lunes, 11 de abril de 2011

LA NECRÓPOLIS DE CARMONA (SEVILLA)

Carmona (Sevilla), encierra mucha historia. La primera de la que me acuerdo de su nombre, era la letra del polo del Tobalo, “Carmona tiene una fuente/ con catorce o quince caños, con un letrero que dice: /Viva el polo del Tobalo”, referida a su Fuente de los Leones. Luego sucesos trágicos de reclamaciones ciudadanas, cuando el pueblo luchaba por el agua y contra el caciquismo, y un disparo al aire de la Guardia Civil, le dio a un manifestante y lo mató. Seguramente se estaba manifestando volando.

Entrada al recinto

Carmona era la obligatoria parada para comprar jeringos camino de Sevilla por carretera, cuando la sinuosa subida, la impresionante mole del Parador, que siempre me recordaba los templos del Tibet divisándolos desde los llanos de la carretera. Siempre el cartel de Necropolis romana, pero siempre pasábamos de largo. Luego por razones de trabajo han sido muchas las veces las que he estado en ella, por razones republicanas fueron un par de ellas, y cuando su Alcalde era Sebastián Martín, inició –no sé en qué estado estará ahora- el trámite para la solicitud de Declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad también.

Plano de la Necrópolis

Esta vez ha sido exclusiva a la Necropolis, las muchas maravillas de la ciudad ya habían sido visitadas más de una vez. Todo parte de un arqueólogo inglés Jorge Bonsor, el que dio a conocer la milenaria ciudad en los ambientes más prestigiosos de la arqueología del siglo XIX. La ayuda de la sociedad carmonense de ese mismo siglo fue también fundamental. Todos esos esfuerzos culminaron en 1885 con la apertura al público de los descubrimientos.

Entrada a una tumba

Carmona ha sido siempre, desde la noche de los tiempos un importante enclave humano. El centro de las comunicaciones entre la costa y el valle. Baluarte de la ciudad de Sevilla. Los tartessos, iberos, cartagineses y romanos, con un gran conflicto bélico que desarrollaron estos dos últimos pueblos, por el control del Mediterráneo. Cartago perdió Carmona y a su vez fue el principio de su fin. Carmona se adaptó al vencedor convirtiéndose en la sexta ciudad de la Bética, y sus habitantes a los nuevos ritos funerarios de los nuevos propietarios.

Anfiteatro

Antes cúmulos prerromanos destacaban en la zona dedicada a la muerte en la ciudad, en la parte oeste, a la salida para Hispalis. Su anfiteatro y necrópolis atestiguan el importante pasado. Dentro de la ciudad en dirección oeste, están los restos del anfiteatro, con mucho por excavar y a la izquierda de éste, el terreno inmenso de la Necropólis. También con muchísimo por excavar pero la ciudad, en su crecimiento hacia occidente está encima.

Museo con la estatua de Servilia al fondo

Enterramientos datados por el siglo VII a.C. son los primeros datados, y los romanos por el siglo II a. C. Son una serie de tumbas de inhumación, con los característicos ritos del cadáver flexionado, con la cabeza mirando al este. Luego en época imperial se generalizan otras modas, se implanta la incineración, y se excavan tumbas familiares en la roca, algunas de marcado carácter familiar como puede ser el Mausoleo Circular.

Mausoleo circular

Las tumbas que pertenecían a la burguesía local, de finales del siglo I d.C. y principios del II, presentan otra moda, la de incinerar y guardar los restos en la misma fosa donde se efectuó la incineración. Hay un itinerario prefijado que, empezando en el Mausoleo Circular, con cámara subterránea abovedada. La Tumba del Elefante más al este, que relacionan los expertos con rituales orientales, basados en la escultura del elefante que está en el Museo ylas representaciones de Attis y Cibeles.

Tumba de Postumio

Luego, volviendo atrás, la Tumba de los Cuatro Departamentos, con bancos adosados, La de las Guirnaldas, con restos pictóricos aún. Después la importancia de la Tumba Servilia, de notable influencia helenística, en la que destaca la distribución de sus espacios, cuidada decoración tanto pictórica como escultórica. La representación de Servilia está en el Museo. 

Tumba de Servilia

Más al sur la de las Cuatro Columnas, con un patio que distribuye el espacio y los Mausoleos circulares. Volvemos y visitamos la Tumba de Postumio, con la combinación de nichos cinerarios y una inhumación, con el ustrinum conservado, un altar y restos de frescos cuyo autor, por  la firma fue C. Silvanus. 

Tumba del Elefante

Dejamos para el final el Museo y podemos, desde su terraza, ver la ciudad al este, la Vía Augusta, el anfiteatro, y completar los datos que nos interesen. Se puede describir mucho más, pero para ello hace falta ser maestro y no aprendiz de todo, como decía mi madre. La realidad es que nos traslada la visita al mundo funerario y nos demuestra que el culto a la muerte siempre ha estado presente en los rituales de todas las civilizaciones. 

Vídeos















Fotografías y vídeos del autor.
Bibliografía del folleto y museo

5 comentarios :

J. Eduardo V. G. dijo...

Algunos aprendices de todo acaban siendo maestros de muchas cosas, lo que te ha pasado a ti.

Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Como se nota que eres amigo Eduardo, cuestión que es reciproca. Gracias.

Jerónimo Sánchez dijo...

se ve que has disfrutado... me alegro... por cierto, ¿sabes que se ha abierto el concurso de fotografía de Carmona? anda, manda algo, que tienes unas fotos muy chulas.

Paco Muñoz dijo...

Jerónimo, desde luego pero ha sido de casualidad, tenía que hacer una gestión y ya que estaba en la carretera me dejé caer por allí y de verdad que disfruté. Tenía prevista una visita con D. Paco Madrigal y me he adelantado, eso no quiere decir que vaya otra vez porque merece la pena. Mañana posiblemente vayamos a Montilla a Santa Clara, todavía no es seguro del todo porque tenemos que llamar a un amigo, pero casi.

José Manuel Fuerte dijo...

Muy pocas webs en la red sobre Carmona son tan completas como esta entrada tuya.

Hoy, la Carmo romana está más cerca nuestra gracias a ti, y sin recorrerse la Via Augusta.

Por cierto, qué bien te lo montas. Anda, no pierdas comba, que al final terminamos disfrutando todos.