miércoles, 13 de agosto de 2014

LA CASA DE LAS CABEZAS

Cartel (fotografía del folleto)

Por recomendación de mi amigo Antonio Moreno, visitamos ayer la Casa de las Cabezas, en el 18 de la calle del mismo nombre, una importante rehabilitación de una casa, que siempre fue de vecinos, y que estaba destinada como la mayoría a ser víctima de la piqueta. Los que hemos sido vecinos del barrio, e incluso hemos estado en la amiga de las señoritas Carmela y María, en la calle Badanillas. Después con algún añillo más, de la mano de Lola mi madre, hemos andurrreado esas casas, cuando ella que era peluquera de señoras iba a peinar diariamente a las señoras, residuos de esa "aristocracia" del quiero pero no puedo. 

Casa de las Cabezas

Casi todas esas casas eran de un cierto porte y, aunque algunas eran de vecinos, no por eso dejaban de recordar viejos tiempos. Luego estaban las historias de que, cuando fallecía la dueña, se decía que pasaba la herencia a la orden religiosa que rezaba el rosario con ella, o al confesor, en suma a las manos del clero. En esa calle estaba el sastre un par de casas antes de ésta, que con zaguán y cancela, me acuerdo de haberla visto habitada. 

Como estaba la casa, zaguán (fotografía de la propiedad)

Pero lo que más me impresionaba era la calleja de las Cabezas, esa barrera de separación habitual entre palacios para proteger del fuego y delimitar a modo de alcázar éstos. La calle de los Siete Infantes de Lara, Calleja de los Arquillos, siete, uno para cada cabeza de los siete infantes, esa leyenda tenebrosa, como la mayoría de las medievales, tiempo que a pesar de los pesares, fue para mí uno de los más grises de la historia. 

Patio de recibo, como estaba (fotografía de la propiedad)

LA LEYENDA

El pío y loco cordobés Ambrosio de Morales, cronista oficial del rey Felipe II, en torno a 1580, escribe sobre la casa y calleja en los siguientes términos:

Dibujo de la entrega de las cabezas a D. Gonzalo

“En Córdoba, hay hasta agora una casa que llaman de las Cabezas, cerca de la del marqués del Carpio, y dicen tomó este nombre por dos arquillos que allí se ven todavía, sobre que se pusieron las cabezas de los infantes” (Historia libro XVI, capítulo 46).  “Agora todo aquello está labrado de nuevo, mas siendo yo pequeño, edificio había allí antiguo morisco, harto rico, y decían haber sido allí la prisión y cárcel donde Gonzalo Gustioz estuvo”.

Siempre un componente de disputa familiar que giraba la mayoría de las veces por bragas o dinero. Dos de los elementos principales de la vida. Doña Lambra de Bureba se casó con Ruy Velázquez de Lara, tío de los infantes, por ser hermano de su madre Doña Sancha. Pelea de los de Bureba, parientes de Doña Lambra, con los de Lara. Doña Lambra en la soledad y con el poder del tálamo y la entrepierna, inyecta su sed de venganza por lo que consideraba afrentas familiares, en su marido D. Ruy y elabora un plan para que Don Gonzalo señor de Salas, progenitor de los infantes, lleve una carta a Almanzor, en la que le dice a éste que debe matar al mensajero, además de darle unas recomendaciones de como atraer a los infantes y enfrentarlos con su ejército para acabar con ellos.

Calleja de Arquillos o Cabezas, las clasicas separaciones de barreras
entre palacios para evitar el fuego y proteger

Don Gonzalo desconoce el contenido de la carta, primero porque está lacrada y segundo porque está escrita en árabe. La lleva a Almanzor, y éste, a pesar de su ferocidad, se compadece del inocente mensajero y considera que los demás eran unos verdaderos prendas, a pesar de ser familiares. Lo hace prisionero y habita la casa. Pero un prisionero muy sui generis, lo trata como a un rey, y que incluso se encama con una hermana del poderoso señor de la Córdoba de aquel tiempo,  e incluso y tiene un hijo con ella, Mudarra, que será con el tiempo un valeroso caballero.

Calleja desde dentro hacia abajo

Los siete Infantes de Lara, habían sido emboscados y asesinados por Ruy  Velázquez, sus cabezas cortadas y enviadas a Córdoba por ordenes del mismo. Don Gonzalo al ver las cabezas de sus hijos: Diego, Martín, Suero, Fernán, Ruy, Gustios y Gonzalo González, se desploma pero después, Mudarra vengará a su padre y hermanastros matando a Ruy Velázquez y quemando viva a doña Lambra. 

Calleja desde dentro hacia arriba

Esta es la leyenda que, como todas las de la época se escribió muchos años después de que sucediera, y se adornó de las virtudes caballerescas de lavar el honor familiar, que en realidad eran leyendas de intereses y deshonor. 

"PATIO DE RECIBO

Patio de recibo

En Córdoba, no se concibe una casa sin patio, ni un patio sin plantas o sin surtidores de agua. Los cordobeses aprendimos de la raza musulmana a admirar estos vergeles al aire libre, y en nuestros hogares, nos hemos apropiado por tradición del pedazo de cielo que los cubre. El patio cordobés es algo único y sin parangón: no es un simple espacio abierto como ocurre en otras ciudades. En Córdoba el patio es el alma de la casa, su principal sello de identidad: es el lugar donde los niños juegan y donde a los mayores nos gusta reposar, charlar, reír, llorar e, incluso, trabajar.

Escalera principal

El Patio de Recibo, es el primer espacio abierto de la casa que. en sus inicios, constituía la parte semipública de la vivienda, lugar en el que se podía recibir a ciertas personas, de ahí su nombre. Más allá, comenzaba el dominio privado de los señores de la casa, excluido o muy limitado el trato social. En torno a este patio mismo se podían ubicar ciertas estancias relacionas con el servicio de la casa, como las caballerizas.

Galería superior


SÓTANO

En otros tiempos, fueron utilizados como caballerizas y despensa de la casa. El caballo era la principal herramienta del caballero, así como un símbolo de distinción social, pues lo que verdaderamente distinguía al noble del pueblo llano es que el primero iba montado a caballo.

Sótano y aljibe

Nada más entrar en el subterráneo, nos daremos cuenta de como baja la temperatura unos grados, razón por la que esta estancia era aprovechada para conservar en tinados ciertos productos alimenticios, como chacinas, quesos y el vino. En los sótanos, se ha recuperado un "impluvium" o alberca romana, lugar al que iba a parar el agua pluvial de una vivienda romana. Al parecer, esta estructura fue aprovechada en siglos sucesivos como aljibe, y aún hoy en día, sigue recogiendo agua limpia procedente de manantial.

Sótano

DESPACHO O SCRIPTORIO

Desde el siglo XVI. eran piezas habituales de la casa noble. lugar propicio desde donde escribir alguna misiva o firmar ciertos documentos. Destaca su mobiliario español, con mesa de fiadores de hierro de forja, sillón frailero y sillas guarecidas de cordobán.

Despacho

Comedor

PATIO PRINCIPAL

Era este el punto neurálgico de la vivienda, su centro, su alma, qu cumple, junto a una función estética, la práctica pues sirve a la ventilación e iluminación de las distintas estancias.

Patio principal

Actualmente se encuentra porticado en dos de sus cuatro lados, con galería alzadas con columnas de piedra arenisca y capitel toscano, elementos que se añadieron a la obra mudéjar durante el siglo XVII y XVIII. Multitud de espacios vegetales dan colorido al patio, entre ellos la buganvillas, limoneros, damas de noche o jazmines, que al igual que antaño, ocupan macizos y arriates. En este espacio, el aroma y fragancias de nuestras especies vegetales se funden con el sonido del agua de sus surtidores.

Portico de entrada al palacio
EL PALACIO

Así se denominaba a la estancia más importante de la casa medieval. marco de festines, celebraciones y demás actos protocolarios. Desde el punto de vista arquitectónico podemos afirmar que esta estancia es la continuadora de las enseñanzas del arte andalusí. Con más de 10 metros de largo, por 3 de ancho, el Palacio está cubierto por un fastuoso alfarje del siglo XV, o techo de madera policromado, en el que resalta la decoración vegetal propia del Mudéjar y los escudos nobiliarios. También se ha recuperado parte de la primitiva portada de acceso, recubierta de yeserías decoración está muy característica del arte mudéjar.

Sala del Palacio

Era este Palacio la única habitación en la que concurrían hombres y mujeres, pero aun así, en nuestra casa, los caballeros ocupaban el espacio derecho, en tanto que las damas, se situaban a la izquierda en el estrado.

SALA DEL ESTRADO

En esta sala comienza el ala o zona puramente femenina de astas Casas Principales. Al igual, que en los palacios musulmanes existía el Harem, las mujeres cristianas de la Edad Media permanecían en Córdoba recluidas en ciertas salas en las que realizaban la mayor parte de sus quehaceres cotidianos. El mobiliario, nuevamente, junto a algún arcón, se resume en el estrado de la dama o señora de la casa.
Estrado

Desde el punto de vista arquitectónico, esta alta sala, recuerda a una sinagoga o morabito del periodo mudéjar, es decir, capillas utilizadas por la raza musulmana o judaica en el interior de tos hogares. Quién sabe si realmente esta estancia pudo tener aquella finalidad en un tiempo, escondida a los ojos de la terrible Inquisición.

EL ESTRADO FEMENINO

Estrado femenino

La costumbre de sentarse sobre el suelo que hunde sus raíces en la España musulmana en los años del Renacimiento y pese a las continuas influencias foráneas, lejos de desaparecer, se acentúa y tiene su primera materialización en la existencia de una sala, o bien, de una parte de la misma, la cual vino a llamarse "sala del estrado" o "pieza del estrado".

                                                                  Estrado femenino

No obstante, a diferencia del periodo medieval, los estrados se convierten en piezas reservadas para el uso exclusivo de las damas, lugar en el que estas pueden leer, tocar algún instrumento musical, coser o rezar.

Según la categoría y el poder económico de los señores, los estrados podían estar revestidos desde, con simples esteras de esparto, hasta con las más ricas sedas, terciopelos, brocados y alfombras.

Pozo

Cocinas

PATINILLO DE LAS MUJERES

Antigua calleja desde hace siglos incorporada a la Casa de las Cabezas y convertida en patio de servicio, lugar en el que se encuentra la "pila" y la "necesaria".  Respecto a la primera, son los fregaderos utilizados por las mujeres durante siglos.

Patinillo, otra antigua barrera de separación entre palacios para evitar el fuego y su protección.

En cuanto a la necesaria, es el precedente de los actuales baños. que se solía ubicar en lugares alejados de las zonas principales de la casa. Destaca su patio empedrado y sus arriates o alcorques, contenedores de jazmines y yedra."

Catastral de la casa

Una extraordinaria iniciativa privada de un lugar de Córdoba que merecía no perderse. La parte alta está destinada a apartamentos turísticos que aún no está ultimada. 

Datos útiles:
Horario verano: de 10,00h a 15,00 h. 
Todas las tardes visitas guiadas a las 20,00 h. previa confirmación al 628238565. 
Precio: 4 euros, niños gratis (no hay descuentos por jubilados)
Calle Cabezas, 18, 
www.casadelascabezas.com  - casadelascabezas@gmail.com
https://www.facebook.com/casadelascabezas

Fotografías y vídeos del autor del folleto y facebook
Bibliografía de los textos de la casa-museo y red.

9 comentarios :

werrybee dijo...

Que rapidez, solo has tardado un día en hacer el artículo, enhorabuena. Corroboro todo lo que has dicho y además añado que tengo un libro de Menéndez Pidal que habla de la leyenda, aunque hay que coger el asunto con cautela. Un abrazo y gracias por citarme.

PATXI GUERRIKABEITIA dijo...

Buenos días, amigos. Paco, muchísimas gracias por acercarnos estos lugares que siempre nos han estado vetados a la mayoría de los cordobeses. Eres, sin coba, un autentico adalid para los cordobeses de la diáspora. He pasado infinidad de veces por esa calle y siempre me asomaba para ver donde estuvieron “colgadas las cabezas” ¿Por qué son siete los arcos diafragmáticos? No tengo la longitud del callejón, pero se colocaban equidistantes para “impedir” el desplome de los muros. Has relatado muy bien el espíritu antiguo de los patios. Ahora son naturalezas muertas, muchas flores y poca, o ninguna vida. Un abrazo

Isabel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Isabel dijo...

Muchas gracias Paco, por esta informacion, tan completísima y documentada, como siempre. Me daré prisa en ir a verlo.No tenía ni idea...me dais mucha envidia los jubilados activos.
Todo me ha gustado, pero lo de haber ido con tu madre, lo que más.Eso si que es un lujo!!. Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Antonio es que tú has sido el empujador. Y en cuanto a la bulla es que las cosas son así, no tiene uno edad para dejarlo para mañana.
Y las leyendas son lo que son, en tiempos que eran necesarias para mantener los ánimos. Siempre las ha habido. Son como la arquitectura o el decorado a medida de las necesidades. No tienen base cierta pero la realidad es que son bonitas. Tu hermano Rafael comentó que la había visitado, y una señora en Facebook dijo que era de su abuela la casa, me imagino que será conocida suya.
Un abrazo
PD/ y los pies del aljibe

Paco Muñoz dijo...

Gracias Paco como se nota que somos amigos y compartimos ideología y casi generación. El texto de los patios no es mío (al César lo que es del César y...), por eso lo entrecomillo, pero es verdad que lo define muy bien. A mí me ha pasado igual, pero no han estado colgadas nunca de eso estoy seguro. En lo de las definiciones de arquitectura siempre me haces mirar el diccionario, pues no lo sé. Estas callejas, que Teodomiro Ramírez de Arellano llamaba barreras, eran eso barreras; de seguridad ante los fuegos separando los palacios, o para la vigilancia de los mismos.
Un abrazo

Paco Muñoz dijo...

Gracias Isabel, jubilados con bulla, como me dice Conchi, con un estado de ánimo diente de sierra, o muchas entradas seguidas o muy espaciadas.
Entonces estaba muy al tanto de las cuestiones de peluquería, Mi madre peluquera de señoras, mi abuelo Rafael y mi tío Fernando barberos, o peluqueros de caballeros que es más fino, aunque lo mismo que mi madre peinaba diariamente a las ricachonas, llenas de santos e imágenes, ellos iban a afeitar con navaja a sus congéneres. El afeitado tenía más tiro que el pelado. Y como la población del clero era muy abundante por la Mezquita, los arreglos de la tonsura eran muy habituales.
Todavía tengo el olor de las permanentes introducido en la nariz, con esos productos químicos en los saquitos adheridos a los bigudíes, supongo sería carburo, pues al contacto con el agua irradiaban calor, y claro a una temperatura determinado el leo explota como las palomitas de maíz, además del cuidado que tenía que tener la peluquera para no producir quemaduras en el cuero cabelludo. Una odisea.
Un saludo.

ana9902@hotmail.com dijo...

y alguien me podría informar de la casa sita en el numero 19, mi hermano residio allí en los años 70,hospedado de estudiante, cuando yo era pequeña y me gustaría saber la historia de la casa y quien la habitaba. El fallecio a final de los 70 y poco puedo recordar.

Gracias

Paco Muñoz dijo...

Es muy complejo lo que pides Ana, yo siento decirte que no se mucho de esa casa, frente estaba el sastre, era una casa de vecinos enorme, de dos plantas, con un patio, grande también. es la primera entrando por la derecha, dirección Portillo. otras veces es una casa caótica, tiene muchos timbres independientes, al no tener una comunidad establecida. Tendría que dar la casualidad que alguien leyera tu comentario y coincidiera. Estas pidiendo información de hace 46 años. La gente que viva ahora pocos serán de ese tiempo. Yo estuve en el colegio en una casa de la calle Badanillas que da a ese cruce, de Cabezas, Caldereros, Rey Heredia Cabezas.

Te he enviado tres fotos para que veas la casa desde el aire y las dos fachadas. Luego deberías haber dicho el nombre de tu hermano por si alguien lo conocía, y sobre todo que estudiaba, es más fácil que alguien estuviese estudiando con él.

Reitero mi pesar por no poder darte información concreta. Un saludo