lunes, 23 de septiembre de 2019

PINCELADAS DE LA NOCHE CORDOBESA DE HACE MEDIO SIGLO

Bar Montes en el Pretorio

En una empresa de automoción en la que trabajé hace muchos años, había un compañero que le llamaban como a un campeón de boxeo italiano, Nino Benvenutti –al que noqueó Monzón-, o mejor dicho él se hacía llamar así, a pesar de que su físico se distanciaba bastante del boxeador, al que imitaba en sus poses. Bajito, poca cosa, incluso poco agraciado, eso sí simpático. Cuando teníamos el turno de tarde, al terminar ya casi en la media noche, habitualmente esperaba a otro compañero y lo llevaba en moto a Las Palmeras, que es donde vivía y luego volvía a mi casa de Ciudad Jardín. Antes nos parábamos en el Bar Montes del Pretorio, o Casa el Panza como se apodaba cariñosamente, no hace falta decir el porqué, al propietario. La taberna estaba en la entrada a los muelles de la Renfe de la Estación de Córdoba. Allí en 1973 celebré mi despedida de soltero, pero esa es otra, también accidentada, historia. En el año 1975 se trasladó a Benito Pérez Galdós, donde celebramos el nacimiento de mi hijo mayor, en el que me pasé y lo noté horrorosamente a la mañana siguiente, cuando fui al Registro Civil a rastras con testigos de verdad.

Torre de la Malmuerta con la siniestra cruz y la taberna

En esa taberna como en otros muchos lugares, a pesar de estar prohibido el juego, se jugaba clandestinamente a las cartas al dinero, nada de lentejas. En el quiosco de Guerrero de la Victoria, también se jugaba al parchís en el sotanillo que tenía. O en el quiosco de la Ribera por poner algunos ejemplos de "casinos". En el Bar Montes había algunos reservados, o habitaciones interiores, recuerdo una de ellas que tenía una mesa camilla en el centro, con brasero de picón, donde se sentaban los jugadores. De vez en cuando entraba el tabernero pasando el platillo diciendo, -¡Señores, que hay que pagar la luz! Los jugadores consumían poco. Nosotros lo que hacíamos era mirar el rato que estábamos allí. En cierta ocasión estaba el imitador del boxeador italiano jugando, algún ferroviario habitual y otros parroquianos. 

Nino Benvenutti

“Benvenutti” tonteaba con la hija de otro tabernero, de la Torre Malmuerta, que era bastante jovencita, el padre se enteró de esos amores de su retoño, que consideraba imposibles, y sin razón. En un momento entró un parroquiano diciendo: -¡¡Viene el tabernero de La Verdad, con un cuchillo de cocina buscando a “Benvenutti!!”. No había salida, "Benvenutti" se puso blanco, había que tomar una decisión y la reacción fue meter al galán debajo, en la mesa camilla. Siguieron jugando y entró el desencajado padre. Era verdad llevaba un cuchillo de cocina. - ¿Dónde está Benvenutti que lo mato? –Hoy no ha venido -contestaron los jugadores. –¡Me ha dicho el “mohoso” que lo había visto entrar aquí! –Sería por ayer hoy no ha venido. –¿Qué te pasa con él?¡Que quiere abusar de mi hija y lo mato, a mi hija no la toca ese granuja!

Un autobús en una anegada Fuensantilla

Todos se miraron. Nadie dijo nada más, el hombre masculló algo y se marchó. El imitador del campeón había salvado la vida pero era una pura “cabrilla”, por poco se asfixia allí debajo o se asa. Salió del forzado refugio con cara de terror, descompuesto, sudando y se marchó por lugar opuesto al del otro tabernero, después de recoger su postura con los naipes. Quedaron los comentarios de que, sabían que jugaba con fuego -ya lo había probado dentro de la mesa camilla-, que era una niña la hija del padre vengador, a pesar de los pesares, y que al final eso acabaría mal. Nosotros, mi compañero y yo apuramos nuestra copa y nos fuimos por mi Lambretta que estaba aparcada en la puerta, para seguir nuestro camino. Una pincelada más de la noche cordobesa que, afortunadamente por mor de una mesa camilla no acabó en tragedia.

Fotografías de Internet desconozco autores
Bibliografía de los recuerdos personales.

2 comentarios:

  1. Me ha recordado la canción de Estopa: Partiendo la Pana.

    Tu eres una fiera porque entras partiendo la pana
    Invitando a la peña, invitando a cañas
    A la hija de la dueña la tienes loca
    Se veía de venir el marrón, por lo menos desde mi posición
    y el colega la empezó a bacilar del tirón
    Pero la suerte a veces cambia de banda
    y el viejo de la niña salto la barra
    Menuda la panza, mirada desbocada, cuchillo jamonero
    y toda la gente le cantaba
    Tu eres un fiera porque entras partiendo la pana
    Invitando a la peña, invitando a cañas
    Repartiendo leña

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  2. Bubo muchas gracias. Muy interesante la letra. Un abrazo

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