sábado, 3 de enero de 2015

LA TORRE DEL ORO DE SEVILLA.

Vista de la Torre del Oro desde Triana

La manzanilla de Sanlúcar (Cádiz), la Virgen de la Ministra del Desempleo de Almonte (Huelva), la Torre del Oro, que no es de oro. Ese es el titulillo chovinista competitivo, de las ciudades andaluzas sobre Sevilla, para contrarrestar, eso sí, el chovinismo sevillano, que puede  que, como todo, sea un tópico. A mi Sevilla me gusta muchísimo, y como otras ciudades andaluzas, todas tienen su encanto. 

Entrada

Hay que reconocer que Sevilla es una ciudad de aluvión, de oleadas constructivas periódicas. Si no hubiese existido la Exposición Iberoamericana del 29, no existiría ni el Barrio de Santa Cruz, ni el Parque de María Luisa, ni esos hermoso pabellones nacionales que he tenido la ocasión de ver. Pero es que, si no se hubiese descubierto América no existiría tampoco la Fábrica de Tabacos, o el Archivo de Indias. 

Placa conmemorativa

Y si la Expo 92 no se hubiera realizado, toda la serie de rondas, puentes -algunos carísimos-, pabellones (en esta ocasión se llevaron algunos), no estarían. Y si no hubiera habido que agradecer algo a los socialdemócratas alemanes de Willi Brand, o a la Francia de Miterrand, tampoco el AVE. Las Setas de la Encarnación, y la torre Cajasol, otra bestialidad, otro capricho de alguien, junto con tranvía y Metro cierran de momento los aportes. Todo el sex-appeal sevillano le viene por determinados eventos históricos, expositivos en una gran medida. Pero en el fondo están ahí. Forman parte de esa hermosa ciudad, cada vez menos provinciana. 

Sala del museo

La primera vez que fui a Sevilla, fue en el 1962. De esta ciudad teníamos conocimiento en mi casa, gracias a las historias que nos contaba mi tía Rafaela, que vivió en ella, en la calle Baños, con su marido mi tío Pepe, el militar de vocación, cuando estuvo destinado en el cuartel de Infantería de la Plaza de la Gavidia. Allí le pilló la sonada fascista del 36, y mi tío Pepe, como siempre militar de pro, se mostró reacio, junto con otros jefes y oficiales, a incorporarse al nuevo golpe del Sr. Queipo, general golpista por excelencia. 

Instrumentos de navegación

En los primeros momentos por respeto al orden republicano establecido, estos mandos se mostraron indecisos en realidad y los detuvieron a todos. Aunque mi abuelo, dada su amistad con el obispo, Pérez Muñoz, al ser su "barbero de cámara", andó los pasos para que consideraran los militares, un error de juventud la indecisión. Luego mi tío se incorporó, estuvo "guerreando" con los fascistas y después, al final de la incivil y cruel guerra, lo expulsaron del ejército. A otros compañeros los fusilaron sin mediar palabra en las tapias de la Macarena, dado que sus respectivos suegros no conocían a ningún obispo. 

Otra sala del museo con un marino que voló

Este héroe nacional laureado, el Marqués de Queipo, fue el responsable desde julio del 36 a enero del 37 de la muerte de 3.028 personas. Fue miembro de la sanjurjada del 32, y perdonado por el gobierno de la República después. Seminarista y a posteriori marqués. Un verdadero elemento, al que el general bajito de voz atiplada, unitesticular, no le perdonó nunca que le llamara por las salas de banderas "Paca la Culona", y cayó en el olvido, eso sí laureado. 

Proyectiles de piedra

Pues una vez dado un ligero paseo por la historia, que no se debe olvidar nunca, ni a sus siniestros personajes que la mancharon de sangre inocente, para evitar su repetición, volvemos a la hermosa Sevilla. La última semana de diciembre, estuvimos en ella unos días. Ya lo habíamos hecho de novios con un viaje en el año 1963, en el que estuvimos en los sitios clásicos claves, con subida incluida a la torre de la Catedral, y paseo en barca por el estanque de la Plaza de España. Eso sí, fue obligatorio ir con carabina. 

Cañón y proyectiles

Yo había estado un año antes, como dije con anterioridad, cuando fuimos a repuestos San Roque en la calle ídem, conforme te bajabas del tren, del ferrobús, en Plaza de Armas, cogías Pedro del Toro y luego Bailen, para llegar a la tienda de San Roque, a comprar repuestos de ciclismo de carretera. Unas bielas Stronglight, una cadena Regina, una tija de sillín Campagnolo, fue lo que me traje para mi bicicleta. Germán, Juanito (acabó en Suiza), y "Chico" del Olmo, eran los otros aficionados que venían conmigo, o yo iba con ellos. Como curiosidad, la primera persona que vi cuando me baje del tren fue el largo del pianillo, el de la competencia del de la coja. En este viaje no hicimos turismo.


Vista de Triana desde el museo (Foto C.Carnago)

En el viaje de 1963 recién iniciado el noviazgo que duró diez años, también subimos a la Torre del Oro, que ya era Museo Naval, lo es desde el 1945, monumento objeto de esta entrada. Entonces no estaba tan bien cuidada como ahora. La torre tiene tres plantas incluida la baja, dos de ellas están destinadas a museo, y la tercera a estancia de los investigadores. Luego está la terraza, y una escalera de dos cuerpos, que nos sube a la puerta, cerrada porque no se puede seguir, del segundo cuerpo, una especie de minarete que solo contiene la escalera de caracol de subida a la cúpula. 


Salida a la terraza

La descripción histórica constructiva, de Wikipedia.

"La Torre del Oro de Sevilla es una torre albarrana situada en la margen izquierda del río Guadalquivir, en la ciudad de Sevilla, junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. Su altura es de 36 metros. Posiblemente su nombre en árabe era Bury al-dahab, Borg al Azahar, o Borg-al-Azajal en referencia a su brillo dorado que se reflejaba sobre el río. Durante las obras de restauración de 2005, se demostró que este brillo, que hasta entonces se atribuía a un revestimiento de azulejos, era debido a una mezcla de mortero de cal y paja prensada. 

La torre desde las almenas

Es una torre formada por tres cuerpos, El primer cuerpo, dodecagonal, fue construido entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà. El segundo cuerpo, también dodecagonal, fue mandado construir por Pedro I el cruel en el siglo XIV. El cuerpo superior, cilíndrico y rematado en cúpula, fue construido en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1931 y ha sido restaurada varias veces. En la Edad Contemporánea fue restaurada en 1900, entre 1991 y 1992, en 1995 y en 2005. En su conservación ha sido importante la labor de la Armada. Se encuentra en buen estado de conservación y alberga el Museo Naval de Sevilla." 

La protección citada

El Portal de Cultura del Ministerio de Defensa dice:

"Con una superficie expositiva de 633 m2, el actual Museo contiene numerosas muestras militares y civiles de gran valor técnico e histórico que relacionan íntimamente el río, Sevilla y el mar, tres elementos inseparables. Entre las obras expuestas se encuentran representados los estilos renacentista, romántico, clasicista, histórico, epigráfico y barroco. El Museo está instalado en su totalidad en las plantas baja y primera. 

El segundo cuerpo

Cada planta es una sala y en ella no existe separación por colección, aun cuando se ha procurado mantener un orden expositivo, teniendo en cuenta las limitaciones de espacio existentes. Destacan como fondos singulares, retratos de marinos ilustres, fanales, mascarones, defensas del puerto y grabados de Sevilla, fotografías antiguas, loza, piezas marineras, relacionadas con la pesca, etc., conformando todas ellas una variada colección."

El sky line de Sevilla

Y la Web del Museo Naval "CONTENIDO GENERAL. 

"La Torre del Oro es una torre albarrana almohade, del primer tercio del siglo XIII, que formaba parte de las murallas del Alcázar como torreón final, y servía de baluarte para la defensa del puerto y el puente de Barcas. La Torre cuenta con tres cuerpos, dodecagonales los dos primeros, y cilíndrico el más alto rematado con una cúpula.

Plano de la Torre

En las dos primeras plantas se exponen alrededor de 400 piezas. La planta baja está dedicada a Sevilla y su río: vistas de la Torre del Oro, de los afluentes del Guadalquivir y su desembocadura, las artes de pesca y fabricación de barcos y finalmente las grandes compañías navieras que trabajaban en los astilleros.

La primera planta se centra en la historia de la Armada con óleos, estampas de la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del XIX que retratan algunos personajes destacados de la Marina como Fernando de Magallanes, Juan Sebastián de Elcano, Dionisio Alcalá Galiano o Juan Bautista Topete."

Torre Cajasol, Teatro Maestranza

Es curioso que no se cita otro personaje de la dictadura, cuyo retrato figura en lugar destacado, el supuesto heredero de la misma. Las dos salas expositivas son interesantes en cuanto a la hermandad que tiene Sevilla con el río, que ojalá la tuviéramos en Córdoba, y en lo tocante a la relación con la Armada. Hay que reconocer que de allí partió la primera expedición que dio la vuelta al mundo al mando de Magallanes, y acabó con un advenedizo gris como fue Pizarro, después de la muerte del primero. Luego estaba el importante tráfico con la recién descubierta América. 

Puente de San Telmo y de los Remedios

Dicho esto, para no hacer  más labores de historiador, unas vez estas en la terraza del primer cuerpo de la torre, ves como están protegidas las almenas para no asomarse a ellas, con unas pantallas de metacrilato, cuestión que debía tener la Calahorra en Córdoba, porque el otro día mi nieto Alejandro dio un susto a sus padres nada más subir a ella, se les escapó de las manos y corrió hacia éstas, que están desprotegidas.

El barco el río y la Torre (Foto C. Carnago)

Las vistas de Sevilla desde allí, aunque menores, como es lógico y natural, que desde la torre de la Catedral, o desde la Setas, y me imagino que menores aún que desde la Torre de Cajasol, son de una enorme belleza, por un lado el puente de Triana, que como dice la soleá: "Triana Triana /que bonita esta Triana /cuando le ponen ar puente banderas republicanas / cuando le ponen ar puente la banderita republicanas/." ojalá las tenga puestas algún día. Los tejados de la Plaza de Toros, de deforme anillo, y los redondos de Teatro de la Maestranza, que siempre me recuerdan a la cúpula de la Encarnación de Montefrío, y el "rascacielos" polémico, de Cajasol

Cerrojo de la puerta

Por el sur el puente de San Telmo. Al fondo el nuevo de los Remedios, el Teatro Lope de Vega y las torres de la plaza de España, rodeados de ese pulmón verde que son los Jardines de María Luisa. Y el río, siempre el río presente, bueno el brazo de río, que sirve de embalse para el puerto fluvial, lleno de "batobus" y piragüistas. Y sus riberas repletas de enamorados como las del Sena, bien aprovechadas por todo el mundo. Y hacia el este el Sky line, por excelencia de la ciudad, la silueta de la Catedral y la Giralda, y las muchas torres de iglesias, que también está bien servida Sevilla.

Desde Almirante Lobo, la Torre del Oro, al fondo Santa Ana

Y en el oeste la silueta del escalón del Aljarafe -otero o elevación en árabe-, de lomas y veranos más frescos, que contrastan con los trece coma cuatro metros, de altura sobre el nivel del mar en Alicante, de la señal geodésica del la puerta del Alcázar. Su cultura más importante fue la tartesia, y el máximo exponente de esta, el Tesoro del Carambolo, que no lo pudimos ver por estar cerrada esa sala del Arqueológico. Otra maravilla por más señas, que se debe visitar, en uno de los hermosos pabellones construidos, por Aníbal González, para la Exposición Iberoamericana de la Dictadura de Primo de Rivera.

Fotografías del Autor y C. Carnago
Bibliografía citada

2 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, muy bueno el retrato que has hecho de Sevilla. A mí me gusta. Por desgracia he estado muchas veces, mis padres fallecieron de viejos allí, vivían con mi hermana.
La rivalidad entre algunos cordobés y sevillanos es histórica, y raya la estupidez.
Menuda se lió cuando en la exposición Iberoamericana nombraron Comisario de la misma a José Cruz-Conde. Eso unos.
Los otros: Recuerdo a un “profesor” de cuyo nombre no quiero acordarme, que siempre andaba jodiendo con eso de: La catedral de Sevilla y el Giraldillo fueron hechos por cordobeses” A mí, que me importa, están hechos y punto. Y cuando hablaba del Puente “romano” decía: “era el único puente fijos que había entre Córdoba y la desembocadura del Guadalquivir, hasta que en 1852 hicieron el puente de Isabel II” Nunca dijo Triana. Vamos un gili…. Bonitas fotografías, las de las almenas cordobesas, también. Jajajajaja. Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Gracias Patxi. A mí me gusta mucho a pesar de los pesares y de los chovinismos, de todas formas ha sido una cuestión que se han encargado de alimentar hasta nuestros días. Decía Ibn Rusd que "si moría un sabio en Sevilla, traían a Córdoba sus libros porque seguro se vendían, pero si era un músico vendía sus instrumentos en Sevilla", esto puede ser otro tópico desde luego. Además que decía Gala que: "Lo malo no es que los sevillanos piensen que tiene la ciudad más bonita del mundo...lo peor es que puede que tengan hasta razón." Luego está el centralismo de la autonomía que no ha parado de fomentar diferencias.
En cuanto al Sr. Cruz Conde, fue el que contribuyó al golpe fascista en Córdoba en el 36, por eso me resbala bastante el personaje. Luego se tuvo que quedar en Madrid durante la guerra incivil, y la alegría es que no vio el triunfo de los fascistas, murió antes de enfermedad. Estuvo exiliado en embajadas americanas con las que tenía amistad desde la Exposición Iberoamericana, y su comisariado. Por otro lado y en su descargo, decir que criticó en sus memorias, que escribió en el exilio, el poder omnímodo que le estaban dando a "la Paca", y tildó de borracho a quien le puso el mote, el que lo tachó de cobarde por su exilio. Las luces y las sombras que tenemos todos.
Un abrazo.