sábado, 25 de marzo de 2017

YACIMIENTO IBÉRICO DE LA TORRE DEL MONTECILLO O TORRE MORANA Y SU NECRÓPOLIS

Muralla occidental

Como ya dije en la entrada del Blog relativa a la torre medieval de Torre Morana, por la carretera de Baena a Valenzuela, la A-305, entre los kilómetros 53 y 52, a la izquierda, sale el camino no apto para turismos, que sube entre olivares hasta la cota de los 687 m.s.n.m., con una longitud aproximada, de 2000 m. Pasamos las torres de comunicaciones, ya hemos dejado a nuestra derecha el terreno que se supone era la necrópolis, y ahora enfilamos a la cumbre, lo primero que se nos presenta es la muralla meridional, y al fondo la torre medieval.

Vuelo actual (Foto de Apple)

Topográfico de 1ª Edición siglo XIX

Con más frío que un perro chico, y un aire muy molesto, a pesar de ser los primeros días de la primavera, después de haber visitado y documentado fotográficamente la torre y el vértice geodésico, procedí a recorrer el perímetro del poblado por la parte baja de las murallas. Salvo la zona norte que era complicado por la verticalidad que presentaba y la oriental por el factor tiempo. El camino a la explanada corta la muralla meridional, y en su esquina suroeste hay un pequeño receptáculo derruido,  que bien podría ser parte de una esquina del muro.
Explanada del poblado (aérea de Apple)

Vuelo 1956 serie B Americanos (GoolZoom)

Bloques de calizas, ensamblados entre sí, configuran la inclinada muralla perimetral de unos tres metros de altura. A grosso modo medido en el plano, el perímetro interior tiene aproximadamente unos 214 m. y la superficie del conjunto unos 5,500 m2. Todas ellas medidas aproximadas. La configuración del cuadrado o rectángulo, está casi, orientados sus lados a cada uno de los cuatro puntos cardinales. Como he dicho anteriormente, el lado norte tiene las curvas de nivel más estrechas, sin embargo los otros son más suaves.   

Vuelo de 1977 (GoolZoom)

Ubicación del poblado y aproximada de la necrópolis (Foto Apple)

Antes de llegar esta el cortijo del Montecillo, en ruinas, en su lado este tiene un pozo tapado, el cortijo está ubicado encima de una esquina de la muralla íbera. El vuelo del cincuenta ya no los presenta en ruinas, lo que determina que son muchos los años de abandono. La parte de la muralla oriental, no la visité, pero es cómodo hacerlo. Tampoco la necrópolis que según algunos autores está bastante expoliada. Hay que denunciar el abandono del yacimiento, y que nunca ha sido estudiado, ni excavado oficialmente, por lo que nos puede presentar interesantes descubrimientos.

Detalle de los puntos cardinales para comparar con el plano de Bernier


La primera referencia en cuanto al patrimonio que siempre consulto, es el IAPH, ya que se supone que ahí deberá estar relacionado todo nuestro patrimonio. Muchas veces sufro grandes decepciones en estas búsquedas. Referido al Poblado y la necrópolis del Montecillo o Torremorana, con código nº 01140070213, nos dice el IAPH: "Poblado fortificado de unas 5 hectáreas de superficie con un recinto superior de muralla de unos 21 x 20 metros que presenta contrafuertes cuadrangulares." 


Planos catastrales  finca Montecillo que coinciden con el poblado y necrópolis

Y en cuanto a la necrópolis con código nº 01140070214 dice: "Se trata de la necrópolis ibérica relacionada con el poblado de la misma época de Torre Morana. En el extremo suroeste, junto a la necrópolis, se encuentra una torre-atalaya medieval de más de 15 metros de altura. Cerámicas ibéricas, romanas y medievales de distintos tipos." Creo que menos no se puede decir.

 Torres de comunicación al S del poblado

Muralla meridional del poblado

Luego sigo buscando documentación, que no hay apenas, y encuentro la referencia que hace Castillos de España, catalogando como tal al poblado, con el código CO-CAS-154. La de Bernier, en "Tierra Nuestra" y el extraordinario trabajo del Arqueólogo José Antonio Morena López, "Vida y Muerte en un Poblado Ibérico Del Guadajoz: La Torre del Montecillo (Baena–Córdoba)" que, de una forma muy amena nos habla más de la muerte que de la vida en el poblado, en una palabra de la necrópolis y que reproduzco por su interés. 

Cortijo Montecillo

Cortijo Montecillo y basamento de muralla íbera debajo

Referencia de Bernier en su obra Córdoba. Tierra Nuestra:

“Cualquiera que suba allí, trabajosamente, se encontrará en principio con unas vistas espléndidas. El que subiera allí en los tiempos que hemos dicho vería hacia el este Martos y su peña, el nido de águilas de Viriato, el imponente Ahíllo, de 1.530 metros de altura y a sus pies, Alcaudete, en el campo de las tribus oretanas. Si mirara a Occidente vería, también alta e imponente la ciudad de Torre Paredones, acaso Bursavo, Ategua de grandes murallas, ciudad granero, Ucubi y en las altas cabezas los viejos clanes tartésicos del Cabezo de Córdoba… Vería también al Sur la amurallada Iponuba, paso del comercio griego… 

Posible torre esquina de la muralla

Terreno de la muralla occidental

Nuestro talud insistente de olivos y surcos se abre por fin en una plana meseta que dobla el horizonte. Al otro lado las tierras de Córdoba son un mar suave de tonos verdes, amarillentos, donde apenas surgen contrastes de alturas y sí colinas y colinas… Pero el lugar de la torre tiene más vieja historia. Nuestro buen amigo Juan Antonio Bailén que ya captó en las páginas de “Tambor” su silueta, anotó esta meseta y su “tells” como “castro” o fortificación ibérica y desde luego todo él muestra los restos de sus habitantes ibérico–romanos… la vertical atalaya es como un monumento en recuerdo de la horizontal ciudad"

Muralla occidental

Muralla occidental

Referencia: Castillos de España 

"Torremorana es un oppidum que formaba parte de una ruta de época ibérica que comunicaba Obulco con Ipagro hasta Anticaria. Según de los materiales cerámicos encontrados en superficie, debió de ser ocupado al menos desde el periodo Orientalizante hasta el siglo I d.C.

Más tramos de muralla

Muralla

Situado en uno de los puntos dominantes de la campiña cordobesa (junto con Ucubi (Espejo) y Torreparedones), desde su privilegiada situación controlaba el río Guadajoz, enlazando visualmente con los grandes oppida de la campiña como Torreparedones y buena parte de su red de recintos, Cerro Boyero, Cerro de los Molinillos y por la zona al sur del antiguo Salsum, con la red de recintos presidida por Plaza de Armas-Vistillas y el Cerro del Minguillar."

Un resalte de la muralla

La vegetación la ocupa

"EL POBLADO de José Antonio de la Morena.

Dentro de la jerarquía de los asentamientos establecida para las campiñas de Córdoba y Jaén, la Torre del Montecillo se engloba en los oppida de pequeño tamaño, es decir, sería un asentamiento fortificado de segundo orden, con un patrón de asentamiento en el que el factor estratégico es determinante y en la línea de lo ya comprobado de que los grandes y medianos asentamientos se localizan en la Baja Campiña, mientras que los inferiores son más propios de la Alta Campiña/Subbética. 

Muralla occidental y torre

  Detalle del mismo tramo de muralla

En el caso de la Torre del Montecillo se ha podido comprobar el importante papel que debió jugar, desde el punto de vista estratégico y gracias a su elevada altitud como nexo entre los asentamientos de la Campiña Baja con aquellos localizados en la Subbética. Los restos más antiguos detectados en superficie se remontan a la Edad del Bronce como ponen de manifiesto algunos fragmentos de cerámicas fabricadas a mano. En época romana perdió importancia, a juzgar por los escasos restos cerámicos, pero en la Edad Media volvería a recuperar su protagonismo con la edificación de una torre vigía de unos 13 m. de altura aprovechando las cualidades topográficas del cerro.

Otra vista del muro

Otro resalte

El poblado, ubicado en la pequeña meseta artificial que se encuentra en la zona más elevada, se rodeó de un fuerte muro construido con bloques de piedra caliza de tamaño medio, asentados en seco y con ripios y lajas entre ellos para facilitar su correcto ensamblaje. Además, el muro está levantado en talud como es habitual en las fortificaciones ibéricas y presenta bastiones que acentúan el carácter defensivo de la construcción. La planta es ligeramente rectangular de unos 70 x 60 m aproximadamente lo que supone una superficie intramuros de algo más de 4.000 m2 aunque en algunos sectores como al sureste se advierten restos de otro recinto más amplio. 

Tramo más deteriorado

Otro sector fuera del principal

Pero conviene resaltar que estas murallas en los poblados ibéricos no eran construcciones exclusivamente defensivas sino que tenían un preciso significado social y político pues en esta época ya existía un sistema que se puede calificar como “estatal”, jerarquizado y con una estructura económica clientelar de base aristocrática, de modo que estas fortificaciones se consideraban como la expresión de una superestructura ideológica y organizativa y la representación misma del poder.

Otra especie de majano ibérico

Vista del sector exterior

Abundan las cerámicas comunes de cocina, las pintadas con motivos geométricos a base de líneas paralelas horizontales y segmentos de círculo, y también las de pasta gris. Al no haberse excavado, no es posible reconocer con seguridad ni la extensión del asentamiento ni mucho menos el entramado urbano y viario de este asentamiento que debe encontrarse bien conservado en nuestra opinión. El paralelo más próximo que podemos mencionar es el Cerro de la Cruz de Almedinilla que ha sido objeto de diversas excavaciones arqueológicas.

Lo que pudo ser un horno

Interior de la construcción que título dentro de mis luces un horno

LA NECRÓPOLIS

La zona de enterramiento se localiza a unos 450 m. al S–SE., junto al camino actual de acceso a la zona. Viene siendo objeto de un expolio indiscriminado desde hace varios años y se han extraído numerosas piezas correspondientes a las urnas cinerarias de cerámica y sus ajuares de los que destacan diversas armas, algunas de las cuales se conservan en el Museo Histórico de Baena y otras en el Museo de Almedinilla. Las tumbas están constituidas por simples fosas excavadas en el terreno en las que se introducen las urnas cinerarias con su correspondiente ajuar. 

Zona más alejada del poblado

Al parecer, de aquí proceden varios ejemplares de escultura en piedra, tanto zoomorfa como antropomorfa relacionadas con el mundo funerario y con la religiosidad popular, como ya se ha comentado. Hablar del mundo funerario en el valle del Guadajoz durante la época ibérica resulta bastante complejo, cuando no imposible, si tenemos en cuenta que no disponemos de datos provenientes de excavaciones arqueológicas sino de hallazgos casuales, bien como consecuencia del laboreo agrícola, bien como consecuencia del expolio. Además, los datos son bastante parcos y se refieren sólo a varios yacimientos. Esta amplia zona estuvo densamente poblada en la protohistoria.

Otro "majano" ibérico al lado del camino

De todos modos, la investigación y los hallazgos casuales van poniendo de manifiesto la existencia de necrópolis de plena época en zonas donde antes no se tenía ninguna constancia, caso de la campiña y valle del Guadalquivir, en la zona de contacto entre las regiones conocidas como Bastetania y Turdetania, que las fuentes denominan, en ocasiones, Mentesania, que se correspondería grosso modo, con la zona de transición entre las provincias de Córdoba y Jaén. Así lo ponen de relieve diversos hallazgos de sepulturas con armas fechables en el siglo IV a.C.. 

Más montículos alejado del recinto principal

Hallazgos de este tipo en el yacimiento baenense de la Torre del Montecillo ponen de manifiesto la existencia de necrópolis de plena época ibérica en la campiña cordobesa similares a los de Andalucía oriental. En efecto, los datos conocidos durante los últimos años permiten apreciar una extensión considerable hacia el Oeste de las necrópolis ibéricas de incineración y, en particular, de las tumbas con armas fechables entre los siglos IV–III a.C. 

Una gran piedra en el olivar

De modo que la “línea fronteriza arqueológica” aparente en el límite que, partiendo desde el Guadalquivir y a lo largo del río Salado, llega hasta la zona de Alcaudete y Almedinilla y en dirección sur hasta el Genil a la altura de Iznájar (que coincide con la frontera actual entre las provincia de Jaén y Córdoba y Granada y Córdoba), se desplace hacia el Oeste hasta unos 100 km.

Otros montículos

Los hallazgos de piezas procedentes de necrópolis ibéricas más cercanos a la Torre del Montecillo proceden de dos grandes ciudades, el Cerro de los Molinillos en las cercanías de Albendín (Baena) a 3,5 km. (Morena, 2004 y Morena–Godoy, 1994) y Cerro Boyero (Valenzuela), a 14 km. En este último caso, su necrópolis se ha llevado cronológicamente al ibérico pleno (siglo IV a.C.) y en ella se han documentado un total de ocho conjuntos funerarios, todos ellos con armas.


Destaca la presencia en seis de ellas de la falcata, que se puede asociar a otras armas, en cinco de los casos a la lanza, a los que se puede unir el soliferrum en un caso, o el escudo en otro, lo que viene a reflejar distintos niveles o categorías sociales, que ya se han puesto de manifiesto en otras necrópolis. También sobresale la asociación de dos falcatas con una espada de antenas y la presencia de un puñal de antenas asociado a una urna de tipo globular en otra tumba.

El cono o flecha del Ahillo y pantano de Valdomojón

Como se ha dicho, los pobladores de la Torre del Montecillo se enterraron en un lugar situado a unos 450 m. al S–SE. del oppidum como se desprende de las numerosas tumbas localizadas en esta zona y lamentablemente expoliadas aunque conocemos parte de sus ajuares. El sitio es apropiado tanto por cuestiones de índole topográfica (por la facilidad de acceso), como por razones higiénicas ya que el lugar está alejado y exento de los malos olores y humos que provocarían las cremaciones, ya que los vientos dominantes (que suelen ser del oeste o del este) no afectarían a los habitantes del poblado. 

Baena desde el yacimiento

Por los datos que conocemos, la mayoría de las tumbas corresponden a simples fosas excavadas en el terreno en las que se depositaron las urnas cinerarias y su ajuar; pero debieron existir algunas tumbas de mayor entidad como parece deducirse de la existencia de esculturas en piedra. Algunos de los materiales recuperados en estas tumbas nos hablan del carácter guerrero de aquel pueblo pues han aparecido numerosas armas formando parte de los ajuares de las tumbas."

(Se recomienda la lectura del Trabajo de Morena López donde se pueden completar datos y referencias a otros autores que yo he obviado)

Fotos del autor, de GoolZoom y Apple y del trabajo citado.
Bibliografía: Castillos de España; VIDA Y MUERTE EN UN POBLADO IBÉRICO DEL GUADAJOZ: LA TORRE DEL MONTECILLO (BAENA–CÓRDOBA) José Antonio Morena López, Arqueólogo–Director del Museo Histórico Municipal de Baena; y IAPH de la Junta de Andalucía.

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