lunes, 6 de enero de 2014

POR EL CAMINO 20, VEREDA DE TRASSSIERRA Y VALLEHERMOSO

La pancarta reivindicativa en la torre de las Siete Esquinas

Con un "dolor en el costado que por doler me duele hasta el aliento", me dispuse a hacerme el fuerte, proteger la costilla dañada y a realizar mi primera salida con la cordobesa y ciudadana Plataforma A Desalambrar. He de manifestar que me ha resultado muy satisfactoria. Una considerable respuesta de personal, miembros y no miembros de la Plataforma y una muy aceptable organización. Como no tenía intención de acabar el recorrido subiendo la vereda de Trassierra -desde el descansadero de la Gitana hasta el Cruce de Trasierra, o descansadero de Llano de Mesoneros, como figuraba en el folleto explicativo del desarrollo de la ruta-, por la baja forma física, pensé llevar mi coche hasta el Descansadero de la Gitana, volver andando hasta la última parada del llano del bus de Trassierra (Vista Sierra), y allí utilizando el mismo subir en él hasta el Cruce, y esperar el comienzo de la ruta.

Amanecer en la carretera de Trassierra

Esta operación me permitía no subir la Vereda de Trassierra hasta el Cruce, que si bien era similar distancia que la que pensaba recorrer para no hacerlo, era menos dura en cuanto a desnivel, aunque la que pretendía hacer tiene unas subidas y bajadas considerables, si fuese ciclismo diríamos que rompe piernas. Dudando hasta última hora, por el mencionado dolor, decidí finalmente efectuar lo previsto. A las siete y poco estaba en el Descansadero de la Gitana aparcando el vehículo, y pertrechándome. Aproveché una linterna tipo leds extraordinaria, que me regaló mi amigo Juan Lozano, para poder ver el camino y lo que es más importante que me vieran. 

El Castillo Blanco de la Albaida visto desde el oeste

El tramo de dos kilómetros y pico hasta Vista Sierra, lo hice aún no amanecido, aunque al fondo por el este, se veían algunas claras. Tuve un pequeño altercado con dos canes uno enorme blanco que brillaba a la luz de la linterna, y otro pequeño provocador y pendenciero, como lo son los de esta talla. Me hizo pensar en los dictadores conocidos y en algún ex presidente que, salvo Idi Amín, que era un teleñeco, además de un bestia antropófago, tenían el denominador personal de la carencia de altura. Como he aprendido que en estos casos aunque te intente paralizar el miedo, no se lo debes demostrar, salvé el incidente enarbolando el palo que siempre te da una cierta tranquilidad además de enfocarlos con los veinticuatro leds de la linterna que les molestaba. Incidente resuelto.

Un precioso y tímido amanecer sobre la ciudad

Lo cierto es que los dos kilómetros de noche cerrada y después tímido amanecer, tuvieron su interés. Los restos del ramal del acueducto estaban allí, más oscuros aún que de día, el agradable sonido del agua del arroyo de Vallehermoso y una vez ya en la carretera de Trassierra, la mole del Castillo Blanco o de la Albaida, que vista a esa hora desde el oeste, tiene su encanto. En ese lugar el reto que comenzaba y las dudas por mi forma física, que cada vez está más mermada (nunca ha estado buena del todo), me hizo tirar el guante al hacer la fotografía del Castillo y... perderlo. Claro cuando me di cuenta no era plan de volver y perder también el autobús. 

La parada del autobús en Vista Sierra

Fiel a su horario apareció en la lejanía y lo cogí. Cuatro viajeros más y yo éramos los pasajeros, lo conducía una chica y me alegró. Al pasar por la puerta del Castillo Blanco aún oscuro, vi el guante en el suelo. Dos pasajeros se bajaron en la siguiente parada, la residencia de San José, dos curvas más arriba del Balcón del Mundo, y otro en el cruce, yo.  Los otros dos siguieron. Espera en el Cruce hasta la llegada del personal. El termómetro de la gasolinera me señalaba que el día estaba haciendo su aparición, de un grado subió a cinco en la media hora aproximada de la espera.

El "fálico" monolito del Cruce

Puerta en marcha, antes reparto por la organización de un folio con el plano esquemático del recorrido y un texto que voy a utilizar en esta entrada por su interés.  "Comenzamos en la glorieta de unión de la Carretera de Trassierra, la que procede de Medina Azahara y la que va a Las Ermitas, que ocupa lo que fue el Descansadero del Llano de los Mesoneros, situado entre la Vereda de Trassierra y la Vereda del Llano de los Mesoneros. En este descansadero se situaba el Monolito de San Jerónimo compañero del que está en el Ayuntamiento. Ahora hay una réplica de ese monolito, lo que es un error, ya que no eran iguales, ni en su forma ni es su inscripción. En esta glorieta ahora hay una gasolinera."

El camino

La Vereda de Trassierra dice el texto, en el tramo que empezamos usando, "que tuvo una modificación de trazado y por lo tanto en parte no es el original. Sin embargo, es un trazado muy bonito por lo que se aceptó esa modificación."

Lo cierto es que las últimas aguas habían dotado de un atractivo al camino que, junto con los restos otoñales, lo hacían como dice el texto de la organización "bonito". Antes se me olvidó reseñarlo conocí físicamente a un amigo virtual de las redes sociales, Carlos Franco, excelente fotógrafo y experto senderista, que prácticamente hicimos el camino juntos. Tengo que agradecerle su preocupación por mí en muchos tramos que tenían una cierta dificultad, a sabiendas de mi lesión temporal. 

Más personal en el camino

Había que rodear algunas lagunas, que la deseada agua de estos días conformaban el camino, y recuerdo la máxima de Carlos a los participantes, 

-Si es necesario metes el pie en el agua pero  evita la caída. 

Recomendación a todas luces lógica. Hice ese primer tramo al alimón con Carlos y Pancho Gamero, que también estaba en el grupo con su compañera, con el que me une una amistad de varios años, y desde su punto de vista de experto, me aclaró la formación de la impermeabilización de esos suelos. Todos los días, se aprende.

Las nubes bajas en el horizonte

En ese primer tramo pudimos disfrutar de las vistas de un mar de nubes, al estilo del de Tenerife, que nos señalaban la depresión de las colas de la Breña II. "Llegamos al punto en que la Vereda de Trassierra se une con la carretera de Trassierra, en las inmediaciones de la urbanización Torre Horia. Aquí abandonamos la vereda para tomar el camino 25, que nos lleva al Cortijo del Caño, y de ahí el camino 26." El llano del Cortijo está precioso a esa hora de la mañana y un rebaño de ovejas estaba preparado para el pasto. Allí hicimos una pequeña parada.

Cartel de la Vereda de Trassierra

A continuación el vapor del suelo le daba al terreno al norte del cortijo un aspecto muy peculiar. Un perro se revolcaba en el humeante prado. Decir que a lo largo del camino siempre estaban presentes los revolcaderos de los jabalíes. "Este camino se encuentra usurpado por una parcela, por lo que tenemos que hacer una pequeña desviación. Por este camino llegamos a la Fuente del Arco." La seca Fuente del Arco fue objeto de una aclaración en su concepto de captación de sus aguas por Pancho Gamero, a preguntas de Manuel Trujillo.

Llegando a TorreHoria

"Desde la Fuente del Arco tomamos una pequeña desviación para visitar la Torre del Beato, una de las muchas atalayas de época islámica." Allí otra parada, y reposición de fuerzas con los bocadillos, y conocí a otro amigo, Manuel Cuestas, gerente de la empresa "Piérdete con Nosotros", dedicada al Turismo Activo, al que le hice una sugerencia para su oferta turística y le presenté al experto en aguas de la ciudad Pacho Gamero, que estaba relacionado con la citada insinuación.

La laguna en el camino

"Llegamos a la carretera de las Ermitas. Justo enfrente del camino por el que hemos llegado nos unimos al camino 20 de las OO.MM., que viene de la Fuente del Arco por otro carril y después por la carretera. Este camino se encuentra cerrado en este punto, entrada a la finca La Soledad (antigua finca Don Iñigo)." La entrada del camino estaba ocupada por una alambrada con un candado. Se pasó la misma evitando su destrucción y en ese momento se presentó el guarda, que dio la impresión que esperaba la llegada de los senderistas.

Prado y rebaño en el Cortijo del Caño

Días atrás había tenido la oportunidad de visitar la Finca La Soledad con Manuel Trujillo, para tratar de entablar contacto con los propietarios y solucionar el problema del paso. El yerno del guarda -ya que este no estaba-, recogió el número de teléfono de Manuel y el ruego de que le facilitara su suegro el teléfono de los Propietarios, parece ser que unos conocido empresarios de la joyería cordobesa. 

El cortijo del Caño

Se entabló una agria discusión,  aliñada con pérdida del respeto e insultos, por parte del casero-aperador-guarda, que perdió a mi modo de ver los papeles (porque el teléfono de Manuel no lo perdió, dijo haberlo tirado a la basura sin mirarlo siquiera), a pesar de enseñársele planos y datos de que, el camino por el que se pretendía pasar era público. 

Un breve descanso

La postura del guarda me recordó a la de la Sra. cajera del supermercado en el testimonial acto de los jornaleros del SAT del Sr. Gordillo. Y lo cierto es que la consideré lógica. El perro del cortijo (guardando las diferencias y con el respeto más absoluto) ladrando y molestando al visitante, se gana su pan diario. Es su trabajo. Pues lo mismo el trabajador del mismo, si tiene orden de la propiedad, tiene que ejercer su labor policíaca -empleo este término porque estimo no puede ser policial-, y más en los tiempos que corren, para evitar un despido. 

Más lagunas

Con la doctrina imperante del shock es mejor ser esbirro que morirse de hambre, aunque es un error, si todos a los que nos afecta la doctrina nos pusiéramos de acuerdo y fuésemos solidarios, los capitalistas perdían porque son menos afortunadamente y necesitan de los proletarios, ya que sin estos últimos no hay plusvalía.

La fuente del Arco

En el curso de la conversación descubrí que el casero-aperador-guarda, era conocedor de la existencia de la usurpación del camino público, porque le perdió la vanidad, al decir que a él no le importaban los papeles, que le presentaba educadamente Manuel Trujillo, porque sabía más que él de caminos en la finca y el que decía Manuel no era el verdadero. Al final seguimos el camino hasta llegar al lugar donde había almacenado, el casero-aperador-guarda, ramas cortadas de distintos árboles obstaculizando el paso o tratando de hacer desaparecer así la traza del camino o vereda de carne como el guarda le llamaba. 

La torre del beato

Este episodio me hizo pensar ¿No sería más lógico por parte del dueño de la finca, señalizar el camino, y permitir el paso por un baldío territorio improductivo, que exponer a su empleado a una discusión continua -que podía llegar a mayores- o exponerse él a una denuncia? De todas formas el problema, es el no desaparecido sistema caciquil casi feudal existente, y la desidia de las administraciones, verdaderas culpables, por estas cuestiones de usurpación de la propiedad de lo público, debiendo ser ellas los que las defendieran con la ley en la mano. Lo que ocurre es que como nadie denuncia, los propietarios hacen de su capa un sayo, y en ocasiones la autoridad los ampara dentro de la ignorancia de las leyes, o siguiendo la tónica de ser el cuerpo armado del poderoso ante el débil.

Se hace camino al andar, en la Soledad

"En la descripción y en los planos más antiguos el camino pasaba por el propio cortijo, sin embargo después cambió su recorrido por otro que sigue un arroyo. Seguiremos por este último." Se separaron las ramas del camino, se trocearon estas, y se dejó el mismo expedito. Hubo que hacer lo mismo en otro lugar también. Nos dejamos a la izquierda en otra atalaya las ruinas de la Torre de las Palomas. A la derecha un muro señalizaba la linde de las fincas, La Soledad, Lagar de las Niñas, Peñamelaria. Dejamos en esa misma mano también el camino que bajaba desde el Lagar de las Niñas.

La Torre de las Siete Esquinas y un solidario 
compañero de manifestaciones Paco Sánchez Galardo

"Por este camino llegaremos a la Torre de las Siete Esquinas, una de las más bonitas atalayas árabes y espléndido mirador de la Sierra." Efectivamente se llegó a la atalaya, y el paisaje sobre el valle precioso, espectacular. El skyline que se divisaba, iba desde la serranía de Jaén, hasta casi, con mucha voluntad eso sí, la Sierra de las Nieves y la de Grazalema,  pasando por la Peña de Martos (que si fuera de azúcar estarían los marteños chupa que chupa), la piramidal e inconfundible silueta de la de Alcaudete, las Subbéticas, el Torcal de Antequera,  la alturas de Estepa, que ocultaban las estribaciones de la Sierra de las Yeguas. En suma un horizonte de categoría. 

Cartel desplegado en la Torre de las Siete Esquinas

En la Torre de las Siete Esquinas la foto con el reivindicativo cartel de la Plataforma Ciudadana a Desalambrar. "El camino sigue por un senderillo que sale delante de la torre, y nos lleva en fuerte bajada a la Carretera de Trassierra." Luego la bajada, dejando al lado las minas de cobre y al otro las casas derruidas de los desaparecidos mineros, además del camino que nos llevaría a la finca de las Ventanas o Peña Melaria. La bajada serpenteante, de piedra suelta en muchos lugares, majestuosa, que obligaba a prestarle toda la atención, no sin a la vez disfrutar del precioso conjunto de Vallehermoso, que nos esperaba frondoso a la derecha abajo, con las abandonadas huertas de Los Paños, La Palma, etc. etc. y su poblada población de restos de diversas épocas, todos, o la mayoría relacionados con la cultura hidráulica. Más conocidos de asistencia a manifestaciones, a las que no van la mayoría de afectados, solo jubilados y comprometidos, nos dimos a conocer y saludamos allí. 

Sendero de bajada desde la Torre de las Siete Esquinas

"Cruzamos con mucho cuidado la carretera, y seguimos por la finca Vallehermoso, finca que en la actualidad es propiedad de la Agencia Tributaria y por tanto pública. En esta finca vamos a poder contemplar multitud de restos históricos ligados al aprovechamiento del agua, de origen romano y musulmán. Aquí nacía uno de los ramales el Aqua Vetus, y podremos ver tres alcubillas, un pozo de resaltos, cuatro albercas, unas curiosas escaleras y dos antiguas casas, una de ellas posiblemente con la función de batán. Llegamos al Descansadero de la Gitana, perteneciente a la Vereda de Trassierra." Una salida de agua de una de las grandes albercas del sistema de riego de los bancales, tiene una peculiar forma que recuerda a órganos genitales femeninos, como apuntó Conchi al ver la foto.

Venero en Vallehermoso

Aquí dejé el yo recorrido que, por la citada vereda y dos kilómetros y pico más arriba llevaba al grupo al punto de partida nuevamente. Yo había cumplido con mi objetivo y ahora me quedaba el descanso. Carlos que había dicho venirse conmigo, me aviso de que subía la Vereda, pero se vinieron Rosa y Antonio Blanco. El resumen personal de mi epopeya es satisfactorio. Eché de menos la presencia de Conchi, mi mujer, con la que he hecho muchos recorridos por la sierra, pero que por razones físicas más acusadas que las mías no puede hacer ahora. Me alegré de conocer personalmente a amigos que solo conocía virtualmente, y lamenté (de todo hay en la viña) ver a otros a los que no me merece la pena verlos. Y sobre todo valoro la organización y el objetivo de la Plataforma a Desalambrar de primera mano.

Construcción hidráulica en Vallehermoso

"Descripción en las Ordenanzas Municipales de 1884 de los caminos utilizados"

11.- Camino Vecinal y Vereda Pecuaria. El que partiendo de la cañada de la Mesta, en el paso a nivel denominado de Paradas, se dirige por terrenos del cortijo de Lubián, hazas de la Albaida, cortijos de Turruñuelos y de los Nogales, cuesta de Trassierra, llano de Mesoneros, hacienda del Rosal, hazas de Santa María de Trassierra, atravesando por el centro de la aldea del mismo nombre y...

El desagüe genital

20.- Camino Vecinal. El que partiendo de la carretera anteriormente descrita en el sitio denominado huertas de Vallehermoso, se dirige por terrenos de la huerta de las Ventanas al pié de la torre de Siete Esquinas y atravesando terrenos del lagar de Don Iñigo prosigue hasta la fuente del Arco, donde se incorpora con los que conducen a Trassierra y al lagar del Torreón."

Plano del recorrido


Fotografías del autor
Bibliografía del folleto de la Plataforma y plano.

11 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Conchi, Paco, cuidaros. Paco, has hecho un magnifico relato del viaje, y unas magnificas fotografías. Yo de chaval subía en bici (una BH sin cambio, que pesaba un quintal) hasta los arenales. Descansaba, me pegaba un baño, y vuelta al barrio.
Los enfrentamientos con los guardas han sido muy habituales, porque se creen que son los amos, y se convierten en unos esbirros de mala muerte. Esta actitud es como consecuencia de que los dueños no aparecen por las fincas, y como cuando aparecen no tienen ni pajolera idea, se creen que son alguien. Así que no los excuses temiendo por su trabajo, porque no lo perderán. Conocí a un señor que era senderista y además del cayado llevaba una sisaya de mano.
Este buen hombre, cortaba todas las alambradas que se encontraba por el camino, y que se ajustaban a derecho. Me contaron que con las que no podía iba con un todo terreno, le echaba una cadena y las arrancaba, y como era abogado... le tiraban del más largo de los tres. Sin ánimo de hacer apología de nada, creo, que eso es lo que hay que hacer, y luego nos veremos en los juzgados, porque viéndonos en procesión, se descojonan de risa. Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi. También he subido hasta los Arenales que tenía tela la subida a la vuelta. Desde Córdoba hasta el poste del Miriámetro todo subida. En el Lagar había un pozo que satisfacía la sed, luego cuesta abajo hasta los Arenales. No lo excuso, comprendo que en el fondo es un infeliz, y además sabía que Manolo no estaba equivocado, pero su "señorito" era su "señorito". La pena es que la justicia no funciona adecuadamente y por eso suceden las cosas. Me gusta lo del descojone cuando nos ven en procesión porque es verdad. Un abrazo Patxi

desde mi azotea dijo...

En principio agradecerte tus palabras hacia mi persona , para mi también fue un placer comprobar que esto de las redes sociales bien entendidas es una cosa buena , encontrar personas como tú , de las cuales siempre aprendemos algo es un lujo , tu crónica esplendida como siempre ... gracias por tan bello relato

Paco Muñoz dijo...

Gracias a ti Carlos, yo coincido con lo mismo que dices, dependiendo del uso de las cosas es el resultado. Lo cierto es que para mí fue importante el día por muchas razones. Un fuerte abrazo y que disfrutéis en el pinsapar.

Rafael Arjona dijo...

Que estupendo reportaje, Paco. Hoy, precisamente, he estado pelándome. Mi peluquero, de nombre Fernando, es miembro de A desalambrar y me estuvo explicando el recorrido, no tan bien como tú. Le hablé de ti y de tu blog, sin saber que tú también habías estado en el recorrido. No te conocía. De haber sabido que ibas le hubiera dicho: el de la máquina de fotos. Y seguro que te identificaba. A mí me hubiera gustado ir, pero es que no me entero de nada, sólo cuando ya ha pasado. Le he dicho a mi peluquero que me avise para la próxima.
Bueno, y otra cosa: a ver si o cuidáis (nos cuidamos) y a ver si conseguimos vernos. Lola está mejor de su pie, ya casi bien. A ver si esta fin de semana podemos vernos por fin.
Un abrazo.

Talbanés dijo...

Hola Paco, que buen reportaje de fotos, seguro que echasteis un día estupendo. A ver si la próxima vez que haya ruta del colectivo puedo ir yo también, aunque la verdad dispongo de muy poco tiempo libre ahora. Un abrazo y feliz año.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Rafael, pues mira llevas razón de esa forma hubiera tenido alguien de mi quinta (uno o dos iba en el grupo y quizás mayores), lo malo es que tú estás en mejor forma y mi bajón hubiera sido mayor. Algunos de los lugares los conocía de haberlos visitado solo y acompañado, pero no con un grupo tan numeroso y de expertos. Fotos hay muchas más pero intenta buscarlo en ellas y me lo señalas. En principio estamos al tanto para el fin de semana una vez que por fin las festividades y los gastos se han marchado, ahora lo que procede es los kilos de los excesos también se vayan. Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Gracias Talbanés, para mí desde luego lo fue, una gente estupenda. Eso te metes en la página y estás al tanto, pero siempre el problema del tiempo, pues bien cuando te jubiles, seguro tendrás menos. Un abrazo y viva Talbania.

Rafael Arjona dijo...

Paco: no consigo identificar a mi peluquero en las fotos. No sé si es que no salió en ellas o que al no poder (no saber) agrandarlas no veo bien las caras.
Eso de que yo estoy en mejor forma que tú es un decir. Con las andariadas que tú te pegas, me parece a mí que no.
A ver si, por fin, este fin de semana lo conseguimos.

José Manuel Fuerte dijo...

Interesantísima entrada. Es impresionante la cantidad de lugares que nos ofrece la sierra, y afortunadamente cada vez más personas disfrutan de ella, y entre ellas tú, lo cual significa que, aunque sea de manera virtual, también lo disfrutamos los demás.

Es lo mejor que puedes hacer, Paco. Sigue siendo activo, que tu cuerpo lo agradecerá. Seguro que esas dolencias de las que hablas serían peores con la inactividad.

Mejórate, un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias. La hice dos veces, la primera con Manolo Trujillo pero solo la zona de Vallehermoso, pero se va notando la senectud José Manuel. Y llevas razón la quietud empeoraría todo, aunque pensándolo bien la tortugas viven más de cien años. Un abrazo.