domingo, 1 de febrero de 2015

CUEVA EN EL CAMINO A LOS VILLARES Y POZO EN EL QUE PARTE DE LA CO-3408

Foto punto de partida con la cueva en el roquedal

El viernes pasado 30 del mes de enero que se marchó para no volver hasta el año que viene, subimos a la sierra cuatro compañeros, bueno tres compañeros, Abén, Pancho y Emilio, y una compañera, Gloria (arqueóloga). El motivo es que Abén conociera una cueva, que en uno de mis paseos había visto en un roquedal del camino. 

La otra fotografía con zoom

Las dos primeras fotografías son el punto de partida de esta "expedición". A la cuesta los ciclistas (me lo dijo Canario) la llaman "Cuesta de anker", Y me aclara, el acrónimo viene de que los primeros que la "inauguraron" fueron dos compañeros llamados Antonio e Iker, que por aquellas fechas siempre estaban buscando nuevos descensos técnicos. La cosa quedó en ese acrónimo o abreviatura de sus nombres, pero cuajó y hoy en día se le sigue llamando así, al menos en ambientes de bici de montaña." En algunos lugares pasa del veinticinco por ciento

Detalle de la zona y cotas en m.s.m

Se nos presentó un viernes de película, una niebla que no permitía ver a más de dos metros. La aproximación a la supuesta cueva era complicada, por el instrumental estábamos a tiro de piedra, pero la espesura del jaral, los escalones de la repoblación, el aterrazamiento, hacía que cada dos metros bajara el desnivel otro par. Y sobre todo la niebla que era peligrosa.

El camino y la niebla

Evidentemente la capacidad de movimientos de los compañeros era apabullante. El de la tercera edad, yo, procuraba poner el pie donde era seguro ponerlo. He de decir que están siempre pendientes de mí, cosa que me enorgullece. Claro yo procuro entorpecer lo menos posible y a pesar de los piropos relacionados con mi DNI, me llevan a mal traer, por eso mi soledad en las salidas, aunque no se puede comparar.

Niebla (Foto Gloria)

Apareció la cueva, el roquedal no permitía seguir en esa dirección, pero siempre estaba presente el peligro de la caída al arroyo que estaba en la vertical de unos pocos de metros. Pero mis apreciaciones de la visita con sol, y el zoom fotográfico, no habían acertado. La profundidad era de un par de metros y la sombra parecía hacerla más profunda. Les pedí disculpas, sobre todo a Abén que es el intrépido espeleólogo. De todas formas si no la vemos, mejor dicho no la ven, porque yo me quedé unos metros arriba, no se puede saber que no era cueva.

La cueva (foto Abén)

La fotografía aérea se presta a confusión, y hay que tratarla con las curvas de nivel de la zona, lo que puede parecer un llano es una pendiente pronunciada, y si a eso le sumamos la niebla justifica la dificultad de ir a tiro hecho. A la misma vez comprobó Abén otra oquedad cercana de poco más profundidad que la primera. Para el descargo de mi confusión, hasta que no se asomaron a la puerta no comprobaron su profundidad. Por la dificultad del terreno y por ir solo no me acerqué lo suficiente.

Primer plano de la cueva (Foto Abén)

Después empezó a levantar la niebla y entonces desde la explanada pudimos gozar del paisaje, y entonces se veía la "cueva" sin problemas. Los desniveles y entonces hubiéramos ido derecho al sitio. Estuvimos un tiempo en la explanada del camino y nos separamos. Abén y Gloria decidieron bajar por un cortafuegos de película, por el desnivel, hasta el cauce del arroyo Barrionuevo. 

La otra oquedad (Foto Abén)

Para luego serpentear por su ribera (no sé si lo hicieron por el margen derecho o izquierdo, en ambos márgenes hay sendero). Ambos senderos llevan al cortijo de Jesús María y José. No quiero hacer ningún chiste con el nombre del cortijo, porque tengo un amigo de la red, que me dice -siempre cariñosamente pero cansinamente también-, que la tengo tomada con las cuestiones religiosas. 

El sendero atajo al pozo

Emilio, Pancho y yo, decidimos ver un pozo que estaba a la vera de otro sendero dorsal que baja de la carretera CO-3408 hasta el cruce de Cabriñana y Santo Domingo. Pero en lugar de volver sobre nuestros pasos Emilio  propuso coger un estrecho sendero, más empinado que estrecho que acortaba el camino. Lo que no iba en lágrimas fue en suspiros, por lo menos para mí. 

Aérea de la zona del pozo

Horroroso, estrecho y empinado a más no poder, ese sendero es imposible subirlo con lluvia. Es un sendero que seguro lo han creado los destructores tacos de las motocicletas. Es un surco que aun no ha llegado en su destrucción de la capa fértil a la roca. Es la pena de la utilización de vehículos a motor en zonas que además lo tienen prohibido. Por esa destrucción de los caminos, que la culminan las aguas, seguro que pagamos justos por pecadores.

El pozo

Llegada al camino y Emilio, con su natural orientación, nos llevó directamente a la boca del pozo. El pozo es peligrosísimo, está camuflado, entre el matorral y curiosamente al lado, en su parte sur tiene una excavación en el terreno. Estoy pensando no señalar el lugar porque puede significar activar la curiosidad de los senderistas y mejor que no se acerquen allí. 

Sin los ramajes que lo convierten en una trampa

La profundidad la estimó Pancho en unos diez metros, quizás menos. Pero lo que no pudimos comprender es que hace un pozo en esa cota. Teniendo en cuenta que está en un cerro que lo rodean las dos ramas del arroyo de Santo Domingo, cuya cota está mucho más baja que la del pozo, a pesar de su profundidad.

El fondo y la galería que se dirige al norte

Pues bien fotografiamos el pozo, y bajamos de nuevo a Santo Domingo por el camino de las cancelas, tiene dos y una cadena. Es precioso, muy umbrío, por la altura de sus laderas, pobladas de pinos y jaral. Después el aperitivo en el restaurante Santo Domingo. Casi siempre lo mejor de la jornada, porque es el intercambio de impresiones, y la preparación de proyectos nuevos de conocer muchos temas interesantes, cada uno en su parcela. 

Fotos del autor, Bing, Abén y Gloria
Bibliografía del camino.
  

4 comentarios:

  1. En mis caminatas por la sierra,en mis años jóvenes,no he llegado a ver tantos lugares y detalles,que tú
    ahora estás viendo.Que envidia me das,pero al menos con tus escritos disfruto viendo cómo está la sierra
    en estos momentos.
    No olvides,que las cosas que te digo,son con cariño.Al llegar a la edad de jubilata cada uno nos da por
    unas manías.Si supieras las mías,ya te digo mi mujer no quiere ni oirlas,jajajja.
    Saludos.

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  2. Paco, ya uno espera como agua de mayo tus nuevas entradas en el blog, porque siempre se aprende algo de ellas y de tus dotes de observación y tu energía para patearte esta maravilla de Sierra que tenemos a un tiro de piedra de casa.

    Una apreciación, a pesar de la coincidencia con la palabra "Ankle" en inglés (tobillo), nosotros empezamos a llamarle a la bajada a que te refieres(porque no hay quien la suba) "Anker" medio en broma, porque la "inauguraron" dos compañeros llamados Antonio e Iker, que por aquellas fechas siempre estaban buscando nuevos descensos técnicos. La cosa quedó en ese acrónimo o abreviatura de sus nombres, pero cuajó y hoy en día se le sigue llamando así, al menos en ambientes de bici de montaña.

    Por cierto, me da la impresión de que esa vereda "horrorosa" por la que bajasteis en busca del pozo por lo que marcas en la foto, puede ser ese "atajo" que te sugerí se puede usar para evitar el vallón grande, aunque no se que es peor...efectivamente es MUY complicada de bajar y para arriba es demasiado empinada.

    Un saludo!

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  3. Carlos, muchas gracias. El cariño es reciproco en los comentarios. La ventaja de estos medios es que puedes hacerlos o no, y recibir contestación o no. Pero yo procuro siempre contestar. Hoy sí que me he metido un buen "batutón", pero no bajo por donde no debo. He llegado hasta el arroyo de los Villares o Los Porras desde Santo Domingo, pero cuando se acaba la pista forestal ya no bajo, sobre todo cuando voy solo, hay que respetar la edad. Cada vez que doy un salto de 25 cm. pienso que le estoy echando a la tibia y el peroné cien kilo, que serán más por la altura, si estos que tienen sesenta y ocho (lo mismo que los otros dos), se rompen, apaga y vámonos.
    Saludos

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  4. Querido amigo Paco (canario), cuando digo que lo mejor de las entradas son los comentarios no me equivoco, fíjate tu precisión en el nombre de la subida, y yo había tratado de equipararla a otra cosa, pero queda aclarado para el que le interese, no obstante haré la observación en el lugar que dice lo contrario. Yo he salido mucho en bicicleta pero nunca de montaña y admiro el esfuerzo porque sé lo que cuesta. Efectivamente ese atajo es creo, con él salvas la cancela que incluso para los que vamos andando es complicada, porque hay que bajar al arroyón y está cada vez peor, y además es profundo, con una varilla metálica vertical abajo que da miedo, El atajo para arriba tiene que ser con la bici al hombro seguro en algunos lugares, lo subimos agarrándonos a las ramas.
    Hoy he estado por la circular que me dijiste de Barrionuevo, de los militares, y he pateado el "cuestón" hasta que se transforma en cortafuegos no apto para viejos. El sendero que va por el margen derecho, y perta del callejón, está muy cargado de vegetación, y por el izquierdo he llegado hasta cuándo va a vadear el arroyo que se pone escurridizo y peligroso (sobre todo cuando vas solo) por lo empinado.
    El "cuestón" se las trae. Me ha llamado la atención que hay un pequeño prado en el que hay una plantación de girasol, curiosísimo. Eso sí la soledad más absoluta en la mañana de hoy lunes amenazante agua, sólo dos gorriones me han salido al paso, nadie más.

    Un abrazo y muchas gracias.

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