domingo, 29 de marzo de 2020

LOS MILAGROS ALGUNOS COINCIDENCIAS Y OTROS EXCESO DE VOLUNTAD

Juan Pablo II

Tocar el tema de los milagros puede molestar a algunos muy sensibles. He de reconocer que es complicado, aunque luego para conseguir la santidad se realiza un proceso con todas las garantías. Dos milagros documentan el expediente del soldado alemán que llegó a Papa, un poco parecido al partisano Giacome Nerone que inmortalizó Morris West en su "Abogado del Diablo". Una monja francesa que se curó de Parkinson por escribir el nombre del Papa en un papel y una disolución de aneurisma inexplicable en Costa Rica, gracias a los rezos al mismo pontífice.

El Abogado del Diablo

Hace mucho tiempo que me hablaron de un “milagro” en un pueblo de la Mancha -no como en el Quijote-, era Madridejos, hace desde luego muchos años, pero da igual lo importante es el milagro. Ante un problema de sequía, los creyentes piden siempre al obispo que les deje sacar al Cristo o santo patrón, en procesión prerrogativa, si el obispo es una persona sensata, para no llevarles la contraria a los fieles le contestará: -Si queréis sacar al santo sacarlo, pero el tiempo no está para llover. 

Riada de Consuegra 1891

En caso contrario se negará lo que hará cabrearse a los “fieles”. En el caso del citado pueblo manchego, unos fieles cabreados decidieron por su cuenta, restregar la boca del cristo de una ermita con sardinas saladas y después ponerle una jarra de agua delante, fuera de su alcance teórico. Pues como por arte de magia ese día hubo un diluvio y el agua llegó a metro y medio de altura en la ermita. 

Inundación de Consuegra

Ahora quien convence a los fieles de las leyes de la casualidad. Bien es verdad que en 1891 hubo una riada en la zona que dejo casi un centenar de muertos, aunque en algún sitio he leído que 800 y es posible que la cultura popular y la exageración de algunos buscara una justificación a lo que no la tiene normal. Y alguno contaría el titulillo y quedó para la posteridad. El que me lo contó a mí era un poco bruto desde luego, pero no deja de ser curioso. 

Devastación en Consuegra

Dice un comentario de un desconocido en el Blog Villa de Tembleque: “Pero no es menos cierto (y quiero ser explícito de que es una leyenda) de que la desgracia se le atribuye a una exageración en la celebración del entierro de la sardina, en el cual los consaburenses ofrecieron sardinas saladas al cristo (y supuestamente, de "aquellos polvos, esos lodos") y que por ello los madridejenses los apodaron cabezones.”

El párroco en el tejado

Aunque más cercano en el tiempo, más contemporáneo nuestro, dentro de esa cantidad de noticias que circulan referidas a esa maldita pandemia que nos tiene a todos descontrolados, un cura, Juan Manuel García, de un pueblo bastante castigado de Cáceres, Arroyo de la Luz, considerado uno de los focos más importantes de Extremadura. El miércoles celebró su particular “Corpus Crhisti” con su custodia, por las calles del pueblo e incluso, quizás para estar más cerca del “jefe”, subido a los tejados de la Iglesia con mesita y pañito de encaje y así dar la bendición –que no sirve para nada contra el microscópico enemigo que además de traer el dolor a miles de españoles, está jodiendo además a millones de trabajadores y empresas- a sus conciudadanos.

En el filo del tejado con la custodia

El sacerdote en declaraciones a la Agencia EFE, ha dicho que lleva días subiéndose a los tejados, dónde es fácil de subir, para no alarmar a nadie y así otorga la bendición a sus convecinos que salen a las ventanas de sus casas para “buscar la protección del Señor”. La verdad es que el buen hombre, con sus vestiduras litúrgicas, o lo es lo mismo con toda pompa, oficialmente, colabora con sus fieles, en lo que él puede. Es de reconocer que con eso no hace daño a nadie, salvo que se caiga y se rompa la crisma, pero la realidad es que estamos en el siglo XXI y estas cosillas suenan raro, más bien un poquillo a medieval, pero ya lo decía el Guerra (D. Rafael, el torero).

Canonización de la Madre Teresa de Calcuta

Sobre el proceso previo de beatificación de una monja:

Tengo un buen amigo profesional de la medicina, que respecto a los milagros me ha contado un caso, sin decirme nombres de nadie, por aquello del secreto profesional, que un conocido profesional de la medicina y él, trataron a la superiora de un convento hace muchísimos años, de una enfermedad mortal. La Superiora era una prenda por el trato que infligía a las monjas, lo más grave es que no se quería morir, como todos, pero que todo eso junto la hizo mucho peor. Unos años después aparecieron un par de monjas en su despacho para pedir su testimonio de la muerte ejemplar y santa de la citada Superiora. Él les respondió que de santa nada y de ejemplar tampoco que lo que el vio fue todo lo contrario. Las pobres monjas, que seguro habían sufrido a la Superiora en vida salieron pitando de su despacho, y él sin darse cuenta había roto, posiblemente -porque su compañero, el conocido profesional de la medicina, lo tenía mucho más claro que él-, el proceso de beatificación. Habían sido "testigos del diablo", de una señora que no sabemos al final si llego al beaterio.

Fotografías de Internet desconociendo sus autores
Bibliografía de los Blog y medios citados

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