viernes, 14 de agosto de 2015

MINA DE AGUA EN VALENZUELA

Detalle de la mina (Foto Aben Aljama)

Ayer de rebote participé (participar es una pretensión exagerada por mi parte, más bien presencie) en una investigación sobre una mina de agua en Valenzuela. El G40 grupo de espeleología, formado por Rafael Bermúdez, Gloria Lara, Pancho Gamero y Abén Aljama, además del arqueólogo provincial de la Junta de Andalucía Alejandro Ibáñez, Y por parte de Valenzuela el dinámico concejal de Cultura, Ildefonso Ruiz, y el no menos dinámico y erudito Fernando Salas, de Porcuna. Luego se incorporó el Alcalde, Antonio Pedregosa.

Aérea del trazado aproximado(Según datos topo)

Perfil de la mina (boceto autor)

Mi participación como no podía ser de otra manera, fue de vulgar o de simple apoyo. Pero a mí me sirvió para conocer la historia de esa bonita villa, de las estribaciones de nuestra provincia con la de Jaén, desde un lugar, el Calvario, en la caída de Cerro Boyero hacía el pueblo, que nos permitía de una tacada, ver Espejo, Torreparedones, Cerro Cantarero y su vértice geodésico, y como no, Obulco o Porcuna. Y conocer parte de la historia gracias a los comentarios de la tertulia que se formó en la boca de entrada, con Ildefonso, Fernando, Alejandro y quien suscribe, que ejerció de oyente. 

Pozo

Rafael Bermudez bajando al pozo


Vista de la galería (Foto Abén)

Los compañeros, los verdaderos protagonistas de la investigación y levantamiento de la topografía de la mina de agua, los cuatro citados, formando dos equipos, se introdujeron en el profundo pozo, de cinco tramos de tres metros, lo que es lo mismo quince metros, para proceder cada grupo a investigar y escribir cuanto de interés encontrasen el uno, y el otro levantar la topografía de los diferentes túneles.  

Pancho Gamero entrando al pozo

Abén disponiendose a entrar

Rafael Bermúdez tomando notas en el interior(foto Abén)

Ese trabajo les llevó aproximadamente más de dos horas, que a los de arriba, cuando perdimos el contacto con ellos, se nos hicieron eternas, por las consabidas preocupaciones. Dentro recorrieron los distintos túneles, dos de ellos en la cabecera cegados y el tercero que siguiendo la toponimia local, bajaba por la antigua calle Caño, hasta el aljibe hoy patio, y la fuente, además del pilar posiblemente ganadero de transparente agua, de la calle Alcázar.

Abén con las "nuevas tecnologías", lapiz y papel (Foto Gloria)

Una Gloria sonriente

Gloria tomando datos con el medidor(Foto Abén)

Parece que no hubieron hitos de interés geológico en el recorrido, salvo dos accesos desde la calle o algún patio de las casas. Así como que había un túnel principal que, por alguna razón desconocida, quedo inservible y se construyó paralelo al mismo, otros de una no justificada sinuosidad. Parece que este túnel tuvo una reparación en los años cincuenta como figuraba en una inscripción interior. Y el sellado de un aljibe, cuyo recuerdo queda en el patio de lo era el hospital.
Recien salidos del pozo Gloria y Abén, equipo topográfico

 Pancho, Bermúdez, Abén, Gloria y Alejandro

Bermúdez, Abén, el autor, Gloria, Pancho y Fernando Salas (Foto Alejandro)

Ahora a esperar las conclusiones de los expertos en forma de informe, y la topografía. Decir que debido a la peligrosidad del acceso a la mina (que la chiquillería había usado en su tiempo para jugar a lo misterioso que tienen siempre los subterráneos) la entrada se selló a continuación con un muro de ladrillo, para impedir la entrada a cualquier intrépido investigador. Y que el trabajo de detalle historiográfico y espeleológico lo está redactando el G40.

Pancho, Bermudez, yo, Abén, Gloria, Alejandro y Idelfonso el concejal
(Foto Fernando Salas)

Cierre del pozo (Foto Fernando Salas)

Luego al finalizar, el intercambio de impresiones delante de un importantísimo lomo de orza, y otras viandas, que degustamos en la terraza del Mesón de la carretera de Baena, e hicimos la topografía adecuadamente, con una temperatura que fomentaba la tertulia cultural, y que me permitió conocer una obra que ya he repasado en primera lectura, de la historia, desde distintas facetas del pasado de Valenzuela. 

La fuente

El pilar

Un hermoso pueblo acompañado de la inquietud de su edil de cultura, y compañeros de pueblos limítrofes. Si no fuera porque la muela se la saca quien le duele, quedaría en el olvido histórico de las distintas administraciones. Citar también la inquietud personal que el arqueólogo de la Junta, con una movilidad geográfica, a prueba de muchos kilómetros, siempre demuestra. 


Alejandro, Ildefonso, concejal de Cultura, Antonio, Alcalde, Paco, Gloria, Aben y Pancho, 
falta Fernando (Foto Fernando Salas)

Y para terminar, aclarar que esto es una simple reseña que, en absoluto puede ni pretende, suplir los esperados trabajos de los expertos.

Más sobre Valenzuela
Sobre la Sociedad arqueológica Arqvipo

Fotos del autor , Abén y Fernando Salas
Aérea de Google y dibujo del autor

2 comentarios :

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Magnífico trabajo. Paco, gracias a ti y tus amigos estoy disfrutando de cosas que jamás hubiese pensado, por mi maldita claustrofobia. Estoy comprobando que los amantes de la cultura, cuando se trata de eso, de cultura y divulgación; no hace distingos con las distintas tendencias ideologías. Terminados estos encuentros…
Una pregunta que raya la estupidez: ¿Hacéis mediciones de gases? Se me ponen los pelos de punta de pensar en los malditos gases. Vi morir a dos hermanos dentro de un pozo, uno se mareó y el otro bajo a ayudar. Muerte por cariño. Un abrazo, salud y República

Paco Muñoz dijo...

Muchas gracias Patxi. Efectivamente en las cuestiones de cultura no hay carnet y eso es bastante bueno, teniendo en cuenta que el objetivo es la historia de la ciudad. Pues si te digo la verdad no se hacen esas mediciones, me imagino que por confianza. Yo que normalmente me quedo fuera sufro mucho esas cosas al estar incomunicados durante bastante tiempo. Estimo que normalmente estas cuevas o minas de agua no son peligrosas, por cuestión de gases, pero eso es un decir, peligroso es cualquier cosa y lo es la falta de ventilación, con la natural carencia de oxigeno. Y vaya tela lo que cuentas, y lo curioso es que no ha sido la única vez.
Salud Patxi.