo, allá por los años cincuenta y poco, una enorme cantidad de nombres de personas que quisieron dejar constancia de haber estado allí. En la actualidad, hace poco hemos leído la noticia de que a uno que ha escrito en una pared le puede caer una considerable multa.

La exageración

Pero grafitis ha habido en todo época, la marcas de cantero son grafitis pétreos, aunque sus marcas fueran para cobrar el trabajo, y no fueran por amor. O esa enorme colección de firmas de las columnas de la mezquita, que tan bien supo estudiar el malogrado Juan A. Souto. Pero me salgo de lo previsto, lo que interesa es una moda que surgió de una novela de un escritor italiano, Federico Moccia, “Tengo ganas de ti”, en la que los protagonistas, sellaban su amor eterno con un candado con sus nombres escritos en él, y tiraban después las llaves al río, en un deseo de que nadie abriera nunca esa unión. Pero con esto de la globalización, de las redes sociales… pues ya se sabe.

Carmen & Amaro (la conjunción con el ampersand inglés)

Es un simbolismo desde luego, pero me parece que si llegan a los cuatro años sin divorciarse, que es lo que dicen los expertos que dura la pasión, y los pasan, no digo que lleguen a lo de otros que ya están cercanos a los cuarenta de casados y diez de novios, ya es un éxito. De todas formas yo soy partidario del divorcio sin limitaciones. Los romanos decían que cuando falta el affectio maritalis no tenía sentido la convivencia. Y aquí, muchas mujeres han tenido que aguantar toda su vida un individuo indeseable por la dichosa religión que las relega siempre a la categoría inferior y aguantar. O viceversa, en menor medida, pero también. Esperemos –ojalá sea por poco tiempo-, que quienes rigen los destinos de los españoles, no toquen esa ley, mejor esperemos que los “aconsejadores” de la púrpura no aconsejen eso.

El clásico

La costumbre que es romántica, inocente, se ha propagado como la espuma. Es verdad que es una forma de expresar amor eterno a una persona, eternidad que en el fondo no existe, pero no lo es menos que no te puedes echar en un barandal, por ejemplo de la ribera, sin clavarte un candado en los riñones. Ojalá duraran las parejas como la obra que los soporta duró. Hay un dicho en Córdoba que lo determina: "Vas a durar más que la obra del murallón", ésta el murallón de la Ribera, se entretuvo en durar 66 años, desde 1792 hasta 1858. Casi "ná". Exagero, porque aún no ha llegado aquí ese extremo. Pero en el Puente de Triana de Sevilla, acabó el consistorio de un cizallado con todas las promesas porque ya no había ni sitio. Se quitaron hasta dos mil quinientos candados.

Un trío en el barandal

En el puente Milvio de Roma lo mismo, el Alcalde de la ciudad Eterna como el amor que preconizan los candados, ha manifestado que acabará con las promesas, puesto que afean el mismo así como las farolas. Las parejas italianas hacen grafiti además para perpetuar su amor, eterno mientras dure. El autor Moccia tiene una web donde se inscriben y dejan su candado virtual. Tiene un mapa interactivo por ciudades y cuando lo miré había más de dos mil registrado de Madrid. En Córdoba –en la Web- hay 178 candados románticos en forma de corazón, 46 candados cool de cierre especial,  y 5 tecnológicos, con clave.

C y C Siempre

Bueno tampoco de esa manera se estropean el mobiliario público. Creo sin duda que el problema es la masificación, la “bulla”, como decimos por el sur. Un candado puesto en un lugar estratégico, en el fondo hace menos daño que un texto arañado o escrito, en la pared de un monumento, pero uno, cuando son dos mil la cosa se complica. Somos animales de costumbres y monos de imitación. Tirar una moneda al agua, meter el dedo en el desagüe del sillón del obispo de las Ermitas, poner una vela a San Antonio..., cualquier acto es válido para solicitar el deseo de obtener o mantener el amor. Pero la realidad es la que es, ahora la promesa se llama HERMES, FANAL, IFAM, ARFE, etc…

Estos se han pasado

Fotos del autor, una de la red

7 comentarios :

Manuel Marcos dijo...

Ah, todo el mundo obedece al amor, ahora bien, encadenarlo simbólicamente parece cosa bastante falible. Suerte a todos los enamorados y que no caigan en sentimentalismos baratos.

Salud
Manuel

Paco Muñoz dijo...

Interesante pensamiento sobre una de las fuerzas más poderosas de la naturaleza. Por mucho que se quiera a la naturaleza no se la puede encadenar con nada. Luego está el tiempo que dibuja todo de distinta manera.
Salud.

Lansky dijo...

El enamoramiento (amar es algo más y distinto) es una situación afortunadamente temporal aunque exultante de estupidización, y pobre el que no haya sido 'estúpido' en ese sentido alguna vez en su vida, pero lo que es más preocupante y de ahora es la falta de pudor, el no sólo no esconder la cursilería típica de enamorados sino proclamarla, y su consiguiente masificación, la bulla, como dices.

Un saludo (como se nota que estás jubilado, cómo aumenta tu producción: casi no puedo seguirte al día)

Paco Muñoz dijo...

Amigo Lansky, cierto, pobre el que no haya sido estúpido por lo menos una vez, o no es estúpido de vez en cuando. Lo demás forma parte de nuestra sociedad actual, aunque cambian, me parece, las tecnologías y la difusión de las cosas. Muchas gracias.
Quien no puede seguirte soy yo, pero culturalmente, vaya articulazo que has puesto en tu blog sobre lo metaliterario. Ese nivel asusta.
Saludos.

José Manuel Fuerte dijo...

Hombre, gritar al mundo tu amor inscribiendo unas palabritas tampoco está tan mal... hacerlo en un lugar de patrimonio artístico, además de delito, como dices, parece una provocación.

Yo lo he visto en el Coliseo de Roma, y me he preguntado; "¿no tendrían otro sitio mejor?" De hecho, ni me acuerdo de sus nombres. Lo reconozco, me dio coraje.

Bueno, al fin y al cabo, uno candaditos por ahí puestos pueden hasta ser decorativos, y siempre se pueden cortar, pero una parrafada, a veces hasta con faltas ortográficas, no sé, no sé...

Paco Muñoz dijo...

Creo que nadie piensa lo que hace en un lugar que sea patrimonio artístico o de la humanidad, o simplemente público. ¿Lo de Altamira serían grafitis? Y llevas razón lo arañado en una pared, o sin ir más lejos un cuadro de la madre Teresa de Calculta clavado en un muro de la Mezquita, es una barbaridad.
Saludos y gracias.

José Manuel Fuerte dijo...

Je, je. Oído cocina. Muy bueno lo del cuadro clavado. Tienes razón.