sábado, 2 de enero de 2021

Y NOS ESPERABA EL SEÑOR GUARDA ANTES DE SALTAR LA CANCELA

Los Angelitos helados

El día 30 hicimos un recorrido por una de las zonas más bonitas de estos valles, el del arroyo Navas de Molero, dentro de la finca de Peñas Blancas. Fotografiamos por dentro la antigua capilla del hotel y lo que se supone fue la Casa de Baños norte. Dotada de una alberca grande y dos pequeñas al norte de la mayor con un pozo colmatado entre la casa y la alberca. Todas estas fotos las incorporo a las entradas relativas a la Capilla y Casa de Baños norte, para tenerlas a mano. Hoy por una senda sembrada de defecaciones de animales hasta el extremo que parecía íbamos por el camino jugando a la tanga, evitando el pisar los detritus orgánicos -eufemismo de mierdas-, las de cabra daba igual porque son como pequeñas aceitunas negras duras, pero las otras de vacuno u otros animales ya eran palabras mayores.

Interior capilla, al fondo dónde estaba el altar

Puerta de la capilla desde dentro

El camino va por una preciosa dehesa paralela a la nueva N-432, cruzada por los cortos arroyos que buscan el de Navas de Molero “pater familias” de los del territorio, que lleva caudal, lo mismo que los pequeños y es para sentir alegría. El campo es agradecido y cuatro gotas llenan algo los acuíferos y luego lo favorecen, haciendo la Naturaleza el resto. Pasamos por un cúmulo calizo que debajo tiene una tapada, seguro que a conciencia, oquedad que a Abén Aljama le hubiera gustado. Siempre que veo una gruta me acuerdo de él y de Gloria. Fotografío lo que es de momento un abrigo pero puede ser algo más. Este sendero nos lleva directamente a las ruinas de la hospedería o Fonda del Carmen por el norte, concretamente a la explanada donde están las colmenas. El complejo visto desde dentro es mayor que a distancia desde abajo.

Fachada oeste de la capilla derruida

Pabellones de Santa Elisa (Foto C. Carnago)

Salones norte de Santa Elisa (Foto C. Carnago)

Urgencias de una próstata radiada, me obligan a evacuar y donde mejor que en una letrina del siglo XIX, una de las dos que están al este del complejo. Luego pasamos la gran explanada del colmenar, entre la hospedería del Carmen y seguimos la carretera de Alhondiguilla a Córdoba. Recalco esto de la carretera porque luego al final habrá ocasión de volver a retomarlo. Ya en el camino llegamos a la gran encina referencia del tablero del puente derruido, y hubo que tomar una decisión, mi prudencia choca siempre con el ímpetu de Conchi que se empeñó en cruzar el arroyo que, de no ser por el resalte de algunas piedras, nos hubiera cubierto las botas de agua hasta los tobillos. En el otro lado del arroyo -la umbría ladera norte de la serranía del Parralejo-, el manto helado de una noche bajo cero blanqueaba el agradecido campo ya verde en invierno, de hierba crecida simplemente por unos días de lluvia.

Fachada sur de la Casa de Baños norte

Pared interior este de la casa de Baños norte

Alberca oeste de la Casa de Baños norte

Hay que tener cuidado con lo escurridizo del terreno por la escarcha. Llegamos a la fuente de Los Angelitos o Santa Elisa, pasando antes por la fuente del Santo. El paisaje estaba cubierto con una capa de hielo que daba la impresión en la realidad de estar como nevado. Escarbaduras de jabalíes señalaban la cantidad que debe haber o lo efectivos que son, si estos son pocos.  Vuelta a cruzar el arroyo también como la infantería, para la que no existen obstáculos, y de nuevo en el terreno casi seco. Ahora tomamos la decisión de rodear el gran rebaño de ovejas, para evitar su dispersión, y no molestar a los animales que nos miraban en la distancia curiosas, con ademán de dispersarse por los extraños. Subimos nuevamente hacia las casas del Carmen y cuando retomamos la antigua carretera Alhondiguilla Córdoba, ya habíamos sobrepasado el rebaño, que por el rodeo permaneció tranquilo. Y llegamos a la puerta de entronque de la carretera Alhondiguilla-Córdoba, con la de la CTPN. Y allí nos estaba esperando el guarda de la finca al que ya habíamos visto a lo lejos por la carretera sin saber su titularidad.

Brocal de pozo colmatado entre Casa de Baños y Alberca

Fachada norte Casa de Baños

-¿Ustedes no saben que esto es una finca privada –nos preguntó- y está prohibido el paso?. Hay que hacer la aclaración previa de que el guarda en todo momento se comportó educadamente, eso sí sin salirse de su papel. 
–Si señor, claro que sabemos que no hay un metro que no sea propiedad de alguien, salvo los caminos públicos como éste por el que venimos, que es el antiguo camino público de la estación de Alhondiguilla a Córdoba. Creo que desconocía ese extremo. 
–En ningún sitio pone prohibición de nada –dijo Conchi. 
–A mí personalmente no me gusta la violencia y tengo la calificación de Guarda desde hace tiempo (¿?) -nos dijo. 
-Nosotros tampoco somos violentos -le contestamos-, nuestra edad no nos permite ciertas libertades, procuramos pasar por los sitios sin dejar casi huella. Habrá visto el rodeo que hemos dado para no espantar y molestar al rebaño. 
–Sí que lo he visto y eso no lo hace todo el mundo –contestó. La conversación pasó a ser más distendida entonces. Intentó ayudar a Conchi a saltar la cancela, y ésta no se dejó. 
-No acepta ni mi ayuda -le dije. 
-Es que las llaves de la cancela las tengo en el coche para abrirla -dijo Enrique como disculpándose por no poder evitar el salto que fue un hecho evidente.

Albercas pequeñas al norte de la principal en la Casa de Baños

Prado helado camino del Carmen (Foto C. Carnago)

Abrigo colmatado que parece gruta en la caliza

Zona caliza en el sendero hacia el Carmen desde Santa Elisa

Nos aclaró además que había sufrido una operación quirúrgica en Septiembre y que le habían hecho previa la prueba del virus. Que no estaba contaminado, si ese era el temor. Conchi le dijo que no era por eso el no aceptar su ayuda, que le agradecía, era por querer hacerlo sola, por querer valerse por sí misma y superar las secuelas de su operación y enfermedad. Por otro lado lo de la prueba es un tópico (no se lo dijimos), no estaría contagiado del virus en el momento de hacérsela, las pruebas son unas instantáneas. Eso es lo mismo que piensan muchos hijos y nietos, que se hacen la prueba para visitar a sus familiares con tranquilidad, pero no saben que al salir de hacérsela pueden perfectamente contagiarse, y contagiar después a sus familiares, con los resultados que conocemos. Lo mejor es evitar todo contacto y guardar las distancias. Ya habíamos intercambiado nombres y edades, yo me equivoque con él en dos años abajo y él en mí en seis arriba. Por eso será que algunas personas me dejan el asiento en los autobuses.

El Carmen a la derecha las letrinas este

Una de las letrinas este de las ruinas del Carmen alivio prostático.

La fotógrafa C. Carnago que firma algunas fotografías

Aproveché para preguntarle por la Fuente de la Lastrilla a la que en principio no habíamos llegado por culpa de la alambrada, él no la conocía por el nombre, pero sí cuando le señalé el lugar. Sabía del sitio y de las diferentes especies que quedaban allí de los árboles, algunos no mediterráneos como las gleditsias que ocuparon el jardín de la fuente, en la distancia le señalé una. Sabía de las ruinas pero no los nombres de éstas. Nos invitó a pasar por las de Santa Elisa, para que con la natural precaución hiciéramos fotos, que él nos autorizaba. Le agradecimos su deferencia y le dijimos que ya la teníamos vista, estudiada y publicada, y que precisamente esa mañana habíamos estado fotografiando algunas cosas pendientes para el Blog, del que intenté hablar pero comprobé que eso no le interesaba, aunque me dijo utilizar Internet. Hablamos también de nuestros respectivos lugares de nacimiento.

Helada hierba del prado (Foto C. Carnago)

Terreno de acceso a Los Angelitos helado (Foto C. Carnago)

Nos aconsejó la mejor forma de acceder a la fuente citada, pero le dije que el sitio más cercano no era el que nos señaló, con un amplio lugar para dejar el coche, en el Collado de las Tres Encinas, dónde está la otra puerta del camino de bajada a Los Angelitos, era el en que estábamos e ir andando. Nos despedimos deseándonos los parabienes tópicos de que el año próximo -en el que ya estamos cuando escribo estas líneas- sea mejor. Enrique, el amable guarda de la finca, siguió con su trabajo reparando la alambrada que dijo le rompían los jabalíes, a la vez se quejó de que los ciclistas le dejan la puerta del arroyo debajo de la carretera abierta, yo le corroboré haberla visto alguna vez así. Acabamos "el salto de cancela", e iniciamos la marcha a la casa con el debe de que “la 'autoridad' había cogido a dos ‘vejestorios’ con las manos en la masa” (en Italia los de nuestra edad no entran en la cárcel) y con el haber de un nuevo amigo, guarda principal de una enorme y hermosa finca.

Planimetrías 1870

Topo 1:50.000 1st Edition

Raster IGN

Pero es necesario aclarar que el camino, empedrado en algunos sectores, llamado Carretera de Alhondiguilla a Córdoba, que iba de la estación de ferrocarril de la Alhondiguilla, luego llamada Peñas Blancas, en honor al Balneario, hasta entroncar con la de Almadén hoy N-432, es una carretera pública salvo que se pueda demostrar que el Estado le ha pasado la titularidad de la vía a la propiedad de la finca. Tenía una longitud total de 5,530 km. y con la construcción del pantano de Puente Nuevo éste inundó 2,510 km. y tiene en la actualidad sólo 3,020 Km. dependiendo del nivel de Puente Nuevo según el año. Y en todos los mapas figura. Luego el paso por el mismo es público a expensas de demostrar la propiedad la cesión.

Fotografías del autor y C. Carnago
Bibliografía del acontecer diario

7 comentarios :

Juan Ruiz dijo...

Enhorabuena de nuevo por su estupenda narración. Me alegro que el tema del guarda fuera bien. Comenta que la estación de ferrocarril de Alhondiguilla se le cambió de nombre por Peñas Blancas, es así??

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Juan. Si fue bien por lo menos era una persona educada, luego está que opino que el camino es público, por lo menos tengo mis dudas. Pero no hubo necesidad de debatir. Lo importante es pasar por los sitios no dejando huella. Es decir ver y no tocar nada molestar lo menos posible. Y sí es cierto le hicieron una petición a la Diputación y le cambió el nombre a la estación de Alhondiguilla a Peñas Blancas. Si tienes interés en fechas del cambio te las puedo buscar. Pero fue cuando Peñas Blancas estaba en su máximo apogeo. Se llamó despues Alhondiguilla Villaviciosa, pero la construcción del Pantano de Puente nuevo, y la de la nueva estación hizo que la distancia fuera el doble, que la era bastante y volvió a llamarse Alhondiguilla solamente. Y pronoto nada la Central Térmica dejó de funcionar y ya el suministro de material no se llevará a efecto por lo que seguro desaparecerá. Un saludo

Juan Ruiz dijo...

Pues si encuentra las fechas y alguna foto se lo agradecería.

Paco Muñoz dijo...

Juan le adjunto la referencia a lo que hablamos del cambio del nombre de la estación "Diario de Córdoba. Periódico Independiente decano de la prensa cordobesa. 18 de Junio de 1925: "Acto seguido fue
leída y aprobada una instancia de don Enrique Piret Romero, apoderado del Balneario de Peñas Blancas, de Villaharta,
solicitando se interese por la Diputación el cambio de nombre de la Estación ferroviaria de Alhondiguilla Villaviciosa por
el de Peñas Blancas Villaviciosa."" Espero haberle sido útil. Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

https://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/registro.do?id=10005005199

antonio dijo...

Que bueno Paco jaja dos vejestorios pero muy activos jeje me encantan leer tus cronicas y espero salir algun dia con ustedes y me enseñes estos lugares tan bellos,un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Antonio muchas gracias. Me alegro que en tiempos difíciles poder contribuir a sacar una sonrisa de los amigos. Es inevitable dos viejos y enfermos, claro no es en plan de competición pero vamos tirando. Un fuerte abrazo