viernes, 29 de julio de 2016

LA CALLE COMEDIAS Y SU CASA DE COMEDIAS

Rótulo antiguo

En mi casa de la Mezquita, Cardenal Herrero 32, cuando se refería mi madre a la actual calle Velázquez Bosco, siempre la llamaba Comedias. Hay que reconocer que los habitantes del barrio tenían en su memoria el primitivo nombre por el que se conocía la calle desde el siglo XVII, luego por los primeros años del siglo veinte se le dedicó a D. Ricardo Velázquez Bosco (ignoro la fecha exacta pero seguro sería con motivo de su fallecimiento) D. Ricardo fue un arquitecto nacido en Burgos en 1843, y que falleció en Madrid en 1923. Fue restaurador de la Mezquita, a comienzos del siglo XX, en las portadas de la ampliación de Almanzor y trabajó en Medina Azahara como director de excavaciones, y de la Almunia de Alamirilla. 

Y moderno

En función de su trabajo están, entre otras muchas obras, las del Palacio de Cristal del Retiro de Madrid, la escuela de Ingenieros de Minas, el Casón del Buen Retiro, o el Ministerio de Agricultura. En una palabra, tiene méritos más que suficientes para tener un calle dedicada en Córdoba. Eso sí que se le podía haber puesto en otro lugar, por ejemplo sustituir al Magistral González Francés, fachada oeste de la Mezquita que el sabiamente restauró, y no al nombre de un  edificio que en esa calle estaba como la Casa de Comedias. Claro en ese orden de cosas, desde la conquista cristiana, en el siglo XIV, se llamó de la Cárcel por existir en ella una, y podría haber competido por ese otro nombre.

Calle Velázquez Bosco años 50 del s. XX (Ed. Arribas/ J.R. Obispo)


Calle Comedias años cincuenta

Este debate de los nombres de las calles es muy interesante, tengo un buen amigo que añora los nombres que el propio pueblo le puso a las mismas y que, sin dudarlo, son los que mejor están puestos. Mi alma que está en mí almario, está seriamente afectada por haber sido mí firma la que rubricara algunas barrabasadas de expedientes de cambio de nombres de calles, en una pasada época de mi vida. Me pesan los cambios como una losa, pero en mi descargo (el que no se consuela es porque no quiere), he de decir que esa signatura no pasaba de ser un mero formalismo administrativo. Pero está ahí que es lo que a mí me duele personalmente. 

D. Ricardo Velázquez Bosco

Eso no quita de ninguna manera la importancia del homenajeado D. Ricardo, en este caso, aunque afortunadamente figura también el rótulo antiguo debajo del moderno. Los vecinos, casi sin darse cuenta, lucharon, algunos lo que restaba del siglo veinte y otros aún en el veintiuno, por mantener en su memoria el nombre de Comedias para la calle Velázquez Bosco, y lo que es más importante, usarlo. Luego lo normal que ha pasado es que, por mor del inexorable paso de los años, los vecinos mayores han desaparecido y los nuevos hicieron suyo el actual nombre, y así otra vuelta de rueda de nuestra pequeña pero inmensa historia local.

Salida a Cardenal Herrero y Virgen de los Faroles (Primeros del S. XX)

Tengo en mente a muchos vecinos conocidos, de mi lejana ya, 1969 (47 años), militancia como habitante en el barrio de la Mezquita. Unos ilustres y otros menos, mencionados muchos en este blog Notas Cordobesas de una u otra manera: como podrían ser los que vivían en la calle de Las Flores, que eran bastantes; el episodio de la herencia del Conde de Cañete de las Torres, respecto a la propiedad de los Baños Árabes de Santa María, ahora tablao flamenco, que me detalló mi malogrado amigo Antonio Salcedo Bejarano; o el trágico del Sr. Centella, el sereno del barrio, después de mudarse de lo que ahora es la plaza de Judá Leví, a una vivienda creo en el pequeño ensanchamiento de la calle, en la que fue encontrado muerto por causas naturales; o D. Agustín García Solano y su familia, de la farmacia de la Virgen de los Faroles; o Trini la amiga de mi hermana Loli; o el comercio que tuvo mi primo Cándido en la esquina de la calle de las Flores, cuando empezaba a convertirse la calle Comedias en un bazar, abigarrado de colganderos, o sucesión de establecimientos de hostelería, ya casi sin vecindad. Son muchas historias.

Bares, restaurantes, tiendas de recuerdos...

Pero volvamos a la Casa de las Comedias, origen del nombre de la calle, yo sospechaba que ésta era la que ahora ocupa el Colegio Oficial de Enfermería, pero en la mayoría de los textos consultados no lo especifica directamente, se habla del número once de la calle y es el número tres, es normal que los números pueden haber cambiado, por haber segregado  o sumado propiedades y la calle del Tesorero, hoy Samuel de los Santos Gener, podría haber entrado en la cuenta. La realidad es que en la mayoría de los lugares consultados en ninguno especificaba la ubicación correcta de la cárcel o Casa de las Comedias. Entonces busqué el plano catastral un solar de unos 25 m. de lado y no hubo lugar a dudas, no había otro de esas características. La localización por tanto era correcta. 

Un bazar

Siempre, aún teniendo en cuenta las normales cautelas, tenemos que echar mano de D. Teodomiro y sus Paseos por Córdoba, cautelas porque están demostradas muchas imprecisiones, pero ello no es óbice para que sea el manual "novelado" por excelencia, de consulta de nuestra ciudad. Por otro lado -cuestión que justifica mí ignorancia-, reconozco que hay excelentes trabajos de personas que han realizado estudios muy importantes, bien es verdad que particularizados y no globalizados como Los Paseos, pero que merecen ser citados y conocidos como por ejemplo, un libro y artículo de Ángel María García Gómez, Profesor Emérito de la Universidad de Londres, titulado "Casa de las Comedias (1602-1694):contribución a su historia documental", publicado en Criticón,50,1990,pp 23-40.

Aún no han montado los tenderetes

El texto de D. Teodomiro, está en el Paseo del Barrio -que el llama de la Catedral y yo procuro siempre llamarle de la Mezquita-, entre los capítulos dedicados a su hermano mayor Carlos Ramírez de Arellano (D. Teodomiro arrimaba también de vez en cuando el ascua a su sardina, no porque no se mereciera la mención D. Carlos, Diputado provincial, alcalde de la ciudad y presidente de la Academia), y la calle Encarnación, dice textualmente:

Entrada Calle de las Flores

"La calle de las Comedias

De la plazuela de Benavente arranca una calle que después de formar un ángulo sale a la de la Puerta del Perdón, frente a la fuente denominada el Caño Gordo. 

Calle de las Flores antes de la reforma


Niñas del colegio en la calle Comedias preciosa entonces

Llamase de las Comedias porque el edificio dedicado a obrador de carpintería de la Catedral -o sea la casa número 11, donde después de la conquista de Córdoba por San Fernando se estableció la cárcel, según aparece en escritos de 1562- fue dedicado después, a fines del siglo XVI, por el corregidor don Diego de Vargas y Carvajal, a corral de comedias, trabajando en él, como ya hemos dicho, el célebre Lope de Rueda, el cordobés Roque de Figueroa y otros actores de aquel tiempo, y he aquí por qué esta calle se llama aún de las Comedias, como antes se llamó de la Cárcel. 

Antigua cárcel, Casa de Comedias y Colegio Oficial de Enfermería

En 1708 la Ciudad vendió aquel edificio al Cabildo eclesiástico en 13.348 reales, estableciendo entonces el obrador de carpintería ya indicado. Tiene dicha calle dos barreras o callejas sin salida, una llamada del Tesorero, porque en una de sus casas vivió un clérigo de dicha dignidad en el Cabildo, y otra más abajo titulada de las Flores, por las muchas que desde tiempo muy antiguo han criado aquellos vecinos en una plazuela que tiene a su extremo interior."

En una nota del artículo de D. Ángel María García Gómez, se aclaran las imprecisiones citadas de las cautelas a Los Paseos:

Portada actual

"Teodomiro Ramírez del Arellano afirma que en 1708 la Ciudad vendió el "edificio" de la Casa de Comedias al Cabildo Eclesiástico (Paseos por Córdoba, pág. 562). La información es incorrecta puesto que para esas fechas ya no existía el edificio y consta que el solar no se vendió hasta más tarde, como queda dicho. Lo que sí es cierto es que con anterioridad a su venta el solar estuvo alquilado, y que el arrendatario había levantado algún tipo de construcción sobre el solar ya que al apreciarse éste en 6.12.1737 para sacarlo a la venta se dice que el precio no incluye el valor de "un quarto que en él se halla que dizen a labrado la persona que lo tiene arrendado" (Inv., Sec. 5*. Ser. 6*, doc. 10). Es probable que esta "persona" no fuera el Cabildo Eclesiástico, el cual, según un documento sin datar pero que calculo por otros indicios redactado en c. 1737, andaba por esas fechas intentando arrendar el solar "a fin de formar en él vn taller, para el vso de sus obras"; planes de arrendamiento que se adaptaron a otros de compra al saberse "que la Ciudad tiene facultad real para venderlo" (Inv., Sec. 5* Ser. 6', doc. 10)." Por lo que puede verse la fecha de la compra por el Cabildo fue posterior a la citada de 1708. 

Detalle del dintel

Ya se habían molestado las Monjas de Santa Ana, por un lugar en la Cuesta de Peramato, en el que se hicieron representaciones teatrales, en 1583. Eran fechas de expansión de los Corrales de Comedias. Este que nos ocupa se puso en funcionamiento en 1603 y empezó su construcción en 1601, la proximidad al Convento de la Encarnación, sin estar pared con pared con él, preocupó a los promotores, por si se daba la misma cuestión que en el otro. la intransigencia de la iglesia. Puede que la titularidad municipal significase un respiro. Juan de Ochoa fue el arquitecto que lo construyó. El corregidor Diego de Vargas y Carvajal era quien regía el Cabildo Civil de la ciudad. En este teatro trabajó Lope de Rueda, Roque de Figueroa y otros actores del momento.

Antes de ser Colegio Oficial (Foto M. Cruz)

Su aforo superaba los 800 espectadores, todos sentados, y algunos más distribuidos por el patio. Tenía dos plantas. Alternativamente estuvo usándose durante prácticamente todo el siglo XVII, y se cerró definitivamente en 1694, como consecuencia del fundamentalista padre Posadas, fruto de las distintas censuras morales -para no perder la costumbre inmiscuyéndose siempre en la vida de las personas-. También influyó El alcalde Ronquillo Briceño y sus nuevas ideas industriales. Como curiosidad en la actualidad, la finca ocupa 732 m2. de superficie y 1270 m2 construidos, estando datada su reforma en el año 2003. 16,83 m. los tiene de fachada a la plazuela de la calleja de las Flores, la puerta de delante de la fuente, la ventana de arriba, además de dos más en la calleja del arco.

Puerta falsa del Colegio Of. de Enfermería por la calle de las Flores

Detalle del blasón.

D. Ángel María García hace una exhaustiva descripción del teatro:

"El teatro se construye en un espacio cuadrado de más de 24 metros de lado, rodeado de murallones de menos de un metro de grosor (figuras 1 y 2). Con fachada a la que pronto se iba a conocer como Calle de las Comedias, hay un primer cuerpo de 3.60 metros de profundidad que, en su planta baja, alberga un zaguán de uso general, dos cuartos para vender agua y guardar bancos, un vestuario, un vestíbulo de entrada para los comediantes, y otro zaguán para los miembros del Cabildo. En su planta alta se encuentra un cuarto de tramoyas y dos dependencias más, de las cuales una, la de mayores proporciones, contiene dos camarillas para vestuario de actrices y guardarropía respectivamente.

Fachada

Enfrente del vestuario bajo, con ventanas a la calle que le dan luz, se alza un escenario cubierto de S metros de lado, 5,85 de ancho y 1,388 de altura con relación al nivel del patio sobre el que se proyecta. El patio, descubierto casi en su totalidad, está protegido por un toldo. La comunicación entre el vestuario bajo y el escenario la proporcionan tres huecos en los que hay asentadas puertas de madera, por encima de las cuales corre un balcón saliente cuyo acceso está en el cuarto alto de las tramoyas. En 1631 se abre al patio otro balcón, de proporciones similares al primero, en el cuarto alto donde están ubicados el vestuario femenino y la guardarropía.

Patio interior (foto Web Colegio)

El ámbito del patio está circundado por otro cuerpo de 3,35 metros de profundidad, al que cubren tejados de una sola vertiente. Esta parte del edificio adquiere forma semicircular en su parte central, con dos prolongaciones rectilíneas que corren paralelas a los murallones laterales. La planta baja de este segundo cuerpo está toda ella ocupada por cuatro filas de gradas, en cuya construcción se ha utilizado una mezcla de ladrillo y piedra, con una última hilada de cantería. Estas gradas proporcionan asiento para más de 400 espectadores. En la planta alta se encuentra, de derecha a izquierda conforme se mira al patio desde el tablado, un aposento reservado para los miembros del Cabildo Civil, al que se denomina 'sitio de la Ciudad'; un espacio para 'cazuela' de espectadoras; y una serie de aposentos o palcos para familias principales. 


Planos colegio

Plano Catastral

Los palcos ocupan más de 27 metros de longitud, repartidos entre nueve aposentos de unos tres metros de largo por más de dos de profundidad. Cada uno de estos aposentos tiene una puerta de entrada que abre a un corredor común de paso y acceso. Delante del graderío bajo corre un pasillo separado del patio por 16 columnas altas, que se corresponden con otras 16 de menor altura sobre las que carga el alero de la techumbre. Todas son columnas de piedra con basa y capitel, que forman 30 arcos adintelados distribuidos simétricamente entre las plantas alta y baja de este segundo cuerpo de edificio. Entre columna y columna de la parte alta corren barandales de madera o de hierro que protegen de caídas al patio.

Plano planta baja teatro (Foto art. A.Mª García)

A la trasera del semicírculo, a modo de enjutas o albanegas, quedan dos espacios abiertos enmarcados por los vértices superiores de los murallones. El de la izquierda es un corral que no tiene comunicación ni con el interior ni con el exterior del edificio. El de la derecha es un patinillo con puerta al exterior y escaleras que suben hasta la cazuela. Además de ésta hay otras tres puertas exteriores, clavadizas todas ellas. Una grande y alta, llamada puerta 'principal', abierta en el extremo inferior del murallón izquierdo, por la cual entra el gran público y los que van a ocupar palco. Esta puerta abre a un zaguán cubierto por el que se pasa al patio y a las gradas, tras cruzar una segunda entrada interior. En el extremo derecho de la fachada hay otras dos puertas casi contiguas: una para uso de los comediantes, por la que acceden a los vestuarios y demás dependencias relacionadas con la representación; y otra por donde los miembros del Cabildo pasan a un zaguán con escalera que sube al sitio de la Ciudad."


Plano planta alta teatro (Foto art. A.Mª García)

Y para finalizar la curiosidad de que el Pajecillo Luna, que había matado de una estocada en el pecho a D. Fernando Páez, según figura el suceso en el libro de los "Casos Raros" de Córdoba, estuvo preso en esta cárcel cuando lo era en 1586. Antes había sido sacado a la fuerza de la protección de la iglesia, donde se había refugiado, por D. Rodrigo de Vargas. Luego cuando iba a ser ejecutado, pudo escaparse y volver al refugio de la Catedral, donde estuvo un tiempo hasta que desapareció de allí estimando que había huido a Flandes donde hizo carrera de armas.

Fotografías de la Revista Constantes Octubre 2003, del Colegio Oficial de Enfermería, antes de la restauración.




Después de la restauración



Agradecimiento:
Gracias a la gentileza de Doña Mari Carmen Álvarez, del Colegio Oficial de Enfermería, he tenido la posibilidad de conocer una revista monográfica que editó el Colegio, referida a la rehabilitación del edificio que fue Casa de Comedias y antes Cárcel, aunque de esto no quede nada salvo los cimientos. Si por el contrario, está como cuando lo edificó el Cabildo (en realidad mucho mejor) en el siglo XVIII. Luego, gracias a una maestra rehabilitación de su equipo de arquitectos, se puede disfrutar hoy. Picando en el enlace se puede acceder a la revista y comprobar lo expuesto, el antes y después, así como una breve historia del edificio.

Revista monográfica Constantes octubre de 2003

Monumento catalogado de la Villa por la GMU (MV-51)
Corral de Comedias


Fotos del autor y otras de la red.
Bibliografía citada en el texto.

6 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, estas que te sales. No te apenes por lo que hiciste en el pasado, porque si lo pones en una balanza seguro que es tienes más cosas positivas que negativas.
Te cuento una de nombres: tenía un compañero que era de un pueblo de Zamora “de cuyo nombre, no es que no quiera acordarme, es que no me acuerdo” que había nacido en la calle de la Poya. Después le pusieron el nombre de Golpista, pero viejos le seguían llamando por su nombre antiguo.
Dices: “donde después de la conquista de Córdoba por San Fernando se estableció la cárcel, según aparece en escritos de 1562”
El decir Fernando III el destructor y que con la llegada de las tropas del norte a Córdoba se habían retrocedido 500 años de cultura, casi me “jamo” una hostia de un profesor del Instituto. Así, que de Santo, nada de nada. Claro lo hicieron santo porque llegó dando hostias con la espada y la cruz; además de repartir las tierras de cultivo de los pobladores, entre sus huestes, que pasaron a estar en barbecho más de 200 años, por eso de que todos los hombres eran pocos para luchar contra “el infiel”
Bueno, no me enrollo más. Un abrazo, salud y República

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi.

Es que es para apenarse, se dieron demasiadas concesiones (erróneamente) a los beatos, que todo su afán eran proponer nombres de Cristos, santos y vírgenes, para ser más que otros iguales. Y yo comparto que se debieron conservar los nombres naturales antiguos, de gremios, de sucesos, de personajes. En fin.

Me imagino que lo de Poya sería referida a la decepcionante "gallina joven" del diccionario, o a la "hembra" del poyo (de cocina o para sentarse), porque con y griega... Ahora lo de Golpista, no lo entiendo.

Yo siempre digo conquista, porque considero que reconquista es si algo fue tuyo, y no lo era, primero lo fue de los romanos, luego de los corruptos visigodos, y luego de los árabes setecientos años, como iban a reconquistar nada si no era suyo. Y evidentemente se retrocedió en cultura, bueno ya se estaba retrocediendo con los fundamentalistas y el desmembrarse de lo que quedaba de Califato, o sea que se lo pusieron fácil.

Y los castellanos y la iglesia se repartieron el botín de guerra, por eso los grandes latifundios aquí abajo, mientras no los hay tanto de la mitad para arriba. Y no era España la invasora porque no existía, mucho menos la actual que se atribuye la herencia, eran reinos de Despeñaperros para arriba, que además andaban a la greña también entre ellos, hasta que por un pacto comercial de entrepierna, algo sucio tal y como lo pone la historia, se estableció un acuerdo territorial.

Y era Santo porque hizo forrarse de propiedades a la cruz, como no le iban a dar una prebenda.

Salud compañero que cada vez nos hace más falta

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, Paco. La calle de la Poya era donde estaba el horno común del pueblo, que su uso se pagaba con pan o con unos vales que se adquirían en el ayuntamiento. Esto me lo contó, cuando era nene, mi tío Manolo que era panadero, con horno propio, en un pueblo de Ciudad Real. Un abrazo
P/E: Al paso de los años, me informé y era tal cual.

Paco Muñoz dijo...

Muy interesante Paco. Lo que pasa es que el sonido da igual que sea con y griega, denota otra cosa. En la tahona que tenía mi abuelo Antonio en Pinos Puente se pagaba con una especia de monedas impresas, que decían vale por un kilo de pan. Aún tengo yo una.

Juan Miranda dijo...

Buenos dias Paco, la verdad es que como cronista de nuestra querida Cordoba no tienes precio, es decir que la amenidad y lo documentado de tus crónicas, son impagables. Cada vez que leo tus escritos me doy cuenta de lo poco que se de ella. Gracias y sigue así, aun el pago solo sea el agradecimiento de los que te leemos.

Paco Muñoz dijo...

Estimado Juan muchas gracias, el objetivo es activar la memoria de los demás. Y el que agradece enormemente a los lectores su paciencia con las posibles imprecisiones soy yo. Es desde luego el mejor premio que uno puede tener.
Un abrazo.