martes, 12 de julio de 2022

LA MATRACA DE LA TORRE DE LA CATEDRAL DE CÓRDOBA

Matraca de la Torre de la Catedral de Córdoba

Los que peinamos canas, aunque cada vez haya menos canas que peinar, nos criamos con una serie de sonidos asociados a la nuestra vida diaria en el Barrio de la Judería. Mi casa que era el número 32 de la calle Cardenal Herrero, estaba de lleno dentro del núcleo sonoro de la Torre de la Catedral. El reloj, cuyas señales eran toques de campanas, la de los cuartos y la de las horas formaba parte del ritmo de 24 horas de sonidos, en el que cada cuarto de hora era un sonido distinto. 

Dibujo de memoria de la Matraca y su emplazamiento

Un toque para los cuartos, dos para las medias, tres para los menos cuarto y cuatro para las horas, era lo que daba el campanillo, sabías que era el cuarto la media o el menos cuarto pero no sabías la hora, hasta que daban los cuatro y luego la campana mayor daba las horas día y noche, entonces nadie se quejaba de que en las horas nocturnas dejaran de sonar. 

La matraca en la torre

Nuestros oídos estaban acostumbrados a esa cadencia y formaba parte de los ritmos “circadianos” personales. Luego estaban los toques de las campanas. Mi querido amigo y malogrado Manolo Soriano, cuyo padre fue el último campanero, me hablaba con un conocimiento natural, de los diversos toques que podían darse y se daban a diario para expresar la alegría, repique, o la pena doblar, con ellos sabíamos si había fiesta o había fallecido alguien. 

Una ampliación

Había un momento del año en el que las campanas estaban prohibidas por la tristeza obligada, y era en un periodo de la Semana Santa. Entonces lo que sonaba era la Matraca, un artilugio de madera, con unos martillos que golpeaban la caja, por el giro que con una manivela se le daba sobre un eje que la soportaba, además de una pequeña plataforma donde se colocaba quien la giraba. 

De otra fotografía

La Matraca de Córdoba tenía la peculiaridad que era de tres secciones, cuando lo habitual era de cuatro. Estaba instalada en el cuerpo del reloj, en la cara este de la torre, en él estaban la matraca y las dos campanas que tocan las horas; este cuerpo, realizado ya en el siglo XVII, es obra de Juan Sequero Matilla, La Matraca se volteaba por medio de la fuerza personal de quien se situaba en la pequeña plataforma metálica con una baranda, prácticamente sobre el aire, en la que cogía una sola persona. 

Un dibujo de la "Catedral de Córdoba" de Nieto Cumplido

Como debía estar tocando bastante tiempo, las personas se turnaban en el ejercicio. Los más pequeños si teníamos suerte, nos podían dejar los mayores que tocáramos la matraca, lo que suponía algo importante, no teníamos edad para ello pero ya habíamos formado parte del equipo que colaboraba en el toque. Yo lo hice solo una vez, con tan mala fortuna que me di un pellizco en la mano, que me supuso un hematoma que tuve varios días, al desplazarse la mano y a la vez el tubo del manubrio que permitía el giro. 

De un grabado

Fue una herida de campaña, que me recordó durante días el acontecimiento de haber tocado la matraca y me importó poco la “sangre torcida” en el dedo meñique de la mano izquierda. -¿Cómo te has hecho eso? –Tocando la matraca. Eso era presumir. Cuando se reformó la torre, en los años 90, se desmontó la Matraca, y se colocó en su lugar una campana dedicada a Juan XXIII, se desmontó la escalera de caracol que subía al campanillo de San Rafael y se hicieron diversas reformas.

De la Catedral de Sevilla 

Desaparecieron las viviendas de los Soriano, accesos nuevos y electrificación de los toques de las campanas. La tecnología llegó a la Iglesia. Luego leyendo el Plan Director de la Catedral de Córdoba, he observado que está previsto la recuperación de la Matraca y sobre todo que se volvería a usar en el momento litúrgico adecuado. 

De la Catedral de Badajoz
 
(Del Plan Director de la Mezquita Catedral de Córdoba 2020)
“d) Las matracas
Las matracas, que sustituyen a otras campanas durante la Semana Santa, constituyen por su uso, un tipo de campanas litúrgicas. La matraca es un instrumento de percusión indirecta de madera, compuesto de un tablero y una o más aldabas o mazos. El sonido es producido al golpear el mazo sobre la tabla a la que va unido, al ser ésta sacudida o girada. Eran utilizadas principalmente en la parte final de la liturgia el oficio de tinieblas, en el que los fieles hacían ruido para evocar el terremoto que convulsionó la tierra en el momento de la muerte de Cristo" (Puy Cristóbal, 2006, p. 205).

De Canarias

Pero también existen las matracas compuestas, que son de mayor tamaño y de una construcción más compleja, siendo las más frecuentes en los campanarios. Se utilizan para llamar a los oficios, a las horas o a las tinieblas durante el Triduo Sacro en Semana Santa. Están formadas por un mecanismo giratorio dotado de un eje que es movido mediante una manivela Sobre este eje están dispuestas varias tablas formando aspas, siendo por lo general cuatro tablas a 90°. Entra las tablas cuelgan los mazos, que golpean las tablas cuando la manivela hace girar al conjunto, produciendo así el sonido. De esta manera, el sonido de las campanas era sustituido durante el Triduo Sacro por este otro, menos estridente, más ronco y a la vez más profundo, en señal de luto por la muerte de Jesucristo (Llop i Bayo, 2003).

Otra vista de la matraca de Canarias

La Catedral de Córdoba tuvo unas matracas que estuvieron instaladas en la fachada oriental de la torre campanario, en el nivel superior al cuerpo de campanas. Las imágenes reflejan la existencia de una pequeña plataforma desde la que se podía accionar la manivela y así hacer girar al conjunto. Se dejaron de utilizar como consecuencia de las modificaciones litúrgicas derivadas del Concilio Vaticano II. Durante la restauración de la torre llevada a cabo por Ruiz Cabrero y Rebollo Puig en los años 90 fueron desmontadas, ocupando su posición la campana dedicada al Beato Juan XXIII. Actualmente se encuentran depositadas en una de las naves que posee el Cabildo y presentan un estado de conservación sin deterioros graves.

Matraca de San Agustín

En el Plan Director de 2001 ya se hacía referencia a la singularidad de las matracas de la Catedral de Córdoba. Se trata un valioso ejemplar ya que presentan una estructura de tres brazos frente a la de cuatro que suele ser la más frecuente. En el extremo de cada uno de los brazos se encuentra una caja de resonancia en la que se multiplica el sonido que emiten los grupos de martillos de hierro que golpean sobre una pletina cuando gira el conjunto. La presencia de estos martillos también es algo poco común, puesto que solían ser de madera.”

Fotografías de diversos lugares de la red.
Bibliografía del Plan Director de la Mezquita Catedral de Córdoba 2020

4 comentarios :

car res dijo...

Tuve el honor de tocar la famosa matraca de la Catedral. Cuando explico a mis nietos, en qué consistía, no llegan a entenderlo. Está bien que se recupere, pero a la manera de antes, viendo Córdoba entre las piernas. Más de uno pagaría, por tener el honor de tocarla.
Saludos y cuídate.

Paco Muñoz dijo...

Gracias Carlos, no me acordaba de que habíamos hablado de esto alguna vez y tú sido de los privilegiados que en realidad eran muchos, lo que pasa es que la edad habrá hecho ya de las suyas. Y me ha gustado lo de Córdoba entre las piernas, porque era verdad estabas sobre Córdoba y se veía debajo de la plataforma. Y el pagar lo que fuese por volver a esos tiempos que nunca volverán a no ser que nosotros los recordemos, porque recordar es volver a vivir normalmente. Un abrazo y muchas gracias nuevamente.

Nefer dijo...

Demasiado tiempo llevo sin aparecer por tu blog, querido y admirado Paco, y compruebo con alegría que sigue muy pero que muy activo y que sigues siendo un pozo de sabiduría popular y local... Gracias!!! Otra cosa más que aprendo de nuestra ciudad gracias a tí. Voy a seguir leyendo todo lo que tengo atrasado por aquí, que es mucho!

Paco Muñoz dijo...

Nefer muchas gracias me ha dado mucha alegría leerte. Cada vez publico menos pero trato de no perder la costumbre. Un abrazo.