domingo, 4 de julio de 2010

LOS GIRASOLES (HELIANTHUS ANNUUS)


Campo de girasoles

Al ver girasoles (1) en el campo se le viene a uno a la memoria Sofía Loren en la Unión Soviética buscando a su desmemoriado novio Marcello Mastroianni, que vivía con una señora rusa muy buena persona, aunque no comparable en el físico a la exuberante belleza de la italiana, y que como "quien tuvo retuvo" conserva aún, a pesar de su DNI. Hasta la banda sonora (2) de Henry Mancini los dibuja sonora y especialmente.

La ciudad de El Carpio al fondo

O dar una vuelta por los campos en los que resulta llamativo el mecanismo de búsqueda del sol, por la mañana mirando a levante para paulatinamente ir girando para por la tarde y mirar al oeste. La última referencia en la memoria es la película de Cuerda, en la que estos eran "Ciegos", y que describe la vida de un “topo” de la guerra civil y la persecución sexual a su supuesta viuda por un cura “salido” y delator.

Un plano general del campo

Hubo un tiempo en el que cuando salía en bicicleta por la campiña, era normal ver los campos de girasoles abandonados, sin recogerlos, la subvención había cubierto las ganancias previstas y económicamente no importaba la recolección. Eso ocurre en la picaresca de las subvenciones, pero el verdadero problema se genera cuando la subvención acaba.

Un primer plano

No dejan de ser unas plantas llamativas sin las cuales sería imposible asistir a un cine de verano. El ruido inconfundible de grillo lento y pausado, y el constante “stuff” al escupir las cáscaras al suelo, cuando estas se pueden guardar en la mano y luego depositarlas en el lugar adecuado. Son desagradables los bancos en los que se han sentado los “piperos” a degustar el fruto del girasol y luego queda delante el suelo sembrado de cáscaras, que invita a decir:

-¡Parece que han estado aquí sentados cerdos!

Estamos enfadados con las nubes

Me llamó la atención conocer que el cultivo que es oriundo de América -hacia 1500 la trajeron de allí los españoles-, arraigó en la Rusia zarista, en el siglo XVIII, obra de Pedro el Grande, porque la religión ortodoxa prohibía cocinar con determinados aceites en la cuaresma y no decía nada del extraído del girasol. A saber si los popes de la santa Rusia, eran los principales beneficiados del hecho. Siempre la religión. Y sobre todo me sorprendió más, el leer que se introdujera en España en la guerra civil el consumo de las pipas de girasol por los agregados militares rusos que las consumían (¿?). En España comenzó su cultivo en los años sesenta, en Andalucía.

Las nubes motivo del enfado

Lo que no podemos negar es la belleza de un campo de girasoles. El que nos ocupa está cerca de Pedro Abad, y estaba ayer sábado insultante con sus amarillos y verdes, pendientes de un tímido sol que no acababa de romper unas nubes, por ello le faltaba un azul de cielo al conjunto. Volvíamos de hacer unas fotos, Paco Madrigal y el que suscribe, de la Central eléctrica y Presa del Guadalquivir por la carretera CO-3107, de Adamuz. El campo competía con esos otros campos solares “subvencionados”, negocio boyante actual, que ya veremos cuando -creo que ya están- acaben las subvenciones. Y al que me refiero concretamente es al que hay en el cortijo de La Huelga, cuyos propietarios lo son a su vez de la mayoría del terreno en la zona, la casa de Alba. Nos contaron unos “sumisos siervos del siglo XXI”, que la Duquesa lloró apenada, cuando desde su cortijo cercano a la Central eléctrica, veía los paneles solares de un negocio de su familia y no el campo manchado del sudor de los arrendados o simplemente jornaleros. ¡Qué pena!

Otros Helianthus annuus

Creo que merece la pena disfrutar de los contrastes cromáticos de los girasoles, y olvidarse de los Haro, de los Garci-Méndez, de los de Alba, etc. y dedicar un recuerdo a los explotados de estas familias desde la expulsión de los árabes, a los que nunca ha llegado, ni creo que llegue, esa ansiada Reforma Agraria, que ni siquiera la II República fue capaz de realizar. Sin embargo, como una derecha actual con pañuelo palestino, el franquismo creó los poblados de colonización -los construyeron los presos políticos del régimen, por lo que fue a base del sudor y la sangre de otros españoles- que fueron un remedo de Reforma Agraria, que tenía algo de positivo y en los que se le daba un terreno y una casa, a un agricultor -con certificado de adicto sin duda-, con lo que podía vivir una familia, pero una mayoría lo subarrendaban y a vivir de la explotación de otro más miserable. ¡Ay de las enseñanzas del Lazarillo de Tormes!

11 comentarios :

Talbanés dijo...

Un verano hace años ya vino a la campiña de Córdoba un grupo de niños canarios que estaban de viaje de fin de curso en la península, pues bien, al pasar en autobús junto a un enorme campo de girasoles quedaron tan maravillados que el chofer tuvo que parar en un apartadero que tenía la carretera para que los niños y niñas se bajaran del autobús y vieran de cerca aquellas, según ellos, "margaritas gigantes" jeje. En cuanto a los piperos puff, te digo la verdad, jamás había visto a tanta gente comiendo pipas hasta que vine por primera vez a la Semana Santa de Córdoba. No se me olvidará la imagen de mirar al suelo tras el paso de la procesión y de la gente y asombrarme ante una capa de cáscaras de pipas que cubría toda la calzada de la calle. Un abrazo Paco, muy bonitas las fotos.

ben dijo...

Dos recuerdos,sobre los girasoles,
uno de mi maestro D. Jesús,del cole
de las Margaritas,que nos decía que
cuando volvieron los voluntarios
de la División Azul de Rusia,les
preguntaban qué habían echado de
menos y todos respondian el aceite
de oliva español,que no podian so
portar los guisos con ese aceite
ruso que sacaban de las pipas y
que en el barco de vueltan todos
pidieron que les hicieran huevos
fritos con mucho aceite de oliva.
Por entonces ni sabiamos que había
un aceite que se sacaban de las pi
pas.Esa imagen de los voluntarios
comiendo huevos fritos con mucho
aceite,de oliva,es imborrable.
El otro recuerdo,es el de mi padre
cuando se negaba en redondo a que
mi madre guisara con aceite de pipas,aunque fuera más barato,eso
fue cuando se comenzó a comerciali
zar el dichoso aceite,me parece
que hasta el final de sus días,
nunca mi padre consentió que en
casa entrara ese aceite.
Las fotos son muy bonitas y recuer
dan los planos de la peli de Sofia
Loren,que me encantó..."ben"

Paco Muñoz dijo...

Gracias Talbanés, la misma sensación los que somos algo educados de no tirar las cosas al suelo lo sufrimos. Bonita historia de los niños "margaritas gigantes".

Gracias.

Paco Muñoz dijo...

En una primera lectura pensé que lo que te contaba D. Jesús se refería a la llegada de un barco a Barcelona, el Semiramis, se llamaba pero me parece que este trajo a gente que habían hecho prisioneros. Había algunos chistes sobre ello.

Pues a tu padre había que alabarle el gusto, y si aguantó hasta el final es que era de piñón fijo, de fuertes convicciones culinarias.

Un abrazo Ben.

J. Eduardo V. G. dijo...

Buena entrada Paco y preciosas fotos.
En Torrelaguna tenemos una causa perdida con la casa Alba por motivo de una biblia. Ya lo sabes de mi blog.

vértice dijo...

Que fotos mas guapas, siempre me han encantado los campos de girasoles y siempre me acuerdo como los llamaba mi madre (tostasoles).
Un Saludo.

Rafael Jiménez dijo...

Magníficas fotos, Paco!.

Paco Muñoz dijo...

Viniendo de un experto siempre agrada el cumplido. Gracias a ti.

Paco Muñoz dijo...

Vértice, te he dejado un comentario en la última entrega tuya y aún no lo he visto porque estos no te avisan. Muchas gracias, hoy tengo la suerte de los fotógrafos a los que admiro, le gusten.

MariaJU dijo...

los Girasoles son siempre un motivo para recrearse en cualquier ámbito artístico.
Tú lo has hecho a la perfección también desde la imagen y la palabra.

Paco Muñoz dijo...

Lisis
Muchas gracias por tus palabras.