sábado, 21 de abril de 2012

PALACIO Y JARDINES DE MORATALLA

Fachada principal del palacio

En el mes de mayo de 2011, intentamos visitar el Palacio y los Jardines de Moratalla invitados por Paco Mulero, director del Hotel Patios de la Judería (antigua casa de las Pavas), pero no pudimos fotografiar nada porque por un error de cálculo mío no estaba allí Paco y el encargado no tenía órdenes suyas para permitirme la visita, por lo que nos volvimos sin visitarlo. Luego nos cruzamos en el camino, pues tenían ese día la celebración de una boda en Moratalla.

Vista de fachada y fuente baja

Posteriormente, en septiembre, Paco Madrigal concertó con Paco Mulero una visita, aprovechando que era el día previsto para ello y había allí otras expediciones. Nos desplazamos nuevamente, en esta ocasión hicimos la visita Rafa Jiménez, Paco Madrigal, Conchi y yo. En primer lugar debo destacar la delicadeza y atenciones, a pesar del ajetreado día que tenía, de Paco Mulero, persona de exquisita educación, extremadamente atento y un perfecto cicerone del lugar.

Fotografía de principios del siglo XX

Nos movimos los cuatro a nuestras anchas, evitando el grupo que aún se encontraba en el recinto. Todos sabemos la dificultad de hacer fotografías con un grupo de personas, siempre te encuentras uno en el sitio clave que te hace esperar o tener que desistir de hacer la deseada. Paco Madrigal, que no era la primera vez que estaba en el lugar, conocía los recovecos de los jardines y lugares a los que habitualmente no llegan los visitantes.

Cadenas de pleito y homenaje de tributo al rey

Evidentemente mis conocimientos fotográficos no pueden competir con los de Paco ni con los de Rafa, ambos expertos en las lides fotográficas, como puede comprobarse la obra de ambos en Flick (almacén de fotografías en Internet) y en el blog de Paco Madrigal. Era final del verano casi otoño por lo que la plenitud de los jardines ya había pasado.

Callejón de las caballerizas

Moratalla siempre era una desconocida, inalcanzable, so pena de conocer a alguien que te permitiera entrar, pero mis conocimientos del lugar no pasaban de haber leído algo sobre él y haber llegado en mis correrías ciclistas a la verja versallesca de la entrada principal. O estar pendiente de verla cuando camino de Sevilla pasábamos en el ferrobús y se vislumbraba por unos momentos -ya que acababa de arrancar de la estación de Hornachuelos- la hermosa reja con los jabalíes que la coronaban en sus extremos.

Cota del Palacio

En sus cercanías había un establecimiento de la Yeguada Militar que también era objeto de miradas, hoy ya está fuera de lugar. Por ese camino de acceso al destacamento militar, antes de la curva de la estación y gasolinera, es por donde se entra al Palacio, porque la entrada principal después de la remodelación de la N-431 tiene un escalón no accesible, además de una cadena. El acceso a la puerta de servicio, ahora principal se hace a través de un corredor de gigantescos eucaliptos, que sombrean la entrada.

Salón.

Una verja cuyos muros rematan unos dorados macetones, nos recibe, pero si miramos a la derecha una columna con un águila imperial, con las alas desplegadas, vigila el palacio y sus jardines. Decir de antemano que estos lugares, en tiempos en los que las diferencias sociales eran abismales, aunque poco van a diferir de los tiempos que nos quedan por vivir, después de haber perdido de momento, en algo más de cien días, con un gobierno democráticamente elegido por los votos mayoritarios de quienes sufrirán todas las afrentas, logros sociales que costaron sangre, sudor y lagrimas, y algo más de siglo y medio conseguir.

Escalera del salón.

Existen restos de que fue una “villae” romana, como lo atestiguan mosaicos romanos que en 1923 el II Marqués de Viana, cuando era propietarios se llevó a la casa de Córdoba. En época árabe el famoso viajero del siglo XII Al-Idrisi, cita en sus crónicas el sitio de Furnuyulush que estaba ocupado por tribus bereberes. En ese lugar existía una manzil o mansión de la tribu de los Murad, de la que deriva parece ser el nombre de Moratalla, Moratiella. En el siglo XIII, 1240, ya se nombra con la conquista de Fernando III, que no era ningún santo, en la Primera Crónica General.  Y catorce años después por un privilegio se concede a la ciudad de Córdoba Hornachuelos y Moratalla.

Escaleras a la fuente del recreo
  
Siguiendo con la historia el lugar fue propiedad de Gondruenda Ruiz de León, según un documento sobre la historia del castillo de Almodóvar en el que se cita: “…que trata de unas tierras pertenecientes a una tal Gondruenda Ruiz de León ocupadas por Diego López de Hoces.” Estamos hablando de treinta años después de la conquista castellana. Luego entre 1492 y 1504 figura otro propietario Luis Venegas de Figueroa, que según fuentes vendió a la Casa de Belmonte.

Del siglo XVI saltamos al XIX, que perteneció hasta finales del mismo a Juan Bautista Cabrera y Bernuy, Marqués de Villaseca que se casa con Carmen Pérez de Barradas, hija de los marqueses de Peñaflor, la cual al enviudar se vuelve a casar con Teobaldo de Saavedra y Cueto, hijo del Duque de Rivas, y con el que no tiene descendencia. Éste logra el Marquesado de Viana, cuyo señorío estaba en posesión de su hermano mayor.
Alberca del ciervo posiblemente de Benlliure

Ahora al no tener sucesión D. Teobaldo, que fallece en la finca en la que pasa largas temporadas, en 1898. Tres años después le sigue Carmen Pérez 1901. El sobrino de Don Teobaldo José de Saavedra y Salamanca es ahora el nuevo propietario, que reforma la finca hasta la presente rural, la amplia y comienzan en ella las citas cinegéticas reales. La dota de amplias caballerizas y selectas habitaciones.

Los borbones Alfonso XII y XIII fueron sus huéspedes ilustres, que disfrutaron de las monterías organizadas por el marqués, además de la monta de caballos y otras especies en este caso bípedas. Para favorecer las visitas se construyó una estación de ferrocarril, que es la hoy existente, una central telegráfica e incluso un campo de polo juego del que era muy aficionado el monarca.

Escaleras a la Fuente de Doña Leonor

La finca era un frondoso bosque que, se extendía desde Hornachuelos hasta el río Guadalquivir, en los momentos que citamos. Hoy en día el palacio dispone de unos jardines que fueron diseñados por el ingeniero francés J.N. Forestier que tienen una enorme similitud con Versalles. Los recorren senderos variados y pistas de agua, los decoran fuentes y estatuas, algunas mirando a la espesura del río Bembézar, ocupando una extensión de unas ocho hectáreas, del total de las veinte de la finca. Una de las fuentes se atribuye a D. Mariano Benlliure, la del Venado. Luego está la de los Ladrones y otra dedicada a una de las dos hermanas del Marqués de Viana, Doña Leonor.

Fuente de Doña Leonor

Es un lugar paradisiaco de gran belleza, con una gran abundancia de agua, cosa especial en estas tierras, masas vegetales bien estructuradas, aunque posiblemente hayan sufrido remodelaciones posteriores, bien cuidadas. Dibujadas y estéticamente hermosas. Agua en superficie y en las fuentes, colorido vegetal y naturaleza. Es un verdadero Monumento natural y artístico.

Fuente lateral

Su caserío está compuesto por un pabellón principal, casa de los marqueses, y otras edificaciones anejas de índole agrícola. Tiene una capilla con espadaña y campanas. El pabellón central tiene una hermosa fachada con cuerpo de tres plantas, con dos laterales de dos, terminando en sus laterales este y oeste con una torre mirador. La fachada tiene una entrada de arco rebajado y balcón, que en la tercera planta se corona con escudo de mármol blanco.

Símbolo del otoño

Los jardines son explicados en un libro fechado en 1918, por la Marquesa de Casa Valdés, titulado “Jardines de España”. J.N. Forestier fue llamado para reformar los jardines de San Telmo, con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla y, entre otros muchos encargos recibió el de los Marqueses de Viana para Moratalla en 1918. J.N. Forestier fue un personaje de la época que llegó a ser Director del Bosque de Bolonia.

Un risueño espermatozoide vegetal

Si comenzamos por la gran verja versallesca citada, junto a la carretera, decorada con motivos de caza y un gran escudo, vemos el gran corredor central, con dos laterales que contienen fuentes y esculturas variadas, y acaba por enmarcar el palacio. El amplio bosque hacen del lugar un microclima de frescor natural, que suaviza los rigores del verano de estos lares. Este jardín fue declarado Jardín Artístico por R.D. de 23-05-83, BOE 01-07-83. También un libro “Jardines Arcanos” de Rafael Blanco Almenta, lo detalla.

Verja de la entrada principal principios del siglo XX

En la red, que es donde se encuentran las mejores referencias de todas las cosas, con las cautelas necesarias, he encontrado algunas que merece la pena transcribir, por lo significativas y poéticas, una de ellas está en la Web Antonio Cuesta, donde describe, además adornada con fotografías una pequeña y valiosa reseña sobre el lugar:

Paseo principal del jardín versallesco

“Con unas precipitaciones acumuladas de 586 litros no nos será difícil imaginar praderas donde se derrochan los colores y sahumerios de Andalucía; romero en las cañadas, violetas tras de los cardos y éstos atalayas para alcaudones y colorines (jilgueros sin estudios) algo despistados. En total 1.280 hectáreas de suelo de cultivo, 12 hectáreas dedicadas a huerta y 8 hectáreas de un magnífico jardín neosevillano o neoárabe que fue regenerado y ampliado entre los años 1914 y 1916.


Templete

Moratalla establecía sus linderos con el cortijo de Nublos al norte, con Paterna y cortijo de los Paes al saliente, al medio día con el Río Grande, el Guadalquivir y al poniente con la dehesa de las Escalonias. Moratalla era un lugar ideal para su explotación agroganadera, a sólo 8 kilómetros de Hornachuelos, mirando al medio día y en la margen derecha del río.


Fuente baja

Según los datos que aportan Amaranto Miguel y Pedro Martínez, los terrenos ocupados por la Yeguada eran sólo de unas 2.400 fanegas de tierra que tenían arrendadas al Marqués. Además del Guadalquivir, el río Bembézar, o Bembera, y otro gran venero abastecían la finca de agua en abundancia, este hecho hacía posible que se regaran con norias al menos siete fanegas de prados donde crecían alpistes, loliums, tréboles, melilotos, alfalfas, cerrajas, lechugas y berzas. Los terrenos ocupados por encinares, olivares y algún acebuchal determinaban con las pratenses de los pastizales y praderas la mayor parte del ecosistema de la finca.


Escudo heráldico de la Verja principal

El Bembézar que la cruza de norte a sur da vida a innumerables sotos de álamos y almezos, abedules e incluso algún que otro majestuoso quercus. La finca tenía por lo tanto dos impresionantes abrevaderos naturales donde no faltaba agua en ninguna época del año. Algo básico para la cría de caballos.


Jabali

El caserío con múltiples dependencias para el personal de servicio estaba contiguo al pajar y una potreriza con capacidad para 80 animales. También una yegüeriza dividida en dos partes; una de ellas con 16 boxes para yeguas con rastra y la otra, de dos naves, con una capacidad total para 120 bestias. Estas instalaciones se completaban con varias cuadras con boxes para los caballos domados y un espectacular granero de dos pisos con capacidad para 10.000 fanegas de grano. (Para situarnos en esta medida muy ajena a nosotros en la actualidad la podemos transformar a kilos de habas, unos 500.000, de trigo, 450.000, de cebada, 330.000 o de avena, unos 280.000 kilogramos).


Moratalla en 1920. A la izquierda, sentado, S.M. el Rey Don Alfonso XIII. A la derecha el segundo Marqués de Viana, Don José Saavedra y Salamanca, de pie y con el sombrero puesto, privilegio que le otorgaba ser Grande de España y otros amigos.

Como curiosidad cabe destacar que la finca, a sólo 24 kilómetros de la capital, contaba con una estación de ferrocarril propia y como gracia daba servicio al pueblo de Hornachelos. Fue construida pocos años antes del tiempo que nos ocupa, por el que fuera primer Marqués de Viana, Don Teobaldo Saavedra. Esto le valió la distinción de “Hijo Predilecto de Hornachuelos”. La estación fue muy usada por el Rey Alfonso XIII, amigo personal de Don José de Saavedra y Salamanca, segundo Marqués de Viana, al que visitaba frecuentemente participando de las monterías que éste organizaba. El 17 de febrero de 1908, el propio rey inaugura el espectacular campo de polo de Moratalla, a partir de este momento y hasta 1927, fecha en la que fallece el Marqués, muchas fueron las primaveras en las que se celebraron torneos donde participaban nobles extranjeros y la corte de Don Alfonso XIII que se desplazaba hasta Moratalla. La revancha de los torneos se tomaba en el mes agosto en el campo de polo de la Magdalena, en Santander. Desde luego un lugar mucho más fresco en esa época del año.”


Alfonso XIII jugando al polo

También el conservador y machista en muchos de sus escritos, pero ocurrente Antonio Burgos, y pluma de categoría, del que no me cuadraba su amistad con el progresista Carlos Cano, el de “…la Habana es Cádiz con más negritos,/Cádiz es la Habana con más salero…”, y que en una ocasión hizo mofa de mi persona, allá por  la prehistoria, cuando en una Reunión de Izquierda Unida en Madrid, mordía un lápiz, e hizo el chiste fácil, en una tertulia en la que también estaba el malogrado Tip.  En uno de sus “Recuadros” que títula “Azahar en Moratalla” dijo:

Las damas en un partido de polo

"...me he venido al campo cordobés de la ribera, a un palacio, a un jardín, a este silencio que en el catastro llaman Moratalla y en Hornachuelos dicen El Palacio. Manos amigas cuidan el prodigio, salvaron del olvido esta hermosura. Azulejos antiguos con toisones recuerdan las visitas de los Reyes, que Don Alfonso está de montería y un Príncipe de Gales lo acompaña: el sombrero flexible, los tirantes, el puesto entre las breñas, los jarales, pelliza franciscana, la escopeta, los varetos, los machos, los cochinos, la foto de Campúa finalmente en el patio con cien reses cobradas, y el Marqués de Viana que ha mandado que pongan en la puertas de la casa las cadenas de pleito y de homenaje, tributo de memoria al Rey de España.

En el jardín francés donde los mirtos dibujan geometrías para Venus, Le Forestier dejó su testamento: un pequeño Versalles del Bembézar, una reja triunfal con jabalíes, surtidores y plátanos de Indias, el árbol del amor que ahora florece con color de capote debutante, el estanque de sombras de nenúfar, los cipreses romanos, los almeces.

Viniendo por el río desde Palma, de Almodóvar de cerro y de castillo, nadie puede pensar este prodigio que te encuentras al borde del camino, la belleza secreta de otro tiempo, el silencio de piedra y ruiseñores. Una sorpresa en forma de palacio. Un palacio francés de cazadero a los pies de la sierra cordobesa. Para ponerle marco a este silencio, al sonido del campo de museo, pasa lejos el Ave, que resuena como avión plateado en esta tarde. Un estruendo fugaz que te permite saborear aún más este silencio que al instante se hace nuevamente, el croar de la rana, el repeluco de la bicha de agua en el arroyo, los cascos del caballo que pasea a una muchacha rubia con un perro".

Hay que reconocer que el ingenio no es de derechas ni de izquierdas, aunque en este caso es muy de derechas. Hay mucho en dónde mirar en la red como digo, pero nos llevaría al nunca acabar y todo debe tener un principio y un fin. La propiedad es ahora del XX Duque de Segorbe, D. Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba, que se casó en 1985 con la Princesa Brasileña, María da Gloria de Orleans y Bragança. Estos datos son de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli a la que pertenece el Ducado. Es de resaltar la apuesta que D. Ignacio ha hecho por la finca, ya que la remodelación de la misma afortunadamente es un hecho. De resaltar también que, el Duque y yo tenemos en común que nacimos el año de la explosión de Cádiz.

El XX Duque de Segorbe

En el palacio de Moratalla existe un proyecto de hotel de gran calidad, que aún no está culminado pero que cuando lo esté será una verdadera maravilla. Todo esto se puede comprobar en la Web Hoteles Casas y Palacios de España que, en nuestra ciudad dispone del citado Casas de la Judería en la antigua Casa de las Pavas, de solera histórica cordobesa, que está dirigido por Paco Mulero, ya citado al principio, y el restaurante Las Caballerizas de los Marqueses, ambos en un marco impresionante de la ciudad. 
Fotos y vídeos del autor y algunas de la bibliografía.

12 comentarios:

  1. Que preciosidad de lugar, lo desconocía por completo Paco, gracias una vez más por enseñarnos cosas nuevas. La fuente de Doña Leonor muy bonita. Enhorabuena.

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  2. En Moratalla había una pequeña central telefónica manual que regentaba una señora ya mayor y muy amable. Cuando yo trabaja en la empresa tuve que desplazarme en bastantes ocasiones a esa central y siempre me demoraba un buen rato por el palacio y, sobre todo, por los jardines. Es, ciertamente, un lugar de ensueño, tan bello y tan romántioo.

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  3. Andrés muchas gracias. Todo allí es bonito es trasladarte a otra época, que considero no debe volver, pero que nos llevan a ella a marchas forzadas y nadie hace nada para remediarlo. La de las grandes diferencias sociales, la de la miseria.
    Un abrazo.

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  4. Rafael, es interesante lo que cuentas, lo que significa que conoces el lugar. Si leí que instalaron en la época de las visitas reales posiblemente de cama, como son las monterías, una estación telegráfica, claro estamos hablando de los primeros años del siglo XX, y nos señalaron un edificio donde parece se ubicaba. Todas estas propiedades fueron fruto del reparto castellano de las propiedades de los árabes. Y claro los mismo los de antes. Lo que ocurre es que ya llevan estos casi un siglo.
    Un abrazo

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  5. Rafael, es interesante lo que cuentas, lo que significa que conoces el lugar. Si leí que instalaron en la época de las visitas reales posiblemente de cama, como son las monterías, una estación telegráfica, claro estamos hablando de los primeros años del siglo XX, y nos señalaron un edificio donde parece se ubicaba. Todas estas propiedades fueron fruto del reparto castellano de las propiedades de los árabes. Y claro los mismo los de antes. Lo que ocurre es que ya llevan estos casi un siglo.
    Un abrazo

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  6. Estupenda entrada y magníficas fotos, Paco.

    Molón: creo que tengo la foto exterior de la centralita... (voy a comprobarlo...) Si es así y quieres verla o tenerla te la haré llegar.

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  7. Rafa muchas gracias viniendo de un experto. La centralita, si es la que nos dijeron estaba en uno de los paseos laterales el izquierdo dirección sur, ¿no?
    En el vídeo de las fotos del jardín aproximadamente por el minuto treinta y nueve se ve un edificio pequeño con un porche con columnas que dijeron ser la central telegráfica. ¿Es esa la foto que dices Rafa?

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  8. Pues mira, sí, Rafa, mándamela. rafamoly@telefonica.net

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  9. Hola Paco, interesante entrada; yo también estoy interesado en visitar Moratalla y me gustaría saber si el palacio está abierto a las visitas de particulares o hay que ir de parte de alguien o de qué manera se puede entrar. Con tu permiso me gustaría ponerme en contacto con Molón Suave ya que en mi colección de fotos antiguas tengo una en la que aparece una bella señorita frente a lo que parece una centralita y me gustaría saber si podría mandársela a su dirección de correo para que la viera. Un saludo.

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  10. Molón: ya te enviado las fotos y también un enlace que vuelvo a reproducir aquí donde aparece una antigua toma: http://ateneodecordoba.com/index.php/Imagen:17_moratalla_casa_telegrafo_telefono.jpg

    Paco: efectivamente es el edificio que mencionas.

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  11. Antonio mira quien mejor, yo no había caído en lo de la fotografía. Normalmente es Paco Mulero el responsable, Paco es el director del Hotel Patios de la Judería, y si te digo la verdad no se como se arbitran las visitas, creo que hay unos días previstos para eso. La dirección de Molón la tienes pues se la ha facilitado a Rafa Jiménez.
    Un abrazo

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  12. Rafa pero infinitamente mucho mejor que la que yo tengo, pues la mías es actual de cuando fuimos, la tuya es cuando estaba en activo.

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