sábado, 13 de mayo de 2017

EL MUSEO DEL AGUA DE LANJARÓN

Entrada al Museo

En los días que hemos pasado en el Balneario de Lanjarón, uno de ellos decidimos parar los baños, pues ya teníamos las yemas de los dedos arrugadas, además de bastante humedad en otros órganos nobles y había que recuperar urgentemente el tono normal de la piel. Antes de que acabara nuestra estancia allí quedaban aún muchas cosas por ver. Una de ellas era el Museo del Agua de Lanjarón. Amablemente Mari Carmen la conductora del autobús municipal gratuito, nos llevó hasta el mismo. Luego Mariló, la guapísima encargada, amablemente, contribuyó a romper el tópico de "mala follá" de los "granaínos". Ya eran dos a cero, la primera la conductora del bus la segunda la responsable del Museo. 

 Parque de la entrada (Google)

Aérea de la ubicación (Google)

Ese tópico siempre me afecta por mi cincuenta por ciento, mi padre era al cien por cien granadino, lo mismo que mi madre lo era en la misma proporción cordobesa. Los tópicos son los tópicos y generalizar ya se sabe. Conocimos más de Lanjarón hablando con Mariló, a pesar de su juventud, que consultando manuales turísticos. Hablamos del pasado, de los problemas de los jóvenes, de cómo era el pueblo antes y como es ahora, y sobre todo nos hizo una exposición detallada del Museo. La ubicación del mismo está en la ribera del río Lanjarón, junto al puente. El arquitecto de la obra fue Juan Domingo Santos, junto con un selecto equipo. 

Pasillo y pabellón de madera

Otra vista del acceso (del folleto)

Como siempre es fundamental conocer la opinión de los creadores, y sobre todo su idea principal. Yo la conocía en Córdoba respecto a la Oficina de Turismo de Judá Leví y la compartía, por lo que no me pareció bien el desmedido ataque y posterior destrucción de esa obra por la presión de la gente, que no pide trabajo y para comer y se mueven por la arquitectura, por poner un ejemplo (Y más gasto público con derribo y la nueva construcción). Aunque en la historia tenemos muchos, acordémonos del motín contra Esquilache (un ilustrado y honrado político) por la capa, y años después el "encadenado amor filial incondicional" al Borbón de Fernando VII, miserable asesino y felón. 

El pabellón de madera (del folleto)

Fachada del patio

De la descripción del museo de Juan Domingo Santos

"El proyecto del museo se inició con la búsqueda de un lugar donde se favoreciera la presencia del agua en unas condiciones naturales. El espacio elegido se encuentra situado en el acceso al Parque natural de Sierra Nevada, junto al río Lanjarón y una acequia de riego que bordea unas antiguas construcciones utilizadas como matadero municipal. 

 Patio de agua, troncos y caño antiguo del alcohol

Rincón de la entrada

El ingreso se produce ocupando el patio del antiguo matadero con una nueva construcción en madera. Este pabellón alberga un espacio representativo dedicado al agua y se convierte en un hito de referencia en el paisaje. La construcción evoca la cubrición del Manantial de la Capuchina, una construcción del siglo XVIII realizada en madera que albergaba en su interior el primer nacimiento de agua en Lanjarón. El nuevo pabellón está concebido como un espacio para los sentidos, suspendido en el aire y con dos aperturas que permiten al visitante acceder al interior y participar de los efectos de luz y penumbra. Una lámina de agua extendida sobre el suelo refuerza aún más estas sensaciones, similares a las de los baños islámicos. 

 El autor con el jardinero municipal

Piedras de molino en el parque

La intervención en las antiguas naves ha sido mínima y ha consistido en la demolición de las divisiones interiores, dejando a la vista las estructuras de paredes y cubiertas. Durante los trabajos se pudo descubrir que originalmente la estructura pertenecía a un conjunto anterior de molinos de agua, por lo que la recuperación ha adquirido una dimensión arqueológica. Los espacios expositivos se han dispuesto mediante una ocupación selectiva del interior de las antiguas construcciones, dejando los corrales y otras dependencias inutilizados hasta futuras necesidades. 

 Tablero de horarios y precios

El pabellón de la pantalla en el agua

Con el fin de contrastar los muros de piedra y ladrillo del antiguo molino, se han dispuesto de manera localizada paneles trasdosados en color blanco que enmarcan los lugares de la nueva intervención. Las dos naves principales se destinan a salas de audiovisuales y una tercera para exposición temática de contenidos. En la nave más antigua un vidrio con proyecciones sobre su superficie emerge del suelo inundado con agua de la acequia, creando un juego de reflejos sobre los antiguos muros del molino.

Un rincón de una sala

Vista de otro pabellón con aperos de labranza

Participación y cohesión social

Las obras del museo han sido llevadas a cabo por una empresa del pueblo con la colaboración de personas del lugar implicadas con su patrimonio y paisaje. El jardinero municipal, a quien se debe la alfombra de madera de eucalipto del suelo, fue la persona encargada del reciclaje de los árboles caídos tras un vendaval que azotó durante días el parque natural. Y junto a este trabajo el de los componentes del estudio de arquitectura en el que se realizó el proyecto, que se desplazaron a Lanjarón para llevar a cabo las tareas de colocación de los troncos de madera. La recuperación del antiguo molino aspira a convertirse de este modo en una acción participativa de la comunidad, un hito en la identidad cultural del municipio que favorezca el conocimiento del medio y de su historia y una mejora de la cohesión social. 

Sala de audiovisuales

Entrada a Sala de Exposiciones

El proyecto encierra también la narración de una historia más amplia, como los 17 naranjos que forman la plaza, 17 historias sobre personas relacionadas con el pueblo de Lanjarón y el agua. El hecho de construir un museo “entre todos” ha permitido que la recuperación de este espacio se entienda como un patrimonio propio que implica a la ciudadanía de diferente manera, desde los niños a los ancianos, que contribuyen a la divulgación de una historia viva a los nuevos visitantes."

 Maqueta del castillo

Como estaba el Parque del Salado

Vistas de la ciudad

Del espacio ajardinado en la entrada, la llamada plaza de agua y sombra (3) que acondicionó el jardinero municipal (tres a cero en la ruptura del tópico, porque hablamos con él y fue una de las conversaciones más gratificantes tenidas en el pueblo alpujarreño), que estaba seca porque no era el momento del agua. No sé si el agua viene de la acequia Aceituno. Por un pasillo, teniendo a la derecha el espacio de madera (7) similar al primitivo del manantial de la Capuchina, con troncos y agua, llegamos a la puerta de acceso. Recepción de visitantes (6) y pequeña exposición.

  
 Otras vistas de la ciudad de primeros del siglo XX

Luego la Sala de Audiovisuales (4) con seis pantallas colgadas, proyectando temas de la ciudad y su entorno. A la derecha la Sala de Exposición (5) donde pudimos disfrutar de un documental "Los recuerdos del Agua", muy interesante sobre la ciudad, y el agua, elemento que siempre la acompaña. Y cruzando nuevamente la Sala de Audiovisuales, entramos en otro pabellón exclusivo, donde en una pantalla encima de una lámina de agua, se proyecta un documental sobre el agua exclusivamente y sus diversas formas, que se refleja en el suelo, creando un ambiente especial. Este agua es la misma del exterior de la Plaza de Agua y Sombra (3), donde vierte el agua de la acequia el caño (2) antiguo del alcohol de la fábrica de caña. Hay otras naves no utilizadas (8), Un parque de juegos infantiles (10), un mirador(11) sobre el río (12), y el acceso al Parque Natural de Sierra Nevada (9). 

Plano de planta (Del palimpsesto del arquitecto)

Y en líneas generales esta ha sido la visita al museo del Agua de Lanjarón, siempre el agua y que no les falte. Otro oriundo Francisco Manuel (y son cuatro a cero, bueno a uno porque otro individuo confirmó la excepción de la regla, pero éste no fue mala follá, si no un estúpido desconfiado), nos habló del cambio climático, por los Caminos de la Sierra, con tesis incontestables, pero que inútiles y sosos políticos, dicen que es mentira, porque un primo (me cuesta que personas cultas puedan negar la evidencia), que deberá ser igual, les asesora al respecto. Viva el vino.  Por lo tanto, no olviden visitar el lugar si aterrizan por allí. 

(los números entre paréntesis corresponden al índice del plano de planta)

Bibliografía "Museo del agua de Lanjarón, Renovación de un antiguo molino de agua" de Juan Domingo Santos

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