jueves, 14 de octubre de 2010

LOS GUILLERMOS, ILUSIONES INFANTILES DE SIEMPRE.

Los Guillermos

Siempre han tenido para mí una atracción especial Los Guillermos, era similar a la que sentía también por Martínez Rücker en la calle Nueva, o Los Tres Reyes de Conde de Cárdenas, se me olvidaba Los Guillermos de la calle Gondomar, aunque no hay otra. Mi padre me llevaba a ver los escaparates, que eran un escenario ilusionante para un niño. Una vez me compró allí un tren de cuerda. La visión ha cambiado poco, están para una memoria ya en declive, casi igual. Me parece recordar que la persiana era distinta, menos tupida, pero eso puede formar parte de carencias neuronales. E incluso se podía entrar a disfrutar de los escaparates interiores.

Trenes.

En aquel entonces tenía la obsesión de tener un motor Webra, creo que eran austriacos, para construir un avión de vuelo circular, porque era impensable tenerlo de vuelo libre, yo los fabricaba con motores de gomas, o simples veleros que normalmente se destruían a la primera de cambio. Evidentemente el motor tenía un precio que ni yo, que ya trabajaba, podía disponer. Como muchas cosas se quedó en la ilusión, pero eso no quitaba que fuera a Los Guillermos y preguntará el precio un día, y otro día. Me pasó una cosa parecida como cuando me ilusioné con la Yashica Minister D, que tampoco la compré, me contenté al final con una Werlisa, pero eran tantas las veces que veía los folletos, y leía las características, que parecía que la tenía. 

Motor de aviación.

En esa materia, a la igual que la radioafición, me introdujo mi tío Pepe. Mi tío Pepe era radiotécnico, había hecho el curso de Radio Maymó, tenía su comprobador de lámparas, y reparaba aparatos a válvulas. Luego en sus ratos libres habíamos construido un manipulador sonoro de Morse y los primeros pasos en telegrafía los di con él. Recibía unas revistas americanas, en castellano, de modelismo naval y aéreo, y otras que me parece se llamaba Hágaselo Usted Mismo, u Hobby. Lo cierto es que la afición a la aeronáutica me la inculcó también.  Luego yo compraba, en los sesenta la Revista de Aeronáutica Flaps, de la que tenía la colección casi completa, a la que era también aficionado mi amigo EA7RY, es decir Juan Vázquez. Después mi padre me regaló la Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, de doce tomos, que aún poseo. Ya habían pasado años incluso ya estaba casado, pero él no se había olvidado mi afición.

Revista Flaps

Como pretendí decir en un principio y no dije, esta mañana he estado en Los Guillermos, aún estaba cerrado pero me he detenido a ver los motores de aviación, he visto también los utensilios de trabajo para el modelismo, los trenes eléctricos, con esas maravillosas máquinas, aquellas de la ayuda USA, creo que eran la 7800, con el emblema característico. Incluso me he detenido en los soldaditos de plomo, que eran verdaderas obras de arte. Yo tuve un molde de soldaditos e incluso alguna vez derretí plomo para hacer alguno, se mezclaba el metal con antimonio, de tipos de imprenta usados, para hacerlo un poco más duro, igual que en la joyería.

Helicóptero

Los Guillermos se fundaron por los principios del siglo XX, concretamente en 1906, por el comercial soriano Guillermo Jiménez, en ese tiempo vendía loza, espejos, bastones, porcelana que la Exposición Universal de París había puesto en boga. Ocupaba hasta otros locales del colegio, era un gran establecimiento. Luego se incorporaron los sobrinos del Sr. Jiménez, Ángel y Nicolás. En la mitad del siglo XX se hace cargo del negocio Ángel Martínez e incorpora juguetería, y perfumería. Ya en la tercera porción del citado siglo, 1972, cambia el sentido del negocio dedicándolo a juguetes y hobbies. A posteriori, Gerardo Martínez, hijo de Ángel, lo dedica a una juguetería más técnica. Hoy es el establecimiento más puntero, o uno de los que más, dedicado al radiocontrol, aeromodelismo, maquetas, etc. teniendo en cuenta que Internet ha modificado todas las pautas comerciales, y la lucha comercial es intensa. 

El famoso motor Webra.

Pero esta misma mañana, he visto como un pequeño con su madre se dejaba los ojos en los soldaditos de plomo –que ignoro si serán de ese material, creo que no-, y en unos sofisticados helicópteros, y yo no he podido resistir la tentación de agacharme, sin casi luz, para fotografiar un motor de aviación que nunca pude comprarme, con una Minister D, reflex, que nunca llegué a tener. Y Los Guillermos siguen en el mismo sitio.

Otros juguetes.

Fotografías: Muy malas, del autor.

12 comentarios:

  1. Gratificante esta entrada con recuerdos de marcas y situaciones. Por cierto, ¿Te suenan los soldados en miniatura a escala y su material correspondiente, tanques, blindados, aviones, etc...fundamentalmente de la II Guerra Mundial, de la marca EKO ?
    Tenían en Los Guillermos un magnífico surtido y los vendían muy bien.

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  2. Amigo Paco


    Que alegría me da esta entrada que con tantos detalles has puesto.

    Siempre que paso por los Guillermos
    no puedo evitar el detenerme ante el escaparate. Incluso algunas veces entro y veo más cosas.

    ültimamente y con los años que tengo, me he parado para preguntar por un juguete:

    -Un soldadito reptando cuerpo a tierra- del tamaño de una cuarta que fue el juguete que más me gustó.

    Saludos

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  3. Marti, no me suenan, pero es que la oferta era muy importante, de todo debería de haber un catálogo.

    Muchas gracias por tu aportación que queda. Un abrazo.

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  4. Amigo Manolo, tu te das cuenta como en la alacena de los recuerdos siempre tenemos algo particular que se diferencia de los demás, bien porque nos representó algo especial en su momento, por identificarlo con algo, o con cualquier guión que nos hiciéramos de cualquier batalla incruenta como eran las de los soldaditos de plomo, de plástico o los click de Famobil más actuales. Mi hijo era de Mazinger Zeta, le alquilaba películas en la calle Tras la Puerta y se quedaba embobado. Un abrazo

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  5. Paco,cuando salíamos de Don Tabique,
    los que eramos de las Margaritas,unos
    6 chiquillos de unos 8 años,corriendo
    como locos,entre la gente hasta los
    Guillermos,cada tarde la misma para
    da,mirando,mirando,con los ojos pegados al vidrio.De ahí por lo que
    hoy es el Bulevar,pasábamos las vías
    y después de beber agua en la fuente,
    nueva parada,esta vez delante de un
    pequeño escaparate de una tienda
    que había en el edificio de la co
    chera de autobuses,nada que ver
    con los Guillermos,pocos juguetes
    de madera,latón,que hoy son muy
    apreciados,quién lo diría.
    Trenes de lata,coches de lata...
    Eso eran los que nos tocarían a
    nosotros,si había suerte,con los
    Reyes Magos,nada de los Guillermos.
    Es curioso,que esos juguetes de la
    ta,cuando los veo en las casas de
    antigüedades,me siguen sugiriendo
    el mismo cariño que entonces.
    En cuanto a los Guillermos,si que
    entro ahora y suelo comprar coche
    citos en miniatura,que les encantan
    a mis nietos.Pero a mi los que me
    siguen gustando son aquellos de la
    ta,maravillosos.

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  6. Ben, creo que lo hemos hablado, y si no ahora lo hacemos. Don Enrique, Doña Conchita, Doña Salud, eran los personajes del colegio, el olor a azahar que tenía el patio de esa hermosa casa. El retreta al final del pasillo y la sala de comidas, una vez habías pasado por sus habitaciones. Parece que los estoy viendo. Doña Conchita, bajita muy agradable y Doña salud enfundada en su toquilla, se me antojaba a la abuela de la Familia Ulises.
    El otro día estuve con el mayor de los Roldán que me dio una enorme alegría, me llamó la atención cincuenta y dos años después y se acordaba de mis dibujos. Es verdad que era el carnicero de mi madre desde el sesenta y ocho, poco después del terremoto. Hablamos de lo divino y de lo humano y luego fui con él hasta cerca de su casa, y ya cogí mi ruta.

    No se que tienda es la que mencionas de juguetes de lata en el Gran Capitán, y tiene que ser en el primer tramo porque hablas de las cocheras al lado del Duque de Rivas. Pero a mi me llaman la atención también y tengo dos de madera descapotables, grandes, que a mi nieta le gustan mucho.

    Ben, a ver si te acuerdas: "un padrenuestro por el alma de Antoñito Rodríguez..."

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  7. Amigo Paco, no se como te la apañas que siempre das en el clavo.
    No os podéis ni imaginar los dineros que me he gastado en los Guillermos, hubo una temporada que me dio por hacer maquetas de la II Guerra Mundial, llegue a tener un verdadero ejercito, las compraba de la marca "TAMIYA", aun hoy cada vez que paso por los Guillermos me paro en el escaparate y luego casi instintivamente en el escaparate de Rusi.
    Un saludo.

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  8. Paco,la tienda a la que me refie
    ro,estaba en un local muy pequeño
    en las Margaritas,en el edificio
    donde guardaban autobuses,me pare
    ce que ese edificio,aún existe pero
    cerrado.

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  9. Amigo Emilio, pues me alegro. Con lo de Rusi a mi también me pasa, creo que con la de Ambrosio de Morales son la únicas sombrererías que quedan.

    Saludos

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  10. Ben no se todavía a que edificio te refieres, sería el de la Campsa. Y no me has dicho si te acuerdas de la frase del último párrafo, que la decía siempre D. Enrique cuando comenzaba el rezo del rosario, y era una referencia a su hermano que murió muy joven. Y sobre todo a Roldán -que creo en cierta ocasión me dijiste te acordabas de él- que nos hicimos una fotografía y todo en la Taberna Góngora. Y a ver si te acuerdas y me dices los años tuyos en el Colegio. Yo estuve allí desde el 54 al 56.

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  11. Sí,Paco,me refiero al edificio de Campsa,que al lado había también un
    taller que hacían o arreglaban radiadores de coches.
    Con D. Tabique sólo estuve un año,
    creo que en el 52 o el 53,no estoy
    muy seguro,de ahí a un cole que había
    en la Colonia de la Paz,cerca de donde se ve que tú tenias una chica
    que te gustaba,la del "tio del oes
    te".De D.Enrique,pocos recuerdos,só
    lo que era muy chapado a la anti
    gua,no dejó huella en mi,a mi me
    han gustado mucho,de siempre las
    mates y se me quedaba corto,sus
    clases eran un verdadero "coñazo",
    repetiendo y cantando las tablas de multiplicar,que yo hacía tiempo
    me las sabía,así que mis tardes las
    ocupaba haciendo jaulas para moscas
    por debajo del pupitre,mientras que
    cantaba las tablas.Pero si que recuerdo los correazos que algunos
    chicos,cortitos de mente los po
    bres,recibían por no saberse las
    tablas.Pero así era entonces,
    "tonto"=palo.Pero lo malo es que
    si el profe no pegaba,osea tenía
    fama de blando,inmediatamente de
    cían de él que era mal maestro.
    Menos mal,que yo no era "tonto".

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  12. Ben me ha llegado al correo tu comentario y no ha salido publicado pero yo te contesto. Ya está todo claro, y llevas razón con lo de Don Enrique yo estuve algo después. Y de los correazos. Y en cuanto a esa chica que mencionas, era Maruchi, la del CowBoy era la que le gustaba de mi amigo Pepín. Ambas de la Colonia de la Paz.

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