lunes, 7 de septiembre de 2020

EL GRAN CAPITÁN HABITANTE DE LA CASA DEL ÁGUILA Y DE LA ENCOMIENDA

Dibujo de la portada de la Casa del Águila

De casualidad ha caído en mis manos un trabajo de Rafael Castejón, “La Casa del Gran Capitán” publicado en un Boletín de la Real Academia de 1928, el autor al final dice: “El carácter de este artículo, simplemente enumerador, sin erudiciones técnicas, reservadas a los arqueólogos, nos evita mayores digresiones, vedadas, por otra parte a nuestra ignorancia.” Está meridianamente claro su intención de no inmiscuirse en el trabajo de los eruditos. Por mi parte lo mismo. Dicho esto trata de aproximarse a la que supone fue la casa de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que a pesar de que la poderosa familia tuvo varias, él la sitúa en base a determinadas referencias en la llamada Casa del Águila, que anduvo por el huerto del mismo nombre en el barrio del Trascastillo, que ya señaló en otra época Pío Baroja en su "Feria de los Discretos".

Plano de la zona de los Huertos de Vidrio y del Águila

Laberinto de callejuelas en el que vivían en él: “muchas mujeres de mala conducta, ocasionadas a toda clase de escándalos", como decía don Teodomiro Ramírez de Arellano. O el dibujo de aquellas vivencias del famoso escritor vasco: "Casas de la Morería, / Trascastillo y Murallón, / ninfas, dueñas y tarascas, / baratilleras de amor". Las tarascas eran mujeres agresivas, desaseadas y con una notable falta de vergüenza. Pero claro eso era algunos, bastantes años después de que viviese allí, si vivió, Gonzalo. Ambrosio de Morales decía: “Vivían estos señores (los padres del Gran Capitán) en aquellos tiempos en las principales casas que poseen en Córdoba, cerca de San Hipólito, en el barrio que llaman Trascastillo, y en ellas nació D. Gonzalo...” aunque después sitúen otros historiadores su nacimiento en Montilla.

Mitad del patio de la Casa de Águila

En resumidas cuentas Rafael Castejón no habla del nacimiento sino de que vivió en esa casa, en la del Águila, aunque sigue citando a Morales: “Tuvo cuando pequeño alguna desunión con su hermano (D. Alonso de Aguilar): salióse de su casa, y aunque presto volvieron a su amistad, no volvió a ella, y así oí referir a viejos de casi cien años; vivió en las Casas de Calatrava...”. Ahora nos traslada a las casas de la Encomienda de Calatrava, situadas en lo que hoy son las Tendillas, antes plaza de Cánovas, que las partió la calle Paraíso (Duque de Hornachuelos), y que hacían esquina con Jesús y María, dejando a un lado lo que luego fue el Hotel Suizo, para que nos hagamos una idea de la extensión de las mismas. 

La otra mitad

Pero nos volvemos a San Hipólito y al barrio del Trascastillo, y en un plano de 1851 vemos como ya había caído por la piqueta el Convento de San Martín, convertido en Paseo Central, que luego ocupó parte el Gran Teatro y el paseo del Gran Capitán posterior, a lo mejor de aquello le viene el nombre. La Plaza de la Moneda y dos grandes solares, otra de las enormes operaciones urbanísticas de la ciudad, darle salida a los solares de los Huertos del Vidrio y del Águila, y transformar unas propiedades en un barrio marginal en una zona noble de la ciudad, donde las poderosas familias se construían sus palacios, Gelo, Marques de Mérito, etc.

Detalle del intradós

“Opina don Teodomiro Ramírez de Arellano que la casa de los Marqueses de Comares, sita en el solar que luego fue Convento de San Martín, estaba frente a la iglesia de San Nicolás, y que se dice que su interior era magnífico y toda ella rodeada de vistosas almenas. Al otro lado de la plaza de la Moneda, y dando nombre a las respectivas callejas, estarían el huerto del Vidrio, antigua casa solariega de uno de los mayorazgos de los Duques de Frías, con portada del siglo xv muy buena, y el huerto del Águila, mayorazgo de los Duques de Medinaceli. Recuerda que Doña Leonor de Córdoba, hija del leal Don Martín, dice en sus memorias inéditas que entre ambas casas se abrió un arco para comunicarlas. Y termina suponiendo que en cualquiera de dichas tres casas pudo haber nacido el Gran Capitán, si bien lo más probable es que se criase en las de más allá de San Hipólito”.

Intradós mudéjar

Pero continúa diciendo Rafael Castejón en su artículo que: “Ramírez de las Casas Deza, emplazando frente a la iglesia de San Nicolás, en lo que fue después Convento de San Martín, Ja casa de los Fernández de Córdoba señores de Chillón, Lucena y Espejo, después Marqueses de Comares; y en lo que se conoció, durante el siglo pasado, como solares vacíos y figuran en los primeros planos de Córdoba con los nombres de Huerto del Vidrio y Huerto del Águila, las casas de los Fernández de Córdoba señores de Montemayor y después Condes de Alcaudete, y las casas de los Fernández de Córdoba señores de la casa de Aguilar, respectivamente”.

Albanega del arco

Señala el insigne veterinario que parece que por mor de los hados, la estatua ecuestre del Gran Capitán, ha seguido la ruta de casas habitadas por el titular D. Gonzalo Fernández de Córdoba, primero estuvo enfrente a los antiguos solares de la huertas, en el cruce de lo que fue el Paseo del Gran Capitán con Tejares, al borde de la ciudad amurallada, cuyos sillares hubo que desmontar para el paso del alcantarillado, y luego en las de la Encomienda de Calatrava, donde finalmente quedó emplazado el militar de las famosas "cuentas". Una casualidad o un todo justificado, a saber por lo inescrutable del destino. Cita que en las obras del alcantarillado hubo unas notas que el arquitecto municipal hizo de lo encontrado en el subsuelo, notas desaparecidas, que demuestran que se sabía lo que había en la zona de la época romana.

Casas de la Encomienda de Calatrava, dcha, calle Jesús y María

Describe el Sr. Castejón la Casa del Águila derribada en 1856, sus patios, y hace un detenido y pormenorizado recorrido por una serie de capiteles que tenía su patio. Del mismo modo dice que en lo que hoy es la calle Conde de Robledo (antiguo Huerto del Águila), en algunos sitio pone del Robledo (más lógico), se encontró un ara con inscripción que se depositó en el Museo. Un capitel en la Casa del Marques del Boil, en Gran Capitán con una inscripción de Abderramán. En la del Marqués de Comares una fuentecita mudéjar de los siglos XIV o XV que también está en el Museo. También se detiene en hablar del expolio de material de Medina Azahara y Azahira para ser utilizado en otras construcciones, por ejemplo de las iglesias fernandinas. Eso era lo normal y se hace y seguirá haciendo aunque ahora la norma es más estricta.

Gonzalo Fernández de Córdoba (Mateo Inurria)

No se garantiza nada de lo expuesto pero queda dicho, puede que Gonzalo Fernández de Córdoba, viviera en la Casa del Águila y después en la de la Encomienda, cuando no estaba guerreando o en su tierna infancia, acompañando entonces el emplazamiento de su famosa estatua ecuestre por las cercanías de ambas viviendas. Estamos hablando del siglo XV, dos siglos después de la Conquista de Córdoba. Nació el Gran Capitán en 1464 y murió en 1504, parece que con cuarenta años, en ese mismo año murió Isabel I, pero con 53. Le llevaba la reina 13 años, lo digo por la novelada historia televisiva de platónico amor, de ambos protagonistas. Pero esas son licencias de los guionistas para dar más brillo a las historias, y que aumente eso de lo que viven, que es el share.

Fotografías del artículo citado
Bibliografía del articulo del BRAC de 1928

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Buenas tardes:

Enrique Romero de Torres, según nos dice en un artículo publicado en 1930 en el Boletín de la Academia nº 28 donde nos habla sobre los capiteles que había en la casa, sitúa ésta en el nº 3 de la calle Conde Robledo (antes calle Huerto del Vidrio) y ahora una juguetería. ¿Me pude decir si ahí habría estado la casa del Águila? Gracias

Paco Muñoz dijo...

Cuando se hace un comentario sin definir una cuenta de correo, el sistema no puede efectuar una respuesta, y el comentarista debe chequear este entrada hasta ver su contestación, esto lo he expresado muchas veces, y la sensación que tengo al contestar es que nunca llega la contestación a quien pregunta. Creo que ni los eruditos pueden contestar a su pregunta, todo en ellos son tesis de lo que pudo ser. Eso sí si habían un Huerto del Águila, tendría que haber una Casa del Águila en el mismo lugar, por lógica, la pregunta es ¿vivió Gonzalo Fernández de Córdoba, cuando estaba en Córdoba de descanso de guerrear? Yo no lo he leído en ningún sitio. Saludos.