jueves, 15 de septiembre de 2016

LA LEYENDA DEL DOCTOR PEDRO MATO, PERA MATO O PERO MATO

Puerta y ventana de la "casa de la escalerilla", supuesta del Dr, Pedro Mato

Todo son dudas en los toponímicos, no me canso de decirlo, dudas razonables pero dudas. Al hilo de una reflexión personal publicada en Facebook, y haber escrito Cuesta de Pera Mato como nombre de una calle, unas buenas amigas, Isabel y Antonia, me recordaron, con muy buen criterio, que había puesto eso en lugar de Cuesta de Pero Mato como debe ser y como se llama actualmente. ¿Pero cuál es el verdadero nombre? Pues creo que no lo sabremos nunca. Para determinar esto debemos recurrir a antiguos documentos, a planos, todos llenos de errores de ortografía o interpretación. Lo cierto es que no tenía entrada en el blog sobre el Dr. Pedro Mato y ha sido un motivo para hacerlo, y el tratar de ver si alguien nos aclara la verdad.

Camino de la Cuesta por Alta de Santa Ana y poste telefónico

Esto procede de una leyenda de la ciudad, que puede tenga algo de cierto, como posiblemente los personajes, pero que el resto será del acervo popular. La referencia primera procede de unas colecciones que aparecieron en el primer cuarto del siglo XVIII: "Casos notables de la ciudad de Córdoba",  "Sucesos y casos notables de la ciudad de Córdoba", y "Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba", todos ellos manuscritos. Yo poseo el primer y tercer título. En ellos y con ligeras variantes esta el caso del Doctor Pedro Mato. En ninguno de ellos figura la palabra Pera Mato, sólo Pedro Mato. Ojo y no hemos entrado en si va junta o separada. En la pag. 204, Caso 66, del libro "Casos Notables de la ciudad de Córdoba", cuenta Colodro a Escusado la leyenda y cita la frase Doctor Pedro Mato. En las Págs. 168-1 a 172, del volumen II, del libro "Casos raros ocurridos en la ciudad de Córdoba", figura la leyenda "Tragedia de Pedro Mato natural de Córdoba".

Cuesta PeroMato o PeraMato empedrada

Los planos: En el plano de los franceses de 1811 la llaman Cuesta de Pedro Mato; en el de 1851 no la nombran, hasta abajo es Alta de Santa Ana; en el de 1884 de Casañal, la vuelven a señalar como Cuesta de Pera Mato; en otro de 1900, no le ponen nombre; en el de 1929 la llaman Cuesta de Pera Mato; El callejero que confeccionó Miguel Salcedo Hierro de los artículos de Montis, figura como Peramato; en Google ponen Cuesta de Pera Mato; y en GoolZoom (creo que es el mismo plano de Google), también Pera Mato; y yo por deformación o no saber a qué carta quedarme, como he dicho, le tengo puesto en todos sitios Peramato. D. Teodomiro Ramírez de Arellano, en sus Paseos por Córdoba, lo llamaba Doctor Pedro Pera Mato, y creo que la leyenda ha jugado con los apellidos. Había una frase que le colocaban al doctor que dicen decía: Pero (la) Mato.

La ventana de la casa de la escalerilla

La leyenda en Paseos por Córdoba de Teodomiro Ramírez de Arellano:

"El doctor Pedro Mato mató a su mujer

Otra calle encontramos en este sitio, llamada Alta de Santa Ana, que comunica con la Cuesta de Pedro Mato, la más pendiente que existe en todo Córdoba, la cual pertenece ya al barrio de la Catedral. En los padrones antiguos vemos todo este trayecto con el segundo de aquellos nombres, por cierto uno de los más justificados, recuerdo de uno de los más lastimosos sucesos que registra la historia de esta ciudad.

Placita de la Cuesta de Peromato o Peramato, aún la cruz intacta

En la última casa de la acera izquierda, que forma rincón y es conocida por la de la Escalerilla, por una que tiene delante para subir desde la calle a una habitación alta, moraba hacia 1575 el doctor Pedro Pera Mato, uno de los médicos que por su ciencia y honradez han gozado de más crédito entre los cordobeses. Algunos autores lo hacen portugués, mientras otros lo creen de Córdoba, donde vivían y tenían bienes sus padres, el licenciado Cristóbal Sandín y doña Beatriz Cano. 

Otra vista de la columna con la cruz

Terminada su carrera con gran aprovechamiento se acreditó bien pronto en su profesión, logrando alcanzar una posición holgada. Entonces se casó con otra doña Beatriz, cuyo apellido ignoramos, demostrándose ambos esposos un entrañable amor, del que eran fruto dos hermosas niñas. Así permanecieron muchos años, hasta que uno de los Páez Castillejos que habitaban en su casa solariega de la plazuela de Don Jerónimo Páez fijose en la esposa del doctor, empezando a hacerle señas desde la azotea que aún se ve sobre la hermosa fachada de su morada. La que hasta entonces había demostrado una intachable conducta fijose también en su galanteador, e interviniendo una codiciosa criada, tomaron aquellas ilícitas relaciones una importancia causa de funestísimos desastres.

La casa del rincón, aun no tiene puerta la casa de los Altos de Santa Ana

El carácter irascible de la señora le hizo cometer la imprudencia de maltratar de palabras y obras a la que era dueña de su secreto, y ésta, vengativa en extremo, reveló al doctor Pedro Mato el horroroso engaño de que era víctima, revelación a que dio fuerza la misma esposa desleal, puesto que, apercibiéndose de ello, se puso una toca y corrió a refugiarse en un convento, donde se constituyó en clase de depositada.

Vista desde abajo Jerónimo Páez

Una vez dado el escándalo no se ocupaban en Córdoba de otra cosa por más que en aquellos tiempos se hablaba siempre de los asuntos graves con un misterio que ahora no se conoce. Sin embargo del escándalo, tanto el obispo Fresneda como otros muchos amigos del doctor, apoyados en la negativa de doña Beatriz, empezaron a disuadirlo de aquella idea, suplicándole que por el amor que tenía a las dos niñas perdonase a aquélla la ofensa y la recogiese en su casa, dando palabra de no ofenderla, temerosos como estaban, tanto por el fuerte carácter del médico como por lo mucho en que estimaba su honra. Consiguiéronlo al fin y la señora volvió a la casa conyugal, donde empezó a hacer una vida tan recogida que no salía a misa, puesto que ésta la oía en un oratorio que al efecto le costeó su marido.

La columna de la  cruz se desplazó hacia arriba

Así continuaron varios meses, hasta que un día, ya fuese la criada en venganza de haberla despedido, ya algunos envidiosos del buen nombre y fortuna que como médico tenía Pera Mato, o tal vez cualquiera de esos para quienes la honra ajena es un juguete y que pensaran divertirse con aquella desgraciada familia, una noche colocaron sobre la puerta de la casa una cuerda llena de cuernos, como indicando la paciencia con que el esposo llevaba su deshonra. Cuando por la mañana salió Pera Mato y se encontró con aquel insulto quedó parado sin saber qué determinación tomar. Su primera intención fue vengar el ultraje en doña Beatriz, mas luchando al mismo tiempo con la palabra de no herirla, dada al obispo y demás amigos intermediarios en el asunto, quitó la cuerda y siguió su camino, batallando allá en su mente con la idea de la venganza.

Hacia abajo

Creyéndose un tanto tranquilo tornó al fin a su casa, donde al ver a su esposa sintiose acometido de tal ira que, arrojándole a la cara la cuerda que quitó de la puerta, la agarró por los cabellos y sin darle más tiempo que el necesario para encomendar su alma a Dios, la ahorcó con una toalla que encontró en aquella estancia. Seguidamente recogió el dinero y alhajas que halló más pronto y corrió a refugiarse en el colegio de los Jesuítas, de donde lo sacó la justicia, siguiéndole rápidamente su proceso y condenándolo a muerte.

Hacia abajo moderna

De esta sentencia apeló ante la Chancillería de Granada, dando poder ante Gonzalo de Molina en 1574 a un farmacéutico de Córdoba llamado Luis Abarca para que fuese a dirigir y cuidar de su defensa, siendo el resultado la conmutación de aquella pena por la de presidio en uno de los de África, de la que se cree fuese indultado por influjo del duque de Medina Sidonia, a cuya protección se acogió, puesto que luego figuró en Sevilla con gran fama, casando a una de sus hijas, a quien dio 55.000 ducados de dote, además del que entregó a la otra para entrar religiosa en el convento de Santa Clara de Córdoba.

Vista hacia arriba

El doctor Pedro Pera Mato escribió varias obras sobre medicina muy apreciables, imprimiéndose una de ellas en 1576. El suceso referido fue muy ruidoso en esta ciudad, escribiéndose de él varios romances y cantares, de los que ha llegado a nosotros el siguiente: "Pedro Mato / mató a su mujer; / físolo tarde, / mas físolo bien".

Ya no esta la casa de la escalerilla

Y la casa de la leyenda existió y posiblemente el personaje central, y la posible conexión entre azoteas, "En la última casa de la acera izquierda, que forma rincón y es conocida por la de la Escalerilla, por una que tiene delante para subir desde la calle a una habitación alta, moraba hacia 1575 el doctor Pedro Pera Mato..." Y yo la he conocido concretamente en el año 1955, y subido por esa "escalerilla", que daba nombre a la casa y mirado por la ventana:

 Al fondo la columna sin cruz y la nueva puerta de la casa de Altos de Santa Ana

Del Blog:

"Unos meses atrás habíamos vivido un triste acontecimiento en el colegio. Murió la madre de Ceferino. Eso me pareció en su momento muy complicado y poco explicable. En aquel entonces tenía ocho años recién cumplidos. ¿Qué iba a pasar con ese niño sin madre? Me pregunté sin conseguir una respuesta adecuada que me aclarara la situación. Aquello acrecentó mi amistad por Ceferino por lo que consideraba su soledad. Posteriormente al hilo de aquel acontecimiento, me dijo:

―Ven a mi casa que tengo otra madre.
―¿Cómo es eso? ― le pregunté.
―Mi padre se va a casar con otra señora. ―contestó.

Una vista actual de la columna sin cruz

Cuando terminó la clase, fuimos a su casa. Ésta estaba, en una calle escalonada cercana. Donde la calle hacía un recodo, estaba su casa, creo que era la única de ese tramo. La entrada se efectuaba a través de un portal pequeño con una escalera que conducía directamente a la primera planta. Tenía un pequeño salón con varias puertas y una ventana adornada con unos visillos blancos desde la que se divisaba la calle. De una de las puertas, que sospeche conducía al cuarto de baño, apareció de momento una mujer de unos treinta o treinta y cinco años, es decir “mayor”. Esbelta, que sólo tenía puesta una bata y ésta estaba entreabierta, dejando ver por la abertura un cuerpo desnudo, unos pechos erguidos y un enorme triangulo oscuro de pelo ensortijado. Las piernas me parecieron larguísimas. Ella no se preocupó de taparse delante de un niño y su hijastro –después me entere que se llamaban así los hijos de las segundas madres-, sino de cubrirse el pelo húmedo con una toalla que llevaba en la mano, en un rápido gesto de agachar la cabeza y luego lanzarla hacia atrás, que nos mojó con algunas gotas de agua.

 Hacia Jerónimo Páez

―¿Quién es éste amigo? ―preguntó, terminándose de liar el pelo con la toalla. 
―Un niño del colegio. ―dijo Ceferino. 

Mi asombro carecía de límites. Era la primera vez que veía al natural una señora desnuda y que además parecía una artista, me lo parecía a mí. No podía apartar mi vista disimuladamente de ese enorme triángulo oscuro. Por otro lado no debía, pues era la nueva madre de Ceferino. Aquel acontecimiento me hizo algo mayor, si puede llamarse mayor a un niño de ocho años."

Desde Jerónimo Páez

La realidad en cuanto al nombre, un verdadero lío, pero gana Pedro Mato a Peramato.

Nota: Manifestar que hay otros blogs que tiene publicada esta misma entrada con notable calidad

Fotografías del AMC y autor
Bibliografía de Paseos por Córdoba, de T.Ramírez de Arellano y la citada

8 comentarios :

Juan Miranda dijo...

Buenos dias Paco. Bonita pero tragica historia de un lugar de nuestra Córdoba y como no, defensa al honor, al final prevalece, como debe de ser en nuestra moral carpetovetonica.
Te diré que en la lengua catalana,el castellano Pedro es Pere ó Pera, que de ambas manera se dice. Tu historia personal,de niño de ocho años de antes, mucho mas adulto que ahora, creo que todos hemos tenido ocasión de vivirla, esa manera brusca de abrirnos los ojos a una precoz sexualidad.

Te dire que cada dia espero tus entradas, para mi son poner alguna claridad en ese desconocimiento que tengo de mi ciudad.

Salud y Republica, amigo

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, magnífico trabajo, del que resalto especialmente el relato de Ceferino, por su ritmo y frescura.
En nuestra tierra somos muy dados a apocopar las palabras. Recuerdo una: un día estando en Espejo; pueblo de mi familia materna, me caí y llegué a casa de mis tíos todo ensangrentado.
En vez de decirme que venía hecho un Cristo, me dijo “¿Qué te ha pasado que vienes hecho un “Sehomo”? creo que hay alguna diferencia entre ECCE HOMO, y “Sehomo”. Otra en un pueblo de La Mancha, del que si me acuerdo, El Moral de Calatrava, donde tengo familia, la expresión de asombro ¡Gracias a Dios! Se dice: ¡Graaaaaa! O sea que lo del “Seomo” seria: ¡Graaaaa, Jomio, como vienes!
O sea, Paco, que las cosas reciben el nombre que la fonética y las costumbres deciden. Un abrazo, salud y República

Campanilla dijo...

Interesante y muy bien documentada, como todas, esta entrada que mezcla la leyenda con las vivencias de "iniciación" al sexo, de un niño de 8 años.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias amigo Juan: La moral carpetovetónica, que verdad es esa de ancestros árabes. Sabes que no sabía que Pera era igual que Pedro o Pere, se conoce que en el castellano de ese siglo, no dicen cual era concretamente el XVI o XVII, de ahí el Pera, lo que no cuadra es el Pero, que seguramente será igual que "pero", "pero la mato". A saber si el médico no era el culpable, por no regar bien el jardín. De todas formas siempre la culpable es la mujer en todas las civilizaciones.
Y lo del descubrimiento genital fue muy especial, ver al natural lo que la gente hacia colas interminables para ver, en "Mondo Cane". O las cartas que traían los que venían de Alemania o Francia.
Muchas gracias por el penúltimo párrafo que me ha hecho ponerme colorado.
El último lo comparto en su totalidad.
Salud y República compañero.

harazem dijo...

El médico Mato se convirtió en inmortal en la ciudad no por sus cualidades científicas, sino por las asesinas. Así, podría afirmarse que Córdoba es probablemente la única ciudad del mundo que dedicó una calle a un tipo sólo por la "hazaña" de haber matado a su mujer.

Paco Muñoz dijo...

Llevás razón Manuel, lo que pasa es que yo no me creo ni siquiera que existiera, estimo que eso es una leyenda. He intentado confirmar gran parte de los casos raros y hay unas lagunas de fechas y de personajes que me hizo desistir continuar por pensar que todo eran cuentos.

Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi. Muy interesante como siempre tu aportación, y cada pueblo o barrio tienen su argot muy personal. Hicimos al alimón un diccionario muy peculiar de nuestra habla, no de fonética que es lo que tú has explicado sino de las palabras http://notascordobesas.blogspot.com.es/2010/02/argot-de-palabras-cordobesas.html
Las costumbres y las leyendas son muy poderosas, en derecho hacen leyes y todo.
Salud y República compañero.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Campanilla (me imagino que será la de Peter Pan), la realidad es que no fue iniciación al sexo sino una clase de anatomía en vivo. De todas maneras fíjate si fue importante que no se olvida.
Un saludo