domingo, 3 de enero de 2010

CONFLICTOS DE LOS ALMORAVIDES



Corría el 1119 ó el 20, cuando se dieron en la ciudad unos graves disturbios, entre los africanos, tropas del Emir Alí ben Yusuf y los cordobeses. Córdoba estaba gobernada entonces por Abu Bakr Yahya ben Dawud.

El día de la Fiesta de los Sacrificios salió la gente a la calle, a pasear y esparcirse. Unos de los esclavos de la guardia africana del Gobernador metió mano a una mujer, ésta comenzó a dar fuertes chillidos ante el ultraje, pidiendo auxilio. Sus paisanos acudieron a socorrer a aquella cordobesa, esto motivó un choque entre los esclavos y los habitantes de la ciudad, que tomó tintes sangrientos. Durante todo el día hubo escaramuzas. La caída de la noche hizo que se separaran los grupos en conflicto.

Los doctores y notables de la ciudad, pidieron al Gobernador audiencia para exigirle a Abu Bakr un escarmiento al africano iniciador del conflicto, recomendándole la pena de muerte para él. El Gobernador le enfureció el cariz que estaba tomando el asunto y las exigencias de la población. Al día siguiente hizo una demostración de fuerza con sus tropas por la ciudad, que exaltó aún más los ánimos de los cordobeses, y considerado por estos una provocación. Esta vez los doctores y notables, propusieron a la población coger las armas y atacar al Gobernador que, ante el empuje se tuvo que refugiar en el Alcázar. No se arredraron por eso que rodearon y asaltaron el Alcázar. El Gobernador se vio obligado a huir con sus tropas. Los cordobeses saquearon el Alcázar, incendiaron los aduares de los almorávides, les quitaron sus bienes y humillaron expulsándolos de la ciudad.

Los sucesos llegaron a oídos del Emir Ali ben Yusuf y le causaron sobresalto. Organizó un fuerte ejército de Zenetas, Berberiscos y Sinhacha, presentándose en Córdoba. Corría el año 1121, habían transcurrido un par de años. El ejército fue recibido bélicamente no estando la ciudad dispuesta a ceder, en la defensa de sus haciendas. El Emir comprendió que el encarnizamiento de la lucha no iba a llevar a la ciudad a nada bueno y pidió parlamentar. Las reuniones llegaron a buen término.

Se restableció la paz, teniendo los cordobeses que indemnizar a los almorávides, por los bienes arrebatados, como se acordó en los capítulos de la paz. Se respetaron las condiciones y cesaron los conflictos.


Bibliografía: AL NUWARi. “Historia de los musulmanes de España” (1917)

2 comentarios :

José Manuel Fuerte dijo...

Un ejemplo de que, cuando hay voluntad, se pueden llevar a buen término las hostilidades entre las personas.

Estoy seguro de que alguien se lucró de aquel enfrentamiento, pero también lo estoy de que se salvaron muchas vidas inocentes.

La Historia siempre nos da ejemplos extrapolables a la actualidad.

Bonito recuerdo, Paco.

Paco Muñoz dijo...

Pero fíjate, lo que veo significativo es la disolución del mundo árabe. Cada vez le quedaba menos para que D. Fernando III les ganara la mano, escasos cien años.